'Doctor Zhivago': Cincuenta años de una odisea editorial
Medio siglo después de su publicación en Milán por la casa Feltrinelli, el hijo del editor, Carlo Feltrinelli, explica a Efe 'la novela' que hay detrás de 'Doctor Zhivago', que, vetada por la URSS, necesitó 'prácticamente una labor de espionaje' para ver la luz el 23 de noviembre de 1957.
Boris Pasternak, el último de los grandes literatos rusos del siglo XX, había condensado en la historia del médico soviético una extensa crónica de dos pasiones: la amorosa y la ideológica.
La historia de Zhivago, que se divide entre la fidelidad hacia su esposa y la atracción que siente por la joven Lara, se conectaba con el fin de la Rusia zarista, los ideales de la revolución y su dudosa traducción en un régimen, el estalinista, cuyas autoridades se alertaron ante el contenido de la novela.
Pero también se activó el olfato editorial de un joven 'con entusiasmo, intuición y criterio' llamado Giangiacomo Feltrinelli que, tras abrir una modesta casa de publicaciones en 1955, decidió apostar por la difusión internacional de la novela de Pasternak.
'Un periodista italiano, Sergio D'Angelo, que colaboraba para Radio Moscú y vivía allí, avisó a mi padre de que la novela estaba terminada y de que él tenía una copia', explica Carlo, hijo del fallecido Giangiacomo y actual administrador delegado de la casa.
'La novela fue leída en Milán y juzgada inmediatamente como una pieza importantísima de la literatura. Según los procedimientos habituales, se le realizó una introducción y se esperó a que fuera publicada primero en la Unión Soviética'.
Sin embargo, tras la revolución de Hungría en 1956, la URSS consideró inoportuna la publicación de 'Doctor Zhivago', 'dio a entender que el libro jamás sería publicado e instó a Feltrinelli a que el libro tampoco viera la luz en Italia', según su hijo Carlo.
Las cartas que así lo demuestran serán expuestas en Milán a partir del lunes en la Fundación Feltrinelli, en una muestra que forma parte de los actos conmemorativos de con motivo del aniversario de su primer hito editorial.
También se exhibirá la correspondencia que Pasternak mantuvo con Feltrinelli. 'Se escribían en cuatro lenguas -ruso, francés, alemán e inglés-, de las cuales sólo una decía la verdad, el francés', algo que ilustra la compleja trama que hizo posible su publicación, que se produciría finalmente el 23 de noviembre de 1957.
'Las gestiones se realizaron entre dos personas que jamás se encontraron. Mi padre no podía ir a Moscú y Pasternak no podía viajar', y las conversaciones telefónicas eran poco recomendables en plena Guerra Fría ante posibles escuchas.
Así, los mensajes eran transmitidos 'incluso en un papel de fumar' y, 'mientras en Milán se recibían las presiones de la Unión Soviética y del Partido Comunista Italiano, Pasternak invitó (a Feltrinelli) a seguir adelante, no sólo para su publicación en Italia, sino para difundirlo en todo el mundo'.
Feltrinelli, miembro del Partido Comunista Italiano y militante de la izquierda radical, fue interrogado sobres sus actividades y, a pesar de que el partido 'no le expulsaría pero sí le alejaría de él', decidió actuar 'en nombre del valor literario de la novela'.
'Se enamoró de su calidad y profundidad. Nunca creyó que Boris Pasternak le diera un valor antisoviético o tuviera un propósito en el marco de la Guerra Fría', resume el editor.
Sin embargo, según el historiador Iván Tolstói, el material político de 'Doctor Zhivago' sí que fue entendido por la CIA como un arma cultural de suma eficacia para volcar las simpatías hacia el bloque capitalista y, según explicó en su libro 'La novela blanqueada', la organización fomentó que Pasternak (1890-1960) recibiera en 1958 el premio Nobel de Literatura.
'Conozco esa teoría', reconoce Feltrinelli. 'Sé que se hizo una edición pirata en ruso -para obtener el premio debía estar publicada en su lengua original- que se vendió en la Exposición Universal de Bruselas', y 'no tengo argumentos para desestimar la participación de los americanos, pero creo que, en cualquier caso, la historia importante del libro no es esa'.
La Feltrinelli, que un año mas tarde publicaría otra obra maestra -'El Gatopardo', de Lampedusa-, prefiere centrarse ahora en los actos conmemorativos, que se inician hoy con la presencia del hijo del literato, Yevgueni, quien niega la vinculación de la CIA con un galardón que, según él, 'sólo le trajo sufrimientos' a su padre.
