El siguiente documental tiene la particularidad de que hace un repaso de los líderes de la URSS desde el punto de vista de sus problemas de salud. Dejando a un lado las teorías conspiranoicas que plantea, se deja ver.

Moderador: casarusia
17-05-2014 - RBTH
Cerveza para el comunista
El comunista más famoso del planeta, Lenin, era totalmente ajeno a los placeres de la comida. En los recuerdos de su mujer y camarada Nadezhda Krúpskaya, cuando se describen las comidas familiares prácticamente no se utilizan las palabras “comida” o “cena”, sino “alimentación”, más relacionada con el racionamiento de enfermos y con la dieta, como si se tratara de dar de comer a animales domésticos.
La única pasión culinaria de Lenin señalada por sus contemporáneos era la de una jarra (no más, ¡moderación ante todo!) de buena cerveza. Este gran bolchevique nació y creció en el Volga, donde incluso hoy en día se produce la cerveza Zhigulióvskoye, conocida en toda Rusia, y pasó además muchos años exiliado en Alemania, de modo que era un gran entendido en materia de cerveza.
El pescado político
Stalin, que llegó al poder para remplazar al líder del proletariado mundial, era una persona completamente distinta. Tampoco se puede decir que fuera un gourmet, pero, en primer lugar, era georgiano y en Georgia, existe un auténtico culto a la comida: los cocineros locales estaban obsesionados por la frescura y la calidad de la comida cuando todavía nadie había oído hablar de las teorías de la cocina saludable.
En segundo lugar, durante sus años como revolucionario Stalin fue enviado varias veces al exilio en Siberia, donde no sólo tuvo ocasión de probar la cocina clásica rusa, sino también varias clases de pescados exquisitos: en los ríos y lagos siberianos se pescan decenas de clases de salmón desconocidas para los europeos, como el favorito en las mesas de los zares: el salmón de Siberia. Esta especie se puede pescar todavía hoy en la parte europea de Rusia y se vende a precios muy elevados.
Los miembros de la élite comunista que comían en la mesa del dictador recordaban cómo al principio se negaban a comer la stroganina de salmón de Siberia (una versión siberiana del plato tártaro: el pescado blanco o la carne se congela, después se deshilacha en finas tiras, se añade vinagre y se sirve como un acompañamiento para tomar vodka), pero finalmente acababan probándola…
Basta con decir que el salmón de Siberia se servía durante los vuelos privados especiales de los miembros del gobierno. Además, Stalin adoraba otras especies de pescados poco conocidas que se pescaban en los ríos del sur de Rusia y en Georgia y que hoy en día están prácticamente extinguidas.