¿Raza superior soviética?

Historia de la URSS, nacimiento, superpotencia, desaparición.

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Kozhedub
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Re: ¿Raza superior soviética?

Mensaje por Kozhedub »

Fra Dolcino escribió:El marxismo no es contrario al Darwinismo, de hecho Marx quiso dedicar El Capital a Darwin, pero sí lo es abiertamente del Darwinismo social que nos podría llevar a una distopía estilo Gatacca o una sociedad de castas y neofeudal de multinacionales como la de los Mercaderes del Espacio.
Eso es lo que me resulta más fascinante del caso Lysenko. La selección natural planteada por Empédocles y Darwin no es en absoluto incompatible con el materialismo dialéctico, todo lo contrario. Se evoluciona precisamente como respuesta a las transformaciones en el entorno y por la influecnia de éste, y esa adaptación puede generar igualmente procesos cooperativos o competitivos. Centrándose sólo en un grupo (el cooperativo) Lysenko tiró por la borda el método dialéctico, que acepta la oposición de contrarios o su mutua dependencia, superando la contradicción a partir de la síntesis. También hicieron lo propio los llamados darwinistas al ignorar los fenómenos cooperativos (de los que nosotros somos el mejor ejemplo: un organismo pluricelular), pero al menos éstos no pretendían vincularse a las tesis marxistas o dialécticas.

En cuanto a Darwin, el suyo es un caso similar al de Einstein: el responsable de consagrar una teoría científica que ve con honda preocupación cómo ésta puede acabar convertida en una herramienta atroz en las manos equivocadas. En el fondo un criminal, cuando llega a la categoría de dirigente, sólo busca teorías para dar legitimidad a sus actos de manera que puedan aceptarse como "lógicos" o "legales". Con o sin Darwin se hubiera establecido una teoría racialista (era de hecho previa a él, y hasta Voltaire la aceptaba), lo indigesto en este caso es que se quiera endosar ese muerto a la URSS cuando los padres de la criatura son precisamente los que aquí ejercen de acusación.

Triste, pero no sorprendente.

Un saludo.
"Nadie tiene derecho a disfrutar de la vida a expensas del trabajo ajeno"
(G. Zhukov)

Fra Dolcino
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Re: ¿Raza superior soviética?

Mensaje por Fra Dolcino »

Muy buena explicación amigo Kozhedub, ahora bien, sin tener los suficientes conocimientos científicos ¿ no está el Lamarckismo en parte rehabilitado?.

Es como la eugenesia, " el buen nacimiento", que se lleva practicando de una u otra forma desde hace miles de años( veáse la Roca Tarpeya), esta no tiene que ser mal per se, y puede ayudar a mucha gente. Por eso cualquier disciplina desde la Medicina, la Economía o el Derecho sin ética, no valen para nada y sólo conducen a su utilización política e ideológica con siniestros fines. La Escuela de Austria con tal de negar el materialismo histórico y fomentar su anticomunismo es capaz de renunciar a la experiencia y al método científico recurriendo a psicologismos y paparruchadas varias. El marketing es la doctrina suprema de este siglo, y la impunidad ante la injusticia, la indefensión aprendida que nos mantiene sin capacidad de reacción como en el Angel Exterminador de Buñuel.


Un saludo.

Kozhedub
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Re: ¿Raza superior soviética?

Mensaje por Kozhedub »

Fra Dolcino escribió:Muy buena explicación amigo Kozhedub, ahora bien, sin tener los suficientes conocimientos científicos ¿ no está el Lamarckismo en parte rehabilitado?.
El problema es que guste o no, la ciencia es una forma de ideología y se ve lógicamente influenciada por el entorno social en que se enmarca. Tanto sus bases epistemológicas como sus conclusiones, o la interpretación que se haga de un estudio, son subjetivas y están sujetas a un punto de vista. Ni la prueba de doble ciego ni la verificabilidad (menos aún la falsación) garantizan una objetividad que es más bien mito que hecho; la cienca a lo sumo puede ser rigurosa, nunca exacta, salvo que juegue a predecir fenómenos muy simples o muy generales. De aquí tampoco debe deducirse una equivalencia metodógica: unos métodos son más fiables que otros, pero la "objetividad" es simplemente una patente de corso para arrojar por la borda cualquier imperativo ético o moral en la investigación. Y el evolucionismo es un ejemplo.

