Sin embargo, aunque los americanos fueron los primeros, el éxito del Apolo 11 no debería ensombrecer los importantes logros que consiguió la URSS en su carrera por conquistar la superficie lunar. Es un buen momento para recordar el Programa Lunik:
Más información sobre la aventura lunar soviética en estos enlaces:El lanzamiento en octubre de 1957 del Sputnik, el primer satélite artificial de la historia, por parte de la Unión Soviética fue un duro golpe para Estados Unidos. La puesta en órbita del Sputnik por parte de una nación que hasta aquella fecha había sido considerada atrasada en el campo de la Astronáutica cogió por sorpresa a Estados Unidos, que vio en esta iniciativa un nuevo tipo de amenaza militar. Pero la URSS no tenía intención de detenerse aquí: tras la puesta en órbita de un ser vivo (Laika), la Luna sería su siguiente objetivo. La serie de sondas automáticas Lunik, desarrollada por el científico Serguéi Koroliov, se diseñó para cumplir esta misión. Se iniciaba así una auténtica “guerra fría” de carácter cósmico.
La ventana de lanzamiento más próxima se abría el 31 de diciembre de 1958, pero algunas dificultades técnicas implicaron un retraso en el lanzamiento hasta el 2 de enero de 1959. Ese día la sonda Lunik-1 despegó desde Baikonur y se convirtió en el primer objeto de construcción humana que alcanzaba la velocidad de escape. Una vez confirmada dicha velocidad, la maquinaria de propaganda comunista se puso en marcha y anunció al mundo el éxito del ahora llamado Programa Lunik. Los estadounidenses volvieron a sufrir así el duro impacto de la derrota y la humillación. Pero ¿cumplió la Lunik-1 su objetivo? En realidad no: un fallo en el sistema de control del cohete lo impidió. Su meta real, un espectacular impacto contra la superficie lunar, no fue posible. Solo consiguió sobrevolarla a unos 6.000 km de distancia. La anomalía, en todo caso, poco importó, ya que su objetivo real no había sido anunciado. El sencillo acercamiento fue más que suficiente para entregar la gloria de la victoria a los soviéticos.
La sonda Lunik-1, la primera en la historia que consiguió aproximarse a la Luna
Para Occidente, la URSS había superado otra vez a sus enemigos, y no parecía existir en el horizonte perspectiva alguna de que la diferencia entre ambas potencias pudiera cerrarse a corto plazo. Pero los soviéticos no podían conformarse con aquel intento. El día 12 de septiembre de 1959, el Lunik-2 despegó hacia su objetivo. Impactó contra una zona situada entre los mares Imbrium y Serenitatis y se convirtió en el primer objeto fabricado por el hombre que alcanzó otro cuerpo celeste. El logro fue explotado convenientemente. Coincidió con una visita de Jruschov a Estados Unidos y el premier regaló a su homólogo, un contrariado Eisenhower, una réplica de la esfera que se había fragmentado sobre la Luna esparciendo el escudo de armas soviético.
El grado de satisfacción de Jruschov era superlativo. Ahora sus “enemigos” sabían de qué eran capaces sus cohetes. Pero no se detendrían ahí. El próximo paso sería enviar a la Tierra imágenes de la cara oculta de la Luna. De paso, probarían la tecnología que permitiría espiar el territorio estadounidense. El Lunik-3 despegó con esta misión el 1 de diciembre de 1959 y, aunque borrosas, envió las preciadas fotografías. Las imágenes fueron interceptadas por la antena del observatorio Jodrell Bank (Reino Unido) y llegaron a la prensa occidental antes de que las autoridades soviéticas dieran el visto bueno, lo que motivó sus más enérgicas protestas ante tal acto de “piratería”. De hecho, aparecieron deformadas, devaluando la hazaña de la sonda Lunik-3.
Los estadounidenses llegaron a temer que la Luna se convirtiera en el monumento definitivo al comunismo. Esto se debió tanto a la paranoia de la época por la carrera espacial como a la propaganda soviética y a la humillación que habían supuesto para EE.UU. los logros obtenidos por sus competidores. La carrera lunar se intensificó cuando se iniciaron los programas tripulados hacia nuestro satélite. Estados Unidos participó con el Apolo y los soviéticos con su Lunik. Durante algún tiempo ambas potencias lucharon frente a frente, pero llegó un momento en que comenzó a resultar evidente que los americanos ganarían esta competición. Entonces, en una desesperada estrategia de distracción, la URSS optó por negar que tenía en marcha un programa tripulado lunar, asegurando que solo tenía previsto enviar sondas automáticas. Sin embargo, se estaba trabajando sin descanso en las sucesoras de la serie Lunik, que eran mucho más sofisticadas que aquellas. Algunas se posaron suavemente en la superficie de nuestro satélite y otras intentaron pasearse o recoger muestras para traerlas a la Tierra.
Este grupo de ingenieros y militares soviéticos puso a punto las instalaciones para la recepción de las muestras lunares que debía traer el Lunik-15, lanzado al espacio el 13-07-1969, la misma semana que el Apolo 11
Con el Apolo-11 estadounidense volando ya hacia Selene, los soviéticos lanzaron su última esperanza: el Lunik-15. Si lograba su propósito, podría traer muestras de suelo lunar antes que Neil Armstrong y sus compañeros. Al enterarse en Estados Unidos, se temió lo peor. Incluso existían rumores de que el Lunik-15 intentaría sabotear el alunizaje del módulo lunar tripulado interfiriendo en sus comunicaciones o impidiendo sus objetivos. Pero todo eran paranoias de la guerra fría. Nada de eso ocurrió, y mientras que los astronautas del Apolo-11 regresaron a casa cargados con varios kilogramos de muestras lunares, el Lunik-15 acabó estrellándose contra una montaña tras 52 órbitas.
Pero el Programa Lunik continuó desarrollándose hasta 1976, recogiendo muestras lunares y obteniendo numerosas fotografías. La última sonda, la Lunik-24, regresó a Tierra cumpliendo su misión con éxito el 22 de agosto de 1976.
Podéis leer el artículo completo en este enlace:
Historia secreta de la URSS en la Luna
El Programa Lunik
Vehículos lunares soviéticos Lunokhod
También recomiendo los interesantes vídeos de este post de lazareto:
Lanzador N1