Club obrero de la fábrica Rusakov

Arquitectura, pintura, escultura, artes plásticas.

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Vladiвосток
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Mensaje por Vladiвосток »

En una de las fotos del enlace anterior se ve que en el inmueble hay un teatro, el Teatro Romana Viktiuka (Театр Романа Виктюка) en el nº 6 de la calle Strominka (antes hablabamos de la plaza). La estación de metro más próxima es la de Sokolniki -linea 1, color rojo.-
Por cierto el 31 de mayo se representa Master i Margarita.
Suerte en su búsqueda.
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Debajo una foto de la placa comnemorativa:
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Mayakovski
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Mensaje por Mayakovski »

Gracias, Vladi. ¿Te puedo pedir un favor? ¿Puedes traducir a nuestro alfabeto el nombre de la calle que hay justo encima del nombre del teatro? Comienza con algo así como "CtpoMblH..." ¿La ves? Este verano tengo que plantarme delante y hacerme una foto con el edificio al fondo... :twisted:

Saludos,

Juli
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Vladiвосток
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Mensaje por Vladiвосток »

Calle Strominka, nº 6.

Dejo un artículo de una página de arquitectura (en negrita, cuando habla del Club de Obreros de Rusakov) del 25 de julio de 2005:
  • Iconos Rusos
La arquitectura soviética del siglo XX comenzó con utopías y terminó en kitsch. Pronto lo mejor de ella se puede haber ido completamente

A pocos pasos del Kremlin, el museo estatal Shchusev de Arquitectura es un sitio embrujado. La pintura se descascara de lo que alguna vez fue una elegante fachada neo-clásica. Un ala completa del complejo compuesto por edificios del siglo XVII y XVIII se encuentra en gran parte abandonada, principalmente por el alto costo que significaría calefaccionarlos durante el largo invierno ruso. Sin embargo el museo contiene una de las colecciones de arquitectura más grandes del mundo: desde un elaborado modelo de palacio alguna vez planeado para Catalina La Grande, hasta los místicos dibujos de Iván Leonidov para el Comisariado del Pueblo de Industria Pesada (que si se hubiese construido hubiese dominado el perfil de la Plaza Roja). En muchos aspectos, estos archivos representan la conciencia arquitectónica de la ciudad, una caja fuerte donde se conserva aquello que Moscú perdió y aquello que pudo haber sido durante uno de los más violentos siglos de historia Rusa.

La caída del Modernismo ruso

Durante los últimos años, el guardián de esa conciencia ha sido David Sarkisyan, un antiguo investigador de farmacología y director de documentales. Cuando lo conocí esta primavera, se encontraba en su oficina del segundo piso acompañado de Natalia Dushkina, nieta del bien conocido arquitecto de la era Stalin Aleksei Dushkin. Dushkina, una pequeña mujer de 50 años, profesora en el Instituto de Arquitectura de Moscú, aparecía como si pronto fuera a ser tragada por las pilas de libros y chucherías, antiguos ejemplares de revistas Rusas, fotos de arquitectos olvidados, un busto de porcelana de Napoleón y un millón de cosas mas que atestaban la habitación. Dushkina se encontraba bosquejando su plan para una conferencia internacional sobre patrimonio que se llevaría a cabo el año próximo.

En los últimos años, la ciudad ha demolido una cierta cantidad de edificios destacados, incluyendo una tienda Art Decó, el Hotel Intourist de la década del 70´ y el Hotel Moscú, construido en 1936 durante el apogeo de la dictadura de Stalin. El decidido alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, fue quien encabezó la transformación de la ciudad, derribando edificios para dar origen a una antigua versión de Rusia digna de un cuento de hadas. Dushkina esta interesada en el legado de la vanguardia Soviética, los edificios diseñados en los aproximadamente 15 años que siguieron a la revolución de Octubre en 1917, quizás el periodo mas fértil en la historia de la arquitectura Rusa. Estos edificios van desde las formas expresionistas de arquitectos como Konstantin Melnikov, hasta las estructuras funcionalistas, inspiradas en la maquina de los Constructivistas. Magnificas construcciones por su eclecticismo y unidas entre si por un claro optimismo. La meta era superar siglos de historia cultural y remplazar el pasado con un orden arquitectónico que abarcaría los valores de una nueva y moderna sociedad.

