http://rusiahoy.com/articles/2011/10/09 ... 12963.html
HASTA EL 15 de Enero
La Casa Encendida y la Fundación Juan March se suman a la celebración del Año Dual España-Rusia. Hasta el 15 de enero, dos importantes exposiciones nos proponen un recorrido por la creación pictórica, musical, cinematográfica, teatral, gráfica y literaria que arranca en los primeros años de la Revolución soviética y finaliza con la muerte de Stalin. Hablamos de los “ingenieros del alma”, de aquellos intelectuales que colaboraron en la construcción de la sociedad estalinista y de aquellos que conocieron la represión por su oposición creativa.
“Para un Estado revolucionario como el soviético, la cuestión de su relación se plantea de la siguiente manera: ¿puede dar la revolución algo al arte, o el arte dar algo a la revolución?"
Con esta frase definitoria, Anatoli Lunachrski, dramaturgo, crítico literario y político ruso, resumía en 1920 la imbricada relación entre arte y política de su tiempo.
Durante los años de la Revolución y los primeros años veinte, Rusia se quedaría sin su élite cultural. Unos mueren de hambre, otros de enfermedad, algunos son expulsados del país y otros sobreviven en el exilio. Vladímir Ilich Lenin, -el Vozhd del Estado-, con la valiosa ayuda de Trotski, puso todo su empeño en organizar una nueva intelligentsia que estuviera dispuesta a cooperar en la reorganización del país y que quisiera transmitir al pueblo los valores del comunismo. Lenin confió sobre todo en la alfabetización del pueblo y Stalin recuperó a algunos clásicos -excepto a Dostoyevski al que consideraba “nihilista y desmoralizador”-. Muy a regañadientes, Lenin aprovechó la fuerza mediática de la arquitectura, los carteles, el teatro, el cine, la fotografía, la radio o cualquier otro vehículo de comunicación que pese a su desconfianza, resultaron armas eficaces a la hora de propagar sus ideales de nación y progreso en el pueblo ruso. Con el título La Caballería Roja. Creación y poder en la Rusia Soviética de 1917 a 1945 (título que alude al libro de relatos de Isaak Bábel y a la famosa pintura de Malévich), La Casa Encendida en Madrid propone hasta el 15 de enero un recorrido donde se explica la crucial relación de la experimentación estética y su compromiso con la Rusia soviética de los años 20 y 30. Encontraremos obras de una amplia galería de literatos: Anna Ajmátova, Vladímir Mayakovski, Pasternak o Mijáil Bulgákov; y creaciones de otros artistas representativos: las pinturas de Vasili Kandinsky, Malévich o Isaak Brodski, y los fotomontajes de carteles políticos de Gustavs Klucis y Ródchenko. Algunos colaboraron con el régimen, otros sin embargo padecieron la purga de intelectuales que promovió Stalin a finales de la década 1930.
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