Georgia la monta bien gorda

Discusión sobre política y temas sociales.

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Kozhedub
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Re: Georgia la monta bien gorda

Mensaje por Kozhedub »

Pues hablando de locos anoche dí, casualmente, con un par de artículos sobre cierta forma de demencia. El primero escrito desde el diagnóstico de ese mal, y el segundo desde la perspectiva de alguien afectado por él. Nadie se piense que el primer artículo es un offtopic, en absoluto. Es simplemente preparación para lo que viene acto seguido, un artículo del ínclito Vargas Llosa sobre el conflicto de Osetia y escrito para ese (presunto) periódico al que algunos ya ni nombran (total, para qué, si ya sabemos de cuál hablamos).

Dos advertencias: primera, ambos textos tienen un contenido altamente humorístico. La diferencia estriba en que en el primero el efecto es deliberado, en el segundo, involuntario. Y segunda, recomiendo leerlos completos aunque haya resaltado algunas frases, a mí las carcajadas no me las quita nadie:
Varguitas el escribidor

Rafael Reig
hotelkafka.com


El socialismo no tendrá éxito en Venezuela, lo dice Vargas Llosa.

¿Por qué? Pues porque Venezuela tiene una tradición democrática y, claro, "estas prácticas democráticas calaron profundamente en la sociedad venezolana [...] y el hábito de ejercitar la libertad no desapareció y los venezolanos no han renunciado a ella".


Por eso Chávez no podrá subyugar a ese pueblo educado en la democracia.

Lo dice Vargas Llosa, que sitúa las prácticas democráticas entre 1958 (caída de la dictadura de Pérez Jiménez) y 1999 (Hugo Chávez). O sea, hablamos, por ejemplo, de Carlos Andrés Pérez (ese hombre honrado), de las revueltas de hambre, del Caracazo (cuando mandó al ejército a disparar contra la población), etc.

Todo esto ha forjado "ese espíritu independiente y librepensador aclimatado a lo largo de cuatro décadas de vida democrática", que es un espíritu que lógicamente se rebela contra el yugo socialista.

Lógico y natural, nos ha merengao. Qué menos cabe esperar de espíritus independientes y muy librepensadores (sobre todo con el dinero público) como Carlos Andrés Pérez.

Por eso, el socialismo no triunfará.


¿Y Cuba?

Bueno, lo de Cuba es distinto, pero Vargas Llosa también nos lo aclara: "¿Quién puede dudar que el socialismo en su versión cubana tiene los días contados?", nos dice.

Y eso, ¿por qué?

Bueno, Vargas Llosa lo prueba de forma concluyente. La prueba del nueve de la imposibilidad del socialismo.

Ahí va.


Se trata de lo que él llama una anécdota. Un amigo de un amigo, etc., lo de siempre.

Resulta que, en un taxi, en Caracas, el conductor era cubano y médico. Estaba feliz en Venezuela y, al final, le confesó al pasajero: "Cuando llegué a Venezuela y vi por primera vez una botella de Coca-Cola, se me llenaron los ojos de lágrimas".

La conclusión de Vargas Llosa es que, "si después de medio siglo de revolución", este taxista derrama lágrimas ante una botella de Coca-Cola, el socialismo tiene los días contados.


Formidable.

No sé a ti, pero a mí se me ha puesto toda la carne de gallina y a punto he estado de ponerme a sollozar junto con el taxista médico, librepensador y adicto a la Coca-Cola.

Al taxista llorón y al pasajero amigo de un amigo ya los conocemos. Son viejos amigos nuestros. Los hemos tratado durante años.

Son los mismos que han visto cocodrilos albinos en las alcantarillas de Manhattan. A la novia de un amigo de un amigo del pasajero del taxi, en un descampado, le dieron a elegir entre pellizo o pinchazo. Cuando eligió pellizco, le arrancaron un pezón con unas tenazas. El taxista lloriqueante se ha acostado en La Habana con mujeres jóvenes a cambio de unas simples medias de nylon. Es sabido que, en el Caribe, la gente joven se desvive por las medias, cuanto más abrigadas mejor. El padre del taxista tenía un amigo que, en Italia, ya entró con los americanos y follaba a cambio de dos paquetes de Lucky Strike.
Ese pasajero del taxi ha estado en muchas carreteras, y ha recogido autoestopistas, y jura que es cierto lo que le pasó una vez.

-Tenga mucho cuidado con la siguiente curva: allí es donde me maté yo -le dijo una misteriosa mujer de pelo rubio que se había sentado en el asiento de atrás.

Pasada la curva, que es verdad que era muy peligrosa, la mujer rubia había desaparecido.

Más tarde pudo confirmar que, en esa misma curva, había habido hacía años un terrible accidente en el que falleció una pasajera rubia.

El taxista llorón y coca-colo tiene un primo de un cuñado que trabaja de noche en Urgencias en varios hospitales. Ha visto a casi cualquier famoso que le nombres ingresando a las cinco de la mañana con algo incrustado en el recto, que no se lo podían extraer.

A menudo se trataba, precisamente, de una botella de Coca-Cola. El taxista, su primo, su cuñado, los médicos de guardia y hasta las enfermeras, a la vista del preciado elixir, no podían contener las lágrimas.

Una sobrina de una amiga de la mujer del taxista fue al cine con su compañera de pupitre. Tenían once años. La sobrina fue al baño y la amiga vio que hablaba con un individuo de aspecto árabe, luego vio que se acercaba a una furgoneta.

¡Nunca más se supo!

-Trata de blancas -afirmó el Comisario con gesto lúgubre-. Lo vemos a diario. Esa chica ahora mismo ya estará en algún emirato, prisionera en un harén en mitad del desierto. Nunca la encontraremos. Mira que lo repetimos: ¡jamás hay que hablar con desconocidos!

En la casa tienen su foto colgada en el salón: una niña con trenzas y aparato dental. Ayer habría cumplido treinta y cinco. La amiga que se salvó, está casada y ya tiene una hija de once años: nunca la deja ir al cine.

Este artículo, "piedra de toque", o pedrada, se publicó el domingo 24 de agosto.

El domingo pasado escribía Vargas otra de sus pedradas, ésta sobre Rusia y Georgia.

Aún no lo he leído, pero espero con impaciencia reencontrarme con Rasputín, el oso soviético, los apartamentos de diez metros cuadrados para ocho familias, el KGB y los sanatorios psiquiátricos para escritores.

Voy a disfrutar de nuevo como si tuviera diez años. Mejor que Julio Verne y Sven Hassel.

Este sorprendente giro de Vargas Llosa hacia el folclore popular, las leyendas urbanas, los bulos y el melodrama de teleserie, con su taxista que prorrumpe en llanto ante la botella de Coca-Cola, me parece fascinante.