Mientras hablaba con Sarkisyan, la nieta de Konstantin Melnikov, Ekaterina Melnikov, una robusta mujer de 64 años, esperaba afuera de su oficina. Había venido para tratar de persuadir a Sarkisyan para que intervenga en una disputa familiar sobre la casa de su abuelo, terminada en 1929. La casa, con sus cilindros gemelos de hormigón atravesados por hileras de ventanas hexagonales, evoca tanto a un monasterio medieval como a los silos de granos del medio oeste americano, uno de los temas preferidos de los modernistas, que consideraban a los silos magnificas catedrales de la era industrial.

El hijo de Melnikov, Víktor, un anciano de 90 años que aún vive en la casa, busca donarla al estado para que sea preservada como un museo. Es por esto que Ekaterina, la hija de Víktor, se encontraba allí. Elena, su hermana, reclama la propiedad como herencia propia. Sarkisyan esta preocupado de que eventualmente se pueda vender la casa y el nuevo propietario decida tirarla abajo.

Tanto Víktor como Ekaterina han sugerido que el museo podría operar como una división del Schusev, que tiene bajo su control una gran parte de los archivos de Melnikov. Sarkisyan esta obviamente interesado en la idea, la casa es uno de los edificios mas destacados de Melnikov, pero la verdad es que muy posiblemente el futuro de esta obra maestra de 1929 sea decidido como una simple cuestión inmobiliaria. Para Sarkisyan, un hombre animado y rechoncho que en un punto llega a gesticular de tal forma que su cigarrillo sale volando de su mano, la historia de la cada Melnikov es simplemente una porción de un gran circulo de destrucción, puesto en movimiento en parte por los arquitectos de la 'avan garde' soviética que veían poco uso para los edificios del pasado. La visión de los arquitectos modernistas fue extirpada en poco menos de una década por Stalin, que veía en su fervor creativo una amenaza a la autoridad del estado. Moscú ha sido una ciudad atrapada en un proceso interminable de revisionismo histórico y desde la caída del Comunismo las cosas solo han empeorado.

Consideremos por ejemplo la Catedral de Cristo el Salvador. Construida para conmemorar la victoria de Alejandro I sobre Napoleón, la primera catedral fue demolida por Stalin a comienzo de los años 30´ para generar el espacio necesario que requería el Palacio de los Soviets. Algunos de los arquitectos mas destacados del modernismo, desde Le Corbusier hasta Walter Gropius, se presentaron al concurso, que albergaría el nuevo gobierno soviético. La elección de Stalin, una torre ornamentada y monumental diseñada por Boris Iofan, represento el punto final para la avant garde soviética. Su forma gigantesca, coronada por una estatua de 60,96 metros de altura de Lenin, hubiese sido la estructura mas alta del mundo, arrojando su sombra sobre una gran parte de la ciudad.

Pero ni siquiera Stalin pudo controlar la historia completamente, y su sueño megalomaníaco de arquitectura fue descarrilado por el advenimiento de la Segunda Guerra mundial. El sitio permaneció vació hasta que a finales de los años 50´ Nikita Khrushchev ordeno la construcción de una gran pileta de natación. Con 200 metros de diámetro, la pileta era calefaccionada durante todo el año y constituía el perfecto emblema de los valores progresistas en la era de la guerra fría como el diseño de Iofan lo había sido en los tiempos del poder autoritario. Su inmensa plataforma de clavados y sus aguas relucientes, tal como aparecían en un antiguo film de promoción Soviético junto con un círculo de nadadores sincronizados, evoca una porción de los suburbios de posguerra tal como eran imaginados por el Kremlin.

Esa pileta también fue derruida durante una de las olas de nacionalismo y nostalgia que siguieron al colapso del comunismo, para hacer lugar nuevamente a la catedral. 'Cuando quisieron reconstruir la Catedral', dice Sarkisyan, 'los arquitectos de la oficina de Mikhail Posokhin vinieron aquí. Nosotros teníamos todos los dibujos en nuestros archivos. Utilizaron exactamente la misma planta, pero todos los detalles están mal: colocaron la iglesia en el lugar incorrecto, esta recubierta en un enchapado de mármol en ves de piedra caliza, los relieves están hechos en un falso bronce mientras deberían estar hechos de argamasa. No podría estar hecha con peor mal gusto'. Coronada con un falso domo dorado no se vería fuera de contexto en las calles de Las Vegas.
'Esta es la tendencia mas peligrosa en Moscú', comenta Dushkina. 'han creado este ciclo entre destrucción, reconstrucción y restauración. Estamos perdiendo la autentica calidad de la ciudad. Y la peor parte es que hay involucrados profesionales arquitectos que no quieren perder trabajo'.