Parto de la base de que Darwin estaba más acertado que Lamarck en su idea de la evolución de las especies. Pero resulta triste comprobar cómo en cuanto ambos autores desarrollaron sus teorías, se entabló una batalla abierta entre los partidarios de uno y otro, batalla en la que lo que importaba era poner en valor el propio prestigio, y no esclarecer los hechos. Se llegó hasta el extremo de que los partidarios de Darwin crearon una teoría "científica", la "barrera de Weismann", que intentaba zanjar la hipótesis de la "transferencia horizontal". Hoy se sabe que tal "barrera" es falsa y que varios organismos (como los virus o tipos de células procariotas) pueden presentar casos de transferencia horizontal. Como decía antes de Lysenko, se arroja por la borda media teoría por una cuestión ideológica, y aquí se actúa igual. No digo que Lamarck tuviera razón y Darwin estuviera equivocado, simplemente que tal vez ambos tuvieran parte de razón (mucho más el segundo que el primero) Pero en cuanto la ciencia se convierte en otra forma de religión y se plantea cualquier disidencia del modelo dominante como una "herejía", mal vamos. De hecho, la teoría del "Diseño inteligente" no tiene tanto que ver con la religión como con las tesis del liberalismo, según las cuales es la voluntad del individuo el motor de la sociedad sin mediar influencias externas en la toma de decisiones. Ya conocemos sus lemas, "el que no trabaja es porque no quiere", "Yo me he hecho a mí mismo", "El empresario da de comer a los trabajadores" o "Soy el dueño de la empresa, así que la pasta me la llevo yo". ¿Cómo los neoliberales van a tragar con una teoría en la que los organismos actúan por reacción a los cambios en el medio, qué cabida tiene ahí la autonomía de la voluntad individual? Que Popper negara el carácter científico de las tesis evolucionistas no debería sorprender a nadie.

Y por si quedaban dudas, el carácter ideológico de la ciencia se puede plantear incluso desde el mismo discurso científico: lo hizo Einstein, cuando dejó claro que los fenómenos son absolutos, pero que nuestra posición con relación a ellos es relativa, y ello impide poder aprehender en su totalidad su estudio. Partiendo de esa tesis, Ortega bromeaba diciendo que Dios era, en cualquier caso, la suma de todas las perspectivas posibles acerca de un fenómeno dado.

Claro que un cienticifista (entendiendo el término en el sentido de "fanático de la ciencia") podría decir que la ciencia nos permite establecer pautas de predictibilidad en un fenómeno. Pero para saber que todos nos morimos algún día no hace falta tener la carrera de biología. Y predecir, lo que se dice predecir, se cuelan hasta con el parte meteorológico. Así que confiar en ella como un método de análisis riguroso y fiable es una cosa a mi modo de ver sensata y necesaria, pero sin perder de vista sus implicaciones y, sobre todo y más importante, sus consecuencias. Y cualquiera que estudie las teorías de algunos "científicos" contemporáneos puede que no tenga muy clara la naturaleza de los agujeros negros o de los campos cuánticos, pero sí puede adivinar fácilmente de qué pie cojea el que le paga los cheques para sus investigaciones.

Saludos.
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(G. Zhukov)

Fra Dolcino
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Re: ¿Raza superior soviética?

Mensaje por Fra Dolcino »

Muchas gracias amigo Kozhedub por tu respuesta. Para mi la ciencia como diría Gonzalo Puente Ojea es ese pequeño bisturí que tenemos para conocer el mundo y sin el cual no somos nada. De las diferencias físicas e intelectuales entre los humanos que son innegables lo que no se pude hacer es trasladarlo al ámbito socioeconómico, que es lo que hace el darwinismo social, es decir, que los ricos son ricos porque son los más guapos y los más listos y los pobres por todo lo contrario. Muchos no somos conscientes de hasta que punto las condiciones materiales y sociales con que nacemos determinan en gran parte nuestro futuro, pudiéndose reproducir cadenas de miseria como dinastías en una partida donde las cartas están marcadas por una acumulación originaria. Tal y como se estructuran las sociedades todos no podemos ser empresarios, u obreros o lo que sea, pero eso no conlleva que el trabajo de unos deba ser precario y penoso y el otro privilegiado , pues su labor es imprescindible. ¿ Qué método objetivo determina como distribuir la riqueza entre los ciudadanos? Ahí es donde entra la ética y la subjetividad, pero aún así creo que los números están también de nuestra parte, pues una repartición de la riqueza más justa y equitativa genera mayor cohesión y más riqueza. Hace poco ha salido un estudio que apunta en esta línea, las dos grandes últimas crisis, esta y la del 29, se dan en un momento de grandes desigualdades sociales y económicas. Sin derechos económicos y sociales fundamentales , no pueden desarrollarse otros derechos como la libertad que tan hipocritamente blanden distintos neoliberales.