Quizá estaba ya prefigurado en su (excelente) novela La tía Julia y el escribidor.

Marito, el aprendiz de Flaubert, al que también llaman Varguitas, por fin se ha convertido en Pedro Camacho, el escribidor de seriales folletinescos para la radio.


http://hotelkafka.com/blogs/rafael_reig ... bidor.html
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=72533

Nadie piense que Rafael Reig exageraba. Busqué el artículo y el aludido, el ínclito, estuvo a la altura de lo que se esperaba de él (tómatelo con humor, casarusia, es lo mejor en estos casos):
Lecciones de Georgia
PIEDRA DE TOQUE.
El conflicto del Cáucaso, que ha hecho renacer la guerra fría, marcará las relaciones futuras entre Occidente y su principal adversario: esa URSS reciclada que es la Rusia de Putin

MARIO VARGAS LLOSA [Alias Varguitas] 07/09/2008

La primera lección de lo ocurrido en Georgia en las últimas semanas es que su presidente, Mijaíl Saakashvili, por más amigo que sea de Occidente y por más esfuerzos que haya hecho para democratizar su país, actuó de manera irresponsable con la acción armada que desencadenó en la noche del 7 de agosto para acabar con la secesión de Osetia del Sur, pues sirvió en bandeja a Vladimir Putin y Dimitri Medvédev, escaldados con la independencia de Kosovo, el pretexto ideal para hacer una demostración de fuerzas y advertir a los antiguos países vasallos de Rusia durante la Unión Soviética a lo que se arriesgan si perseveran en su empeño de emanciparse del todo de la antigua potencia colonial y, sobre todo, de alinearse con el mundo democrático y liberal. La llamada de atención va dirigida, aunque no se diga, sobre todo a Ucrania, otro polvorín que podría inflamarse en cualquier momento. Por eso, el presidente ucraniano, Víktor Yúshenko, reconoció: "Lo sucedido es una amenaza para todos".

El resultado de esa provocación irreflexiva de su mandatario ha sido trágico para el pueblo georgiano, que, además de los centenares de víctimas que ha sufrido con la invasión rusa, las cuantiosas pérdidas materiales y los cerca de 180.000 refugiados que viven ahora en improvisadas tiendas de campaña, privados de sus hogares, sus bienes y su trabajo, deberá resignarse por mucho tiempo a la pérdida de parte de su territorio. El reconocimiento por Rusia de Osetia del Sur y Abjazia -un primer paso antes de su probable absorción- aleja a las calendas griegas la posibilidad de que Georgia recupere alguna vez esas regiones arrebatadas a su soberanía.

Aunque el Gobierno ruso prometió que retiraría sus fuerzas militares a las posiciones que ocupaban antes del 7 de agosto, lo cierto es que no lo ha hecho y sin duda no lo hará. A partir de ahora, tanto Osetia del Sur como Abjazia serán dos avanzadas del expansionismo estratégico de la cada vez más arrogante Rusia, que, envalentonada con la dependencia en petróleo y gas en que tiene a Europa y con la consolidación de su sistema autocrático -más del 70% de popularidad según las últimas encuestas premia al Gobierno por su hazaña georgiana-, acaba de dejar establecido en los manuales escolares que Stalin "fue el más exitoso gobernante ruso del siglo XX" y que sus asesinatos masivos fueron "medidas necesarias, aunque excesivas, para mantener la disciplina" en el país.

Los demócratas rusos quedan, pues, informados. La brutalidad está, de nuevo, en el orden del día en la tierra de los zares y de Lenin y justificada por las razones nacionalistas acostumbradas. Y para que nadie se llame a engaño ahí está lo que acaba de ocurrirle, en Ingushetia, al periodista disidente Magomed Yevloyev, asesinado en el recinto de la policía, y cuya muerte, al igual que la de Anna Politkóvskaya, ejecutada por un pistolero en la puerta de su piso en Moscú en octubre de 2006, muestra los riesgos del ejercicio de la crítica libre en la Rusia de Putin y, mientras escribo este artículo, la CNN anuncia que otro periodista ruso disidente, Telman Alishaev, acaba de ser asesinado en Tdagestan al volante de su automóvil.

El presidente Saakashvili y muchos georgianos están sorprendidos con la lenidad de la reacción de Estados Unidos y la Unión Europea ante la invasión rusa a su país, que no ha ido más allá de algunas declaraciones retóricas y medidas tan poco eficaces como postergar las negociaciones para firmar un nuevo acuerdo comercial con Rusia previstas para fines de septiembre o despachar a Moscú a Sarkozy, Solana y Barroso para pedir al Gobierno ruso que cumpla con su promesa de alto el fuego. La posibilidad de aplicar sanciones fue descartada de entrada por los 27 países de la Unión Europea, para no poner en peligro el abastecimiento de energía y las inversiones de empresarios y banqueros occidentales en Rusia. ¿Creían aquellos ingenuos caucasianos que los países occidentales iban a ir a la guerra para defenderlos? Pues lo sucedido les ha abierto los ojos sobre esta lastimosa verdad: la zona de influencia de las viejas potencias sigue existiendo y ésta y las nuevas tropelías que pueda cometer Rusia en la suya quedarán impunes, porque ni Estados Unidos ni Europa van a arriesgarse a un conflicto militar con una potencia atómica mientras no se vean directamente amenazados. Y es seguro que Rusia no va a arriesgarse tampoco a un desafío directo -lo que equivaldría a un suicidio- a su viejo y nuevo adversario.

Esta es la tercera lección: la guerra fría, que parecía terminada, ha renacido de sus cenizas y marcará las relaciones futuras entre el Occidente democrático y la Rusia autocrática en los años venideros, sin la espectacularidad y beligerancia de antaño, con nuevas alianzas y peones, pero haciendo correr, de tiempo en tiempo, igual que en el pasado, un escalofrío de terror en el mundo entero ante la perspectiva de que, por un accidente o un mal cálculo de los dos grandes adversarios, estalle un conflicto a gran escala y hasta un apocalipsis nuclear.

La recomposición de fuerzas estratégicas en esta nueva guerra fría es un hecho flagrante. La mayor sorpresa en las últimas semanas se la ha llevado Rusia, al descubrir que el llamado grupo de Shangai, conformado por las antiguas repúblicas asiáticas de la Unión Soviética más China, en vez de legitimar su intervención militar y actuar como un aliado, mostrara su distancia y emitiera un comunicado, en el que la mano de Pekín era inequívoca, pronunciándose con absoluta neutralidad frente a lo ocurrido y exhortando tanto a Rusia como a Georgia a resolver su diferendo mediante negociaciones. China puede ser, en el futuro, un peligroso adversario del Occidente, pero en lo inmediato, lo que el Gobierno chino ve con creciente alarma no es el mundo democrático sino la resurrección de los inmemoriales reflejos imperialistas y expansionistas de Rusia, país con el que tiene muchos miles de kilómetros de fronteras. Y es perfectamente comprensible que países como Tayikistán y Kazajistán traten de tomar precauciones, asustados con la idea de volver al vasallaje pasado, identificándose con China en el empeño de ésta de advertir a Rusia que sus apetitos imperiales deben tener un límite.

