Sobre la RDA

Las repúblicas de la ex-URSS.

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Siberia
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Re: Sobre la RDA

Mensaje por Siberia »

RDA, la sombra de un ‘Estado injusto’

La negativa del líder de La Izquierda a usar un concepto crítico con la RDA crea polémica

02-10-2014 / El País


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Desfile el 7 de octubre de 1989 en la avenida Carlos Marx de Berlín, en el 40º aniversario de la RDA


Cuando la canciller Angela Merkel y el resto del Gobierno alemán celebren este viernes en Hannover el 24º aniversario de la reunificación, la expresión “Estado injusto” estará en la cabeza de muchos de los presentes. Este concepto se ha desplazado al centro del debate político después de que Gregor Gysi, jefe del grupo parlamentario del partido La Izquierda (Die Linke), se negara a utilizarlo para referirse a la antigua República Democrática de Alemania (RDA).

“Nos hemos puesto de acuerdo para no usar esta palabra. Si describo a la RDA como un Unrechtsstaat [concepto que podría traducirse como Estado injusto, ilegítimo o sin imperio de la ley], doy a entender que las tres potencias occidentales tenían derecho a fundar la República Federal, pero que en cambio la Unión Soviética no podía hacer lo mismo con la RDA”, señaló Gysi, antiguo dirigente del partido único de la época comunista y ahora líder de la oposición frente al Gobierno de gran coalición.

Da igual que en la misma entrevista el líder izquierdista admitiera “grandes injusticias” en la RDA y que las víctimas merecían un trato mejor. El trabalenguas de atribuir injusticias a un sistema que sin embargo no era injusto no ha evitado a Gysi una lluvia de reproches. “No vamos a permitir que reescriba la historia para lavarle la cara a los que podían disparar y espiar a la gente”, respondió veloz el socialcristiano Andreas Scheuer. “Un Estado que no protege los derechos de sus ciudadanos y que no garantiza una justicia independiente es injusto. Gysi argumenta en sentido contrario porque dice que la RDA no puede compararse con el Tercer Reich. ¡Por supuesto! Pero no por ello era un Estado justo”, responde por teléfono el historiador Heinrich August Winkler.

El debate podría parecer más propio de una clase de la Facultad de Historia que de las primeras páginas de los periódicos, pero puede tener importantes repercusiones políticas. Porque amenaza con dinamitar las conversaciones que los poscomunistas mantienen con socialdemócratas y verdes para formar Gobierno en el Estado oriental de Turingia. Si estas negociaciones llegan a buen término, será la primera vez que Alemania tenga un Gobierno regional encabezado por Die Linke, la fuerza heredera del partido que gobernó con mano de hierro la parte comunista hasta la caída del muro de Berlín en 1989.

Las declaraciones de Gysi han caído como un jarro de agua fría entre los dirigentes locales del partido. Bodo Ramelow, el hombre que puede hacer historia al convertirse en el primer militante de Die Linke en dirigir un land, se ha apresurado a enmendar las palabras del histórico líder de su partido. “Las declaraciones de Gysi no son de ayuda. La RDA fue una dictadura”, dijo tajante Ramelow, que aunque lleve años viviendo en Turingia nació y creció en el oeste del país, por lo que nadie le puede echar en cara lazos oscuros con el régimen que encabezó Erich Honecker.

La llave para que finalmente haya un Gobierno rojo-rojo-verde en Turingia la tienen los socialdemócratas, que se ven en una situación endiablada al tener que elegir entre un escenario pésimo y otro horroroso. O dan el poder a los democristianos y repiten la gran coalición que les llevó a unos resultados desastrosos en las elecciones regionales de hace tres semanas o aceptan la humillación de gobernar como segundones al mando de un partido situado a su izquierda. “Un sector del SPD está dispuesto a pactar como sea. Pero otros quieren dar la batalla ideológica y no aceptar cualquier acuerdo”, señala el politólogo Gero Neugebauer.

El SPD ya ha gobernado con Die Linke otros Estados, pero siempre como el socio mayor que coloca al primer ministro regional. Si finalmente pactan en esta ocasión, ¿afectará a su relación con los democristianos de Merkel en el Gobierno federal? “A corto plazo, no. Pero sería un golpe en la cara de las víctimas de la RDA justo cuando se cumplen 25 años de la caída del muro. Hoy parece más cercano el día en el que rompan el tabú de coaligarse en Berlín con la formación de izquierdas”, responde el diputado de la CDU Wolfgang Bosbach.

“Solo si Die Linke da el paso de criticar abiertamente la RDA, socialdemócratas y verdes podrán construir una relación de confianza para gobernar juntos. Será duro para antiguos militantes que vean este anuncio como una deslegitimación de sus biografías, pero creo que es un requisito sine qua non”, cierra Winkler, que estos días ultima su libro "De la guerra fría a la caída del muro".

Kozhedub
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Re: Sobre la RDA

Mensaje por Kozhedub »

Propongo dos preguntas alternativas: ¿era la RFA un estado justo? ¿Lo es la actual Alemania unida? Porque si la respuesta es sí a cualquiera de ambas preguntas, no hace falta añadir nada más. Y no, tampoco son la Alemani nazi, desde luego.

Un saludo.
"Nadie tiene derecho a disfrutar de la vida a expensas del trabajo ajeno"
(G. Zhukov)

Siberia
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Re: Sobre la RDA

Mensaje por Siberia »

La ciudad de la utopía languidece

Eisenhüttenstadt, modelo del proyecto de Alemania del Este, se hunde en la despoblación

02-11-2014 / El País

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Tom Hanks estuvo aquí. Con gorra y gafas de sol, el actor entró a la oficina de turismo de Eisenhüttenstadt, contrató un tour histórico y, unas semanas después describió en la televisión de EE UU su fabuloso recorrido por la ciudad siderometalúrgica, que es lo que significa su nombre. Dos años después, la foto de Hanks sigue en los edificios públicos. Durante mucho tiempo Eisenhüttenstadt esperó que su visita alimentara una ola de turistas que sacase de la depresión a esta pequeña población de Alemania del Este, junto a la frontera polaca. Pero no ha sido así. Aún no.

Tras la destrucción de la II Guerra Mundial, el Este era un erial donde se trabajaba por un mendrugo de pan. En este mundo pobre y gris, la República Democrática de Alemania decidió levantar una ciudad que prometía trabajo y casas con jardín, donde se haría deporte y existiría un teatro pero no la propiedad privada. Los arquitectos construyeron “la primera ciudad socialista de Alemania” alrededor de una nueva planta siderúrgica que quedaba al final de la calle principal, imponente y familiar. Se inauguró en 1953 con el nombre de Stalinstadt, y ocho años después era Eisenhüttenstadt. Sus habitantes fueron jóvenes privilegiados. Había que mimarlos porque representaban la utopía que el comunismo traería a la humanidad.

