Chepicoro escribió:Kozhedub
Y tu punto es? Es imposible correlacionar el compartamiento de la mayoria de los gobiernos con la teorîa de una escuela econômica, lo que hay en la actualidad en la mayor parte de los paîses del mundo son economîas mixtas incluyendo a la de España que toman recomendaciones ahi de donde consideren oportuno.
El que el estado intervenga para rescatar una empresa con dinero pûblico no se defiende en ningûn libro de teorîa econômica ortodoxa y dudo que puedas citar a un autor de la escuela austriaca o de chicago al respecto.
A propôsito el endeudarse lo menos posible tambien es una de las bases del liberalismo econômico.
Que algunas caracterîsticas sean liberales y otras keynesianas en una economîa es lo normal hoy en dîa, pero encuentro francamente torpe criticar al liberalismo cuando al menos en este caso, recomienda excactamente lo contrario, es decir, dejar quebrar a la empresa en problemas y que las fuerzas del mercado re ordenen de manera mâs eficiente los factores productivos.
Torpe es considerar keynesiano el modelo actualmente imperante, cuando ni tan siquiera en el tema bancario de están siguiendo sus máximas.
La formula del "dejar hacer" la aplicó la administración Hoover en la crisis del 29 y sólo sirivió para agravar las consecuencias de ésta, hasta que la política intervencionista de Roosevelt, ésta sí keynesiana, sacó las castañas del fuego a los capitalistas, pero imponiendo tasas del 90% a los beneficios de las grandes fortunas e invirtiendo en infraestructuras y obra pública o ayudas sociales, en lugar de en el rescate de bancos y demás casinos. Por cierto, la permisividad con las quiebras siempre ha sido mayúscula cuando hablamos de PYMES, pero cuando hablamos de los grandes cambia. Los grandes que impusieron otra norma liberal, la desregularización del mercado financiero o la permisividad en la fusión de los bancos comerciales y los de inversión, confiando absurdamente en que las "fuerzas de mercado" (o sea, la caradura de los grandes tiburones de las finanzas) equlibraría la situación automáticamente. El "egoísmo del carnicero" que tanto exaltaba Adam Smith. Sólo que aquí "carnicero" empieza a emplearse cada vez más en el sentido peyorativo, viendo lo que están consiguiendo con su egoísmo.
Ya que lanzas el reto, te cito un libro de economía que habla de la intervención del estado en los bancos: "El imperialismo como fase superior del capitalismo", de Vladimir Lenin. Ah, claro, es que no es ortodoxo y por eso no se enseña en los criaderos de economistas. Porque es muy bueno. No se escribió para justificar lo injustificable, sino para explicar el funcionamiento de un sistema y sus vicios. No nos confundamos: Lenin
no defendía la nacionalización de los bancos o la intervención de éstos por el estado. Simplemente
predecía el proceso como algo inevitable y consustancial a las contradicciones del sistema, entre las que se encuentra la de hablar de "libertad" cuando su propia dinámica conduce a la concentración monopolística y a la aparición de trust y empresas (industriales o financieras) de tal envergadura que acaban implicando
forzosamente al estado en sus propias crisis internas y manejos.
A ver si lo entendemos de una vez: la economía
jamás puede ser libre porque su función primordial es la de satisfacer las
necesidades humanas.
Necesidades, no caprichos. Nadie elige libre y voluntariamente tener hambre, sed, sueño o frío. Evidentemente, para un banquero no se trata de saber si podrá comer o no, sino de elegir entre langosta y caviar, por tanto resulta lógico que entienda la realidad como si de la carta de un restaurante se tratara. Pero para millones de personas el tema es bastante más serio, en absoluto lúdico; no tiene que ver con un menú, sino con una cuestión
de supervivencia. La economía es, en efecto, mixta, primero porque la realidad es de una complejidad tal que resulta imposible abarcarla desde una teoría, de la naturaleza que sea. Y segundo, y en lo que al liberalismo se refiere, porque lo "inadecuado" de su enfoque y lo palmario de sus errores de base hace que sus teorías sean de imposible cumplimiento fuera de los artificiales esquemas matemáticos bajo los que se manejan sus estudiosos. Rousseau tenía bastante claro que, entre desiguales, la "libertad" oprime, puesto que podrá ser ejercida por los fuertes para aprovecharse de los débiles. Por tanto, al final, si hay alguien libre es el rico, y su libertad coarta la del resto (que es la mayoría; ¿alguien conoce una sociedad con más ricos que pobres? Yo tampoco) Cada vez lo vemos mejor en España: todo el poder para el patrón. ¿Tiene Pareto alguna ecuación milagrosa sobre el particular? No, claro. No le pagaban para eso.
Un saludo.