Es posible, y muy lamentable, que el lento proceso de reducción de armas nucleares que estaba en marcha entre Estados Unidos y Rusia se vea frenado y acaso cancelado con este renacimiento de una guerra fría de baja intensidad entre el Este y el Oeste. Pero es difícil que se mantenga con la crispación que ha surgido y con el temor, más que comprensible, en todo el conglomerado de antiguos países de la Unión Soviética, de que la intervención armada en Georgia sea sólo un jalón en un proceso de recuperación por los dueños del Kremlin de su antiguo dominio imperial. Por lo pronto, la oposición al sistema de misiles concebido por Estados Unidos como una defensa contra los "Estados terroristas" va a disminuir considerablemente a raíz de lo sucedido. De hecho, en Polonia, las reticencias del Gobierno a un acuerdo al respecto con Washington desaparecieron de la noche a la mañana y aquél se firmó casi de inmediato luego de las acciones militares del 7 de agosto.

En Estados Unidos, el candidato republicano a la Presidencia, John McCain, es el directo beneficiario de las iniciativas en el Cáucaso del tándem Putin-Medvédev y el demócrata Obama el perjudicado. [Sospecho que esta parte es del becario, porque casi acierta] No es la primera vez que el Kremlin da señales de preferir en la Casa Blanca a un conservador duro que a un demócrata blando con reflejos pacifistas. Esta preferencia tiene cierto sentido, pero sólo en los dominios político y de relaciones públicas, pues un mandatario norteamericano partidario de la confrontación tiene asegurada una impopularidad internacional que puede favorecer a Rusia y a cualquier adversario de Estados Unidos. Pero no en el dominio militar pues, recordemos, fue la puja que Ronald Reagan entabló con lo que parecía la delirante guerra de las galaxias la que precipitó el derrumbe primero económico y luego político del régimen soviético.

Rusia ha salido victoriosa en toda la línea en la imprudente guerra del Cáucaso desatada por Mijaíl Saakashvili. Pero, a medio plazo, ¿la beneficia o perjudica la invasión de Georgia? Por lo pronto, su imagen de país que, con la caída del comunismo, comenzaba, con toda clase de traspiés por supuesto, a democratizarse y a funcionar como país confiable en el concierto de las naciones, se ha eclipsado. Ya nadie puede negarse a ver, en la Rusia de Putin, a la vieja autocracia rusa prepotente, ahora ensoberbecida por su poderío energético, que echa una sombra amenazadora sobre el mundo occidental y principalmente sobre Europa. [Uuuhhuuhuuhuuu... Lo siento, no he podido evitarlo]

Es obvio que esto va a influir de inmediato en la conducta de los países occidentales en materia estratégica y militar. ¿Cuál debería ser, a este respecto, su política con los antiguos países sometidos al vasallaje soviético? Apoyarlos, desde luego, e, incluso, incorporarlos a la OTAN si así lo desean, al mismo tiempo que frenarlos si, como ha ocurrido con Georgia, sienten la tentación de violentar los límites y olvidan que, en contra de lo que dicen las gacetillas, el principal adversario del Occidente no es por ahora China, sino esa URSS reciclada que es la Rusia de Putin.
http://www.elpais.com/articulo/opinion/ ... opi_11/Tes

:lol: :lol: :lol:

Todavía no sé con cuál me he tronchado más. ¡Y el ínclito aspira a un Nobel!

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casarusia
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Re: Georgia la monta bien gorda

Mensaje por casarusia »

No es de excluir que Varguitas padezca alguna enfermedad degenerativa del sistema neuronal. Lo digo en serio, porque resultar tan mezquino no es algo que resulte tan sencillo por mucho talento que se tenga. O que se haya tenido.
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Riego
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Re: Georgia la monta bien gorda

Mensaje por Riego »

casarusia escribió:No es de excluir que Varguitas padezca alguna enfermedad degenerativa del sistema neuronal. Lo digo en serio, porque resultar tan mezquino no es algo que resulte tan sencillo por mucho talento que se tenga. O que se haya tenido.
Eso parece.
Pero no hay que olvidar que tener talento en algo, incluso ser inteligente en ciertas parcelas, no le hace a uno experto o conocedor de todo. Existen personas bastante inteligentes, o cultas, que políticamente están del lado de auténtica gentuza.

Nurgle
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Re: Georgia la monta bien gorda

Mensaje por Nurgle »

Menú a la rusa

Por: NÉSTOR NÚÑEZ (inter@bohemia.co.cu)

(11 de septiembre de 2008)

La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), alborota en los foros internacionales. Washington estima inadmisible lo que ocurre. Ambos siguen remitiendo armas y dinero al Gobierno de Mijail Saakashvili al tiempo que claman por el “respeto a la integridad territorial de Georgia”. Mientras, en Moscú, Dmitri Medvedev y Vladimir Putin esperan impasibles por la elección de los comensales... pero el menú es totalmente ruso.

Ahora, bien vistas las cosas, no fue el Krenlim quien abrió las compuertas del caos. Osetia del Sur y Abjasia, en el Cácuaso, emergieron de la disolución de la URSS como repúblicas autónomas dentro de suelo georgiano, solo que el Gobierno pro otanista de Saakashvili las quiere anexadas, no importa lo que piensen o deseen sus pobladores. Cumpliría dos propósitos con ello: reunir la exigencia occidental de incorporar naciones sin conflictos internos al Pacto Atlántico, a la vez que ofrecería un pastel compacto a quienes desde Washington intentan cercar a Rusia y controlar los yacimientos y rutas petroleros. Así de simple.

Y a partir de semejante “programa”, los ejércitos georgianos irrumpieron este agosto en Osetia del Sur, masacraron miles de civiles, y proclamaron, con el aplauso de Occidente, la “unidad nacional”.

Al parecer nadie esperaba de Moscú un golpe demoledor. En todo caso la formal protesta diplomática, y cuando más el interminable debate en los organismos internacionales, mientras el tiempo sentaba las bases del total dominio de Georgia sobre los sudosetios.

Sin embargo, la Rusia de hoy parece haber dejado de ser la olla de grillos de los tiempos de Mijail Gorbachov y Boris Yelsin, sumida en el desorden, la abulia, el trasiego indiscriminado de propiedades e influencias, el resquebrajamiento de sus entidades militares, y el autodescrédito, entre otras “obras maestras” del “cambio”.

