Colección: La Veleta - Poesía
Materias: Poesía
Idioma: Español
Encuadernación: rústica con camisa
Color: blanco
Isbn: 978-8498365252
FRAGMENTO
Rusia llegó a Rilke (más que Rilke a Rusia) cuando estaba cautivado por Lou Andreas-Salomé, y no son infrecuentes en la juventud —quizá a lo largo de toda la vida— estos fenómenos de geografía amorosa. Además, Rilke tenía veintitrés años, y una actitud de absoluta —y ambiciosa— apertura al mundo. El poeta no tenía una mentalidad libresca, sino vitalista. Entre un paisaje y un libro, habría elegido el paisaje. Nunca tuvo muchos libros, entre otras cosas porque fue trashumante. Rilke, además, aunque no era eslavo —pertenecía a la pequeña minoría germánica de Bohemia—, vivió toda su niñez y parte de su juventud inmerso en el ambiente eslavo de Praga, y ese ambiente era —es— muy afín a la mentalidad rusa. A Lou la conoció en Múnich a principios de mayo de 1897. La fecha es significativa, porque en torno a ese mes, Lou está escribiendo sus ensayos sobre Rusia, y de ellos obtendrá Rilke una buena parte de la imagen que se haga de ese país: Poesía y cultura rusa (1897), Filosofía rusa y espíritu semítico (1898), Los santos rusos, y sus pintores y poetas (1898), León Tolstoi, nuestro contemporáneo (1898). Cuando Rilke viajó por primera vez a Rusia, en 1899, llevó consigo una idea muy precisa de ese país, y al llegar vio exactamente lo que quería ver: un país inocente, infantil, primitivo —en el mejor sentido—, espontáneo, un país que estaba en “el primer día, el día de Dios, el día de la creación”, como dice en el primer ensayo sobre el arte ruso. En la imagen preconcebida de Rilke, Rusia estaba habitada toda ella por campesinos humildes, devotos, firmemente apegados a Dios y a la naturaleza —Dios y naturaleza que, para Rilke, forman, en Rusia, una unidad inescindible—. El pueblo ruso tiene —en la idea de Rilke— una espontánea vocación religiosa, y también una espontánea vocación artística. “Rusia es como la niñez de un artista”, escribe el poeta: todo en ella es futuro, y futuro de grandes obras. Cuando Rilke vio las extensas llanuras rusas, encontró, como esperaba, a Dios. Desde entonces vinculó soledad a religiosidad. El hombre está solo ante Dios. Un Dios tan inmenso y sobrecogedor como el paisaje. Pero a la vez, un Dios que vive en los inocentes campesinos rusos, que entra en las modestas isbas de madera o de barro, que sin perder su naturaleza de padre se hace hermano. “Rusia me regaló el misterio y la fraternidad de Dios”, dirá Rilke en una carta muy tardía, de 1923, dirigida a Ilse Jhar. A Rilke le hubiera gustado saber que el ruso —y quizá sólo el ruso— tiene una palabra para la búsqueda de Dios: богоизкателсво. Todo el Libro de Horas está impregnado de esa religiosidad rusa.
INDICE
DONDE EL POETA R. M. R. SE ENCONTRÓ A SI MISMO, Antonio Pau
I. Rusia en Rilke
II. Los viajes a Rusia
III. Los poemas rusos
IV. Lecturas y traducciones
V. Sobre el arte ruso
VI. Rilke, escritor de cartas
VII. Los amigos rusos
VIII. Marina Tsvietáieva
IX. Rusia en la obra de Rilke
X. La obra de Rilke en Rusia
Principales obras consultadas
POEMAS
SEIS POEMAS PARA LOU ANDREAS-SALOMÉ
I. Canción primera
II Canción segunda
III. Ardor
IV. La mañana
V. El rostro
VI. El anciano
DOS ESBOZOS
I. Estaba tan cansado…
II. Estoy tan solo…
ENSAYOS SOBRE EL ARTE RUSO
I. Arte ruso
II. Modernas tendencias del arte ruso
CARTAS SOBRE RUSIA
I. Carta a Frieda con Büllow (1899)
II. Carta a Jelena Mijaílovna Vorónina (1899)
III. Carta a Jelena Mijaílovna Vorónina (1899)
IV. Carta a Lev Nikoláievich Tolstoi (1899)
V. Carta a Leonid Ósipovich Pastenak (1900)
VI. Carta a Sofia Nikoláievna Shil (1900)
VII. Carta a Sofía Nikoláievna Shil (1900)
VIII. Carta a Sofia Nikoláievna Shil (1900)
IX. Carta a Sofia Nikoláievna Shil (1900)
X. Carta a Alexander Nikoláievich Benois (1901)
XI. Carta a Alexei Serguievich Suvorin (1902)
XII. Carta a Lou Andreas-Salomé (1904)
XIII. Carta a Leonid Ósipovich Pastenak (1906)
XIV. Carta a Leonid Ósipovich Pastenak (1926)
CARTAS A MARINA TSVIETÁEIVA
I. Carta del 3 de mayo de 1926
II. Carta del 10 de mayo de 1926
III. Carta del 17 de mayo de 1926
IV. Carta del 8 de junio de 1926
V. Carta del 28 de julio de 1926
VI. Carta del 19 de agosto de 1926


