El autor de este árticulo además de estar desinformado juega a ser Rappel.
Podemos hacer una encuesta para adjudicar a los Iluminados de esta semana el oro, plata y bronce, aunque no son merecedores de tan preciados metales. Que Dios reparta suerte y que pille confesados a los que tenemos que leer cosas como esta.
EL INVIERNO QUE VIENE DE RUSIA
ABC
Por ENRIQUE SERBETO
Cómo se nota que se acerca el invierno. La discusión sobre los suministros de gas ha vuelto a toda potencia y esta semana que viene, los Veinticinco celebran un Consejo Europeo en Finlandia y han invitado a cenar al presidente ruso, Vladimir Putin para asegurarse que este año no le cortará la calefacción a los ucranianos ni nos dejará sin gas a nosotros. Hay una gran diferencia con la situación del año pasado, y es el acuerdo que ha firmado Putin con la canciller Merkel para hacer de Alemania una especie de almacén mayorista de distribución de gas, pero eso está lejos de satisfacer al dirigente ruso. Lo que Putin quiere es que le dejen entrar en el capital de las empresas que distribuyen el gas que él produce, como el agricultor que se indigna al ver el precio de sus tomates en el supermercado y que se da cuenta que el mejor margen se lo han quedado los intermediarios. Además de productor, Putin quiere ser intermediario, porque así controlaría no solo el gas que Rusia nos envía de Siberia, sino cualquier otro que entre en el mercado europeo y se ganaría unos duros hasta con el de la competencia.
Ya que no podrá ser nunca miembro de la Unión, Rusia está decidida a ser la gobernanta energética de Europa y Putin quiere ejercer ese papel a toda costa. La alianza que sellaron discretamente este mes de agosto la rusa Gazprom con la argelina Sonatrach es la pinza que le faltaba al Kremlin para subir un escalón más en la pirámide del control energético. Un tercio Gazprom, otro tercio Sonatrach, el sesenta por ciento del gas que necesita Europa pasa por esta coalición de productores de la que no sabemos nada. Da miedo pensar que se les ocurra ahora formar un «tripartito» con Irán, otro de los grandes productores mundiales. Hace un año, cuando Putin amenazaba con buscarse clientes en Asia si no podía invertir sus beneficios en compañías energéticas europeas, un portavoz de la Comisión le respondió más o menos: "«¡que pruebe. También nosotros podemos buscar otros suministradores!» Pues bien, según donde vayamos a buscarlos, nos encontraremos también a Putin. ¡Sorpresa!
Después de los últimos acontecimientos crece la inquietud ante la deriva que está siguiendo esta Rusia gobernada según los métodos que su presidente aprendió en sus años de agente del KGB. El panorama no es bueno para los rusos ni para los europeos. Dicen que en las últimas semanas en Rusia se ha producido una misteriosa compra masiva de euros, cuya cifra me resisto a citar por no parecer insensato. ¿Ustedes creen que podemos esperar tranquilos el invierno?