Y las fuerzas armadas del gigante euroasiático marcharon al rescate y protección de la autonomía de Osetia del Sur, desalojaron en horas a los agresores, ocuparon arsenales norteamericanos entregados a los georgianos, y aseguran que pueden aparecer pruebas fehacientes de que incluso estadounidenses participaron en la descoyuntada invasión ordenada por Saakashvili.

Por si fuera poco, el Krenlim reconoció oficialmente el derecho a la independencia de Abjasia y Osetia del Sur, y proclamó que no teme a una nueva guerra fría si es impuesta por los oponentes, mientras sus nuevos misiles intercontinentales Topol RS 12M surcaban los polígonos de prueba con inusitada eficiencia. Es más, para el primer ministro Vladímir Putin, la decisión de la Casa Blanca de tensar el clima político en el Cáucaso pretende favorecer al candidato presidencial republicano John McCain, al hacer creer al electorado que solo con un gobierno de halcones puede Estados Unidos garantizar su traumatizada “seguridad nacional”.

Lo cierto es que Moscú, que debió asistir a la extensión de la OTAN hacia el este europeo, al desmembramiento yugoslavo, y a la irrupción sobre sus fronteras del escudo antimisiles norteamericano, parece decidida a apretar las bridas y frenar a toda costa el caballo loco del desboque imperial.

Para colmo, no faltan los que desde castillos de pretendida pureza política hablan de “expansionismo y geopolítica rusa en el Cáucaso”, en el afán de desacreditar al Kremlin y sus acciones en Osetia del Sur.

A esos bien vale preguntarles si prefieren acaso la nefasta unipolaridad diseñada por Washington, y un planeta donde un imperio agresivo dicte las normas sin el más mínimo chistar en contra.

Rusia desde luego que esgrime razones de seguridad para decir no a la aventura otanista en Osetia del Sur, o para encabritarse por la presencia de radares y misiles norteamericanos en Polonia y la República Checa. Solo que con la radical diferencia de que Moscú no proclama aventuras militares de conquista al estilo de Afganistán o Iraq, ni tampoco esgrime el ruido de las armas como el instrumento clave para sus relaciones con el resto del mundo.
Camarada Lobo sabe a quien se come y no le pregunta a nadie si puede comerselo.
V. Putin
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Re: Georgia la monta bien gorda

Mensaje por SpetzNatz. »

A mi lo que me preocupa ahora es que, pese a que Rusia ha desmantelado y destruido gran parte de las bases militares del oeste de Georgia y ha dejado en casi K.O a sus Fuerzas Armadas, la recuperación venga de manos de Estados Unidos de una manera rapidisima y en 4 años tengamos a un nuevo Saakashvili con una renovada retórica "unificadora" y agresiva y junto a ella, una nueva intervención militar pero esta vez con un apoyo más directo por parte de ciertos países.

El pueblo georgiano y la oposición ya le está pidiendo cuentas a Saakashvili. Esperemos que le fuerzen a dimitir por el bien de la región en su conjunto.

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Re: Georgia la monta bien gorda

Mensaje por Kozhedub »

Las acusaciones de Puitin acerca de una presunta intervención de tropas de terceros países en la guerra contra Georgia van tomando cuerpo conforme se va clasificando el material obtenido durante la ocupaciómn de algunas áreas del territorio georgiano:
Rusia presentará a las entidades internacionales competentes pruebas que demuestran que los soldados georgianos Georgia destinados a los cuerpos de paz en la zona del conflicto con Abjasia fueron entrenados en actividades de sabotaje por expertos extranjeros, informó el jefe de la Fiscalía Militar de Rusia Serguéi Fridinski.
Podéis ver algunas fotos en el siguiente enlace, si bien en ellas se ve a los militares "foraneos" adiestrando a las tropas georgianas, no combatiendo junto a ellas:
http://www.voltairenet.org/article158039.html

Veremos que pruebas añade la fiscalía en los próximos días.
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Re: Georgia la monta bien gorda

Mensaje por Tsiolkovsky »

Kozhedub, la verdad es que a mí Voltairenet no me inspira mucha confianza. No sé qué quieren demostrar con esas fotos de soldados americanos y georgianos posando juntos. Ya sabemos de sobra que los EEUU han armado y entrenado a los georgianos y que han hecho varias maniobras conjuntas...incluso podrían ser fotos tomadas en Irak.

Por otro lado, espero que si las autoridades rusas tienen pruebas de la participación directa de tropas americanas (¿serían tan idiotas?...me temo que sí), que las pongan a disposición del público.

Un saludo.

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Re: Georgia la monta bien gorda

Mensaje por Kozhedub »

Por eso manejo los datos de esa página con la misma prudencia que los de "El País" o "ABC", por ejemplo, tienen una acusada tendencia al sensacionalimso de izquierdas (los otros escoran a la otra banda). En efecto, en esas fotos yo no veo a los asesores norteamericanos en acciones de combate, sólo adiestrando; la fuente citada por RedVoltaire es Novosti, si se avanza algo en esa dirección seguramente publicarán más pruebas. No obstante, con las semanas transcurridas y lo poco que se ha visto, o están manejando el tema con mucha cautela o no es tanto como dicen.

Saludos.
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Re: Georgia la monta bien gorda

Mensaje por Nurgle »

Los neoconservadores y Georgia (por Noam Chomsky)Noam Chomsky
Publicado: 14/09/2008 11:44

Horrorizado por las atrocidades que cometieron las fuerzas invasoras estadunidenses en las Filipinas, y por el vuelo retórico acerca de las nobles intenciones que acompañan de manera rutinaria los crímenes de Estado, Mark Twain admitió que estaba incapacitado para blandir la formidable arma de la sátira.

El objeto de su frustración era el famoso general Frederick Funston. “Ninguna sátira sobre Funston puede llegar a la perfección”, lamentó Twain, “pues Funston ocupa esa cumbre por su cuenta... (él es) la sátira encarnada”. La conjetura de Twain pareció repetirse en recientes semanas, durante la guerra entre Rusia, Georgia y Osetia del Sur.

George Bush, Condoleezza Rice y otros dignatarios invocaron de manera solemne la santidad de Naciones Unidas, y advirtieron que Rusia podría ser excluida de las instituciones internacionales, al “adoptar acciones en Georgia que contradicen” los principios de la ONU.

La integridad territorial y la soberanía de todas las naciones debe ser acatada de manera rigurosa, señalaron. Cuando aludían a “todas las naciones” excluían al parecer aquellas que Estados Unidos elige atacar: Irak, Serbia, tal vez Irán, y una larga, familiar, lista de otras.