Un cordial saludo y lo dejo aquí. Un placer charlar contigo, siento no poder pasarme por aquí a comentar más a menudo.

Kozhedub
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Re: ¿Raza superior soviética?

Mensaje por Kozhedub »

Ya que le citaba, creo imprescindible dejar aquí el texto de Einstein sobre el socialismo. Sólo tangencialmemnte se ocupa de lo que aquí tratamos, así que me centraré en subrayar esa parte del texto. Hablamos de un científico a la vieja usanza, poco menos que un humanista al estilo del Renacimiento, cuando se tenía conciencia de que las diferentes esferas del conocimiento humano eran inseparables y se influían recíprocamente. En fin, antes de Kant o Descartes.

Recomiendo la lectura completa. Aquí cito tan sólo lo más próximo a la problemática de la "mejora" del ser humano desde la perspectiva de un socialista convencido, y su conclusión es tan clara como obvia: dicha mejora no se halla en una modificación biológica de nuestra especie, sino educativa y cultural. Y así se entendió en la URSS aunque algunos documentalistas no se den por aludidos.
A. Einstein escribió: ¿Por qué socialismo?

(...)

¿Debe quién no es un experto en cuestiones económicas y sociales opinar sobre el socialismo? Por una serie de razones creo que si.

(...)

Pero la tradición histórica es, como se dice, de ayer; en ninguna parte hemos superado realmente lo que Thorstein Veblen llamó "la fase depredadora" del desarrollo humano. Los hechos económicos observables pertenecen a esa fase e incluso las leyes que podemos derivar de ellos no son aplicables a otras fases. Puesto que el verdadero propósito del socialismo es precisamente superar y avanzar más allá de la fase depredadora del desarrollo humano, la ciencia económica en su estado actual puede arrojar poca luz sobre la sociedad socialista del futuro.

En segundo lugar, el socialismo está guiado hacia un fin ético-social. La ciencia, sin embargo, no puede establecer fines e, incluso menos, inculcarlos en los seres humanos; la ciencia puede proveer los medios con los que lograr ciertos fines. Pero los fines por si mismos son concebidos por personas con altos ideales éticos y --si estos fines no son endebles, sino vitales y vigorosos-- son adoptados y llevados adelante por muchos seres humanos quienes, de forma semi-inconsciente, determinan la evolución lenta de la sociedad.

Por estas razones, no debemos sobrestimar la ciencia y los métodos científicos cuando se trata de problemas humanos; y no debemos asumir que los expertos son los únicos que tienen derecho a expresarse en las cuestiones que afectan a la organización de la sociedad. Muchas voces han afirmado desde hace tiempo que la sociedad humana está pasando por una crisis, que su estabilidad ha sido gravemente dañada. Es característico de tal situación que los individuos se sienten indiferentes o incluso hostiles hacia el grupo, pequeño o grande, al que pertenecen. Como ilustración, déjenme recordar aquí una experiencia personal. Discutí recientemente con un hombre inteligente y bien dispuesto la amenaza de otra guerra, que en mi opinión pondría en peligro seriamente la existencia de la humanidad, y subrayé que solamente una organización supranacional ofrecería protección frente a ese peligro. Frente a eso mi visitante, muy calmado y tranquilo, me dijo: "¿porqué se opone usted tan profundamente a la desaparición de la raza humana?"

(...)

El hombre es, a la vez, un ser solitario y un ser social. Como ser solitario, procura proteger su propia existencia y la de los que estén más cercanos a él, para satisfacer sus deseos personales, y para desarrollar sus capacidades naturales. Como ser social, intenta ganar el reconocimiento y el afecto de sus compañeros humanos, para compartir sus placeres, para confortarlos en sus dolores, y para mejorar sus condiciones de vida. Solamente la existencia de éstos diferentes, y frecuentemente contradictorios objetivos por el carácter especial del hombre, y su combinación específica determina el grado con el cual un individuo puede alcanzar un equilibrio interno y puede contribuir al bienestar de la sociedad. Es muy posible que la fuerza relativa de estas dos pulsiones esté, en lo fundamental, fijada hereditariamente. Pero la personalidad que finalmente emerge está determinada en gran parte por el ambiente en el cual un hombre se encuentra durante su desarrollo, por la estructura de la sociedad en la que crece, por la tradición de esa sociedad, y por su valoración de los tipos particulares de comportamiento. El concepto abstracto "sociedad" significa para el ser humano individual la suma total de sus relaciones directas e indirectas con sus contemporáneos y con todas las personas de generaciones anteriores. El individuo puede pensar, sentirse, esforzarse, y trabajar por si mismo; pero él depende tanto de la sociedad -en su existencia física, intelectual, y emocional- que es imposible concebirlo, o entenderlo, fuera del marco de la sociedad. Es la "sociedad" la que provee al hombre de alimento, hogar, herramientas de trabajo, lenguaje, formas de pensamiento, y la mayoría del contenido de su pensamiento; su vida es posible por el trabajo y las realizaciones de los muchos millones en el pasado y en el presente que se ocultan detrás de la pequeña palabra "sociedad".

