De esta manera, los hogares de fabricación soviética (es decir, el 99,9 por ciento de los hogares rusos) experimentan una metamorfosis general gracias a estas obras a la europea (de ahí el nombrecito) que blanquean paredes, cambian puertas y ventanas, sustituyen tuberías de agua y cableado eléctrico, levantan parqué y dotan al inmueble de una estética moderna y reluciente que brilla especialmente en el cuarto de baño, donde las roñosas tuberías proletarias desaparecen por el desagüe de la historia.
Por lo visto el carácter clónico de los apartamentos soviéticos (que en los años 60 fueron bautizados como 'jrushchovkas' en honor al líder de entonces) no resultaba del agrado de sus inquilinos, incluso se inventaron chistes sobre el tema (ah, el humor ruso…), como por ejemplo esa escena de la comedia rusa "Ironia Sudbi" donde un inquilino borracho se equivocaba de casa pero no se daba cuenta por lo parecido del mobiliario.

La moda no tardó en trasladarse a la pequeña pantalla, y ya durante el 2007 aparecieron varios programas en la televisión rusa con el objetivo de facilitar este tipo de reformas a los bolsillos menos pudientes. Así tenemos por ejemplo el programa Kvartirni vopros (Cuestión de apartamento) emitido por el canal NTV, que consiste en enviar una carta solicitando la reforma para un familiar o amigo necesitado, corriendo los gastos a costa de la cadena.
Otro espacio similar es Fasenda (canal TNT), esta vez centrado en las “dachas” o casas de campo situadas a las afueras de la capital. Muchas son modestas casuchas de madera que no soportarían el estornudo de un lobo, lo que se presta a contentar a los inquilinos con estas reformas caídas del cielo. Este mismo canal propone Shkola remonta (Escuela de obras), donde una simpática brigada compuesta por un ruso gigantesco (el jefe), una grácil chica ucraniana (pintora) y un atractivo armenio (electricista) realiza la obra pertinente en presencia del que la solicita, que aprende y participa en la misma. Por supuesto, el clímax del concurso consiste en apreciar el grado de emoción de los inquilinos, que no se lo esperan.
¿Me lo parece sólo a mí o esto es una mezcla (por no decir indigestión) de "Sorpresa, sorpresa" y "Bricomanía"?