Así, Boris Pasternak se vio obligado a rechazar el premio para evitar su deportación y 'Doctor Zhivago' no sería editada en Rusia hasta 1998, transcurridos siete años del desmembramiento de la URSS y treinta y ocho del fallecimiento de su autor.
'Seguramente, Pasternak siempre tuvo claro que su novela no sería publicada en la Unión Soviética. Por eso, facilitó su salida al extranjero', concluye Carlo Feltrinelli.
Fuente: Terra actualidad-EFE
22.11.2007
"Doctor Zhivago": 50 años de una odisea editorial
Moderador: casarusia
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- Vladiвосток
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"Doctor Zhivago": 50 años de una odisea editorial
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Vladiвосток
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Gracias Vladi,
Después de haber visto la película 200 veces (siento debilidad por David Lean), tengo la lectura de este libro como un deseo pendiente desde hace mucho tiempo. Sé que no me defraudará...
Saludos,
Juli
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La democracia es una forma de gobierno en la que cada cuatro años se cambia de tirano. Vladimir Lenin


Re: "Doctor Zhivago": 50 años de una odisea editorial
Un par de artículos aparecidos ayer y hoy sobre Pasternak y la concesión del nobel. Es curioso lo que relata el segundo de ellos. Al parecer sobre este tema se escribió un libro que está siendo traducido al inglés:
La concesión del Nobel a Pasternak fue la más rápida y rocambolesca de la historia
La Academia sueca desclasifica los documentos de 1958. Un año antes decían: «Ese ruso es impensable»
La concesión del Nobel a Pasternak fue la más rápida y rocambolesca de la historia
ABC El poeta y novelista, premio Nobel de 1958, Boris Pasternak
CARMEN VILLAR MIR | ESTOCOLMO
Lunes, 05-01-09
Nunca la Guerra Fría hizo más difícil una elección. En 1958, la Academia Sueca concedió el premio Nobel de Literatura a Boris Pasternak «por su importante aportación tanto a la lírica moderna como a la tradición narrativa de la literatura rusa». Ha pasado medio siglo desde entonces y la institución hace públicos los documentos, diarios y promemorias referentes a las discusiones de aquel galardón, hasta ahora casi un «secreto de Estado» cultural.
En su junta del jueves 25 de septiembre de 1958, el Comité Nobel votó por unanimidad a Boris Pasternak. Le seguían el italiano Alberto Moravia y la danesa Karen Blixen (Isak Dinesen). La elección de Boris Pasternak, tomada con rapidez inusual, hizo poner el grito en el cielo al primer ministro y «padre de la Patria», el socialdemócrata Tage Erlander. En una reunión con su Gobierno el 23 de octubre de 1958, Erlander exclama malhumorado: «¡Maldita la Academia y la demostración contra la Unión Soviética que supone su elección del premio de Literatura».
En sus comentarios oficiales, el entonces Secretario permanente, Anders Österling, con especial apoyo de los miembros Sigfrid Siwert y Hjälmar Gullberg, escribe: «Durante nuestros estudios sobre su obra (refiriéndose a Boris Pasternak) hemos reforzado la convicción de que Pasternak es uno de los autores contemporáneos más importantes gracias a su dinámica atrevida y refinamiento artístico». Österling dio un giro de 90 grados ya que en 1957, al aparecer Pasternak entre los cuatro últimos candidatos, opinaba agriamente que «ese ruso es impensable» y que «aunque en términos generales parece más cercano que Juan Ramón Jimenez, no consigue como éste la misma resonancia pública. Darle el premio después de Jimenez sería una elección singular ante la opinión pública».
El motivo del cambio de opinión del secretario permamente, personaje que lleva la voz cantante en las discusiones e influye en sus colegas, fue la publicación de «Doctor Zhivago». Österling leyó ese relato en italiano y, comparándolo con «Guerra y Paz» de Tolstoi, escribió en el Diario de Estocolmo con admiración ante una obra que «con alma pura y sin propósito de caracter político, completa los criterios necesarios para un premio Nobel».
Tras la proclamación, la Union Soviética condenó a Pasternak y le prohibió que aceptara el premio. El autor telegrafió a Estocolmo con un escueto «no merezco tanto honor», mensaje que causó perplejidad entre los académicos y les causó nuevos quebraderos de cabeza.
