




A medida que avanzan los capítulos se multiplican sin parar las subtramas, las diferentes capas de la historia, los requiebros de guión y las aristas de cada personaje... El agente Beeman comienza a cansarse de su trabajo, de formar parte una lucha interna por el poder en el FBI; Elizabeth y Philip también quieren dejarlo, tras haber ejecutado a una ex nazi huida a los Estados Unidos, y volverse a la URSS; su hija Paige abandona la iglesia donde trabaja como voluntaria y comienza a adoptar la actitud de los agentes de acción (pasa de una religión a otra); Burov, como miembro del KGB que ha regresado de los EE.UU., persigue la corrupción en los economatos de Moscú, pero no quiere perjudicar a quienes lo hacen para que el sistema no se hunda del todo y la gente se quede sin comida; el KGB le ofrece a Martha, emigrada a la URSS tras caer en las manos de un "romeo", la adopción de una niña huérfana rusa, en la que es quizás la escena más delicada y tierna de las cinco temporadas (en un parque, repasando sus lecciones de ruso, mirando como juegan unos críos)...
La serie no olvida en ningún momento el motor que movía toda esta maquinaria durante la Guerra Fría: la manipulación pura y dura, muchas veces sin escrúpulos, de las personas.. amor fingido, sexo, suicidios inducidos, bullying (con la intención de provocar el regreso de toda una familia a su país), chantaje emocional, chantaje del de siempre, infidelidades... Y todo ello, por supuesto, en los dos bandos


Como le oí decir a un crítico de televisión, The Americans es una verdadera "serie diesel"


La recomiendo (la sigo recomendando), sin ninguna duda

Un saludo!