Artículo de opinión de Putin

Discusión sobre política y temas sociales.

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casarusia
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Artículo de opinión de Putin

Mensaje por casarusia »

Artículo de opinión de Vladimir V. Putin que publican algunos medios de comunicación ahora que se tercia la negociación entre UE y Rusia, con los polacos dando por el culo un rato:

Financial Times (en inglés)
http://www.ft.com/cms/s/c60e9d12-7a01-1 ... e2340.html

ABC (en castellano)
http://www.abc.es/20061123/opinion-firm ... 30243.html
Europe has nothing to fear from Russia's aspirations

By Vladimir Putin

Published: November 22 2006 02:00
Last updated: November 22 2006 02:00

I would like to share my views on relations between Russia and the European Union ahead of Friday's summit in Helsinki, primarily their strategic aspects.

Russia is a natural member of the "European family" in spirit, history and culture. Though it is not striving to join the EU, when I consider the future of our relations I do not see any areas that are not open to equal, strategic co-operation based on common objectives and values. When speaking of common values, we should also respect the historical diversity of European civilisation. It would be useless and wrong to try to force artificial "standards" on each other.

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In the past few years, the EU and Russia have become important political and economic partners. Such co-operation should not be used to the detriment of relations with other countries and regions. I personally believe this policy will benefit everyone, including the EU. Our relations are becoming mature and well structured. Co-operation between our industries is gathering momentum, and our justice and interior ministries are participating energetically in dialogue. We are promoting scientific, cultural and humanitarian contactsin a streamlined and systematic manner with the goal of establishing four areas of common interest: economic issues and the environment; issues of freedom, security and justice; external security, including crisis management and non-proliferation; and research and education, including cultural aspects.

We also have similar approaches to issues of international security. Russia and the EU stand for strengthening universal regimes, primarily the non-proliferation regime. In spite of tactical differences, we have a common desire to find a fair solution to the most complicated international problems, such as the Middle East conflict or the issue of the Iranian "nuclear dossier".

Russia is closely watching the EU's evolution, not least because the pace of development of our relations and their future depend largely on changes in the EU. The Union could remain a predominantly intergovernmental association or acquire supranational functions. Russia wants its largest neighbour to be stable and predictable, and hopes that changes and expansion will not erode the EU's uniform legal framework, primarily in the sphere of ensuring equal rights to all EU people irrespective of country of origin, nationality and religion.

We are developing relations with the EU with a view to the future, not the present day. I firmly believe that dialogue should not be limited merely to technical or "industrial" issues such as quotas, tariffs and anti-dumping and technical standards, although these are important and should be addressed jointly. Rather, I think we should first decide what we want from each other over the next several decades and what we can do for our people.

Russia's approach to the future of European integration is well known. Our main objective is to create a common economic space and guarantee freedom of movement for our people, as advocated by our business, cultural and scientific communities. A long and complicated road leads to the fulfilment of these objectives, which are nevertheless quite feasible. Many partners in the EU share this approach.

We will soon start working together on a new accord to replace the partnership and co-operation agreement expiring in 2007. We hope the EU-Russia summit in November will give a boost to the negotiations. Our dialogue so far shows that we see eye-to-eye on many provisions of the future agreement. Russia thinks it should be a compact but politically significant document geared toward the future and stipulating clearly defined goals and mechanisms for equal co-operation.

I hope that joint work on this document will bring Russia and the EU closer together. Future talks should not deteriorate into an exchange of complaints. We will not be able to turn a new leaf in the history of our co-operation if we succumb to fear of growing interdependence. Those who warn of the danger of Europe becoming dependent on Russia see Russia-EU relations in black and white and try to fit them into the obsolete mould of "friend or foe". Such stereotypes have little in common with reality, but their persistent influence on political thinking and practice runs the risk of creating fresh divisions in Europe. The past must not be used to divide us, because we cannot rewrite history. Our current goal is to join forces so that Russia and the EU can build a common future as partners and allies. Russia is prepared to work for this and I hope a constructive approach will also prevail in the EU.

The writer is president of Russia

Copyright The Financial Times Limited 2006
Cooperación Rusia-UE, hacia una Europa única

Por Vladímir Putin

En vísperas de la nueva reunión que va a celebrarse mañana en Helsinki, quisiera expresar mis valoraciones sobre las relaciones Rusia-Unión Europea, deteniéndome, en primer lugar, en las cuestiones estratégicas.
Rusia, por su espíritu y sus tradiciones históricas y culturales, forma parte integrante de la «familia europea». No nos planteamos la tarea de unirnos a la Unión Europea. Pero al pensar en las perspectivas de nuestras relaciones a largo plazo, no vislumbro campos que estén «cerrados» para edificar un consorcio estratégico basado en la igualdad de derechos, en las aspiraciones comunes y los valores universales.

Al referirse a tales valores, no se puede hacer caso omiso a la diversidad de la civilización europea, formada a lo largo de la historia. Sería inútil y erróneo imponer aquí unos estándares artificiales. Quiero recalcar: apreciamos la experiencia acumulada por otros Estados, pero también Rusia, como un país con una historia de más de mil años, tiene cosas ofrecer a otros países de Europa, por ejemplo una experiencia única de coexistencia entre diferentes confesiones y etnias que se enriquecen mutuamente.

