El problema de la peleas es que muchas veces uno de los contendientes no quiere pelear, simplemente se ve arrastrado a ello por que no le quedan salidas. La URSS se vio arrollada por una invsión nazi y no tuvo más remedio que luchar, y eso lo hicieron incluso soviéticos que no simpatizaban en absoluto con el gobierno de Stalin. Lo que nos conduciría a preguntarnos por algo más complejo, que son los resortes que condicionan la voluntad de los grupos y de los individuos, porque las más de la veces no se hace lo que se quiere hacer, o no sabemos por qué queremos lo que queremos.arrhant escribió:Porque, lo poco que yo puedo pensar me dice que estos gigantes estaban destinados a enfrentarse de una u otra manera, entonces el quién inicio la Guerra Fría es algo accidental, y ambos serían responsables de todos los acontecimientos, previos, inciales y posteriores. A no ser que solamente uno de estos gigantes quisiera "dominar" el mundo, entonces este sería el liante y principal responsable de casi cualquier acontecimiento, aunque dos no peleen si uno no quiere.
Tras la sangría de la SGM a la URSS no le quedaban ganas de meterse en otra. Los EEUU en cambio salían con dos tercios de las resevas de oro mundial en sus arcas, con una industria pesada sobredimensionada y boyante y en una situación hegemónica casi incontestable tras haber liquidado de un plumazo al Imperio Británico, al francés, al japonés y al imperialismo alemán, y a un coste humano ridículo en comparación con el de otros países. Su expansión por América Latina ya había comenzado antes de la presidencia de Monroe, y la guerra con Japón se produjo como parte de la colisión de sus intereses imperialistas con los nipones en Asia. Es evidente que una Europa destrozada no podía mantener con igual fuerza sus posesiones de ultramar, y aquí se produjo un nuevo choque entre el imperialismo norteamericano, que intentaba ocupar ese nicho, y los intereses soviéticos, que intentaban frenar ese expansionismo financiando y apoyando movimientos de independencia donde fuera posible (y conveniente a sus intereses).
Económicamente, los EEUU depredaban de los territorios bajo su dominio, como lo siguen haciendo. La URSS, por contra, se veía lastrada por su apoyo económico y militar a las naciones bajo su influencia (el caso más famoso fue el de la subvención encubierta a la economía cubana pagando precios preferentes por el azúcar y vendiéndoles petroleo a bajo coste). Tampoco se trata de representarles como una potencia desinteresada: simplemente, su táctica consistía en segar la hierba bajo los pies de las potencias rivales, privándoles del control de las áreas que históricamente estaban acostumbradas a explotar. La actual rebeldía de muchos de esos antiguos satélites demuestra que en cierto modo la URSS "murió matando", pues hizo que el antiguo espacio colonial de occidente se haya ido volviendo paulatinamente ingobernable.
El choque entre los EEUU y la URSS era tan inevitable como el choque entre los primeros y cualquier estado del mundo que quiera plantear su independencia y sus derechos. Stalin ya había renunciado a la "revolcuión permanente" en un intento, por lo demás inútil, de congraciarse con los occidentales, e incluso disolvió el komitern para ganarse el apoyo anglosajón durante el conflicto con los nazis. Y no hay que ser muy agudo para ver cómo tras la caida del muro el país más hostil a la reunificación alemana fue EEUU, no Rusia; ni para comprobar cómo los norteamericanos se entrometieron en la cuestión balcánica o contribuyeron por todos los medios a liquidar a Rusia en la medida de lo posible, primero apoyando el golpe de Yeltsin y luego haciendo lo mismo con su política económica totalmente catasrófica. Así que cuando creyeron tener al oso ruso dominado no pasaron diez años hasta que encontraron a su siguiente víctima: el mundo árabe. En otras palabras, para los EEUU sólo existen enemigos, y una vez creen tener a uno derrotado pasan al siguiente de la lista, en una aplicación estricta del lema bíblico "El que no está conmigo está contra mí".
No podemos olvidar que lo que define su cultura es la idea de "frontera". Estamos ante un país que nació como fruto del expolio de la población indígena y de sus territorios, y que por tanto entiende la colonización y la constante expansión de sus fronteras como algo connatural a su carácter.
Aun cuando la URSS buscara la expansión de unos principios, digamos socialistas, lo hizo más en nombre de una clase que de una bandera nacional, no intentaron exportar un "Russian way of life", o al menos no explícitamente. La pluralida étnica que aun conserva Rusia no es fruto de un proceso de inmigración masiva para alimentar un fenómeno expansionista como el norteamericano, sino simplemente de haber mantenido el sutrato multiracial que le da su historia, mientras otros o lo han liquidado o lo mantienen en reservas.
Por tanto, la Guerra Fría era inevitable, en la medida en la que mientras una sociedad se instaure sobre principios dinámicos y de explotación y expansión constante, verá como objetivo legítimo a cualquiera que se oponga a engrosar la lista de súbditos.
La URSS tuvo que entrar en la dinámica de Guerra Fría a su pesar, sabiendo que en esa contienda llevaba las de perder, pero sabiendo también que, como frente a los nazis, la capitulación no era una opción razonable. A los años de Yeltsin me remito.
Saludos.