En una fría mañana, algunos días después de mi visita a la oficina de Sarkisyan, me encontré con Maxim Kourennoi en el famoso bloque de viviendas colectivas Narkomfin construido por Moisei Ginzburg. Kourennoi, un arquitecto delgaducho de aproximadamente 30 años, se volvió un admirador del trabajo de los Constructivistas cuando era un joven graduado. A comienzos de los 70´, edificios como Narkomfin se volvieron sitios de peregrinaje para jóvenes arquitectos europeos que surgían de las sombras de los estudiantes radicales del 68´, en cierta forma los Reem Koolhaases y las Zaha Hadids del mundo. Parte de la influencia de la avant garde Soviética descansa en su atractivo romántico. Aplastada por Stalin en su infancia, esta arquitectura representa un sueño que nunca se cumplió y proporcionaba una forma conveniente de revelarse en contra del Modernismo europeo sin abandonar todos sus principios. Pero las obras amarradas a la imaginación contemporánea van mucho mas allá. Tiene que ver con la escala de sus ambiciones.

En los primeros años de la Unión Soviética, muchos creyeron que la arquitectura podría funcionar como una herramienta de transformación social, eran los tiempos en que la arquitectura (y las ideas que expresaba) todavía se veían como una amenaza. Ginzburg fue uno de los pensadores modernistas más comunicativos, y Narkomfin, construido para el Ministerio soviético de Finanzas a finales de los años 20´, fue su primera gran experiencia en vivienda colectiva. Las largas bandas horizontales de vidrio y hormigón de la fachada son una temprana expresión de la fe que el Modernismo depositaba en la emergente era de la Máquina. Dentro del edificio había anchos corredores, un comedor público y un vasto gimnasio, todos diseñados para enfrentar la interacción social.

En la actualidad el edificio es una ruina, muchas de las ventanas se encuentran tapiadas y se pueden ver nidos de pájaros en los bloques de concreto que han quedado expuestos por la caída de los revoques. El complejo esta habitado solamente por unas 20 familias y las mayoría de los apartamentos se encuentra o abandonado o se utilizan como depósitos. En los pasillos, las tuberías gotean por doquier y parte de la instalación eléctrica se encuentra expuesta. A pesar de esto todavía se puede ver la delicadeza de la visión de Ginzburg, el edificio esta armado como un complejo sistema de apartamentos entrelazados en contraste con la uniformidad de las fachadas, y aun contando con un área de comedor comunal, la mayoría de los apartamentos esta equipado con una pequeña cocina para proporcionar cierta privacidad (Ginzburg no era naif sobre los limites de la retórica de la revolución social). Muchos oficiales de alto rango vivieron en los pisos superiores del complejo, e incluso uno de los mas importantes mecenas del movimiento Nikolai Miliutin, ministro de finanzas y un teórico de la arquitectura en su propio campo, habitaba el penthouse, un espacio modesto a pesar del rango de sus ocupantes. El cuidado con el que Ginzburg equilibraba el idealismo utópico y la realidad humana hacen de este uno de sus trabajos mas destacados, una visión tan perfecta de los ideales del constructivismo, como la Villa rotonda de Palladio lo es de los valores del humanismo del siglo XVI.

Kourennoi, quien ha hecho de la preservación del patrimonio su cruzada personal, es uno de los varios jóvenes arquitectos que están intentando formar un grupo de preservación o conseguir capitales privados para restaurar el edificio, hasta el momento sin suerte. En cierto momento entes gubernamentales, quizás olfateando la posibilidad de sacar provecho del lugar, propusieron tirarlo abajo y reconstruirlo con más pisos. En tiempos mas recientes, estos mismos organismos declararon que el gobierno carece de los fondos necesarios para realizar cualquier tipo de restauración, mientras tanto, el edificio continúa deteriorándose.
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Si Ginzburg fue la voz intelectual mas potente dentro de la avant garde soviética, Melnikov fue su opuesto: un lobo solitario conocido por la originalidad de sus diseños, cuyas formas dinámicas estaban combinadas con emoción. Sus colegas usualmente condenaron esta propuesta como un formalismo burgués. Internacionalmente fue conocido a mediados de los años 20´ y es principalmente reconocido por la media docena de clubes para trabajadores que diseño en una repentina explosión creativa que experimento a finales de la década. De aquellos que aún se conservan, el más representativo es el Club Rusakov de 1927. Visto desde la calle Strominka, se destacan sus voladizos de concreto sobre la entrada. A pesar de que había trabajadores dando una mano de pintura al edificio cuando llegué al lugar, estas reparaciones son meramente superficiales.

