Terror en la Casa Pía

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Fra Dolcino
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Terror en la Casa Pía

Mensaje por Fra Dolcino »

Terror en la Casa Pia

EL PORTAVOZ socialista portugués, el presentador de las «Crónicas Marcianas» lusas, un ex embajador en la Unesco... Los niños de un orfanato eran violados por estos «poderosos»
BEGOÑA P. SANCHEZ. Lisboa




Durante las últimas tres décadas, el miedo ha sido una nota constante entre los internos de la red de centros Casa Pia, la principal institución portuguesa bajo tutela estatal de atención a niños huérfanos, con 4.700 alumnos y 1.300 funcionarios. Ahora ese miedo ha dejado de ser íntimo y ha conmocionado a la sociedad portuguesa con la revelación de una trama de pederastas en la que están implicados políticos, periodistas y empresarios del más alto nivel.


El aparentemente respetable colegio Pina Manique, en las inmediaciones del barrio de Belém, una de las áreas más chic de Lisboa, se convirtió durante décadas en el principal centro casapiano de abusos sexuales contra menores. Centenares de alumnos de la institución fueron violados.


El presunto cerebro de esta trama de pederastia, Carlos Silvino, apodado Bibi, trabajó como funcionario de la institución hasta noviembre de 2002, cuando fue detenido por las autoridades a raíz de una investigación del semanario Expresso y el canal de televisión SIC, que fue el primero que denunció los hechos.

Lo que parecía un caso aislado de un violador de menores se ha convertido, en los últimos meses, en el punto de partida de una investigación que apunta hacia la existencia de una red de pederastia diseñada para satisfacer los caprichos sexuales de las altas esferas de la sociedad portuguesa con la carne de los huérfanos.



VIDEOS PORNOGRAFICOS

Bibi actuaba, presuntamente, como simple enlace entre figuras públicas y los menores. Además de los abusos, hay constancia de la prostitución de numerosos jóvenes en los jardines del monasterio de los Jerónimos, también en la zona de Belém, un parque donde los pederastas recogían a los chicos en lujosos coches, y la comercialización de imágenes y vídeos pornográficos con huérfanos casapianos como protagonistas. Muchas de las víctimas pasaban, antes de ser sometidas a abusos sexuales, el filtro de análisis de enfermedades infecto-contagiosas realizados por médicos cómplices de la trama para obtener así su certificado de garantía.


De momento, siete acusados están en prisión preventiva. La última detención, la del diputado, portavoz del Partido Socialista (PS) portugués y ex ministro de Trabajo con Antonio Guterres, Paulo Pedroso, de 38 años. Acusado de 15 delitos de abuso, su detención salpicaba esta semana a la clase política ante la incredulidad de los portugueses. Mientras el PS cierra filas en torno a su compañero de formación, el escándalo de la Casa Pia comienza a adquirir tintes de operación Manos Limpias a la portuguesa.


Ya ha caído la estrella de televisión Carlos Cruz, de 61 años, conductor de exitosos formatos como Un, dos, tres o Crónicas Marcianas y detenido en febrero. Junto a él, comparten prisión el pediatra Joao Ferreira Diniz, el abogado Hugo Marçal; un antiguo director adjunto de la Casa Pia, Manuel Abrantes; el antigo embajador luso en la Unesco, Jorge Ritto, arrestado esta semana...


Pedro Namora, un abogado de 38 años, ingresó como alumno en el centro benéfico en 1975. Portugal despertaba a la transición democrática después de cerca de 50 años de fascismo salazarista.«La institución estaba completamente deshumanizada», describe Namora. Era su tercer internado tras deambular por otros dos centros de acogida desde 1970, cuando falleció su padre. Su madre, empleada de hogar, carecía de recursos para mantener a Pedro y a sus dos hermanos, matriculados en otros hogares.


«El primer día que ingresé en Pina Manique salí con unos amigos y regresamos a las tres de la mañana. Comprobamos que no había control». En aquella época, el centro tenía 800 internos repartidos en camarotes, cada uno con entre 60 y 80 alumnos apiñados en literas. «Vivíamos en condiciones pésimas, el espacio estaba degradado, había ratas, los cristales de las ventanas estaban partidos, pasábamos mucha hambre».


En estas circunstancias, Bibi sacó partido del desamparo emocional de los internos -la mayoría sin lazos familiares- para satisfacer sus deseos sexuales. «Yo me libré por tener familia», admite Namora, que fue acosado por Carlos Silvino al poco tiempo de recalar en la institución. Tenía 11 años. «Fui con unos amigos al baño después de un partido de fútbol en el estadio de Restelo (en las inmediaciones del colegio)». Cuando el joven Namora se quedó solo, escuchó la voz de Silvino: «Pedro, trae papel higiénico, que aquí no tengo». «La puerta se abrió y él estaba de pie, con los pantalones bajados. Me pidió que entrara. Extendí la mano con el papel y me empujó contra él con fuerza, pero conseguí soltarme», relata.


Bibi aprovechaba la falta de recursos de los internos para seducirlos con pequeños regalos. «Nos preguntaba, por ejemplo, si queríamos slips, porque odiábamos los calzoncillos de la institución, que parecían de la II Guerra Mundial». Después arrastraba hacia una pequeña caseta a quienes aceptaban su ofrecimiento. «Comenzó a difundirse lentamente un sentimiento de miedo hacia él, aunque yo no sabía que había intentado violar a compañeros».


Treinta años después, este abogado, casado y con dos hijos, se ha convertido en uno de los principales actores del escándalo.Junto a otro antiguo colega acosado por Bibi, Adelino Granja, apoyó la investigación periodística que ha servido para destapar una trama que ha pasado en los últimas tres décadas ante las narices de varios gobiernos y del Poder Judicial sin que nadie hiciera nada. Además, Granja se ha encargado de la solicitud de indemnización para uno de los principales testigos contra Bibi, el pequeño Joel, un joven de 15 años.


Namora asegura que su insistencia en desvelar los horrores de la Casa Pia le ha costado amenazas de muerte contra su familia.Pero afirma que valió la pena: «A los pocos días de conocerse el caso públicamente fui a Pina Manique. Muchos niños de 10 o 12 años se acercaron sigilosamente para darme una palmadita en la espalda y darme las gracias».



NIÑOS SORDOMUDOS

El proceso está reabriendo viejas heridas entre víctimas y familiares.La generación de Namora en Pina Manique ha redactado muchas biografías desgraciadas: toxicómanos, presos, suicidas...


El Gabinete de Apoyo Psicológico que acompaña a los actuales internos estima que más de un centenar de alumnos, en su mayoría sordomudos, han sido objeto de abusos. «El ambiente que se vive en la Casa Pia es todavía el de una película de terror», sostiene la directora de la institución, Catalina Pestana. «Existen otras personas involucradas, pero los menores no saben sus nombres, sólo conocen las caras y les llaman "señor doctor" o "señor ingeniero"».La mayoría de los casos anteriores a 1985 ha prescrito.


Hasta la fecha las investigaciones han permitido destapar el rostro de siete de estos señores ante la estupefacción de los portugueses, que asisten atónitos al desfile de personajes mediáticos hacia la sombra bien merecida de la trena.

http://www.elmundo.es/cronica/2003/397/1053859430.html



Otros artículos sobre el tema:


http://www.elperiodicodearagon.com/noti ... 63883.html


http://internacional.elpais.com/interna ... 50215.html

"Desde los años setenta hay constancia de la entrega de niños de la Casa Pía para orgías y filmaciones en EEUU"