El socio menor se unió al coro. El secretario de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, David Miliband, acusó a Rusia de comprometerse en “formas de diplomacia propias del siglo XIX”, al invadir un Estado soberano, algo que Gran Bretaña nunca haría en la actualidad.

Tales actos, añadió Miliband, “no son la forma en que las relaciones internacionales deben concretarse en el siglo XXI”. De esa manera, sumó su voz a la de Bush, quien dijo que la invasión de un “Estado soberano vecino... es inaceptable en el siglo XXI”.

El juego entre la sátira y la vida real se hace “inclusive más iluminador”, escribió Serge Halimi en Le Monde Diplomatique, “cuando para defender las fronteras de su país, el encantador y pro estadunidense (Mijail) Saakashvili repatria parte de los 2 mil soldados que había enviado a invadir Irak”, uno de los más grandes contingentes despachados a la nación árabe, aparte de los dos estados guerreros.

Prominentes analistas se unieron al coro. Fareed Zakaria aplaudió la observación de Bush de que la actitud de Rusia es inaceptable en la actualidad, a diferencia del siglo XIX, “cuando la intervención de Rusia hubiera sido considerada un procedimiento normal para una gran potencia”. Por tanto, debemos desarrollar una estrategia para que Rusia “ingrese al mundo civilizado”, donde la intervención es impensable.

Siete de los miembros del Grupo de los Ocho, las principales potencias industriales del mundo, emitieron un comunicado “condenando la acción de nuestro miembro del G-8”, Rusia, pues aún no entiende el compromiso angloestadunidense de no intervención. La Unión Europea realizó una reunión de emergencia, algo bastante infrecuente, para condenar el crimen de Rusia. Fue la primera reunión de ese tipo desde la invasión de Irak, que por cierto no generó condena alguna de la UE.

Rusia pidió una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU, pero no se llegó a consenso alguno pues, de acuerdo con los diplomáticos del consejo, Estados Unidos, Gran Bretaña y otros rechazaron una frase que pedía a ambas partes “renunciar al uso de la fuerza”.

Las reacciones recuerdan las observaciones de George Orwell sobre “la indiferencia ante la realidad que exhibe un nacionalista”, quien “lejos de desaprobar las atrocidades cometidas por su propio bando... tiene una notable capacidad para no escuchar nada acerca de ellas”.

La básica historia no está seriamente en disputa. Osetia del Sur y Abjasia (que tienen puertos en el mar Negro) fueron asignadas por José Stalin a su nativa Georgia. (Ahora, los dirigentes occidentales señalan con firmeza que las órdenes de Stalin deben ser respetadas).

Las provincias disfrutaron de cierta autonomía hasta el colapso de la Unión Soviética. En 1990, el ultranacionalista presidente de Georgia, Zviad Gamsakhurdia, abolió las regiones autónomas e invadió Osetia del Sur. La guerra que siguió dejó mil muertos y decenas de miles de refugiados.

Una pequeña fuerza rusa supervisó una tregua prolongada, difícil, que fue rota el 7 de agosto cuando el presidente georgiano Saakashvili ordenó a sus fuerzas invadir.

De acuerdo con “gran cantidad de testigos”, informó The New York Times, el ejército de Georgia comenzó a “bombardear sectores civiles de la ciudad de Tsjinvali, así como la base de las fuerzas de paz de Rusia, usando artillería pesada y cohetes”.

La predecible respuesta de Rusia fue desalojar a las fuerzas georgianas del sur de Osetia. Rusia procedió a continuación a conquistar partes de Georgia, y luego se retiró parcialmente a las cercanías de Osetia del Sur. Hubo muchas bajas y atrocidades. Tal como es normal, los inocentes sufrieron mucho.

Como telón de fondo de la tragedia en el Caúcaso hay dos asuntos cruciales. Uno es el control del gas natural y de los oleoductos desde Azerbaiyán hasta Occidente.

Georgia fue elegida por Bill Clinton para circunvalar a Rusia y a Irán, también fuertemente militarizada para ese propósito. Por lo tanto, Georgia representa “un valor estratégico muy grande para nosotros”, observa Zbigniew Brzezinski.

Es de notar que los analistas se están poniendo menos reticentes para explicar los reales motivos de Estados Unidos en la región, a medida que los pretextos de sombrías amenazas y de liberación se desvanecen y se hace más difícil eludir las demandas para que retire sus tropas de ocupación de Irak. Es por eso que los editores de The Washington Post criticaron a Barack Obama por considerar Afganistán “el frente central” para Estados Unidos. El periódico recordó que Irak “se halla en el centro geopolítico de Medio Oriente y contiene algunas de las reservas de petróleo más grandes del mundo”, y que la “importancia estratégica de Afganistán empalidece con relación a Irak”. Una bienvenida, aunque tardía, admisión de la realidad de la invasión estadunidense.

El segundo tema de división en el Cáucaso es la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte en dirección al este. Cuando la Unión Soviética se derrumbó, Mijail Gorbachov aceptó una concesión que resulta asombrosa a la luz de la historia reciente y de las realidades estratégicas: aceptó que una Alemania unida se uniera a una alianza militar hostil.

Gorbachov aceptó la concesión sobre la base de “garantías” de que la OTAN no ampliaría su jurisdicción hacia el este, “ni una sola pulgada” en las exactas palabras (del entonces secretario de Estado) Jim Baker, de acuerdo con Jack Matlock, embajador de Estados Unidos en Rusia en los cruciales años de 1987 a 1991.

Clinton rápidamente abjuró de ese compromiso, y también desechó los esfuerzos de Gorbachov para poner fin a la guerra fría mediante una cooperación entre los socios. Y la OTAN rechazó una propuesta rusa para una zona libre de armas nucleares entre el Ártico y el mar Negro, que podría haber “interferido con planes para ampliar la OTAN”, según Michael McGwire, un analista de estrategia y quien trabajó en la OTAN en tareas de planificación.

Las esperanzas de Gorbachov fueron abandonadas ante el triunfalismo estadunidense.

Los pasos de Clinton fueron rápidamente escalados por la agresiva postura y las acciones de Bush. Matlock escribe que Rusia podría haber tolerado la incorporación de ex satélites de Rusia en la OTAN si Estados Unidos “no hubiera bombardeado Serbia y hubiera continuado su expansión. Pero, en definitivas cuentas, misiles balísticos en Polonia y la intención de que Georgia y Ucrania se unieran a la OTAN, cruzaron las líneas rojas. Y la insistencia en reconocer la independencia de Kosovo fue el colmo. Putin ha aprendido que las concesiones a Estados Unidos no resultaban recíprocas, sino que eran utilizadas para promover el control de Estados Unidos sobre el mundo. Una vez que tuvo la fuerza de resistir, lo hizo”, en Georgia.