La reunificación de las dos Alemanias hundió el proyecto. Los primeros planes del cierre de la metalúrgica llegaron en 1990. ArcelorMittal la compró, pero redujo drásticamente la plantilla para que fuera solvente en un mercado abierto. Desde entonces, 20.000 de los 50.000 habitantes de la ciudad la han abandonado.

En una soleada tarde de martes, el señor Casajus retrata una de las estatuas de la ciudad para una exposición de su club de fotografía. De familia española emigrada a Alemania por la Guerra Civil, el jubilado vive en la cercana Frankfurt Oder. “En lo arquitectónico, el centro de esta ciudad es espectacular”, cuenta refiriéndose a la imponente limpieza geométrica de los edificios restaurados respetando el estilo del Realismo socialista. Casajus es físico y trabajó en la siderúrgica local hacia el final de su carrera. “Ahora veo una población envejecida”, cuenta.

Para llevarle la contraria, a su alrededor hace piruetas con una bicicleta Dennis Maisch, de 14 años. “Es un lugar genial para hacer deporte”, opone. La falta de trabajo no le preocupa aún, aunque dice que de mayor le gustaría quedarse en un lugar cerca de la familia, algo difícil en la zona.

Se suma a la escena Ben Kaden para charlar con Casajus de su pasión común por la ciudad. Kaden, profesor universitario residente en Berlín pero nacido hace 38 años en Eisenhüttenstadt, escribió durante años un conocido blog sobre la ciudad, y ahora disfruta mostrándola.

Su primera parada es el Centro de Documentación de la Vida Cotidiana. El museo, lleno de televisores, muebles y fotos de la RDA, ocupa una antigua guardería. Al entrar, unas hermosas vidrieras de Walter Womacka retratando las delicias de una infancia socialista crean una atmósfera de iglesia laica. Entusiasmado, Kaden se arrodilla ante una pared y fotografía el reflejo de los cristales de colores.

Con modales suaves y una mente sónica, Kaden es un espectador crítico del paisaje. Estudió sociología del urbanismo y su ciudad es el mejor laboratorio que pudo soñar. Ante una vitrina de viejos libros reflexiona sobre los métodos de alienación socialista, pero conoce desde dentro el contexto y se permite cierta nostalgia ante juguetes de su infancia. Eisenhüttenstadt fue una utopía más, como Brasilia, la Wolfsburgo nazi o, a escala más pedestre, las 300 colonias que creó Franco en España en torno a un ideal campesino y cristiano.

El profesor disfruta conversando con la gente. Da igual que sean las trabajadoras del museo, que le relatan la experiencia deprimente de ver la ciudad diluirse, o los primeros kurdos instalados allí para vender kebabs, atosigados por el ambiente mortuorio que impregna todo. Pero lo más común es encontrar ancianos por las amplias y luminosas avenidas. Todos tienen un relato similar salpicado de circunstancias personales: llegaron 40 años atrás por la fábrica, y viven y han vivido una buena vida. Sus añoranzas también son comunes: niños en las calles, y escapar a la sensación de naufragio que es envejecer en la ciudad modelo de un modelo que ya no existe.

Saben que han sido afortunados. Por eso en 1989, mientras en Berlín caía el Muro, allí no hubo manifestaciones. “Con el cambio sólo podían perder”, razona Kaden sobre el conformismo de la época. Y recuerda que, pese a él, siguió una etapa de efervescencia: grandes debates intelectuales en los jóvenes de los noventa, anarquistas y punks que ahora es difícil imaginar caminando por este reducto de paz.

Para los jóvenes de hoy la situación es dura, sin matices. Igual que sus mayores representaron la fotografía ideal del socialismo, a ellos les ha tocado ser el reflejo de la mitad del país que la actual Alemania aún sufre para digerir. Apenas hay trabajo. Y aunque el paro nunca suba del 10%, los datos son engañosos debido a la ingente cantidad de jubilados y el galopante despoblamiento. Éste es tal que desde 2002 se ejecuta un plan municipal para derribar los edificios modulares de las afueras y concentrar a la población en los de mejor calidad del centro.

El laboratorio social de Eisenhüttenstadt es infinito. Ahora la ciudad está viviendo tensiones con los refugiados sirios que en el último año han llegado a un centro de acogida cercano. Los medios de comunicación alemanes se han regalado con las historias de patrullas ciudadanas que vigilaban las calles ante el miedo a lo extraño, alimentando un miedo aún más cerval a la extrema derecha alemana, en expansión en las zonas deprimidas.

Es difícil soslayar el desencanto. Incluso para el entusiasta Kaden. Hace un año preparó un proyecto para que artistas de Berlín tuvieran una residencia en la ciudad, pero no salió adelante, asegura que por la falta de entrega del Ayuntamiento. El turismo histórico tampoco parece que se explote. Sylvia Meumann, en la oficina de turismo, asegura que el negocio va bien, pero en la calle no se ve ningún visitante, y en la oficina no hablan ni tienen folletos en una lengua que no sea el alemán. Incluso la supervivencia del Centro de la Vida Cotidiana corre peligro por la falta de financiación.

Kaden continúa caminando por la ciudad, hablando con todos, desgranando anécdotas (“Ahí vivió Tamara Bunke, novia del Che”) e ironizando sobre el mobiliario “que enloquece a los frikis del diseño de Berlín”. Se detiene a tomar fotos para documentar cómo cambia la vida con el tiempo.

Pero llega la noche y Kaden toma el tren de vuelta a su casa. Los ancianos se retiran y los adolescentes salen en fila por la carretera hacia los McDonald's de la periferia. Las calles desiertas de Eisenhüttenstadt se acuestan otra noche esperando la riqueza que prometió una visita de Tom Hanks. Al final de la avenida principal sólo quedan abiertos los ojos rojos de la fábrica.