«Uno de los miembros de la Academia sueca trabajaba para la CIA en 1958»
6-1-2009 02:54:21
«Uno de los miembros de la Academia sueca trabajaba para la CIA en 1958»
ABC
RAFAEL M. MAÑUECO
CORRESPONSAL
MOSCÚ. Iván Tolstói, nieto del escritor Alexéi Tolstói y pariente también de Lev, el autor de «Guerra y Paz», ha investigado las circunstancias en torno a la concesión del premio Nobel de literatura a Borís Pasternak en 1958. Iván nació ese mismo año en San Petersburgo, entonces Leningrado, es periodista, filólogo y bibliófilo.
El pasado 24 de noviembre publicó el libro «La Novela Blanqueada de Pasternak. «Doctor Zhivago» entre el KGB y la CIA», libro que actualmente se traduce al inglés y del que espera «que pueda hacerse una película». Una de Espías. Iván trabaja en Praga para Radio Liberty y Radio Free Europe.
-Háblenos del libro sobre Pasternak que acaba usted de publicar.
-Ante todo, debo decir que no soy un especialista sobre la obra de Pasternak, sino un historiador de la literatura en general y de la «guerra fría» en particular. La «guerra fría» hizo que muchas obras de la literatura rusa tuvieran que ser editadas en Occidente.
-¿Como «Doctor Zhivago»?
-Sí, cada libro tiene su propia vida y la de «Doctor Zhivago» es una de las más interesantes. Tuve la suerte de cruzarme en ese camino y por pura casualidad. Hace 20 años, recalé en Munich, en donde conocí en la redacción de Radio Liberty a Grigori Danílov, el tipógrafo que hizo los moldes para imprimir la primera edición en ruso de «Doctor Zhivago». Durante los años 50, trabajó en una editorial llamada Unión Central de Emigrantes Políticos (TsOPE). Fue creada por la CIA y sus colaboradores eran fundamentalmente exiliados rusos. Su misión era editar libros y propaganda antisoviética. Danílov fue quien me contó la historia relacionada con las primeras ediciones de «Doctor Zhivago» y la concesión a Pasternak del premio Nobel. Después, durante casi dos décadas, me he dedicado a documentar la historia y el resultado ha sido el libro que acabo de publicar.
-Antes de entrar en materia, háblenos del contexto.
-Corrían los años de la «guerra fría», con lo que ello implica de enfrentamiento ideológico entre la URSS y Occidente. Pasternak terminó de escribir «Doctor Zhivago» en 1955 y, obviamente, no encontró editor en su país para su publicación. Pero EE.UU. necesitaba propinar un golpe al régimen soviético en el terreno de la cultura y Pasternak, sin saberlo, se convirtió en el instrumento. La CIA decidió tomar cartas en el asunto.
-¿Qué hizo Pasternak con el manuscrito?
-Se lo envió a un editor comunista llamado Giangiacomo Feltrinelli de Milán. El problema es que su intención era editar la obra en italiano y hacía falta que fuera en ruso, la lengua del escritor, para poder optar al premio Nobel. La concesión del prestigioso premio a Pasternak era precisamente el sopapo que Washington quería atizar en la cara de Nikita Jrushiov y para ello empleó todos los medios y el dinero necesarios. Le diré como primicia para su periódico, ahora que se han desclasificado los documentos sobre el asunto, que la CIA tenía una persona entre los miembros de la Academia sueca.
-¿La CIA se las arregló para que Feltrinelli les entregara el manuscrito en ruso de «Doctor Zhivago»?
-Sí, pero no lo consiguió, digamos por las buenas. Así que se organizó una operación para capturar la copia. No sé si fue el propio Feltrinelli el que llevó personalmente el manuscrito en avión a Roma, en donde iba a ser traducido al italiano, o lo hizo alguien de su confianza. Puede incluso que se tratase sólo de un paquete enviado por correo aéreo. Lo cierto es que los servicios secretos americanos se las ingeniaron para que el avión se pasase de largo varios centenares de kilómetros y aterrizase en Malta. Allí habían preparado una habitación especial en el aeropuerto con lámparas especiales y las cámaras para fotografiar los folios. La operación duró dos horas y después la copia fue devuelta a su lugar en la bodega. Esto sucedió en 1956.
-¿Después entró en acción Danílov e hizo los moldes para la impresión?