El club ha sido completamente vaciado, y en el interior es virtualmente imposible reconstruir la configuración del teatro original. Al otro lado de la ciudad, el club Kauchuk construido en 1927 también por Melnikov ha sido redecorado en un pastiche grotesco de pilastras neoclásicas y escaleras de granito que sugieren un burdel de la era Stalin, y el club Burevestnik de 1929 es ahora un Spa privado con una fuente Zen. Solo la casa privada de Melnikov ha sobrevivido relativamente intacta. Fue renovada por la ciudad a mediados de los 90´, pero ya se presentan grietas en los muros y humedad en las fundaciones. La cama espartana de hormigón de Melnikov, que alguna vez dio a la habitación del arquitecto la atmósfera de una celda monástica, fue extraída décadas atrás, y ya ni siquiera el nonagenario Víktor parece recordar exactamente donde se ubicaba.

Hoy en día las pinturas al óleo de Víktor decoran las paredes. Una foto en blanco y negro de su padre se apoya en un sillón en el comedor, la foto presenta a Melnikov con un sombrero blanco y su pequeña cara sobre el marco demacrado generan la sensación de una reverencia monástica. En febrero, Víktor, débil, flaco y casi ciego, dio una conferencia sentado junto al retrato de su padre e hizo una suplica al gobierno para que intervenga en su favor, su pedido es de que la casa sea preservada virtualmente a como esta ahora, con sus pinturas en las paredes, como un monumento de la relación que tenia con su padre. El anuncio acaparo la breve atención de la prensa local pero no genero mayores.

De la misma forma en que Stalin amaba re-escribir la historia, pocos de sus logros arquitectónicos fueron perdonados. El año pasado le toco el turno al Hotel Moscú, uno de los hitos de de la arquitectura Estalinista diseñado por Aleksei Shchusev, quien fue director del museo estatal de arquitectura en los años 40´ (El museo fue renombrado en su honor poco después de su muerte).
Shchusev fue a Moscú lo que Philip Jonson a Nueva York: un esteta que prestaba poca atención a los significados simbólicos de la arquitectura o a su misión social (una ves dijo que se sentía tan cómodo trabajando para bolcheviques como para sacerdotes ortodoxos). Como Jonson, Shchusev se inmiscuía en cada estilo posible de su época, diseñando iglesias tradicionales ortodoxas, una estación de trenes neo-clásica y monumentos Constructivistas como el mausoleo de granito de Lenin.

Construido entre 1934 y 1936 en el pico mas alto de la expurgación mortífera de Stalin, el Hotel Moscú no se encuentra entre las mejores obras de Shchusev, pero sin embargo ocupa un papel importante en la historia de la ciudad. Su forma vagamente moderna, decorada con referencias clásicas, columnas ornamentales y techos casetonados, indica el esfuerzo de los arquitectos soviéticos para recrear los caprichos estéticos de Stalin (En la cultura local se rumorea que la famosa incongruencia entre las torres del hotel se debe a un resbalón del lápiz de stalin, que lo llevó a elegir dos versiones rivales del diseño).

En un giro del cual Stalin hubiese estado orgulloso, Luzkhov anuncio poco antes de que la demolición estuviese completa, que el hotel seria reconstruido en exactamente el mismo estilo, solo con mejores servicios y colores mas alegres. Como la nueva versión de la catedral, la nueva versión del hotel incluiría estacionamientos en subsuelo, algo que se ha vuelto una obsesión entre los urbanistas de Moscú. (Entre las pocas cosas salvadas del hotel original se encontraban los apliques de cobre de las puertas, que hoy adornan los pasillos del museo Shchusev. 'Bajo el gobierno de Stalin', destaca Sarkisyan, 'las personas que se encontraban cumpliendo las ordenes eran arquitectos cultos, tenían un poco de buen gusto. Sus edificios no eran tan malos como lo son hoy en día, pero desde ya que es todo un crimen'.

El motivo principal detrás de todos estos proyectos es el dinero. Los esfuerzos de privatización en los 90´ colocaron la mayoría de las tierras en manos de los gobernantes de la ciudad. El sistema esta actualmente tan desarrollado con conflictos de intereses que es casi imposible desarmarlo. Los arquitectos del gobierno que tienen bajo su control lo asuntos de patrimonio están ocupados compitiendo para conseguir contratos lucrativos del gobierno, y Elena Baturina, la billionaria esposa del alcalde de Moscú, controla una de las companias de cemento y construcción mas grande del país. En este clima salvar la historia arquitectónica de la ciudad es una prioridad poco interesante.