Jagellon
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Re: Sobre la RDA

Mensaje por Jagellon »

En Libremercado hay un artículo dedicado superficialmente a la RDA, y no para ensalzarla precisamente...

http://www.libremercado.com/2014-11-10/ ... ico-73969/


Socialismo 2014-11-10

El Muro de Berlín no fue un accidente histórico

Juan Ramón Rallo

El derribo del Muro de Berlín hace 25 años corre el riesgo de convertirse en una efeméride más acerca de un pasado cuasi prehistórico en lugar de en un valioso recordatorio sobre los horrores del socialismo real. Como suele suceder con la historia, el paso del tiempo difumina las causalidades y vuelve más amables las lejanas responsabilidades. Acaso, desde la distancia, pudiera parecer que el Muro fue apenas un pintoresco accidente histórico, una frivolidad de un régimen megalómano sin conexión alguna con su sustrato ideológico.

Pero el muro de la vergüenza socialista no fue ningún accidente histórico: fue la consecuencia natural e inexorable de una ideología que institucionalizaba la explotación del hombre por el hombre mientras ondeaba propagandísticamente la bandera de su abolición. Hubo –y hay– otros muchos muros socialistas distintos al berlinés: los controles de circulación, la restricción en la concesión de pasaportes o las barreras naturales –como estar rodeado por un océano– son cárceles en muchos casos tan o más efectivas que la barrera germana.

Porque la explotación –la verdadera explotación: la basada en la represión sistemática de la libertad– es forzosamente consustancial a la dictadura del proletariado: no ya porque la dictadura reconoce sin ambages cuál debe ser el destino de los no proletarios, sino porque incluso entre los proletarios existen legítimos disensos de intereses que la dictadura socialista sólo es capaz de resolver manu militari, esto es, convalidando el uso de la fuerza por parte de unos proletarios sobre otros (en realidad, por parte de los cuadros con mayor poder de negociación dentro de la burocracia socialista sobre el conjunto de los proletarios).

Y todo régimen asentado en la salvaje esclavización del hombre por el hombre necesitará erigir muros para evitar que los esclavos escapen del dominio de sus dueños, especialmente cuando existen sociedades mucho más libres a tiro de piedra. Lo comprendió perfectamente el periodista alemán Eugen Richter, quien 70 años antes de que fuera construido el Muro ya anticipó perspicazmente que la eventual implantación del socialismo en Alemania debería ir seguida, por necesidad, de controles fronterizos que impidieran a la gente evitar seguir siendo explotada cual ganado por el Estado. Narraba Richter en su distópica novela Imágenes de un futuro socialista:

Dado que la gente joven ha recibido el adecuado entrenamiento de nuestras instituciones socialistas y dado que se les ha instruido en el honorable propósito de dedicar todas sus energías al servicio de la comunidad, pronto dejaremos de necesitar a todos esos snobs y aristócratas [que quieren escapar del país]. Mientras tanto, [todos ellos] tienen la obligación de ser retenidos en el interior (…) El Gobierno [socialista] hace bien en aplicar implacablemente medidas para evitar la emigración. Con el propósito de ser eficaces, se ha considerado imprescindible enviar tropas a las fronteras y a los puertos. El paso fronterizo con Suiza ha recibido especial atención por parte de las autoridades. Se ha anunciado que las patrullas se incrementarán en varios batallones de infantería y caballería. Esas patrullas tienen estrictas instrucciones de disparar de manera indiscriminada a todos los fugitivos.

Sin criadero de cobayas no hay paraíso socialista. Por eso los muros de contención son imprescindibles: no para evitar que las masas depauperadas por el capitalismo emigren en desbandada hacia los países socialistas, sino para evitar que las masas empoderadas del socialismo huyan hacia los páramos de explotación capitalista. Al contrario, han sido los países capitalistas quienes, por desgracia, han optado por levantar barreras para impedir que la población extranjera busque mejorar sus expectativas vitales en su seno. Los países socialistas, en cambio, fueron los únicos que tuvieron que recurrir a tales muros para retener a su propia población: ni siquiera la República Democrática de Alemania, el más rico de los países socialistas, fue un reclamo lo suficientemente atrayente para evitar que más de 200.000 berlineses cruzaran cada año la frontera antes de la construcción del Muro.

A la postre, los mercados libres se basan en la libre cooperación humana a través de contratos voluntarios: contratos que, a fuer de voluntarios, son mutuamente beneficiosos para las partes. El socialismo, en cambio, se asienta en la coerción: en la explotación violenta del hombre por el hombre. El Muro no fue una carambola histórica. Cada socialismo requiere su propio muro, su propia cárcel.

santi
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Re: Sobre la RDA

Mensaje por santi »

Cada socialismo requiere su propio muro, su propia cárcel.
Muro de defensa y cárcel donde meter a Jagellones y Rallos. :twisted: :twisted:
Вылезай, буржуи! Будем вас судить.
За измену Родине будете платить.

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Re: Sobre la RDA

Mensaje por Jagellon »

santi escribió:
> [quote]Cada socialismo requiere su propio muro, su propia cárcel.[/quote]
> Muro de defensa y cárcel donde meter a Jagellones y Rallos. :twisted: :twisted:

Ya empezamos a matar al mensajero... Cuidado con meter a Rallo en la cárcel que a lo mejor la "liberaliza" XD.

Kozhedub
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Re: Sobre la RDA

Mensaje por Kozhedub »

Jagellon escribió:(...)
Socialismo 2014-11-10

El Muro de Berlín no fue un accidente histórico

Juan Ramón Rallo

El derribo del Muro de Berlín hace 25 años corre el riesgo de convertirse en una efeméride más acerca de un pasado cuasi prehistórico en lugar de en un valioso recordatorio sobre los horrores del socialismo real. Como suele suceder con la historia, el paso del tiempo difumina las causalidades y vuelve más amables las lejanas responsabilidades. Acaso, desde la distancia, pudiera parecer que el Muro fue apenas un pintoresco accidente histórico, una frivolidad de un régimen megalómano sin conexión alguna con su sustrato ideológico.

Para megalomanía los EEUU, los amos oiga. Y paladines de la democracia, o eso me han dicho los de su cuerda.

Pero el muro de la vergüenza socialista no fue ningún accidente histórico: fue la consecuencia natural e inexorable de una ideología que institucionalizaba la explotación del hombre por el hombre mientras ondeaba propagandísticamente la bandera de su abolición.

Ejem. Eso es lo que hace el capitalismo. Oiga, ¿cuánto capital más tienen que acumular los ricos para que los pobres dejen de serlo, según las tesis de San Adam Smith y Von Hayek? ¿O era todo mentira y lo primero (la pobreza de la mayoría) es consecuencia de lo segundo (la riqueza de unos pocos)?

Hubo –y hay– otros muchos muros socialistas distintos al berlinés: los controles de circulación, la restricción en la concesión de pasaportes o las barreras naturales –como estar rodeado por un océano– son cárceles en muchos casos tan o más efectivas que la barrera germana.

