
En la carrera espacial la URSS se apuntó un tanto negativo, no por ello deja de ser histórico, Vladimir Komarov fue el primer ser humano que falleció fuera del planeta Tierra.



Se dice que Gagarin llego a lanzarle a Brezhnev un trago de agua a la cara, por creerle responsable en la muerte de Komarov.
Komarov fue el cosmonauta soviético elegido para viajar a la Luna y relacionado con ese sueño tuvo otro que le hace más grande como ser humano, una vez fallecido el padre del programa espacial soviético Sergei Koroliov, Komarov dijo:
"los cosmonautas soviéticos hemos jurado que el primero de nosotros que alcance la Luna se encargará de una misión sagrada. Recogerá respetuosamente el primer pedazo de suelo lunar que haya pisado y lo traerá a la Tierra, a Moscú. Allí, en la muralla del Kremlin que da frente a la plaza Roja, un poco a la izquierda del mausoleo de Lenin y cerca de la torre del Salvador, una placa de mármol sellada encierra las cenizas de Koroliof. Depositaremos en nombre de todos nosotros la parcela de tierra traída de la Luna. Este gesto será para nosotros la prenda de nuestro triunfo."
Extraído del artículo de Marc Heimer (entrevistó personalmente a Komarov en Moscú) y que se publicó en la revista "Blanco y negro" (del periódico "ABC") a los pocos días del accidente del cosmonauta, y en el que se menciona la posibilidad de que Komarov no viajara solo en aquel fatídico vuelo.

Sus restos mortales terrestres descansan en las murallas del Kremlin, donde está también sus amigos y camaradas Gagarin y Koroliov.