Se habla mucho sobre una “nueva guerra fría” instigada por la brutal conducta de Rusia en Georgia. Hay motivos para alarmarse por contingentes navales de Estados Unidos en el mar Negro –algo homólogo en el Golfo de México difícilmente sería tolerado– y por otras señales de confrontación. Las recientes visitas del vicepresidente Dick Cheney a Georgia y Ucrania son temerariamente provocadoras.

De todas maneras, parece muy difícil que exista una nueva guerra fría. Para evaluar la posibilidad, debemos tener en cuenta con claridad la vieja guerra fría. Más allá de la retórica, la guerra fría fue en la práctica un pacto tácito en el cual cada uno de los rivales tenía libertad para apelar a la violencia y a la subversión a fin de controlar sus dominios. Para Rusia, eran sus vecinos orientales. Para la superpotencia global, la mayor parte del mundo.

Una alternativa sensata es la visión de Gorbachov rechazada por Clinton y socavada por Bush. Un consejo sensato fue ofrecido hace poco por el ex ministro de Relaciones Exteriores de Israel e historiador Shlomo Ben Ami. En un artículo escrito en la prensa libanesa, Ben Ami dijo que “Rusia debe buscar una genuina asociación estratégica con Estados Unidos, y Estados Unidos debe entender que, cuando Rusia es excluida y despreciada, puede arruinar las cosas a escala global. Ignorada y humillada por Estados Unidos desde que concluyó la guerra fría, Rusia necesita incorporarse a un nuevo orden global que respete sus intereses como una potencia que resurge, no con una estrategia antioccidental de confrontación”.

Los ensayos de Noam Chomsky sobre lingüística y política acaban de ser recolectados en The Essential Noam Chomsky, editados por Anthony Arnove y publicados por The New Press. Chomsky es profesor emérito de lingüística y filosofía en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, en Cambridge.
Camarada Lobo sabe a quien se come y no le pregunta a nadie si puede comerselo.
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mtsyri
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Re: Georgia la monta bien gorda

Mensaje por mtsyri »

Sobre el artículo de Chomsky, para el que le interese leerlo entero, dejo el enlace.
Casualmente lo había visto esta mañana y me lo había bajado con vistas a leerlo con
tiempo, ya que mi inglés es muy pobre y tengo que estar manejando el diccionario continuamente. Gracias Nurgle, así tengo que traducir menos.

http://www.counterpunch.org/chomsky09112008.html

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Georgi
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Re: Georgia la monta bien gorda

Mensaje por Georgi »

Las pruebas del delito: EEUU implicada en la agresión de Georgia a las repúblicas de Osetia y Abjazia.



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Moscú muestra las evidencias


Soldados de EEUU especialistas en sabotaje implicados y apoyando la agresión de Georgia


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por Red Voltaire


Cuando el Primer ministro de Rusia, Vladimir Putín, afirmaba al periodista de la TV norteamericana CNN que el ataque de Georgia a Osetia del Sud y el genocidio de ciudadanos rusos residiendo allí era un ataque promovido por los Estados Unidos y que tropas de este país habían participado activamente, el presidente de Rusia hablaba con conocimiento de causa. Los soldados georgianos destinados a cumplir misiones de paz fueron adiestrados e infiltrados por soldados extranjeros para realizar actividades subversivas y de sabotaje.


La desbandada ante el avance de las tropas rusas no les dió tiempo de recoger el material...


Rusia presentará a las entidades internacionales competentes pruebas que demuestran que los soldados georgianos (Georgia) destinados a los cuerpos de paz en la zona del conflicto con Abjasia fueron entrenados en actividades de sabotaje por expertos extranjeros, informó el jefe de la Fiscalía Militar de Rusia Serguéi Fridinski.



Los locos fundamentalistas estadounidenses y sus compinches del «Eje de la Locura»

Artículo de opinión de la redacción.

Efectivamente, los locos fundamentalistas estadounidenses del clan Bush -de turno en el poder-, la oligarquía financiera oculta que dirige de verás este país y todos sus compinches en el mundo, aliados a este «Eje de la Locura», aliados evidentemente por intereses económicos y de ideología capitalista de rapiña, desempeñando estos últimos el rol de vasallos, como lo son desgraciadamente los países europeos de la OTAN, con el siniestro y actual presidente francés a la cabeza del grupo, Israel y otros belicosos que quieren prender la mecha para una Tercera Guerra Mundial.


Lo más sorprendente de todo esto es la inacción de la sociedad civil europea, la falta de reacción o protesta, al menos en su forma intelectual, el vacío de todos estos pueblos «cultos» y «civilizados» que constituyen la gran «democracia» europea. Una sociedad en la opulencia económica pero incapaces de ver que lo que se está gestando a sus puertas. De ver el peligro que acecha a sus intereses, porque una nueva guerra mundial sólo puede favorecer a la industria militar estadounidense y a su economía en pleno declive.


¿Hasta cuando vamos a permitir que unos locos guerreros y belicosos políticos estadounidenses sigan fomentando sabotajes, creando pretextos para que los pueblos se afronten, financiando las revueltas, secuestros, suministrando armas a diestra y siniestra, auspiciando derrocamientos de presidentes, caos social, tanto en Bolivia, cómo en África y otras partes del mundo?


¿Hasta cuando vamos a permitir que estos locos fundamentalistas de la guerra decidan el destino de la Humanidad? Perdón, no sólo locos, ya están apareciendo las locas, como la Sra. Sarah Palin, candidata a la vicepresidencia republicana 2008, que acaba de amenazar a Rusia con guerra si vuelve invadir a Georgia, ¡Cuándo es la política de su país la que está tratando de invadir y dominar a todo el mundo! A través de toda su historia...


De la prensa no esperemos nada, es el medio por el cual nos lavan el cerebro, nos desinforman con mentiras, nos manipulan día y noche. La prensa corporativa internacional, desde hace tiempo que está controlada por el «Eje de la Locura», dicho de otra manera trabaja para ellos.

A continuación las evidencias rusas del ataque de Georgia, cuya verdadera causa ha sido la de probar la reacción rusa en caso de un ataque de Estados Unidos a Irán. Recordemos que el ataque se efectuó cuando lo ordenó los EEUU, en ese momento el presidente Bush se encontraba ebrio en los juegos olímpicos de Pekín, lo que nos demuestra que este país no es dirigido desde hace tiempo por el gobernante de turno.



