Pues en la línea de lo dicho por
Juli, presentar a Bin Laden como fruto del ideario comunista (él, que fue amigo de la CIA en los ochenta) rebasa los límites de la decencia. Y el artículo de "Público" (con todo y que es un resumen) también se las trae:
"Cuando un estado se declaraba socialista, si verdaderamente intentaba mantener su poder, sólo podía recurrir al terror para sobrevivir", asegura Service. "Marx y Engels predijeron el marchitamiento del Estado, pero el poder del Estado creció de manera exponencial y, con él, los campos de trabajo y la represión civil".
Pues sí, en el Chile de Allende y en la Venezuela actual, terror a espuertas, se oyen los alaridos desde aquí. Y que "El Estado creció de manera exponencial, y con él, los campos de trabajo y la represión" para mí es nuevo: ¿que con Breznev o Andropov había más campos y represión civil que con Stalin?
Y con la que está cayendo ciertas ínfulas de triunfalismo liberal resultan cuando menos asombrosas, que todavía me duele la mandíbula de recordar al Fukuyama. Se aprende más de lo que está pasando ahora leyendo al Lenin de "El Imperialismo..." (1916) que al citado, a éste o al Huntington, que son más recientes.
Aquí le dan el carnet de historiador a cualquiera...
Saludos.