Natalia Dushkina, cuya conferencia abarcará también este período, actualmente vive en un edificio estalinista diseñado por su abuelo. Las habitaciones están atestadas de muebles de madera oscura y de las pinturas de su padre, incluyendo restos históricos de varios monasterios. Al final del pasillo se encuentra la habitación de una antigua mucama, un recuerdo de que Dushkina fue criada como una niña de la elite soviética.

Mientras dos perros descansan en una esquina de la habitación, Dushkina señala el número de los edificios construidos por su abuelo que se encuentran en peligro. La estación Mayakovsky del metro, cuyo interior abovedado es uno de los espacios públicos de la ciudad mas destacados, ha sido dañada por problemas de humedad. Una tienda de la era stalin, diseñada por su padre con arcadas en estilo Beaux Arts fue adquirida por una compania rusa, y es probable que en poco tiempo sea demolida.

Pero en general los grandes monumentos de la era Estalinista están en mejores condiciones que sus colegas Modernistas, e incluso son mas apreciados. Para el ciudadano medio moscovita, los magníficos ornamentos de las estaciones de subte, a las cuales les quitar sus estatuas durante el periodo Khrushchev, representan un símbolo de orgullo civil, y edificios de apartamentos como el de Dushkina, son codiciados por las clases medias moscovitas en ascenso.

Quizás los edificios menos apreciados de Moscú sean aquellos construidos en los 60´ y 70´. El alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, recientemente anuncio que la ciudad planea demoler el Hotel Rosilla, un emblema de los años 70´. La respuesta pública general fue de alivio. Una estructura colosal de hormigón y acero cercana a la Plaza Roja, el hotel fue alguna ves legendario entre los turistas internacionales por su interminable secuencia de habitaciones repletas de cucarachas. No es sorprendente que la ciudad planea remplazarlo con un hotel y centro comercial igualmente gigantesco en estilo pre-revolucionario.

Grigory Revzin, un critico de arquitectura que escribe para el diario liberal Kommersant y es uno de las principales voces entre los defensores del patrimonio, comenta que Alexander Kuzmin, el arquitecto en jefe de Moscú, realizo el anuncio en un talk show de la televisión. 'La primera pregunta que le realizo la audiencia fue cuando pensaban demoler el palacio de Congresos, una obra de 1961 que se ubica dentro del Kremlin'. Al respecto dice Dushkina: 'el hotel no es una obra maestra de arquitectura. Pero es preferible tener un monstruo de los 70´ a algo mal construido por un extranjero en algún estilo neo-histórico…..De la misma forma, no existe ningún plan para demoler el palacio de Congresos, pero creo que es un sueño que existe en la mayoría de la opinión pública. No tienen idea de lo que es la historia. En los últimos 10 años, hemos construido este fuerte sentimiento de que la vida solo existe en el dinero. Es lo mas horrible que le puede pasar a la gente'.

En varios aspectos, la idea de demoler el Risilla es similar al plan que existe en Berlín para demoler el Palacio de la República y reemplazarlo con una replica del Stadtschloss del siglo XVII. Muchas veces los edificios implican asociaciones que se preferiría borrar, en Berlín, los últimos rastros del Comunismo, en Moscú la era de la Guerra Fría que termino en humillación nacional. Pero en Berlín, el gobierno pasó una década retorciendo sus manos sobre el Palacio en la memoria colectiva del país. Luego de años de debate publico, el edificio todavía sigue en pie. Pero en Moscú el gobierno actúa con una velocidad y brutalidad desmesurada, y es poca la atención que se presta a la opinión pública. Los monumentos de los 60´ y 70´, diseñados en una mezcla de estilos clásicos y modernos, son despreciados (justamente o no) como experimentos de mal gusto. Pero la importancia del legado arquitectónico de una ciudad va más allá de la estética, y preservarlo es una forma de preservar la memoria colectiva.

Entre los famosos proyectos de expansión urbana se encuentra el Kalinin Prospekt, una avenida de la era Khrushchev que serpentea el sector sur de la ciudad. Diseñada por Mikhail Posokhin, quien luego fuera arquitecto en jefe de Moscú, se caracteriza por sus hileras de torres en hormigón y vidrio que se levantan sobre una interminable hilera de comercios y restaurantes. Sus fachadas lisas y uniformes buscaban evocar los valores progresistas de aquellos años como también la potencia industria y militar que era Rusia.

