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Yuri Gagarin escribió:Se cumplen en estos días 26 años del golpe de estado en la Unión Soviética. Para algunos héroes, para otros traidores golpistas.
Sin duda alguna, lo único seguro es que fue un acontecimiento que aceleró y precipitó la caída de la Unión Soviética.
Saludos.
Si los golpistas hubiesen conseguido retirar a Gorbachov y colocar en su lugar a alguien del talante de Andrópov (con los pies en el suelo y la cabeza fría), otro gallo les hubiese cantado a los rusos. Como mínimo, se habrían ahorrado la década horrorosa del borracho. La pregunta es: ¿Existía ese "Andrópov" versión 2.0?
Recordando las imágenes de todos aquellos rusos haciendo el payaso delante del McDonald's de la plaza Pushkin o gastando los ahorros para parecer occidentalitos consumistas, quizás aquel final fue realmente inevitable.
Pasemos página...
La democracia es una forma de gobierno en la que cada cuatro años se cambia de tirano. Vladimir Lenin
De aquellos años recuerdo a mucha gente alegrándose... meses antes de caer arrollados por el tan ansiado capitalismo que les iba a traer no sé cuántas cosas. Bueno, la comida basura sí, ahí la tuvieron y ahí la tienen.
Es difícil saber qué hubiera pasado si se hubiera logrado pararle los pies a la facción Yeltsin, entre otras cosas porque el PCUS ya era un nido de corruptos que sólo aspiraban a perpetuarse en el cargo sin importar el sistema que se lo garantizara. Hubieran sido tiempos igualmente turbulentos: parto de la base de que los EEUU ya habían minado sus propios cimientos con una poítica masiva de deslocalizaciones a China, política fiscal regresiva, endeudamiento galopante y acoso y derribo a su propia clase trabajadora. En su momento, el líder del PCFR acusó, con razón, a los responsables de la caída de la URSS y del posterior saqueo del estado ruso de haber dado un balón de oxígeno a las maltrechas economías del bando rival vía expolio de capitales, recursos naturales, fuga de cerebros, etc. Recordemos que la ofensiva militar lanzada por EEUU contra Oriente Próximo tiene su punto álgido en 2003 (con los antecedentes de El Congo, vía indirecta, y Afganistán, como represalia por los atentados del 11S), y que precisamente en estas fechas el nuevo gobierno ruso ya iba por su cuenta sin marchar al son marcado por Washington, al tiempo que se consolidaba la ola de gobiernos progresistas en América Latina ahora en entredicho. Esto hace pensar que sin las reservas rusas a su disposición, y con su patio trasero en plena ebullición, más China apoyándose en el poderío nuclear vecino para mantener su autonomía, a Washington sólo le quedaba la huída hacia adelante para retrasar su erosión. Y es evidente que sus planes no han salido bien y no se ha logrado ralentizar el declive. Por tanto, sin un bloque oriental sometido, es altamente probable que la economía norteamericana se hubiera encontrado con la crisis de 2008 una década antes, pero sin encararla partiendo de una posición previa de hegemonía en solitario.
No obstante a estas alturas del cuento especular con un "y si..." no deja de ser política ficción. Los hechos son que los gobernantes estadounidenses perdieron una oportunidad de oro para demostrar que los buenos de la película eran ellos. La cruda realidad es que nunca lo fueron, más allá de las pantallas de cine.
¡Un saludo!
"Nadie tiene derecho a disfrutar de la vida a expensas del trabajo ajeno"
(G. Zhukov)