Anda, ahora el océano es culpa de los socialistas. Y el Himalaya de Mao Tse Tung, ya puestos. ¡La Naturaleza es roja! :lol: :lol: Los controles de Río Grande o Melilla ¿son socialistas? ¿El muro palestino? ¿En qué barrio de Plutón vive usted? ¿Sabe cuál es el peor muro de todos? Una cartera vacía. La suya, dese luego, está llena. De su cabeza no diría tanto

Porque la explotación –la verdadera explotación: la basada en la represión sistemática de la libertad– es forzosamente consustancial a la dictadura del proletariado: no ya porque la dictadura reconoce sin ambages cuál debe ser el destino de los no proletarios, sino porque incluso entre los proletarios existen legítimos disensos de intereses que la dictadura socialista sólo es capaz de resolver manu militari, esto es, convalidando el uso de la fuerza por parte de unos proletarios sobre otros (en realidad, por parte de los cuadros con mayor poder de negociación dentro de la burocracia socialista sobre el conjunto de los proletarios).

Cero en teoría. El destino de los no proletarios es ponerse a trabajar y dejar de vivir del trabajo ajeno. Pobre Botín, lo que hubiera sudado. Suerte que la Mano Invisible se lo llevó a tiempo de que no cayera en manos de los bolcheviques o peor aún, los populistas (¡que viene el Coletaaaaas!). Sobre la Manu Militari, de eso saben mucho en Libia, Siria, Irak, Afganistán y Ucrania. Hoy. Porque si hago un repaso histórico quemo el procesador.

Y todo régimen asentado en la salvaje esclavización del hombre por el hombre necesitará erigir muros para evitar que los esclavos escapen del dominio de sus dueños, especialmente cuando existen sociedades mucho más libres a tiro de piedra. Lo comprendió perfectamente el periodista alemán Eugen Richter, quien 70 años antes de que fuera construido el Muro ya anticipó perspicazmente que la eventual implantación del socialismo en Alemania debería ir seguida, por necesidad, de controles fronterizos que impidieran a la gente evitar seguir siendo explotada cual ganado por el Estado. Narraba Richter en su distópica novela Imágenes de un futuro socialista:

Dado que la gente joven ha recibido el adecuado entrenamiento de nuestras instituciones socialistas y dado que se les ha instruido en el honorable propósito de dedicar todas sus energías al servicio de la comunidad, pronto dejaremos de necesitar a todos esos snobs y aristócratas [que quieren escapar del país]. Mientras tanto, [todos ellos] tienen la obligación de ser retenidos en el interior (…) El Gobierno [socialista] hace bien en aplicar implacablemente medidas para evitar la emigración. Con el propósito de ser eficaces, se ha considerado imprescindible enviar tropas a las fronteras y a los puertos. El paso fronterizo con Suiza ha recibido especial atención por parte de las autoridades. Se ha anunciado que las patrullas se incrementarán en varios batallones de infantería y caballería. Esas patrullas tienen estrictas instrucciones de disparar de manera indiscriminada a todos los fugitivos.

El "perspicaz" no previó que antes del muro uno de los suyos, lejos de impedir la huída del personal, lo "atrajo" hacia Alemania vía expansión territorial, importando de paso a millones de esclavos para quitarles de la cabeza ciertas bobadas sobre la dictadura del proletariado. Si el perrito faldero del capital no se hubiera metido en casa ajena, y si un industrial y sus amiguetes de la libre empresa no le hubieran financiado la campaña, quién sabe, ni Alemania hubiera acabado dividida ni los soviéticos en Berlín. Ya ve, los de la hoz y el martillo se quedan en la alambrada, otros prefieren el horno crematorio o el napalm. Para gustos, colores.

Sin criadero de cobayas no hay paraíso socialista. Por eso los muros de contención son imprescindibles: no para evitar que las masas depauperadas por el capitalismo emigren en desbandada hacia los países socialistas, sino para evitar que las masas empoderadas del socialismo huyan hacia los páramos de explotación capitalista.

¡Coño! Me he perdido algo. ¿México y Haití son socialistas? ¿Lo son Nigeria y Marruecos? ¿Los rojos dominan en Bangla Desh? ¿Los polvillos blancos de su desayuno son azúcar? :lol: :lol:

Al contrario, han sido los países capitalistas quienes, por desgracia, han optado por levantar barreras para impedir que la población extranjera busque mejorar sus expectativas vitales en su seno.

La misma que huye de los países que ellos mismos han reventado. Mire ahora en Libia, o lo bien que lo lleva México con la DEA. Además, si su sistema es maravilloso, ¿por qué no pueden acoger a estos fugitivos? Porque bien que acogían con los brazos abiertos a los que huían del este ¿Doble rasero? Qué va hombre, cara dura y gracias.

Los países socialistas, en cambio, fueron los únicos que tuvieron que recurrir a tales muros para retener a su propia población: ni siquiera la República Democrática de Alemania, el más rico de los países socialistas, fue un reclamo lo suficientemente atrayente para evitar que más de 200.000 berlineses cruzaran cada año la frontera antes de la construcción del Muro.

Se llama Plan Marshall, amigo. Un país queda arrasado. El otro no. Uno apenas puede sostenerse. El otro controla la economía mundial y con lo que roba y cobra por las ventas de armas puede reconstruír algunos de sus estados vasallos. Para lo demás, lea algo de vez en cuando.

A la postre, los mercados libres se basan en la libre cooperación humana a través de contratos voluntarios: contratos que, a fuer de voluntarios, son mutuamente beneficiosos para las partes.

El hambre no es voluntaria. La estupidez, a veces: simularla (concedamos el beneficio de la duda) permite comer cuando se pone al servicio de los intereses oportunos. La cooperación se da entre iguales, pero el presidente de una multinacional no es igual al niño pobre que le cose balones por dos duros al otro lado del mundo. El contrato es muy beneficioso para una de las partes; para la otra, es un yugo. Y mientras sigan haciendo como que no entienden algo tan obvio seguirán creyendo en el oxímoron del "mercado libre"

El socialismo, en cambio, se asienta en la coerción: en la explotación violenta del hombre por el hombre. El Muro no fue una carambola histórica. Cada socialismo requiere su propio muro, su propia cárcel.