Hoy en día, Kalinin Prospekt es visto por muchos como un fracaso de urbanismo. Solo unos años después de haber sido construido, el propio hijo de Posokhin, Mikhail quien es en la actualidad un conocido arquitecto, presento un proyecto para renovar la completa avenida. El proyecto, que nunca fue aprobado, habría envuelto las torres en un pastiche posmodernista de decorados históricos, aceras sinuosas y terrazas con grandes visuales (el tipo genérico de mall que era promovido por los urbanistas americanos de los años 80´).

Posokhin no es el primer arquitecto en intentar exorcizar los fantasmas del pasado pero, a pesar de no ser una generación con la suficiente distancia para apreciar el valor históricos de estos proyectos, existe un numero creciente de arquitectos que admiran el Kalinin Prospekt por la confianza que emana. Por la noche, las torres brillantes tienen un poder bruto que se vuelve más atrapante a medida que pasa el tiempo.

Lo mismo se puede decir de los bloques de viviendas de la era Khrushchev que crecieron en los limites de la ciudad a principio de los 60´. Construidos durante el pico de las reformas de Khrushchev, los conjuntos se concibieron como la alternativa soviética a la prosperidad de los suburbios americanos de posguerra. En cierto modo se volvieron un modelo estandarizado a lo largo de Europa del este, donde miles fueron construidos. Revzin, el critico de arquitectura, me llevo al conjunto de viviendas donde el y su hermano mas joven pasaron su infancia. La sensibilidad artística del diseño me sorprendió, inspirado por las libres composiciones de las vanguardias como las obras de El Lissitsky, los cinco bloques del conjunto están dispuestos de tal forma que enmarcaban un jardín plantado de abedules. Las estructuras de hormigón, decoradas con balcones de madera, descansaban en el paisaje con un brillo particular, como si estuvieran flotando dentro del campo en un cuento fantástico ruso.

Té de por medio, la madre de Revzin quien crió a sus dos hijos en un pequeño apartamento de dos ambientes en este conjunto, me comentaba que estos conjuntos representaban una nueva forma de libertad para su generación, eran los primeros apartamentos que una joven pareja se podía permitir comprar con un salario obrero, y a pesar de ser pequeños, representaban una alternativa. Hoy en día muchos de estos conjuntos, que alguna vez envolvían gran parte de la ciudad, están siendo derribados para hacer lugar a edificios en torre e incluso Revzin comentaba que su madre debería mudarse a finales de años. Cuando mencione esto al jefe de planeamiento urbano de la ciudad, Sergei Tkachenko, desmereció los comentarios de Revzin como simple nostalgia. 'Entiendo cuando la gente se siente sentimental sobre el lugar en el cual creció', comenta. 'Son áreas abandonadas. Si no puedo tener un Mercedes y manejo un Lada, es solo hipocresía. Y ahora podemos manejar un mercedes'.

Puede ser que Tkachencko tenga razón. Es cierto que no todos estos conjuntos pueden ser preservados. Los sistemas constructivos estaban poco diseñados, los muros hechos de cartón tienen poco espesor y proporcionan poca privacidad. Incluso Revzin en ciertos momentos parece estar resignado a la perdida. 'No se si se puede llamar a esto corrupción', comenta mas tarde. 'Es la realidad de nuestras privatizaciones. Se están comiendo todo'.

Fuente: The New York Times
Texto original: NICOLAI OUROUSSOFF
Traducción: Javier Nicolás García (lebaronjeney) exclusivo para Todoarquitectura.com
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Mensaje por Mayakovski »

Vladibostok escribió:Calle Strominka, nº 6.

Dejo un artículo de una página de arquitectura (en negrita, cuando habla del Club de Obreros de Rusakov) del 25 de julio de 2005...
Gran artículo, Vladi. Y gracias por la traducción. Por lo que veo en el mapa, estuve a dos pasos del Club Obrero. Me siento como uno de estos turistas despistados que visita Mallorca y no encuentra la catedral de Palma. Lo del Club Obrero de Mélnikov es una asignatura pendiente que pronto resarciré (eso espero!)...

