El sociólogo y criminalista J. Robert Lilly, profesor de universidad a los Estados Unidos y la Gran Bretaña, se ha dedicado a investigar a fondo los documentos relacionados con los consejos de guerra de este periodo (2ª G.M.), desclasificados recientemente en Washington. Pero, por ahora, su libro sólo se puede encontrar en Europa, puesto que ninguna editorial de los Estados Unidos no lo ha querido publicar, excusándose con la situación creada a raíz de la guerra de Iraq.
Según las investigaciones de Lilly, en el periodo 1942-1944, cuando las tropas norteamericanas todavía estaban estacionadas a la Gran Bretaña, ya se produjeron 2.500 violaciones o asesinatos. Estos excesos aumentaron considerablemente en Francia: 3.500 en tan sólo un año. Y se multiplicaron en el momento que las tropas atravesaron el río Rin y pisaron territorio alemán: más de 11.000. Los datos, escalofriantes y sorprendentes, muestran que el 80% de los condenados a muerte en los consejos de guerra, que se montaban deprisa y corriendo, eran negros, aunque la gente de color sólo representara un 10% de las tropas. La segregación y la discriminación raciales eran, sin duda, muy fuertes dentro del ejército liberador.
El profesor Robert Lilly considera que “sólo el 5% de las violaciones practicadas han sido denunciadas”, y recuerda, con exactitud, que la práctica no ha sido exclusiva de los soldados norteamericanos. El ejército alemán practicó la violación a gran escala por todo Europa, y los mismos soldados franceses violaron miles de mujeres durante las campañas de Italia o de Alemania. Aunque de esto no se suele hablar. Durante toda la campaña de Italia los "goumiers" marroquíes, con las palmaditas de sus oficiales de Saint Cyr, se dedicaron a violar sistemáticamente a las mujeres italianas, de niñas a ancianas, y eso que eran población civil aliada.En Nápoles llegó a haber tantos niños negros que esto ha pasado a la cultura popular napolitana.
Hay una canción que se llama "
Tammurriata nera" (en napolitano algo así como Tamborrada negra), y que habla de los niños negros que nacían durante la guerra y la posguerra, y que eran bautizados con nombres muy napolitanos como Ciccio (Giesù), Antuono (Antonio), Peppe (Giuseppe) o Ciro, objeto de rechazo y murmuración generalizada.
"Nuestras patrullas (...) no encontraron frente a ellos ningún ocupante excepto aproximadamente 100 aterrorizados italianos en unas cuevas. La razón del terror no era tanto el fuego de artillería, sino las propias fuerzas atacantes, quienes, como mantiene Gemma Notarianni, comenzaron a violar mujeres a punta de pistola. "Nosotros creíamos que una vez que estuviéramos tras las líneas aliadas nuestros problemas habrían terminado. De hecho no habían hecho más que comenzar. Los soldados encañonaban al hombre y violaban a la mujer. Prácticamente todas las mujeres que fueron violadas por ellos murieron tras una larga agonía."
Montecasino, Mattew Parker, RBA Coleccionables, 2006, pag. 136
"Las tropas irregulares de montaña marroquíes (...) fueron las responsables de una brutal oleada de violaciones y de pillaje. (...) Siempre que toman una ciudad o un pueblo tiene lugar la violación al por mayor de la población ... niños e incluso ancianos son violados. (...) Más tarde, Juin tomaría la medida extraordinaria de prohibir la entrada de tropas aliadas "de color" en Roma" (pag. 369)
"Mientras que cuando estaban los alemanes los hombres tenían que esconderse, cuando estaban los norteafricanos eran las mujeres y las chicas jóvenes las que tenían que esconderse" (pag. 370)
"Los veteranos aliados de todas las nacionalidades admiten alegremente haber robado comida, vino y objetos de valor de las casas de los civiles italianos. Tan extendida estaba esta práctica que los alemanes se dedicaron a colocar trampas cazabobos en objetos sugerentes de aspecto atractivo para cazar a soldados aliados descuidados" (pag. 370)
Montecasino, Mattew Parker, RBA Coleccionables, 2006