Es evidente, por lo tanto, que la dependencia del individuo de la sociedad es un hecho que no puede ser suprimido -- exactamente como en el caso de las hormigas y de las abejas. Sin embargo, mientras que la vida de las hormigas y de las abejas está fijada con rigidez en el más pequeño detalle, los instintos hereditarios, el patrón social y las correlaciones de los seres humanos son muy susceptibles de cambio. La memoria, la capacidad de hacer combinaciones, el regalo de la comunicación oral ha hecho posible progresos entre los seres humanos que son dictados por necesidades biológicas. Tales progresos se manifiestan en tradiciones, instituciones, y organizaciones; en la literatura; en las realizaciones científicas e ingenieriles; en las obras de arte. Esto explica que, en cierto sentido, el hombre puede influir en su vida y que puede jugar un papel en este proceso el pensamiento consciente y los deseos.

El hombre adquiere en el nacimiento, de forma hereditaria, una constitución biológica que debemos considerar fija e inalterable, incluyendo los impulsos naturales que son característicos de la especie humana. Además, durante su vida, adquiere una constitución cultural que adopta de la sociedad con la comunicación y a través de muchas otras clases de influencia. Es esta constitución cultural la que, con el paso del tiempo, puede cambiar y la que determina en un grado muy importante la relación entre el individuo y la sociedad como la antropología moderna nos ha enseñado, con la investigación comparativa de las llamadas culturas primitivas, que el comportamiento social de seres humanos puede diferenciar grandemente, dependiendo de patrones culturales que prevalecen y de los tipos de organización que predominan en la sociedad. Es en esto en lo que los que se están esforzando en mejorar la suerte del hombre pueden basar sus esperanzas: los seres humanos no están condenados, por su constitución biológica, a aniquilarse o a estar a la merced de un destino cruel, infligido por ellos mismos.

Si nos preguntamos cómo la estructura de la sociedad y de la actitud cultural del hombre deben ser cambiadas para hacer la vida humana tan satisfactoria como sea posible, debemos ser constantemente conscientes del hecho de que hay ciertas condiciones que no podemos modificar. Como mencioné antes, la naturaleza biológica del hombre es, para todos los efectos prácticos, inmodificable. Además, los progresos tecnológicos y demográficos de los últimos siglos han creado condiciones que están aquí para quedarse. En poblaciones relativamente densas asentadas con bienes que son imprescindibles para su existencia continuada, una división del trabajo extrema y un aparato altamente productivo son absolutamente necesarios. Los tiempos -- que, mirando hacia atrás, parecen tan idílicos -- en los que individuos o grupos relativamente pequeños podían ser totalmente autosuficientes se han ido para siempre. Es sólo una leve exageración decir que la humanidad ahora constituye incluso una comunidad planetaria de producción y consumo.

Ahora he alcanzado el punto donde puedo indicar brevemente lo que para mí constituye la esencia de la crisis de nuestro tiempo. Se refiere a la relación del individuo con la sociedad. El individuo es más consciente que nunca de su dependencia de sociedad. Pero él no ve la dependencia como un hecho positivo, como un lazo orgánico, como una fuerza protectora, sino como algo que amenaza sus derechos naturales, o incluso su existencia económica. Por otra parte, su posición en la sociedad es tal que sus pulsiones egoístas se están acentuando constantemente, mientras que sus pulsiones sociales, que son por naturaleza más débiles, se deterioran progresivamente. Todos los seres humanos, cualquiera que sea su posición en la sociedad, están sufriendo este proceso de deterioro. Los presos a sabiendas de su propio egoísmo, se sienten inseguros, solos, y privados del disfrute ingenuo, simple, y sencillo de la vida. El hombre sólo puede encontrar sentido a su vida, corta y arriesgada como es, dedicándose a la sociedad.

La anarquía económica de la sociedad capitalista tal como existe hoy es, en mi opinión, la verdadera fuente del mal. Vemos ante nosotros a una comunidad enorme de productores que se están esforzando incesantemente privándose de los frutos de su trabajo colectivo -- no por la fuerza, sino en general en conformidad fiel con reglas legalmente establecidas. A este respecto, es importante señalar que los medios de producción --es decir, la capacidad productiva entera que es necesaria para producir bienes de consumo tanto como capital adicional-- puede legalmente ser, y en su mayor parte es, propiedad privada de particulares.