En cuanto al artículo, me ha entristecido un poco. Primero, porque el patrimonio cultural es independiente de la época que representa (mejor dicho, de los sentimientos que pueda despertarnos cada época). Segundo, porque este patrimonio es de todos, comenzando por los rusos (y no sólo de los cuatro mangantes que pretenden hacer negocio construyendo en el solar). Y tercero, porque cualquier alcalde con dos dedos de frente vendería su alma al diablo por tener un aparador arquitectónico como es Moscú. Una ciudad donde se pueden encontrar edificios clásicos, neoclásicos, constructivistas, modernistas... es una golosina para el turista cultural (el artículo ya habla de ello). No es por hacer comparaciones (que siempre son odiosas y estúpidas), pero hay ejemplos de buen criterio en todas partes. Como en el hecho de haber puesto la Tate's Gallery de Londres en una antigua fábrica a la orilla del Támesis. ¡Qué mejor homenaje al arte contemporaneo que esto! (y ya no digamos al constructivismo soviético como arte industrial que pretendía ser)...

En fin... :( a ver si algo cambia para bien y no sólo se edifican centros comerciales...

Saludos,

Juli
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Mensaje por Vladiвосток »

No hay de que Juli.

A ver si tienes suerte y te plantas frente al edificio y además de hacerle fotos del exterior, intenta entrar y hacer fotos del interior. En cualquier caso, ya nos contarás.

¡ Un saludo !
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Mensaje por Mayakovski »

Vladibostok escribió:No hay de que Juli.

A ver si tienes suerte y te plantas frente al edificio y además de hacerle fotos del exterior, intenta entrar y hacer fotos del interior. En cualquier caso, ya nos contarás.

¡ Un saludo !
Pues sí, lo logré. Tenía ese edificio prácticamente al lado la otra vez que estuve buscándolo. Me impresionó verlo allí, la verdad. Aunque sin las inscripciones que había antiguamente en los "dientes" del tornillo y convertido ahora en teatro y bareto con lucecitas fuera, ya no es lo que seguramente fue en sus tiempos. Pero más vale verlo así que no convertido en escombros (o en un centro comercial)... :?

Gracias Vladi

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Mensaje por Mayakovski »

Encontré también el Club Obrero de Zuev, en la calle Lesnaia, 18. Una maravilla, eso sí que es constructivismo, y de verdad. También es un teatro y está bastante bien conservado. Yo lo convertiría en club de barrio y en escuela, si me diesen permiso. O en una escuela de arte e interpretación...

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Mensaje por Mayakovski »

El Club Obrero de la fabrica Kauchuk (Pluschikha, 64) tenía esta pinta hace muchos años...

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... pero ahora ha crecido la vegetación a su alrededor y no hay quien vea nada. Están haciendo obras y parece ser que la parte de abajo es un gran bar...

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Debió de ser un lugar con mucha vida cultural en los años treinta...
Última edición por Mayakovski el 14/07/2007 02:43, editado 1 vez en total.
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Mensaje por Mayakovski »

Y aquí, mi metida de pata. Buscaba el aparcamiento de autobuses Bakhmetevsky diseñado por Melnikov (como la Kauchuk) en 1927. En teoria, se encuentra en la calle Obraztsova, 12a. Pero aunque un señor muy amable me ayudó (en ruso) a encontrar esta casa, se ve que la traducción del cirílico no es correcta. Lo triste es que esta calle donde fui a parar erróneamente también tiene unas cocheras en la parte trasera, y eso me confundió...

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Yo ya intuí que eso no era ni constructivismo ni nada que se le pareciese. Sólo un montón de tochos. Una señora que esperaba el trolebús o el tranvía me prenguntó en ruso sonriendo porqué fotografiaba esa casa ruinosa y roñosa. Me disculpé por no entenderla y mientras tomaba el trolebús murmuró algo que me imagino que debía ser "pobre, tan joven y bebido a estas horas" :oops:

Ya tengo otro motivo para volver a Moscú :roll:
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Mensaje por Artane »

Ayer he regresado de un viaje por San Petersburgo, Moscú, Petrozavodsk y Volgogrado realmente alucinante!!

Junto con mi hijo fuimos a ver el Club de Obreros Rusakov en Moscú de acuerdo a los datos de Juli Mari. Realmente es muy interesante, especialmente imaginándolo en la década del 20. Lamentablemente, nos encontramos con un segurata "amargo" que se negó a dejarnos pasar más allá de la taquilla. Insistimos y suplicamos, pero sólo niet a repetición. Nos subimos a la terraza exterior y vimos q por dentro el estado es deplorable.

