Libro curioso

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Onib
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Libro curioso

Mensaje por Onib »

Se trata de la reedición de un libro titulado "El maestro Juan Martínez que estaba allí", publicada por primera vez en 1934, perdida entre las librerías de antiguo hasta que la editorial Castillejo la reeditó en 1992. La editorial el Asteroide vuelve a publicar el texto original con un prólogo de Andrés Trapiello, quien define a Chaves Nogales como «el mejor periodista español junto con Larra».
La obra es un «reportaje novelado» que relata los avatares a los que se ven sometidos sus protagonistas y cómo se las ingeniaron para sobrevivir. Por sus páginas desfilan artistas de la farándula, pródigos duques rusos, espías alemanes, chequistas asesinos y especuladores...
Habrá que ver como le fue al "bailaor" en 1917...

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Pepe Visarión Acero
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Mensaje por Pepe Visarión Acero »

Os ofrezco el enlace al libro AQUI. Más grande imposible.

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Vladiвосток
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Mensaje por Vladiвосток »

  • Coincido con Onib que tiene que ser un libro muy curioso porque el prólogo del mismo, del escritor y poeta Andrés Trapiello, comienza así:
Sea El maestro Juan Martínez una novela, sea un reportaje o una crónica novelada, lo que lo define como libro es algo que la crítica literaria denomina con la palabra indecidibilidad, es decir aquello sobre lo que resulta imposible decidir si se trata de una cosa o de otra, si estamos ante una novela o ante un relato de hechos verídicos. En este caso el lector no sabrá nunca si quien estuvo «allí» realmente fue ese Juan Martínez, flamenco de Burgos, o el propio novelista, o si por el contrario todo está urdido a partir de los testimonios escritos y orales de otras gentes, ajenas a ambos. Allí es la ciudad de Kiev durante la guerra civil que enfrentó a los soldados zaristas y a los bolcheviques después de la revolución soviética.
  • Mas adelante el prólogo nos dice:
[...] Bien, podríamos considerar "El maestro Juan Martínez" como un preludio de "A sangre y fuego", cuando ni siquiera en el horizonte español podía vislumbrarse la guerra civil. Ya que trata este libro que tienes en la manos de otra guerra civil, y es natural que pasara igualmente desapercibido, si acaso no se le condenó a uno de esos silencios despreciables sólo porque llama nuestra atención sobre unos crímenes atroces, pero muy prestigiados intelectualmente. En un momento en que en Europa se vivía con entusiasmo el triunfo de la revolución bolchevique, con la simpatía de la mayor parte de los intelectuales europeos, que veían en el experimento soviético algo prometedor, la crónica de Chaves debió de parecer una impertinencia.

Chaves había viajado, cuando se publicó, en 1934, por medio mundo. Durante años se creyó que la pureza de la revolución había sido traicionada por quienes como Stalin, hambrientos de sangre y sedientos de venganza, sumieron al país en una inmensa ciénaga de terror y de crímenes. Los años primeros de la revolución, capitaneada por Lenin, Trotsky et alii se creyó que fueron los de las esencias del comunismo, en los que por primera vez en la historia los proletarios y campesinos miserables podían atar los perros con longanizas.

Lo que Chaves nos dice es cosa muy distinta: todos fueron unos asesinos, empezando por Lenin. Las ideas, más o menos hermoseadas por la propaganda occidental, no impidieron que se le mancharan las manos con los crímenes que cometió, como manchadas las tenía el zar a quien el mismo Lenin ordenó asesinar, con toda su familia, incluidos los niños.

«La guerra civil daba un mismo tono a los dos ejércitos en lucha, y al final unos y otros eran igualmente ladrones y asesinos; los rojos asesinaban y robaban a los burgueses, y los blancos asesinaban a los obreros y robaban a los judíos.» ¿Habla de Rusia, de España? Acaso fueron estas las palabras que oyó Chaves a Martínez, personaje real a quien conoció en París, años después de los hechos recordados por éste y en el curso de un reportaje que hacía el periodista español sobre los refugiados rusos en la ciudad francesa, tal vez fueron esas palabras, digo, las que le dieron la idea de escribir un libro.

Chaves no quiso hacer una novela. El testimonio de Martínez, que seguía trabajando en París en lo suyo, el cabaret, le impresionó. Es un relato lineal, que tras una breve obertura, pasa a labios de Martínez. Podríamos considerar este libro sus memorias rusas. No hay en ellas recuerdos íntimos, ni estudios psicológicos, casi todo discurre por el nudo de los acontecimientos.[...]
  • El final del prólogo concluye:
El resultado fue este libro original (no deja de ser curioso que revolución tan trascendente como la soviética la relate un especialista en castañuelas), un viaje que no olvida nunca la receta suprema de la literatura, a saber, que sólo el humor puede aligerar el amargo paso de la Historia.
  • Manuel Chaves tiene otros dos libros de temática rusa: Un pequeño burgués en la Rusia roja (1929) y Lo que ha quedado del imperio de los zares (1931).
  • España y Rusia, separadas por la distancia y unidas por el corazón.©
    Vladiвосток

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