-Sí y, ya en el verano de 1958, se envió a una imprenta holandesa llamada «Mouton». Fue todo clandestino. Ni siquiera el dueño de «Mouton» se enteró de lo que estaba pasando. La tirada fue de 1.160 ejemplares y terminó de prepararse en agosto de 1958. Era la primera edición en ruso. En italiano apareció en 1957 y en francés y alemán en 1958, pero antes del mes de agosto. La rusa, por tanto, era la cuarta edición y la quinta fue la inglesa, que vio la luz en septiembre, el mes en el que se falló el premio Nobel.
-¿El lugar de la edición era Amsterdam, pero en el libro figuraba Milán?
-El que tenía los derechos era Feltrinelli y su editorial estaba en Milán. La CIA recurrió a una hábil estratagema. Se encargaron de hacer que a oídos de Feltrinelli llegase la información de que en Holanda había aparecido la edición rusa. El editor, indignado, viajó a Amsterdam y amenazó con llevar a todos ante los tribunales por piratear su copia. La CIA logró convencerle de que el Nobel sería para Pasternak y de que los libros, al no llevar en la portada el lugar, año de impresión ni el nombre de la editorial, impedían presentar cualquier demanda. Al final, tras comprobar que el manuscrito utilizado era efectivamente el suyo, Feltrinelli aceptó poner su nombre y Milán como lugar de impresión. El editor italiano, sin embargo, no puso el signo del copyright, por lo que la edición era ilegal.
-¿Cómo añadieron los datos si los libros estaban ya impresos?
-Arrancaron las portadas de los 1.160 libros y cosieron las nuevas.
-¿Qué se hizo con esa edición?
-Primero sirvió para satisfacer el requisito de la Academia sueca de que el libro estaba editado en ruso. Todos los ejemplares fueron distribuidos gratuitamente entre los asistentes a la EXPO-58 de Bruselas. El reparto se hizo junto a la puerta del pabellón del Vaticano, que estaba justo enfrente del soviético. Así que prácticamente la mayoría de las personas que se hicieron con un ejemplar eran rusas.
-¿Qué ciudadanos soviéticos se encontraban entonces en Bruselas en una época en la que nadie podía salir de la URSS?
-Eran funcionarios soviéticos, diplomáticos, agentes del KGB, exiliados y los miembros de la tripulación de las embarcaciones rusas que atracaban en el puerto de Amberes. Mi padre, que era físico y estaba allí por ser políglota, trajo a casa uno de esos libros, pero desapareció un día y no sabemos cómo.
-¿Pasternak nunca estuvo al corriente de la trama?
- Cuando se fraguó, no llegó a saber nada.
La concesión del Nobel a Pasternak fue la más rápida y rocambolesca de la historia
La Academia sueca desclasifica los documentos de 1958. Un año antes decían: «Ese ruso es impensable»
La concesión del Nobel a Pasternak fue la más rápida y rocambolesca de la historia
ABC El poeta y novelista, premio Nobel de 1958, Boris Pasternak
CARMEN VILLAR MIR | ESTOCOLMO
Lunes, 05-01-09
Nunca la Guerra Fría hizo más difícil una elección. En 1958, la Academia Sueca concedió el premio Nobel de Literatura a Boris Pasternak «por su importante aportación tanto a la lírica moderna como a la tradición narrativa de la literatura rusa». Ha pasado medio siglo desde entonces y la institución hace públicos los documentos, diarios y promemorias referentes a las discusiones de aquel galardón, hasta ahora casi un «secreto de Estado» cultural.
En su junta del jueves 25 de septiembre de 1958, el Comité Nobel votó por unanimidad a Boris Pasternak. Le seguían el italiano Alberto Moravia y la danesa Karen Blixen (Isak Dinesen). La elección de Boris Pasternak, tomada con rapidez inusual, hizo poner el grito en el cielo al primer ministro y «padre de la Patria», el socialdemócrata Tage Erlander. En una reunión con su Gobierno el 23 de octubre de 1958, Erlander exclama malhumorado: «¡Maldita la Academia y la demostración contra la Unión Soviética que supone su elección del premio de Literatura».
En sus comentarios oficiales, el entonces Secretario permanente, Anders Österling, con especial apoyo de los miembros Sigfrid Siwert y Hjälmar Gullberg, escribe: «Durante nuestros estudios sobre su obra (refiriéndose a Boris Pasternak) hemos reforzado la convicción de que Pasternak es uno de los autores contemporáneos más importantes gracias a su dinámica atrevida y refinamiento artístico». Österling dio un giro de 90 grados ya que en 1957, al aparecer Pasternak entre los cuatro últimos candidatos, opinaba agriamente que «ese ruso es impensable» y que «aunque en términos generales parece más cercano que Juan Ramón Jimenez, no consigue como éste la misma resonancia pública. Darle el premio después de Jimenez sería una elección singular ante la opinión pública».