En eso el capitalismo es más listo. No diga cárcel, diga "África". Y lo que se ahorran en alambradas (el cemento lo necesitan para la cara).
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Kozhedub
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Re: Sobre la RDA

Mensaje por Kozhedub »

Réplica desde la otra orilla:
Cambio de época: a 25 años de la caída del Muro de Berlín
x Atilio Boron
Lo ocurrido en Berlín fue exaltado por los los intelectuales orgánicos del imperio como el alumbramiento de un nuevo orden mundial que duraría todo un siglo

El 9 de noviembre de 1989 cayó el Muro de Berlín. Poco después el contagio o efecto dominó derrumbaría ya no muros sino a los regímenes supuestamente socialistas erigidos como resultado de la nueva constelación geopolítica emergente a fines de la Segunda Guerra Mundial hasta que, entre fines de 1991 y comienzos de 1992, el proceso culminaría con la desintegración de la Unión Soviética. Estos acontecimientos dieron lugar a eufóricas declaraciones por parte de gobernantes, políticos, periodistas e intelectuales del mal llamado «mundo libre»: fervientes promesas de paz y prosperidad se escuchaban en Washington, Bonn, Londres y París, las que en el asfixiante clima neoliberal de los 90 se repetían hasta el hartazgo en América Latina y el Caribe.

En esta fragorosa batalla de ideas pocos textos pudieron captar el clima ideológico imperante en las metrópolis del capitalismo con más precisión que el libro de Francis Fukuyama, El fin de la historia y el último hombre, originalmente publicado en 1992. En esa obra se argumentaba que la Guerra Fría había terminado, y que su resultado final marcaba el triunfo definitivo de la democracia liberal y el capitalismo de libre mercado a lo largo y a lo ancho del planeta.

Un cuarto de siglo después las tesis centrales del libro fueron impiadosamente refutadas por la historia: primero, ésta no terminó sino que se aceleró, tornándose a la vez más compleja y truculenta. La Guerra Fría, luego de un paréntesis, retomó impulso con la renovada virulencia que vemos en estos días; y ni la democracia liberal ni el capitalismo de libre mercado han triunfado. Por el contrario, atraviesan una crisis que no pocos se atreven a calificar de terminal. Surgen teorizaciones y prácticas que hablan de nuevas formas de democracia que superan las limitaciones de su versión liberal (plasmadas, por ejemplo, en las constituciones de Bolivia, Ecuador y Venezuela) a la vez que proliferan los análisis que demuestran que el capitalismo ha chocado contra una frontera ecológica insuperable.

¿Qué ocurrió después de la caída del Muro? En el plano estrictamente doméstico, Alemania Federal anexó a la República Democrática Alemana y, menos de un año más tarde, el 3 de octubre de 1990, el canciller Helmut Kohl proclamó la reunificación. Ésta se llevó a cabo con un apenas solapado ánimo de venganza. En los demás países, una vez desaparecida la Unión Soviética, sus pueblos pudieron preservar su identidad nacional. En el caso alemán, en cambio, la reunificación intentó borrar hasta las más insignificantes huellas de la RDA.

Como comenta Maxim Leo, un joven periodista que creció en la RDA, «nuestro país dejó de existir y nosotros también». Lo que vino después fue una satanización de toda aquella experiencia, simbolizada en dos detestables rasgos del viejo sistema: la Stasi, temible policía secreta, el Muro de Berlín, y la rusticidad de los automóviles Trabant. ¿Hubo algo más? Sin duda, y eso es lo que hoy en Alemania se describe como «Ostalgia», porque «Ost» significa «Este» en alemán. ¿Nostalgia de qué? De varias cosas: había trabajo para todos, la vivienda era barata, la atención médica era gratuita y de calidad y existía un muy buen sistema educacional accesible para todos.

Como recuerda el periodista Wolfgang Herr, «no todo era tan malo antes y no todo es tan bueno ahora». Pese a los «paisajes floridos» que demagógicamente prometiera el canciller Kohl (producto de la euforia del momento, según lo reconoció años después) aquellos paisajes todavía hoy no se divisan. La brecha que separaba las dos regiones antes de la reunificación apenas si se ha atenuado en algunos aspectos, pero se ha acentuado en otros. El ingreso per cápita de las cinco provincias orientales equivale a las dos terceras partes de sus congéneres occidentales, un aumento si se considera que antes de la reunificación eran el 43%, pero hace varios años que esta brecha ha dejado de cerrarse y parece haberse cristalizado en aquella proporción. Y la tasa de desempleo en el este es casi el doble que la registrada en el oeste. Un año después de la caída del Muro, el 61% de los alemanes orientales se consideraban a sí mismos simplemente como alemanes; cuatro años más tarde este porcentaje se redujo al 35% a causa de la desilusión causada por la unificación. Brechas que se acentuaron en relación con los derechos de la mujer, el escaso apoyo en términos de guarderías y jardines infantiles, acceso a la salud y educación. Una encuesta revelaba, en 2009, que solo el 12% de los alemanes orientales creía que se había alcanzado el mismo nivel de vida que en las provincias occidentales, mientras que el 86% decía que no. Sin duda, ahora gozan de libertades que antes no tenían pero en el capitalismo alemán, como en cualquier otro, esas libertades tropiezan con enormes dificultades a la hora de ser realizadas. Pueden salir a voluntad de Alemania, porque ya no está el Muro, pero sus ingresos no se lo permiten. Pueden ir todos los días al KDW, la famosa tienda de departamentos que relumbraba como un sol del otro lado del Muro, pero no tienen dinero para adquirir lo que allí está a la venta.

Gasto militar


En el terreno internacional la caída del Muro fue el preludio del derrumbe de la Unión Soviética y el inicio del breve y turbulento «unipolarismo» estadounidense. Lo ocurrido en Berlín fue exaltado por los tanques de pensamiento y los intelectuales orgánicos del imperio como el alumbramiento de un nuevo orden mundial que, aseguraban, duraría todo un siglo. Eso pensaban los integrantes del Proyecto del Nuevo Siglo Americano, que habrían de sufrir un rudo despertar la mañana del 11 de setiembre de 2001 cuando todas sus ocurrencias, que no ideas, se derrumbaron junto con las Torres Gemelas de Nueva York.

La caída del Muro y todo lo que se precipitó después modificó radicalmente la realidad internacional. Los famosos «dividendos de la paz» prometidos por George Bush padre y Margaret Thatcher, gracias al fin de la Guerra Fría y la presunta disminución del gasto militar, se esfumaron de la noche a la mañana.