Si quieren pueden ver nuestras fotos del lugar:

http://filajavier.foroactivo.com/Filate ... p51.htm#51

Saludos, Artane
"Odiamos todo en arquitectura que nos recuerde a los palacios. Renunciamos a los muros que cierran el espacio de la vida; nos esforzamos para unir interior y exterior, considerando ésto como democrático" K Melnikov

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Mensaje por Mayakovski »

Buen trabajo, Artane. Me alegro de que mis indicaciones (y las de Vladi) te hayan servido para encontrar este Club Obrero en Moscú. Deprimente, ¿verdad? Supongo que en la actualidad poca gente que pasee por delante de lugares como este sepa su significado y su historia...

Veo que a la casa cilíndrica junto al Arbat le han quitado la maleza que había frente a la fachada. Quizás ya ha terminado el litigio entre la familia y el Estado y pronto abrirán la casa a las visitas... Ojalá!

Saludos,

Juli
La democracia es una forma de gobierno en la que cada cuatro años se cambia de tirano. Vladimir Lenin

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Mayakovski
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Re: Melnikov

Mensaje por Mayakovski »

Artane escribió:Junto con mi hijo fuimos a ver el Club de Obreros Rusakov en Moscú de acuerdo a los datos de Juli Mari....
¿Quién es Juli Mari? :?
La democracia es una forma de gobierno en la que cada cuatro años se cambia de tirano. Vladimir Lenin

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Artane
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Mensaje por Artane »

Perdona Juli por haberte rebautizado. Probable efecto residual del vodka ruso.

La casa de Melnikov sigue con la maleza en su fachada que no deja ver mucho. Yo metí la cámara por entre las rejas y tomé la foto evitando un poco la obstrucción. Se veía una luz encendida a través de la ventana principal. No sabía que existía un problema judicial, sería genial poder acceder como museo.

Siguiendo con el tema constructivista, en Moscú pudimos ver la Casa de Estudiantes del Instituto Textil (ulitsa Ordzhonikidze 8, metro Lenisnky Prospect). Como es habitual estaba en un estado lamentable, con un grupo de obreros cambiando los ventaneles originales en el medio de un caos de escombros y basura, y con seguratas poco amigos del ilusionado visitante.
No he encontrado mucha más información. Si quieres pongo unas fotos.

Saludos, Artane
"Odiamos todo en arquitectura que nos recuerde a los palacios. Renunciamos a los muros que cierran el espacio de la vida; nos esforzamos para unir interior y exterior, considerando ésto como democrático" K Melnikov

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Mayakovski
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Mensaje por Mayakovski »

Artane escribió:Perdona Juli por haberte rebautizado. Probable efecto residual del vodka ruso.

Jejé :D No pasa nada...

Artane escribió:La casa de Melnikov sigue con la maleza en su fachada que no deja ver mucho. Yo metí la cámara por entre las rejas y tomé la foto evitando un poco la obstrucción. Se veía una luz encendida a través de la ventana principal. No sabía que existía un problema judicial, sería genial poder acceder como museo.

Esa casa fue la única propiedad privada en toda la historia de la URSS. Y, claro, me imagino que ni se les pasó por la cabeza solucionar el problema de la sucesión de la propiedad cuando Mélnikov murió. El año pasado había sus más y sus menos entre las dos partes, pero parece ser que al final la casa se abrirá y se convertirá en la casa-museo de Mélnikov. Será fantástico...

Artane escribió:Siguiendo con el tema constructivista, en Moscú pudimos ver la Casa de Estudiantes del Instituto Textil (ulitsa Ordzhonikidze 8, metro Lenisnky Prospect). Como es habitual estaba en un estado lamentable, con un grupo de obreros cambiando los ventaneles originales en el medio de un caos de escombros y basura, y con seguratas poco amigos del ilusionado visitante. No he encontrado mucha más información. Si quieres pongo unas fotos.


Me harás un favor si pones algunas fotos, aquí o en tu blog. Así las guardaré con las otras. Quién sabe si la próxima vez que visite Moscú quedará algo de todo ello :cry:

Yo saqué toda la información de la web que aportó Vladibostok, concretamente en:

http://www.maps-moscow.com/index.php?ch ... iew_single

Por cierto, en una de las casas constructivistas se ha instalado Benetton (los almacenes Mostorg). Se ve que incluso en la época soviética la casa perdió parte de su aspecto original y que han sido los de Benetton los que han repintado las letras, aunque se han cargado el resto del diseño interior y exterior...
La democracia es una forma de gobierno en la que cada cuatro años se cambia de tirano. Vladimir Lenin

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