Libros sobre los "Niños de Rusia" se han escrito muchos, así que no sé si es atrevido decir que es el primero que trata el tema de la manipulación de los niños por parte del régimen y yanquilandia. Efectivamente, el régimen mostró un gran interés por recuperar a los niños, por un lado con fines propagandísticos y por otro lado para sonsacarles información para la CIA:Los niños de Rusia
Autor: Rafael Moreno Izquierdo
Editorial: Crítica
Fecha de edición: 13/06/2017
El libro relata por primera vez de forma minuciosa y amena, uno de los episodios menos conocidos de la España de Franco.
Sinopsis:
Una interesante e intrigante recuperación de las vivencias de los llamados Niños de la Guerra de la Unión Soviética descritas en sus propias palabras y recogidas en millares de informes especiales confeccionados por los servicios de espionaje y la policía de Franco y que se han mantenido inéditos hasta ahora en su mayor parte. Los interrogatorios, realizados a su regreso de la URSS a finales de los años 50, recogen las experiencias de sus refugiados y a través de los cuales se descubre sus historias: la agobiante salida de España en plena guerra civil, las penalidades y evacuaciones durante la segunda guerra mundial y el régimen de Stalin y su posterior debate interior sobre si regresar por voluntad propia a la España de Franco. El libro está compuesto de dos partes. Los primeros capítulos analizan los entresijos de los contactos secretos entre España y la URSS a través de hombres de negocios, periodistas y diplomáticos para permitir su salida de territorio soviético hasta la descripción de los esfuerzos realizados por el régimen para lograr aprovechar propagandísticamente el suceso, facilitando su integración en la sociedad española. También se reconstruye la operación que los servicios de información de Franco y Estados Unidos establecieron durante cuatro años para obtener la información sobre la URSS. La propia CIA reconoció posteriormente que los «Niños de la Guerra» españoles fueron vitales para cubrir lagunas en los análisis norteamericanos sobre preocupaciones tan importantes como misiles intercontinentales o industrias de armamento de la Unión Soviética, en la época más dura de la Guerra Fría. La segunda parte del libro es una recopilación textual de los informes especiales más interesantes elaborados por la Policía Española.
Existe en el foro un hilo dedicado al tema:La vuelta a España de los niños deportados, especialmente los que estaban en la Unión Soviética, seguía considerándose por el régimen franquista un objetivo político a perseguir. Incluso antes de terminar la propia guerra, la Falange tomó a su cargo dicho objetivo, haciendo bandera del mismo en su búsqueda del mayor protagonismo politíco posible dentro del futuro Estado franquista. Manuel Hedilla, jefe nacional de la organización, enviaba en 1937 una carta al diario The Times pidiendo ayuda ante lo que calificaba como "inhumana exportación de niños" a la Unión Soviética, ofreciéndose incluso a sufragar los gastos de mantenimiento de los pequeños.
"Nuestra pobre FALANGE, pobre de dinero y poderosa de aliento, quiere para sí sola el sacrificio que suponga el cuidado de esos miles de niños." - Manuel Hedilla
El encargo de su consecución se hizo al Servicio Exterior de Falange, cuyos fondos se encuentran en el Archivo General de la Administración (Alcalá de Henares). De ahí proviene un documento de 1949 referente a los métodos empleados en la empresa:
Nuestros delegados en el extranjero solicitan su devolución a España; en un 99 por ciento de los casos esa solicitud es denegada. Se recurre entonces sin miramientos a los medios extraordinarios, con los que, de una forma u otra, casi siempre se logra al fin obtener al menor.
El primer repatriado de este modo fue uno de los niños que, convertido en soldado del Ejército Rojo, cayó prisionero durante la guerra ruso-finesa. De las informaciones obtenidas por él la Falange deducía la preparación como "activistas" de los niños españoles. Dicha versión hubiera venido avalada por aquella captura nazi de una docena larga de chicos en 1942, supuestamente miembros de una "escuela de activistas". Sea como fuere, el régimen siempre sospechó que los "niños" repatriados pudieran ser agentes filocomunistas. Aún en 1952, en un artículo publicado, entre otros medios, en El Correo Español - El Pueblo Vasco, el escritor y poeta falangista Federico de Urrutia señalaba como tema pendiente de la guerra "los menores expatriados en 1937 que lo fueron a la fuerza o engañados". En él señalaba específicamente a los enviados a la Unión Soviética, que "dada la infrahumana educación recibida [...] ya habrían dejado de ser criaturas humanas, para convertirse en desalmados entes sovietizados".
Siguiendo esa doctrina, se dio algún caso en que una vez repatriado el niño, ni siquiera era devuelto a su familia, "por no ofrecer [...] ninguna garantía sobre su educación", siendo entregado al Auxilio Social.
Tras la muerte de Stalin en 1953, se inicia un período de un relativo deshielo de las relaciones del régimen franquista con la Unión Soviética. Ya hace años de la derrota del Eje, al que Franco había apoyado con el envío de la División Azul a combatir contra los soviéticos, y con la entrada de España en la ONU aún reciente (1955), en 1957 se produce el acuerdo para el regreso de los "niños" que lo desearan a España. El traslado se organiza con discreción, aunque no deja de tener un componente publicitario paradójico: el régimen intenta aparecer como "salvador" del peligro soviético a aquellos que marcharon como menores. El 21 de enero, como parte de un acuerdo entre ambos Estados con el concurso de la Cruz Roja de ambos países, el buque soviético Crimea llega al puerto de Castellón de la Plana con 412 españoles a bordo. Entre ese año y el siguiente llegarían a España cerca de la mitad de los jóvenes enviados a la Unión Soviética.
Los retornados encontraron a su vuelta un régimen hostil, la desconfianza de unas autoridades que sospechaban de su filocomunismo y, sobre todo, unas familias que dejaron ir a niños y que recibían tras casi veinte años a adultos, en ocasiones padres de familia a su vez, con otra educación y experiencias vitales opuestas. El reencuentro por tanto no fue fácil y un número no despreciable decidió finalmente regresar a la Unión Soviética.
Fuente: Wikipedia
Los Niños de la Guerra