Cuando se produce la implosión soviética, en 1992, el presupuesto militar de Estados Unidos equivalía al de los 12 países que le seguían en la carrera armamentista. Cuando en 2003 se decide la invasión y posterior ocupación de Irak el gasto norteamericano ya era equivalente al de los 21 países que le seguían en ese rubro. Las complicaciones de esa guerra, sumadas a la intensificación de las operaciones en Afganistán, hicieron que, para 2008, el gasto militar de los Estados Unidos sólo pudiera ser igualado si se sumaban los presupuestos militares de 191 países. En 2010 la erogación estadounidense en armas y pertrechos ya superaba al gasto militar de todos los países del planeta, quebrando la barrera psicológica del billón de dólares. Otra consecuencia de la caída del Muro, en el plano internacional, fue desencadenar la expansión de la OTAN hacia el Este, desde las nuevas provincias alemanas y también desde países como Polonia y la ex Checoslovaquia y, en general, de todos los que tenían fronteras con Rusia. Proceso, vale aclarar, que en días recientes se acentuó con la instalación de nuevas bases militares en Letonia, Lituania, Estonia, Rumania y Polonia, países altamente dependientes del suministro del gas ruso.

El Muro de Berlín fue caracterizado por la crítica del «mundo libre» como el «muro de la infamia». A lo largo de su historia (13 de agosto 1961 - 9 de noviembre 1989) murieron al intentar cruzarlo 136 alemanes. Es el único muro del cual se habla, soslayando la presencia de otros que demostraron, y demuestran todavía, ser mucho más letales que el alemán. Piénsese que en el que separa Estados Unidos de México mueren cada año cerca de 500 personas. [Dedicado a Rallo] Que hay otro muro de la infamia en la Ribera Occidental, erigido por Israel para contener a los palestinos y cuyas víctimas también se cuentan por cientos. El gigantesco Muro del Sahara Occidental, construido por Marruecos, un incondicional aliado de Occidente, para aislar a la región controlada por el Frente Polisario, y el alambrado construido en Melilla para impedir que desde ese enclave español los africanos puedan ingresar a Europa, son otros tantos ejemplos de una infamia que es ocultada ante los ojos de la opinión pública internacional. Sí, cayó el Muro de Berlín y se acabó su ignominia, pero quedan varios en pie, solo que blindados por el silencio cómplice del pensamiento dominante y su enorme aparato propagandístico al servicio del capital.
¡Saludos!
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Re: Sobre la RDA

Mensaje por Siberia »

Fallece Alex Schalck-Golodkowski, recaudador de la RDA

29/06/2015 - Enrique Müller / El País

Hasta la noche mágica del 9 de noviembre de 1989, cuando dos palabras lograron echar abajo el muro de Berlín, muy pocos habitantes de la República Democrática Alemana (RDA) sabían quién era Alexander Schalck-Golodkowski y solo un exquisito círculo de políticos, empresarios y comerciantes del odiado mundo capitalista conocían la verdadera importancia de uno de los personajes claves del mundo del socialismo real imperante en el país que existió en el mapa europeo 41 años.

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Alex El Grande, como era llamado con respeto por sus colaboradores (medía 1,90 metros y pesaba más de 100 kilos), aunque ocupaba el importante cargo de secretario de Estado para la Coordinación del Comercio Exterior en su país y lucía el grado de coronel del servicio secreto, la temida Stasi, no era un hombre público y su vida transcurría en las sombras del poder y, más importante aún, en oficinas donde, mediante negocios no siempre lícitos, conseguía divisas para mantener con vida la deficitaria economía del país de obreros y campesinos.

De hecho, Schalck-Golodkowski, que murió el 21 de junio en su residencia bávara rodeado de su familia pocos días antes de cumplir 83 años, llegó a ser uno de los hombres más poderosos de su país, un hábil negociante que logró obtener más de 25.000 millones de marcos occidentales (unos 12.500 millones de euros) gracias al comercio con los bienes de la Iglesia, antigüedades obtenidas mediante chantajes y tráfico de armas, entre otros manejos.

Alex El Grande salió de las tinieblas y su nombre ocupó las primeras páginas de la prensa germana occidental cuando en 1983 logró convencer a Franz-Joseph Strauss, en aquella época jefe del Gobierno regional de Baviera y el más furioso anticomunista del país, para que concediera un préstamo de 1.000 millones de marcos a fin de evitar el colapso de la RDA. Su fama aumentó en los días posteriores a la caída del Muro cuando su nombre fue propuesto para ocupar el cargo de ministro presidente del país. Pero un largo reportaje publicado en Der Spiegel acabó con su nueva carrera. El artículo, publicado bajo un título sugerente (Fanático del secreto), relataba con lujo de detalles todos los negocios para captar divisas que había logrado realizar el coronel de la Stasi.

La leyenda relata que el entonces ministro del Interior, Wolfgang Schäuble, intentó sin éxito parar la publicación de la información utilizando un argumento que cayó en el vacío. “Lo necesitamos para el proceso de negociación interalemán”, dijo Schäuble al pedir que no se publicara el reportaje. “Su vida se volverá incómoda”, añadió cuando leyó el artículo en la revista. Fue entonces cuando Schalck-Golodkowski tomó una decisión que cambió su vida: huyó a Berlín Occidental y pidió protección a los enemigos de clase. En los años siguientes, el hombre que había alegrado la vida a la nomenclatura comunista y evitado en más de una ocasión el colapso de la RDA, contó casi todos sus secretos a sus anfitriones.

La justicia vencedora lo condenó en dos ocasiones a penas de cárcel en régimen de libertad condicional por tráfico de armas y de microchips. Pero al poco tiempo la vida le volvió a sonreír en el país unificado. El exrecaudador de divisas se convirtió en asesor de grandes empresas y en un importante confidente del servicio de inteligencia exterior alemán, el BND. Su nuevo apodo: Cenicienta.

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Re: Sobre la RDA

Mensaje por Kozhedub »

Se va coincidiendo con el corralito griego y el amago de abandono del euro (aunque el tema quedará en un susto, pero también en un serio precedente) Viendo lo que ha hecho la RFA (que es la única que sobrevivió a la "reunificación", lo demás es retórica) ¿seguriá pensando que su puñalada trapera mereció la pena? Para él sí, desde luego, pero ¿para Europa?

Y conste que está muy lejos de alcanzar los niveles de su compatriota conversa, la Merkel.