El motivo del cambio de opinión del secretario permamente, personaje que lleva la voz cantante en las discusiones e influye en sus colegas, fue la publicación de «Doctor Zhivago». Österling leyó ese relato en italiano y, comparándolo con «Guerra y Paz» de Tolstoi, escribió en el Diario de Estocolmo con admiración ante una obra que «con alma pura y sin propósito de caracter político, completa los criterios necesarios para un premio Nobel».
Tras la proclamación, la Union Soviética condenó a Pasternak y le prohibió que aceptara el premio. El autor telegrafió a Estocolmo con un escueto «no merezco tanto honor», mensaje que causó perplejidad entre los académicos y les causó nuevos quebraderos de cabeza.
«Uno de los miembros de la Academia sueca trabajaba para la CIA en 1958»
6-1-2009 02:54:21
«Uno de los miembros de la Academia sueca trabajaba para la CIA en 1958»
ABC
RAFAEL M. MAÑUECO
CORRESPONSAL
MOSCÚ. Iván Tolstói, nieto del escritor Alexéi Tolstói y pariente también de Lev, el autor de «Guerra y Paz», ha investigado las circunstancias en torno a la concesión del premio Nobel de literatura a Borís Pasternak en 1958. Iván nació ese mismo año en San Petersburgo, entonces Leningrado, es periodista, filólogo y bibliófilo.
El pasado 24 de noviembre publicó el libro «La Novela Blanqueada de Pasternak. «Doctor Zhivago» entre el KGB y la CIA», libro que actualmente se traduce al inglés y del que espera «que pueda hacerse una película». Una de Espías. Iván trabaja en Praga para Radio Liberty y Radio Free Europe.
-Háblenos del libro sobre Pasternak que acaba usted de publicar.
-Ante todo, debo decir que no soy un especialista sobre la obra de Pasternak, sino un historiador de la literatura en general y de la «guerra fría» en particular. La «guerra fría» hizo que muchas obras de la literatura rusa tuvieran que ser editadas en Occidente.
-¿Como «Doctor Zhivago»?
-Sí, cada libro tiene su propia vida y la de «Doctor Zhivago» es una de las más interesantes. Tuve la suerte de cruzarme en ese camino y por pura casualidad. Hace 20 años, recalé en Munich, en donde conocí en la redacción de Radio Liberty a Grigori Danílov, el tipógrafo que hizo los moldes para imprimir la primera edición en ruso de «Doctor Zhivago». Durante los años 50, trabajó en una editorial llamada Unión Central de Emigrantes Políticos (TsOPE). Fue creada por la CIA y sus colaboradores eran fundamentalmente exiliados rusos. Su misión era editar libros y propaganda antisoviética. Danílov fue quien me contó la historia relacionada con las primeras ediciones de «Doctor Zhivago» y la concesión a Pasternak del premio Nobel. Después, durante casi dos décadas, me he dedicado a documentar la historia y el resultado ha sido el libro que acabo de publicar.
-Antes de entrar en materia, háblenos del contexto.
-Corrían los años de la «guerra fría», con lo que ello implica de enfrentamiento ideológico entre la URSS y Occidente. Pasternak terminó de escribir «Doctor Zhivago» en 1955 y, obviamente, no encontró editor en su país para su publicación. Pero EE.UU. necesitaba propinar un golpe al régimen soviético en el terreno de la cultura y Pasternak, sin saberlo, se convirtió en el instrumento. La CIA decidió tomar cartas en el asunto.
-¿Qué hizo Pasternak con el manuscrito?
-Se lo envió a un editor comunista llamado Giangiacomo Feltrinelli de Milán. El problema es que su intención era editar la obra en italiano y hacía falta que fuera en ruso, la lengua del escritor, para poder optar al premio Nobel. La concesión del prestigioso premio a Pasternak era precisamente el sopapo que Washington quería atizar en la cara de Nikita Jrushiov y para ello empleó todos los medios y el dinero necesarios. Le diré como primicia para su periódico, ahora que se han desclasificado los documentos sobre el asunto, que la CIA tenía una persona entre los miembros de la Academia sueca.
-¿La CIA se las arregló para que Feltrinelli les entregara el manuscrito en ruso de «Doctor Zhivago»?
