Vladibostok escribió:...a Hitler le preocupaba el curso de la guerra a los meses de su inicio, el 21 de agosto envió una Orden a su Estado Mayor que empezaba así: "La propuesta del Ejército no se ajusta a mis intenciones" y ordenaba que se suspendieran las operaciones en dirección a Moscú para dar prioridad al frente norte (cerco de Leningrado y enlace con los finlandeses) y a la toma del Cáucaso y Crimea, en el sur. Esta directriz de Hitler cayó como un jarro de agua fría entre sus altos mandos militares en la guerra y el Mariscal Von Bock, Jefe del Sector Centro, (con objetivo Moscú) comsionó al General Guderian para que le expusiese las ventajas de tomar Moscú. En su encuentro con Hitler, éste le replicó que eran más importante el petróleo del Cáucaso, el cereal ucraniano, el hierro del Donetz y Crimea, donde tenían base los aviones soviéticos que bombardeaban los pozos petrolíferos rumanos. Y además Hitler después del encuentro comentó que "mis generales no entienden nada de economia de la guerra".
Tampoco Hitler entendía demasiado de "economía de la guerra" si tenemos en cuenta que no implantó la misma hasta 1944, con la guerra ya totalmente decantada del bando aliado.
Tu comentario,
Vladibostok, demuestra lo que comentábamos antes sobre la imposibilidad de una victoria alemana a largo plazo. El ejército alemán tenía que controlar los cereales de Ucrania, el petróleo del Cáucaso, el hierro de otras regiones, la capital administrativa y enlace de comunicaciones que era Moscú, las bases desde las que se bombardeaban sus pozos en Ploetsi (Rumania), ejercer de gendarme en Bielorusia y otras zonas infestadas de partisanos... La imagen parecía la de un bombero intentando apagar el sólo una docena de casas en llamas en medio de una gran ciudad. Se le pedía que estuviera en todas partes al mismo tiempo, y eso no era posible: cada objetivo que tomaba implicaba dejar otro libre y, sobre todo,
dar tiempo a los soviéticos, y en el momento que un país produce más que otro el tiempo juega en favor del primero.
Lo dicho, envalentonado por su propaganda y por los fáciles éxitos previos, Hitler exigió demasiado a sus generales y a sus tropas, y sus errores estratégicos acabaron de rematar a su ejército.
Un saludo.