Saludos.
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Re: Sobre la RDA

Mensaje por Siberia »

Curiosa información que nos traslada en el tiempo a la España de finales de los ochenta:
La RDA quiso a Felipe González de aliado

Un informe de la Stasi al que ha accedido EL PAÍS desvela que el líder comunista alemán buscó el apoyo del Gobierno de Felipe González ante los cambios en la URSS

23.08.2015 - El País


El Ministerio para la Seguridad del Estado (Stasi) de la extinta República Democrática de Alemania (RDA) elaboró un detallado informe para preparar la única visita oficial del presidente Erich Honecker a España, en octubre de 1988. El documento señalaba los objetivos del mandatario alemán, entre ellos, recibir el apoyo del PSOE frente a las reformas iniciadas por Mijaíl Gorbachov y constituir sociedades industriales entre los dos gobiernos. La Stasi apuntaba que Alfonso Guerra, José María Benegas y Francisco Fernández Ordóñez eran los dirigentes del PSOE más proclives a hacer de España un aliado de la RDA en la OTAN. La historia no dio tiempo a materializar estos planes: un año más tarde caía el Muro de Berlín.

El PAÍS ha tenido acceso a estos documentos confidenciales redactados por la Stasi, el temido órgano de espionaje y represión de la RDA, cuando se conmemoran los 25 años de la reunificación de Alemania. El documento está bajo resguardo en la Comisión Federal para los Archivos de la Stasi (BStU). Fue elaborado por agentes no identificados en España del HVA, el servicio de espionaje de la Stasi en el exterior; consta de seis páginas mecanografiadas, va acompañado de la advertencia de “alto secreto” y fue expedido seis días antes de la llegada de Honecker a Madrid. Algunos párrafos del texto original aparecen subrayados por Erich Mielke, ministro de Seguridad. Mielke también da el visto bueno a la información con su firma al final del texto. El informe se completó tres meses más tarde con un exhaustivo análisis del potencial militar español y de sus programas de inversión y producción de nuevo armamento.

La agenda del viaje se preparó teniendo en cuenta dos acontecimientos clave para el régimen. El primero era la visita que el líder de la Unión Soviética Mijaíl Gorbachov tenía previsto realizar a España en 1989. Honecker se distinguió como uno de los principales opositores a las reformas iniciadas en la URSS. Su estrategia era marcar el terreno en España antes de la llegada de Gorbachov. Finalmente este aterrizó en Madrid en octubre de 1990, pocas semanas antes de la reunificación alemana y con el Telón de Acero deshaciéndose.

El otro acontecimiento futuro que la dictadura comunista consideraba útil para sus intereses era la presidencia de turno de la Comunidad Europea, que España iba a asumir durante el primer semestre de 1989. El documento de la Stasi incide en el hecho de que España se había convertido en una “potencia media” que buscaba su “propia voz”: “La situación internacional ofrece a España buenas condiciones para alcanzar estas aspiraciones, y en concreto para elevar al más alto nivel el diálogo con la RDA”. La Stasi señalaba que el PSOE era partidario de colaborar en la mejora de las relaciones entre el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) y el Partido Socialista Unificado de Alemania –el SED, la fuerza política gobernante en la RDA- “sobre todo por las ambiciones de Felipe González de ser en los próximos años el sucesor de Willy Brandt como presidente de la Internacional Socialista (IS)”. El sucesor de Brandt al frente de la IS fue el francés Pierre Mauroy.

El documento de la Stasi advierte que la visita de Estado de Honecker fue “motivo de oposición y disputas en el gobierno y en la cúpula del PSOE”. Sin embargo, la Stasi destacaba que “fuerzas con influencia” apoyaban el acercamiento a la RDA como estrategia para diferenciar a España “de aquellos que dan apoyo a las reformas en la Unión Sovética”. En concreto, la Stasi resaltaba que “el vicepresidente Guerra, el miembro de la ejecutiva del PSOE Benegas y el ministro de Exteriores Ordóñez habrían hecho todo lo posible para que la visita de Estado fuera útil para establecer relaciones a largo plazo con la RDA”. Tanto el Rey como González y el presidente del Congreso Félix Pons defendieron ante Honecker el aperturismo aplicado en la URSS, el acercamiento entre las dos Alemanias y el respeto de los Derechos Humanos..

Los párrafos del informe subrayados con más ahínco son los que hacen referencia a las relaciones económicas. La Stasi afirma que la patronal CEOE exigió al gobierno “poner las bases políticas para reforzar las relaciones económicas y científico-técnicas”. Honecker se reunió con la directiva de la CEOE en su sede. El gobierno de la RDA quería “iniciar la cooperación industrial y la creación de empresas de producción conjuntas de capital mixto”, y que España ayudara a abrir las puertas del mercado común europeo.

La Stasi añadía que el Rey había mostrado gran interés en privado para establecer programas bilaterales de formación de deportistas. La RDA fue el segundo país con más medallas en los Juegos Olímpicos de 1988. Hoy se sabe que este éxito fue gracias a un programa masivo de dopaje. Finalmente no fue el rey sino Jordi Pujol quien, el día en el que el líder de la RDA visitó las obras olímpicas de Barcelona, acordó “vínculos de cooperación deportiva”.

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Re: Sobre la RDA

Mensaje por Mayakovski »

Hemos tenido que esperar 25 años pero por fin comienzan a llegar buenas series (películas, no tanto) ambientadas en la RDA. A la excelente Deutschland 83 de 2015 le ha seguido este año la no menos brillante El mismo cielo. En relación a esta última, hay que señalar que aunque las recreaciones son excelentes, las tramas punzantes y las interpretaciones muy auténticas, la serie en su conjunto adolece de lo de siempre cuando se habla de una antiguo país comunista: la versión sesgada que se da de la realidad (como apuntáis también en el hilo El fin del «Homo sovieticus»). No todo el mundo quería huir del país, ni era un confidente de la STASI.

Yo hubiese eliminado la subtrama del profesor gay que quiere saltar el Muro por amor, o la de la chica nadadora con pelo en el pecho por culpa de los anabolizantes. Sí, eso pasó, pero la RDA no fue sólo eso. Y, además, no tenía la exclusiva (¿O es que en la España de Franco o en los EE.UU. de Nixon los homosexuales podían ir por la calle alardeando felizmente de su condición?).

La serie, visto como un retrato del trabajo de los espías Romeo, es magistral. Y el hecho de no dejar demasiado bien a los servicios de información de la RFA, teniendo a antiguos nazis en nómina, hace justicia con lo que sucedió en la Guerra Fría y aumenta mi admiración por Oliver Hirschbiegel, que se atrevió a humanizar a la figura de Hitler pese a que le cayeron palos de todas partes.