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«En las fotografías se distingue claramente que junto a los soldados georgianos se encuentran personas uniformadas con insignias de otros países que los adiestraron en actividades subversivas, en particular la fabricación artesanal de bombas para actos de sabotaje y para ocasionar bajas entre la población civil», indicó Fridinski.
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«En condiciones normales, en esos puestos de control los soldados georgianos deberían ser entrenados en labores para el salvamento de civiles, pero las fotografías demuestran que fueron entrenados para la comisión de actos subversivos», subrayó el jefe de la Fiscalía Militar de Rusia.
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Una de las fotografías proporcionadas por las autoridades de Abjasia.
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Los soldados georgianos destinados a cumplir misiones de paz fueron adiestrados en actividades subversivas.

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Fridinski mostró a periodistas fotografías tomadas en la zona del desfiladero del Kodori, hasta el pasado mes de agosto controladas por las tropas georgianas de paz en la zona de conflicto entre Georgia y Abjasia.
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http://www.voltairenet.org/article158039.html

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Georgi
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Re: Georgia la monta bien gorda

Mensaje por Georgi »

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Hay que reconocer que este parece salido de una película de Woody Allen... :lol:

serguey
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Re: Georgia la monta bien gorda

Mensaje por serguey »

Rusia tendria que usar las mismas armas mediaticas que EEUU y denunciar a Sakasivili en el tribunal de la Haya por genocidio. :x

Nurgle
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Re: Georgia la monta bien gorda

Mensaje por Nurgle »


Ajedrez geopolítico: el trasfondo de una miniguerra en el Cáucaso
Immanuel Wallerstein

En agosto el mundo fue testigo de una miniguerra en el Cáucaso, y su retórica fue apasionada aunque en gran medida irrelevante. La geopolítica es una gigantesca serie de juegos de ajedrez entre dos jugadores en que ambos buscan ventajas en su posición. En estos juegos, es crucial conocer las reglas actualizadas que gobiernan las jugadas. Los caballos no pueden moverse en diagonal.

De 1945 a 1989, el principal juego de ajedrez ocurrió entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Se le conoció como guerra fría y las reglas básicas fueron llamadas, metafóricamente, “Yalta”. La regla más importante tenía que ver con una línea que dividió Europa en dos zonas de influencia. Winston Churchill la llamó la “cortina de hierro” e iba de Stettin a Trieste. La regla era que sin importar qué tantos disturbios provocaran los peones en Europa, no debía haber enfrentamientos bélicos reales entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Al finalizar cada una de las instancias de disturbio, las piezas regresaban a su posición inicial en el juego. Estas reglas se cumplieron meticulosamente hasta el colapso de los comunismos en 1989, que estuvo marcado, muy notablemente, por la destrucción del Muro de Berlín.

Es perfectamente cierto, como todo el mundo lo observó en su momento, que las reglas de Yalta quedaron abrogadas en 1989 y que el juego entre Estados Unidos y la Rusia (de 1991) ha cambiado radicalmente. Desde entonces el principal problema es que Estados Unidos malentendió las nuevas reglas del juego. Se proclamó a sí mismo, y fue proclamado por otros, como la superpotencia única. En términos de las reglas de ajedrez, esto se interpretó como que Estados Unidos podía moverse por todo el tablero a su antojo y, en particular, que podía transferir los antiguos peones soviéticos a su esfera de influencia. En el régimen de Clinton, y más espectacularmente con George W. Bush, Estados Unidos procedió a jugar de este modo.

Había un problema con esto: Estados Unidos no era la única superpotencia; no era ya siquiera una superpotencia, para nada. El fin de la guerra fría significó que Estados Unidos fuera degradado: de ser una de las dos superpotencias pasó a ser un Estado fuerte en una verdadera distribución multilateral de poder real en el sistema interestatal. Muchos países grandes pudieron ahora jugar sus propios juegos de ajedrez sin consultar sus jugadas con alguna de las dos antiguas superpotencias. Y comenzaron a jugar así.

Dos importantes decisiones geopolíticas se tomaron en los años de Clinton. Primero, Estados Unidos pujó duro, y más o menos logró, incorporar como miembros de la OTAN a los antiguos satélites soviéticos. Estos países estaban ansiosos, ellos mismos, de entrar, aun cuando los países claves de Europa occidental –Alemania y Francia– estuvieran bastante renuentes de aceptar este curso de los acontecimientos. Consideraban la maniobra estadunidense como algo dirigido, al menos en parte, contra ellos, algo que buscaba limitar su recién adquirida libertad de acción geopolítica.

La segunda decisión clave de Estados Unidos fue convertirse en jugador activo en los realineamientos de límites al interior de la anterior República Federal de Yugoslavia. Esto culminó en la decisión de sancionar, y hacer cumplir con tropas, la secesión de facto que emprendió Kosovo de Serbia.

Aun con Yeltsin, Rusia no quedó contenta con estas dos acciones estadunidenses. Sin embargo, el desarreglo político y económico de Rusia en los años de Yeltsin fue de tal magnitud que lo único que pudo hacer fue quejarse, con bastante debilidad, debemos añadir.

El advenimiento en el poder de George W. Bush y Vladimir Putin fue más o menos simultáneo. Bush decidió impulsar la táctica de superpotencia única (Estados Unidos puede mover sus piezas como le plazca) mucho más que Clinton. En 2001, Bush se retiró de Tratado Antibalístico de Misiles firmado por Estados Unidos y Rusia en 1972. Luego anunció que Estados Unidos no ratificaría los dos nuevos tratados firmados en los años de Clinton: el Tratado de Prohibición Completa de 1996 y los cambios aprobados al tratado de desarme nuclear conocido como SALT II [segunda versión del tratado conocido como Strategic Arms Limitation Talks, diálogos para limitar las armas estratégicas]. Después Bush anunció que Estados Unidos avanzaría con sus sistema nacional de misiles defensivos [National Missile Defense].

Y por supuesto, Bush invadió Irak en 2003. Como parte de este conflicto, Estados Unidos buscó y obtuvo el derecho a establecer bases militares y a sobrevolar en las repúblicas de Asia central, que antes fueron parte de la Unión Soviética. Además, Estados Unidos promovió la construcción de ductos para transportar crudo y gas natural del Cáucaso y Asia central que evitaran pasar por Rusia. Finalmente, Estados Unidos entró en acuerdos con Polonia y la República Checa para establecer enclaves de misiles de defensa, ostensiblemente para protegerse de los misiles iraníes. Rusia, sin embargo, consideró que estos misiles estaban apuntados en su contra.

Putin decidió contestar el empuje con mucho más eficacia que Yeltsin. No obstante, como jugador prudente, maniobró primero para fortalecer su base propia –y le restauró una autoridad central efectiva y revigorizante a los militares rusos. En este punto, las mareas de la economía-mundo cambiaron y Rusia, repentinamente, se tornó en un controlador poderoso y rico no sólo en cuanto a la producción de petróleo sino del gas natural que tanto necesitan los países europeos.