(...)

El capital privado tiende a concentrarse en pocas manos, en parte debido a la competencia entre los capitalistas, y en parte porque el desarrollo tecnológico y el aumento de la división del trabajo animan la formación de unidades de producción más grandes a expensas de las más pequeñas. El resultado de este proceso es una oligarquía del capital privado cuyo enorme poder no se puede controlar con eficacia incluso en una sociedad organizada políticamente de forma democrática. Esto es así porque los miembros de los cuerpos legislativos son seleccionados por los partidos políticos, financiados en gran parte o influidos de otra manera por los capitalistas privados quienes, para todos los propósitos prácticos, separan al electorado de la legislatura. La consecuencia es que los representantes del pueblo de hecho no protegen suficientemente los intereses de los grupos no privilegiados de la población. Por otra parte, bajo las condiciones existentes, los capitalistas privados inevitablemente controlan, directamente o indirectamente, las fuentes principales de información (prensa, radio, educación). Es así extremadamente difícil, y de hecho en la mayoría de los casos absolutamente imposible, para el ciudadano individual obtener conclusiones objetivas y hacer un uso inteligente de sus derechos políticos.

La situación que prevalece en una economía basada en la propiedad privada del capital está así caracterizada en lo principal: primero, los medios de la producción (capital) son poseídos de forma privada y los propietarios disponen de ellos como lo consideran oportuno; en segundo lugar, el contrato de trabajo es libre. Por supuesto, no existe una sociedad capitalista pura en este sentido. En particular, debe notarse que los trabajadores, a través de luchas políticas largas y amargas, han tenido éxito en asegurar una forma algo mejorada de "contrato de trabajo libre" para ciertas categorías de trabajadores. Pero tomada en su conjunto, la economía actual no se diferencia mucho de capitalismo "puro". La producción está orientada hacia el beneficio, no hacia el uso. No está garantizado que todos los que tienen capacidad y quieran trabajar puedan encontrar empleo; existe casi siempre un "ejército de parados". El trabajador está constantemente atemorizado con perder su trabajo. Desde que parados y trabajadores mal pagados no proporcionan un mercado rentable, la producción de los bienes de consumo está restringida, y la consecuencia es una gran privación. El progreso tecnológico produce con frecuencia más desempleo en vez de facilitar la carga del trabajo para todos. La motivación del beneficio, conjuntamente con la competencia entre capitalistas, es responsable de una inestabilidad en la acumulación y en la utilización del capital que conduce a depresiones cada vez más severas. La competencia ilimitada conduce a un desperdicio enorme de trabajo, y a ése amputar la conciencia social de los individuos que mencioné antes.

Considero esta mutilación de los individuos el peor mal del capitalismo. Nuestro sistema educativo entero sufre de este mal. Se inculca una actitud competitiva exagerada al estudiante, que es entrenado para adorar el éxito codicioso como preparación para su carrera futura.


Estoy convencido de que hay solamente un camino para eliminar estos graves males, el establecimiento de una economía socialista, acompañado por un sistema educativo orientado hacia metas sociales. En una economía así, los medios de producción son poseídos por la sociedad y utilizados de una forma planificada. Una economía planificada que ajuste la producción a las necesidades de la comunidad, distribuiría el trabajo a realizar entre todos los capacitados para trabajar y garantizaría un sustento a cada hombre, mujer, y niño. La educación del individuo, además de promover sus propias capacidades naturales, procuraría desarrollar en él un sentido de la responsabilidad para sus compañeros-hombres en lugar de la glorificación del poder y del éxito que se da en nuestra sociedad actual.

Sin embargo, es necesario recordar que una economía planificada no es todavía socialismo. (...)
http://www.marxists.org/espanol/einstein/por_que.htm

En resumen: la "mejora" del ser humano está en las aulas y el ambiente; no en los tubos de ensayo. Todo lo demás son conjeturas de unos medios aficionados a la ciencia-ficción y muy poco dados a estudiar Historia (Einstein ya nos ha explicado el por qué).

Un saludo.
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Mayakovski
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Re: ¿Raza superior soviética?

Mensaje por Mayakovski »

Estoy realmente impresionado con las aportaciones a este hilo. Vaya nivel! Me alegro de haberlo abierto... :adora:
La democracia es una forma de gobierno en la que cada cuatro años se cambia de tirano. Vladimir Lenin

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