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Re: Sobre la RDA

Mensaje por Yuri Gagarin »

[quote="Mayakovski"]Hemos tenido que esperar 25 años pero por fin comienzan a llegar buenas series (películas, no tanto) ambientadas en la RDA. A la excelente [url=http://www.imdb.com/title/tt4445154/]Deutschland 83[/url] de 2015 le ha seguido este año la no menos brillante [url=http://www.imdb.com/title/tt5424556/]El mismo cielo[/url]. En relación a esta última, hay que señalar que aunque las recreaciones son excelentes, las tramas punzantes y las interpretaciones muy auténticas, la serie en su conjunto adolece de lo de siempre cuando se habla de una antiguo país comunista: la versión sesgada que se da de la realidad (como apuntáis también en el hilo [url=http://casarusia.com/foro/viewtopic.php?f=17&t=11422]El fin del «Homo sovieticus»[/url]). No todo el mundo quería huir del país, ni era un confidente de la STASI.

Yo hubiese eliminado la subtrama del profesor gay que quiere saltar el Muro por amor, o la de la chica nadadora con pelo en el pecho por culpa de los anabolizantes. Sí, eso pasó, pero la RDA no fue sólo eso. Y, además, no tenía la exclusiva (¿O es que en la España de Franco o en los EE.UU. de Nixon los homosexuales podían ir por la calle alardeando felizmente de su condición?).

La serie, visto como un retrato del trabajo de los espías Romeo, es magistral. Y el hecho de no dejar demasiado bien a los servicios de información de la RFA, teniendo a antiguos nazis en nómina, hace justicia con lo que sucedió en la Guerra Fría y aumenta mi admiración por Oliver Hirschbiegel, que se atrevió a humanizar a la figura de Hitler pese a que le cayeron palos de todas partes.

[youtube]vtGSu-DJtPU[/youtube][/quote]

Yo vi la serie hace un par de meses y no puedo estar más de acuerdo con tus comentarios. Aunque algunas situaciones como las que mencionas son un poco forzadas, valoro positivamente la serie. No obstante, personalmente prefiero DEutchsland 83.

Por cierto, de ésta última (Deutchsland 83) estamos de Enhorabuena Porque ha renovado por una segunda temporada y sus creadores tienen en mente una tercera, que abarque hasta la caída del muro.

http://www.sensacine.com/noticias/serie ... -18547025/

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Re: Sobre la RDA

Mensaje por Mayakovski »

Yuri Gagarin escribió:Por cierto, de ésta última (Deutchsland 83) estamos de Enhorabuena Porque ha renovado por una segunda temporada y sus creadores tienen en mente una tercera, que abarque hasta la caída del muro.

http://www.sensacine.com/noticias/serie ... -18547025/
No sabes lo feliz que me haces, Yuri Gagarin, con esta noticia. ¡Excelente! :adora: En efecto, lo bueno de "Deutchsland 83" es que se centra en el mundo de los espías y deja de lado otros temas redundantes.

Homenajeemos a esta ya mítica serie con sus títulos de crédito, de lo mejorcito que se ha hecho últimamente, con la canción "Major Tom (Coming Home)" de Peter Schilling sonando de fondo.

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Re: Sobre la RDA

Mensaje por Mayakovski »

jozsi escribió:Y otro artículo, también de Poch, que acompañaba al anterior:

http://www.lavanguardia.es/internaciona ... a-dem.html

Görlitz, la perla del oriente alemán

La ciudad sobrevivió intacta a la Segunda guerra mundial, junto con su magnífico patrimonio barroco, renacentista y medieval. Una "ciudad menguante" diferente

Rafael Poch | Görlitz | 20/07/2009 | Actualizada a las 00:55h | Internacional

A poco más de doscientos kilómetros al sureste de Berlín y a cien de Dresde, me encuentro con una ciudad notable. Se llama Görlitz y es la más oriental de las ciudades de Alemania. Mencionada en 1071, es una rara perla de este país.

Su magnífico patrimonio arquitectónico, que va del gótico al modernismo, pasando por el renacentista y barroco, sobrevivió, intacto, a la Segunda Guerra Mundial, una verdadera rareza en esta Alemania condenada por aquella guerra a una profunda e irreversible tristeza arquitectónica. Görlitz contiene el mayor bloque monumental histórico-artístico, completo e integral, de Alemania, con más de 4000 edificios catalogados.

"No está claro" por qué no fue sometida a bombardeos aéreos, dicen en el ayuntamiento. Solo 37 edificios fueron destruidos y un centenar dañados. En la última fase de la contienda, la ciudad fue declarada "fortaleza" como Breslau, pero el frente se desmoronó al norte de ella y fue tomada desde la retaguardia sin combate. La principal pérdida fue la demolición de los siete puentes sobre el Neisse, a cargo del ejército alemán.

Aun más raro; por haber pertenecido a la antigua República Democrática Alemana, que tocó muy poco la ciudad, y por sufrir ahora los dramáticos procesos de despoblación y desindustrialización característicos de toda la Alemania del Este, ésta ciudad aun no se ha convertido ni en un parque temático, ni en un puro reino del "sector servicios".

(...)
Por encima de creencias e ideologías, la RDA nació como un Estado eminentemente antifascista dispuesto a evitar por todos los medios que el nazismo volviese otra vez a Alemania. Sin embargo, desde el primer momento Occidente puso a esta pequeña República en su punto de mira, con la complicidad de antiguos nazis y aprovechando las debilidades, errores y abusos de poder cometidos desde el gobierno del SED. Hasta que, finalmente, consiguió acabar con ella en 1990, desmantelándola con una rapidez inusitada, encarcelando a sus dirigentes, demoliendo todos sus símbolos (como el Palast der Republik) y reconvirtiendo el Mitte berlinés en la zona más cara y elitista de la capital. La caída del muro fue celebrada con más fanfarrias que la Oktoberfest y los medios de comunicación se encargaron de convencernos de lo afortunados que éramos por haber vivido aquel momento histórico... :|

Bueno, pues ya lo tienen... veintisiete años después la ultraderechista Alternative für Deutschland ha conseguido 93 escaños en el Bundestag. En algunos distritos han llegado a obtener la mayoría de votos, como en Görlitz, en el antiguo territorio de la RDA. Casualmente, jozsi publicó hace nueve años ese interesante artículo sobre el pasado socialista de esta localidad...

Enhorabuena a los capitalistas de todo el mundo: las esvásticas (o sus sucedáneos) vuelven a ondear impunemente en Alemania. Por cierto, Merkel lo tendrá crudo para formar gobierno tripartito. Ajo y pan, Frau Angela :loco:
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