Lomografía, la nueva era analógica

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Lomografía, la nueva era analógica

En una era en la que la fotografía digital, la comodidad y el conformismo están a la orden del día, la lomografía va cobrando, cada día, más adeptos. Innovar, experimentar, ser creativo. esos son los puntos clave de una comunidad global que rompe moldes y reivindica una fotografía transgresora con la que sorprender al mundo entero.
A pesar de que en España el mundo lomográfico es bastante desconocido, en otros países su repercusión va aumentando día a día; y son muchos los seguidores de estas herramientas fotográficas que logran, entre otras cosas, la saturación insospechada de colores. Este fenómeno se expande a un ritmo vertiginoso y, prácticamente todos los países se han rendido a sus encantos y han instaurado 'embajadas lomográficas', la mejor fuente de información para saciar la sed de todos los lomoadictos. Estas tiendas especializadas se pueden localizar en la página lomográfica por excelencia (lomography.com) y, en las tiendas de las capitales de casi todo el planeta, desde Tailandia a Alemania, pasando por Rusia o Brasil. A pesar de que San Sebastián no es una gran urbe, también tiene su pequeña representación, Gorka Aguirre, fotógrafo de profesión y dueño de la tienda Imagen Gam, especializada, así como en otras vertientes fotográficas, en la lomografía. Según Aguirre, «el mundo analógico produce una calidad y calidez que no ofrece la digital, tiene un encanto especial». Son muchas las ventajas que ofrece esta técnica: «Sencillez en el manejo para basarse en la creatividad, buscar una imagen diferente, salirse del sota, caballo, rey».
La lomografía se entiende como una filosofía de vida basada en diez reglas fundamentales y, a pesar del gigante digital, y de tanta tecnología e innovación, ha encontrado un hueco en el mundo fotográfico. La filosofía lomo se resume en tres pilares fundamentales: una base fotográfica fuerte -analógica-, la carcasa -de plástico y robusta desde sus inicios- y el juego que aportan -sencillo manejo para la búsqueda de creatividad-. «La lomografía no persigue la perfección sino salirse de madre. No desechar fotos, mirarlas y aunque parezca que están mal hechas, extraer una expresión, algo creativo», sostiene Aguirre.
Cámara con historia
Los inicios de estas cámaras no fueron fáciles o, mejor dicho, los tiempos que corrían cuando la primera cámara lomográfica, la LOMO LC-A, vio la luz, eran tiempos revueltos. En 1982 el General Igor Petroviwitsch, brazo derecho del Ministro de Defensa y de Industria de la Unión Soviética depositó en la mesa de su camarada Michael Panfilowitsch, director de la poderosa LOMO, una mini cámara japonesa. Poseía una nítida lente de cristal y gran sensibilidad a la luz. Reconociendo el potencial de esta cámara dieron la orden a la fábrica LOMO PLC de San Petersburgo de copiar y mejorar el diseño; fue ahí cuando se creó la primera muestra de la LOMO LC-A. Dos años más tarde comenzó a producirse esta herramienta fotográfica de forma masiva en los países comunistas de la época. «Se cuidó mucho el tema óptico, se buscaba que fueran especiales, ópticas muy nítidas, con mucha luminosidad y que saturaran de una forma apenas perceptible los colores», afirma el fotógrafo profesional.
No fue hasta 1991 cuando unos estudiantes vieneses se toparon con la primera cámara lomo en una estrambótica y vieja tienda de cámaras de Praga. A partir de ahí todo fue rodado, el uso que le dieron estos jóvenes a la cámara llevó a que familiares y amigos quisieran adquirirla.
Asombrados por las fotografías de extraña belleza que creaba la primera cámara de la industria lomográfica, la demanda por este diamante en bruto aumentó rápidamente, lo que condujo a la formación de la Sociedad Lomográfica Internacional, entre 1992 y 1993. Junto con sus diez reglas doradas, este movimiento sin ánimo de lucro tiene por objeto divulgar el mensaje de la lomografía por el mundo entero organizando exposiciones, fiestas, tours y talleres.
Tras adquirir una notable popularidad, los fabricantes rusos decidieron detener la producción a finales de los noventa, ya que la expansión del mercado por todos los continentes no era del agrado de los fabricantes. Los estudiantes vieneses descubridores del mundo lomo viajaron hasta Rusia para convencer a los jefes de la fábrica LOMO de que continuase la producción. Gracias a ellos, el universo lomográfico pudo afianzarse y continuar su andadura.
Precio asequible
Lejos de ceñirse a una única cámara han ido evolucionando añadiendo a este universo una cuantiosa cantidad de cámaras de fotos. La primera en crearse -tras la famosa LC-A-fue la supersampler -una cámara multilente-, después vinieron invenciones como la fisheye, la LC-A+ o la Diana F+.
Hoy en día hay un amplio abanico de cámaras al alcance de cualquiera «tiene precios muy económicos, desde 40 euros hasta 200, para la calidad que tienen las cámaras, sale muy bien», asegura Aguirre. Cada cámara varía notablemente de precio en función de las posibilidades que ofrece «la Diana F+ es la más versatil, permite jugar con los elementos y desarrollar ideas en lenguaje fotográfico», concluye el dueño de la tienda Imagen Gam.
La causa fudamental del triunfo de las cámaras digitales es la inexistente necesidad de revelado y la facilidad para ver y borrar las fotografías si no son del gusto de uno. Es la comodidad llevada al extremo pero creativamente hablando, limita mucho los resultados. «La película analógica es de muy buena calidad y permite que cada foto tenga su propia personalidad», sentencia Aguirre añadiendo que «la fotografía es como la cocina, hay una serie de ingredientes que según y como se utilicen pueden dar un resultado u otro. Las cámaras analógicas permiten cocinar mejor».
El revelado, uno de las grandes inconvenientes de a la fotografía analógica, tiene una sencilla y económica solución ya que, a pesar de lo que todo el mundo cree, con la pérdida de compradores se han visto obligados a disminuir considerablemente sus tarifas. En Imagen Gam «revelar un carrete de fotos de una cámara lomográfica cuesta 3 euros aproximadamente y puedes seleccionar las que prefieras, digitalizar las fotos sólo cuesta dos euros».
El éxito de las cámaras digitales ha dejado a las analógicas en un segundo plano, a pesar de ello, han irrumpido con fuerza en el panorama fotográfico y aún tienen fuerza para permanecer en el mercado mucho tiempo.

http://www.diariovasco.com/v/20100802/c ... 00802.html