Lengua: CASTELLANO
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 9788481098150
Nº Edición: 1ª
Año de edición: 2009
Plaza edición: BARCELONA

Moderador: casarusia








Gracias de nuevo. Me extrañaba un poco ese ir y venir. De todas formas, nos han inculcado la idea que en esa época cualquiera que intentaba acercarse a los escritores malditos acababa en un gulag. Cuando veo que no es así...kaptah escribió:Juli, él no volvió con su familia a la URSS en 1945. Te escribo un poco del prefacio del libro al respecto: "En otoño de 1945, Berlin, a la sazón funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores Británico, visitó la Unión Soviética por primera vez desde que emigrara en 1920, a la edad de once años. Fue durante esa visita cuando tuvo lugar su célebre encuentro con Anna Ajmatova y Boris Pasternak. Sin embargo, no glosó sus recuerdos de aquellas reuniones hasta 35 años después.
Con todo, de aquella época redactó dos informes oficiales. Concluida su misión escribió un memorándum particularmente extenso sobre la situación general de la cultura rusa, al cual otorgó, como era su costumbre, un título sin pretensiones:"Nota sobre la literatura y las artes en la república Socialista Federada de Rusia en los últimos meses de 1945". También subestimó el alcance de su informe. Adjuntó una copia del mismo a una carta del mismo fechada en marzo de 1946 y remitida a A. Harriman, el embajador estadounidense en la URSS, en la que lo felicitaba por su nombramiento como embajador en Gran Bretaña................"


Ahora queda todo más claro...kaptah escribió:Juli, te escribo un parrafillo sobre el encuentro de Ajmatova con I. Berlin en 1965: "Cuando nos reencontramos en Oxford, en 1965, Ajmatova me explicó que Stalin había sentido un ataque de furia al saber que me había permitido visitarla: "De modo que nuestra monja recibe visitas de espías extranjeros", se cuenta que comentó antes de ensartar una retahíla de obscenidades que a Ajmatova abochornaba reproducir. El hecho de que yo nunca hubiera trabajado en un organismo de inteligencia era irrelevante. Stalin consideraba espías a todos los miembros de las misiones extranjeras. Por supuesto, dijo Ajmatova, el viejo estaba por entonces fuera de sus cabales, asediado por una paranoia patológica........"
I. Berlin hizo otra visita a la URSS en 1956, tras la de 1945. En esta ocasión Ajmatova no se reunió con él, pues temía las visitas de extranjeros de no ser por orden judicial.

jajaja! creo que la frase define muy bien a ambos personajes"De modo que nuestra monja recibe visitas de espías extranjeros"