De aquí en adelante Putin comenzó a actuar. Empezó a entablar relaciones con China para llegar a tratados. Mantuvo relaciones cercanas con Irán. Comenzó a empujar a Estados Unidos fuera de sus bases en Asia central. Y asumió una postura muy firme en cuanto a la extensión de la OTAN en dos zonas clave –Ucrania y Georgia.

La fractura de la Unión Soviética condujo a movimientos étnicos secesionistas en muchas de las antiguas repúblicas soviéticas, incluida Georgia. Cuando en 1990 Georgia intentó ponerle fin al estatus autonómico de sus zonas étnicas no georgianas, éstas se proclamaron estados independientes con gran celeridad. Nadie las reconoció pero Rusia les garantizó su autonomía de facto.

Los acicates recientes que condujeron a la actual miniguerra fueron dos. En febrero, Kosovo transformó su autonomía de facto en una independencia de jure. Esta maniobra fue apoyada y reconocida por Estados Unidos y muchos países de Europa occidental. En el momento, Rusia advirtió que la lógica de esta jugada se aplicaba de igual modo a las secesiones de facto de la antigua Unión Soviética. En Georgia, Rusia actuó de inmediato, por vez primera, para autorizar el establecimiento de relaciones directas con Osetia del Sur y Abjazia en respuesta directa a la independencia de Kosovo.

En abril de este año, Estados Unidos propuso en la reunión de la OTAN que se les diera la bienvenida a Georgia y Ucrania a un llamado plan de acción de membresía. Alemania, Francia y el Reino Unido se opusieron a esta acción, diciendo que esto provocaría a Rusia.

Para entonces, el presidente de Georgia, neoliberal y fuertemente pro estadunidense, Mijail Saakashvili, estaba desesperado. Se dio cuenta que la reafirmación de la autoridad de Georgia sobre Osetia del Sur (o Abjazia) se desvanecía para siempre. Así, aprovechó un momento de desatención ruso (Putin en las olimpiadas, Medvediev de vacaciones) para invadir Osetia del Sur. Por supuesto, el insignificante ejército de Osetia del Sur se colapsó por completo. Saakashvili confió en que eso le forzaría la mano a Estados Unidos (y de hecho a Alemania y Francia también).

Lo que ocurrió es que obtuvo la respuesta inmediata del ejército ruso que aplastó al pequeño ejército georgiano. Lo que obtuvo de George W. Bush fue retórica. Después de todo, ¿qué podía hacer Bush? Estados Unidos no es una superpotencia. Sus fuerzas armadas están trabadas en dos guerras en Medio Oriente, que va perdiendo. Y lo más importante de todo es que Estados Unidos necesita a Rusia mucho más de lo que Rusia necesita a Estados Unidos. El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, apuntó en un editorial de opinión del Financial Times que Rusia es “socio de Occidente en Medio Oriente, en Irán y Corea del Norte”.

Y en cuanto a Europa occidental, Rusia controla esencialmente su abasto de gas. No es casual que fuera el presidente Sarkozy, de Francia, no Condoleezza Rice, quien negoció la tregua entre Georgia y Rusia. La tregua contiene dos concesiones esenciales por parte de Georgia. Georgia se compromete a no utilizar ningún tipo de fuerza contra Osetia del Sur, y el acuerdo no contiene ninguna referencia a la integridad territorial georgiana.

Así que Rusia emerge mucho más fuerte que antes. Saakashvili apostó todo lo que tenía y ahora está en bancarrota política. Y como irónica nota al pie, Georgia, uno de los últimos aliados de Estados Unidos en su coalición en Irak, retiró sus 2 mil efectivos militares de Irak. Estas tropas jugaban un papel crucial en las áreas chiítas y ahora tendrán que ser remplazadas por tropas estadunidenses, que tendrán que retirarse de otras áreas.

Si uno juega ajedrez geopolítico, es mejor conocer las reglas, o se pierde mucho por las maniobras del contrincante.

Traducción: Ramón Vera Herrera

© Immanuel Wallerstein
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Re: Georgia la monta bien gorda

Mensaje por Georgi »

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Presidente oseta asegura que Rusia evitó un genocidio


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Moscú, 15 sep (PL) El presidente de la autoproclamada república independiente de Osetia del Sur, Eduard Kokoity, afirmó hoy que Rusia salvó al pueblo oseta de una total destrucción, al intervenir frente a la agresión de Georgia.

Al recibir al canciller ruso, Serguei Lavrov, el mandatario subrayó asimismo que el reconocimiento a la independencia constituye una garantía a la paz y seguridad en la región, estremecida por sendos conflictos con Tiflis desde la década de los años 90.

Moscú reconoció la soberanía de Osetia del Sur y de Abjasia el 26 de agosto pasado, luego de una colosal operación militar de imposición de paz a Georgia.

En las primeras declaraciones a la prensa desde Tsinvalí, Lavrov reiteró la disposición de Rusia a potenciar las relaciones diplomáticas bilaterales y la firma de un acuerdo de Amistad, Cooperación y Ayuda mutua.

Durante su primera visita a esa república, separada de Georgia desde 1992, Lavrov intercambiará detalles sobre la apertura de una sede diplomática, además de medidas enfiladas a la seguridad del territorio, después del ataque de Georgia entre el 8 y 12 de agosto.

El presidente ruso, Dmitri Medvédev, aseguró este lunes que en breve plazo quedará definido el estatus jurídico internacional del contingente que emplazará el Kremlin en Osetia del Sur y Abjasia, en lugar de los pacificadores.

Recordó que el proyectado acuerdo de cooperación prevé la presencia en ambos territorios de tropas regulares rusas, en mutuo acuerdo con Sujumi y Tsinvalí.

El documento, que está listo para ser firmado esta semana, contiene un componente militar que incluye asistencia en rearme del ejército, restablecimiento de la infraestructura y asesoramiento.

Según Medvédev, las acciones emprendidas por Rusia para contrarrestar la agresión georgiana se basaron en la estricta observancia del derecho internacional y del mandato de las Fuerzas de Paz.

Hoy hacemos todo lo necesario para evitar una nueva recaída de la aventura militar, que pudo haber llegado más lejos, puntualizó Medvédev.


http://www.prensalatina.com.mx/article. ... 8583F69B50})


Por cierto, excelentísimo el artículo de Wallerstein sobre todo este punto de singular interés:

Estados Unidos no es una superpotencia. Sus fuerzas armadas están trabadas en dos guerras en Medio Oriente, que va perdiendo. Y lo más importante de todo es que Estados Unidos necesita a Rusia mucho más de lo que Rusia necesita a Estados Unidos.

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