-Sí, pero no lo consiguió, digamos por las buenas. Así que se organizó una operación para capturar la copia. No sé si fue el propio Feltrinelli el que llevó personalmente el manuscrito en avión a Roma, en donde iba a ser traducido al italiano, o lo hizo alguien de su confianza. Puede incluso que se tratase sólo de un paquete enviado por correo aéreo. Lo cierto es que los servicios secretos americanos se las ingeniaron para que el avión se pasase de largo varios centenares de kilómetros y aterrizase en Malta. Allí habían preparado una habitación especial en el aeropuerto con lámparas especiales y las cámaras para fotografiar los folios. La operación duró dos horas y después la copia fue devuelta a su lugar en la bodega. Esto sucedió en 1956.
-¿Después entró en acción Danílov e hizo los moldes para la impresión?
-Sí y, ya en el verano de 1958, se envió a una imprenta holandesa llamada «Mouton». Fue todo clandestino. Ni siquiera el dueño de «Mouton» se enteró de lo que estaba pasando. La tirada fue de 1.160 ejemplares y terminó de prepararse en agosto de 1958. Era la primera edición en ruso. En italiano apareció en 1957 y en francés y alemán en 1958, pero antes del mes de agosto. La rusa, por tanto, era la cuarta edición y la quinta fue la inglesa, que vio la luz en septiembre, el mes en el que se falló el premio Nobel.
-¿El lugar de la edición era Amsterdam, pero en el libro figuraba Milán?
-El que tenía los derechos era Feltrinelli y su editorial estaba en Milán. La CIA recurrió a una hábil estratagema. Se encargaron de hacer que a oídos de Feltrinelli llegase la información de que en Holanda había aparecido la edición rusa. El editor, indignado, viajó a Amsterdam y amenazó con llevar a todos ante los tribunales por piratear su copia. La CIA logró convencerle de que el Nobel sería para Pasternak y de que los libros, al no llevar en la portada el lugar, año de impresión ni el nombre de la editorial, impedían presentar cualquier demanda. Al final, tras comprobar que el manuscrito utilizado era efectivamente el suyo, Feltrinelli aceptó poner su nombre y Milán como lugar de impresión. El editor italiano, sin embargo, no puso el signo del copyright, por lo que la edición era ilegal.
-¿Cómo añadieron los datos si los libros estaban ya impresos?
-Arrancaron las portadas de los 1.160 libros y cosieron las nuevas.
-¿Qué se hizo con esa edición?
-Primero sirvió para satisfacer el requisito de la Academia sueca de que el libro estaba editado en ruso. Todos los ejemplares fueron distribuidos gratuitamente entre los asistentes a la EXPO-58 de Bruselas. El reparto se hizo junto a la puerta del pabellón del Vaticano, que estaba justo enfrente del soviético. Así que prácticamente la mayoría de las personas que se hicieron con un ejemplar eran rusas.
-¿Qué ciudadanos soviéticos se encontraban entonces en Bruselas en una época en la que nadie podía salir de la URSS?
-Eran funcionarios soviéticos, diplomáticos, agentes del KGB, exiliados y los miembros de la tripulación de las embarcaciones rusas que atracaban en el puerto de Amberes. Mi padre, que era físico y estaba allí por ser políglota, trajo a casa uno de esos libros, pero desapareció un día y no sabemos cómo.
-¿Pasternak nunca estuvo al corriente de la trama?
- Cuando se fraguó, no llegó a saber nada.
- Mayakovski
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Re: "Doctor Zhivago": 50 años de una odisea editorial
Interesante historia, gracias Onib. Hace unas cuantas semanas se ha sabido que uno de los miembros del jurado de los Premios Nóbel tiene intereses en la industria farmacéutica. Me imagino que el premio de Química de este año ha ido a parar a alguien que diseña píldoras para esa farmacéutica. Todo es una mentira, una patraña, ya nada se aguanta en pie en esta vida. Ahora no es la política ni la guerra fría, ahora son los intereses corporativos...
Juli
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Re: "Doctor Zhivago": 50 años de una odisea editorial
es curioso mis padres me pusieron mi nombre por esa peli porque les encanto
pd:me llamo Lara
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europa una sola nación
- Mayakovski
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Re: "Doctor Zhivago": 50 años de una odisea editorial
Conozco una Lara en Mallorca que se llama así por el mismo motivo. Es un nombre muy bello, realmente para enamorarse...europa escribió:es curioso mis padres me pusieron mi nombre por esa peli porque les encanto
pd:me llamo Lara
Juli
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