Durante los últimos años, la Unión Europea y Rusia han llegado a ser importantes socios políticos y económicos. Al mismo tiempo, nos atenemos estrictamente al principio de que esta cooperación no debe oponerse artificialmente a las relaciones que mantenemos con otros Estados y regiones. Estoy convencido de que tal enfoque responde a los intereses de todo el mundo, incluida la Unión Europea.

Nuestras relaciones mutuas adquieren un carácter maduro y bien estructurado. Se desarrolla a ritmo acelerado la cooperación sectorial. Se mantiene un diálogo activo en materia de Justicia y asuntos interiores. Se amplían los contactos científicos, culturales y humanitarios. Además, todos estos procesos se desarrollan de modo reglamentado y sistematizado, en el marco de la formación de cuatro espacios comunes: el económico; el de la libertad, la seguridad y la Justicia; el de la seguridad exterior; y el de la ciencia y la educación, incluidos los aspectos culturales.

Tenemos enfoques afines sobre los problemas de seguridad internacional. Rusia y la UE apuestan por fortalecer los regímenes universales, en primer lugar, el de no proliferación. Pese a todas las divergencias tácticas que tenemos, nos une la aspiración a encontrar un justo arreglo de los más complicados problemas internacionales, trátese de la situación en Oriente Próximo o del «dossier nuclear» iraní.

En Rusia seguimos atentamente la evolución interna de la Unión Europea, lo que resulta natural, porque el desarrollo de nuestras relaciones y sus perspectivas dependen mucho de la transformación interna de la UE, de si ésta sigue siendo una agrupación de naciones por excelencia o si va a adquirir funciones supranacionales. Estamos interesados en que nuestra vecina más grande sea estable y predecible, así como esperamos que las transformaciones y ampliaciones no lleven a diluir el homogéneo campo jurídico de la UE, en primer lugar en lo que atañe a garantizar iguales derechos para todos los habitantes de la Unión Europea, sin importar su origen, nacionalidad o religión.

Al estructurar nuestra cooperación con la UE, procuramos trazar planes a largo alcance y no vivir sólo «al día». Estoy convencido de que nuestro diálogo no debe reducirse a los problemas que sean importantes, pero cuyo fondo tenga un carácter técnico o sectorial, tales como cuotas, tarifas, antidumping o estándares. No niego la importancia de debatirlos y buscar juntos su solución. No obstante, creo que antes que nada debemos ponernos a reflexionar sobre cómo queremos vernos los unos a los otros dentro de unos decenios y qué podemos hacer para nuestros ciudadanos.

Es conocida la posición que mantiene Rusia en cuanto a las perspectivas de los procesos europeos de carácter general. Lo principal consiste en formar un espacio económico único y garantizar el libre desplazamiento a los ciudadanos. En ello están interesados los círculos empresariales, culturales y científicos. Para lograr estos objetivos, deberemos recorrer un camino bastante complicado y largo, pero los puntos de referencia trazados son realistas. Muchos en la Unión Europea comparten este enfoque nuestro.

En los próximos tiempos nos pondremos a elaborar juntos un nuevo documento básico, llamado a sustituir el que está a punto de expirar. Confiamos en que el respectivo proceso negociador pueda comenzar durante la próxima reunión de la cumbre Rusia-Unión Europea. El diálogo que estamos sosteniendo con los países europeos muestra que mantenemos posiciones bastante afines con respecto a muchos postulados del nuevo convenio. Lo concebimos como un documento compacto, sustancial en lo político y proyectado hacia el porvenir, un documento que recoja los objetivos y mecanismos de la cooperación equitativa Rusia-UE. Además, se deben definir con la máxima claridad estos objetivos.

Espero que el trabajo de elaboración del nuevo documento básico no produzca separación, sino mayor acercamiento entre Rusia y la UE. Las futuras negociaciones no deben reducirse al intercambio de pretensiones mutuas. Pero tampoco podremos abrir una nueva página en nuestra cooperación si sentimos miedo ante el aumento de nuestra dependencia recíproca. Creo que huelga volver a manifestar que tales recelos contradicen el verdadero estado de los asuntos en el continente europeo.

El problema, por lo visto, consiste en algo completamente distinto. Quienes hablan del peligro que entraña el hecho de llegar a depender de Rusia ven las relaciones Rusia-Unión Europea a través de una gama cromática simplificada, en blanco y negro, y quisieran encajonarlas en el viejo esquema de división en «los suyos y los ajenos». Quiero repetir: tales estereotipos están lejos de la realidad, pero al persistir en la mentalidad y la práctica política, crean el peligro de que en Europa puedan surgir nuevas líneas divisorias.

Estoy absolutamente convencido de que el pasado no debe separarnos: no podemos reescribir la Historia. La tarea hoy en día consiste en crear para Rusia y Europa un futuro de asociados y aliados. Rusia está preparada para hacerlo. Confío en que este enfoque positivo se imponga también en la Unión Europea.

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Hey you, dont tell me theres no hope at all. Together we stand, divided we fall.

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Mensaje por Vladiвосток »

Gracias Antonio por este interesante post.
Me quedo con las palabras que dice al final:

[...] una gama cromática simplificada, en blanco y negro, y quisieran encajonarlas en el viejo esquema de división en «los suyos y los ajenos». Quiero repetir: tales estereotipos están lejos de la realidad, pero al persistir en la mentalidad y la práctica política, crean el peligro de que en Europa puedan surgir nuevas líneas divisorias.
[...]
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