¿Volvemos a la Guerra Fría?

Discusión sobre política y temas sociales.

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Kozhedub
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Re: ¿Volvemos a la Guerra Fría?

Mensaje por Kozhedub »

Escobar ha sido uno de los imprescindibles de este foro en sus buenos tiempos. Sigo sin empatizar demasiado con ese tono sensacionalista que luce, pero el fondo de sus análisis vale su peso en oro y suele acertar en sus proyecciones.

Aludía antes al caso Navalny, y aquí se explaya en el fondo que subyace a las manobras, cada vez más desesperadas, de las sucesivas administraciones estadounidenses. El Nord Stream 2 es prácticamente una realidad con múltiples implicaciones: cerrar una de las pocas salidas que le quedaban a la maltrecha industria del fracking yanqui y acabar de devastar la agonizante economía ucranana, dependiente de las tasas que cobraba por el tránsito del gas ruso por su territorio. :mrgreen:
PEPE ESCOBAR: Por qué Rusia está volviendo loco a Occidente

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Por Pepe Escobar > Asia Times

Los historiadores del futuro pueden registrarlo como el día en que el normalmente imperturbable ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, decidió que había tenido suficiente:

"Nos estamos acostumbrando al hecho de que la Unión Europea está tratando de imponer restricciones unilaterales, restricciones ilegítimas y partimos del supuesto en esta etapa de que la Unión Europea es un socio poco confiable".

Josep Borrell, el jefe de política exterior de la UE, en visita oficial a Moscú, tuvo que tomarlo en serio.

Lavrov, siempre un perfecto caballero, añadió: "Espero que la revisión estratégica que se llevará a cabo pronto se centre en los intereses clave de la Unión Europea y que estas conversaciones contribuyan a que nuestros contactos sean más constructivos".

Se refería a la cumbre de jefes de estado y de gobierno de la UE en el Consejo Europeo del próximo mes, donde debatirán sobre Rusia. Lavrov no se hace ilusiones de que los "socios poco fiables" se comportarán como adultos.

Sin embargo, se puede encontrar algo inmensamente intrigante en los comentarios de apertura de Lavrov en su reunión con Borrell: “El principal problema que todos enfrentamos es la falta de normalidad en las relaciones entre Rusia y la Unión Europea, los dos actores más importantes en el espacio euroasiático. Es una situación malsana, que no beneficia a nadie ”.

En su forma actual, la UE parece irremediablemente adicta a empeorar la “situación malsana”. La directora de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, estropeó memorablemente l juego de las vacunas en Bruselas. Básicamente, envió a Borrell a Moscú para solicitar derechos de licencia para que las empresas europeas produzcan la vacuna Sputnik V, que pronto será aprobada por la UE.

Y, sin embargo, los eurócratas prefieren incursionar en la histeria, promoviendo las payasadas del activo de la OTAN y el estafador convicto Navalny: el Guaidó ruso.


Mientras tanto, al otro lado del Atlántico, bajo el manto de la "disuasión estratégica" , el jefe del STRATCOM estadounidense, el almirante Charles Richard, dejó escapar casualmente que "existe una posibilidad real de que una crisis regional con Rusia o China escalar rápidamente a un conflicto que involucre armas nucleares, si percibieran que una pérdida convencional amenazaría al régimen o al estado".

De modo que la culpa de la próxima - y última - guerra ya se atribuye al comportamiento "desestabilizador" de Rusia y China. Se supone que estarán “perdiendo” y luego, en un ataque de rabia, se volverán nucleares. El Pentágono no será más que una víctima; después de todo, afirma el Sr. STRATCOM, no estamos "atrapados en la Guerra Fría".

Los planificadores de STRATCOM podrían hacer algo peor que leer al experto analista militar Andrei Martyanov, quien durante años ha estado a la vanguardia detallando cómo el nuevo paradigma hipersónico - y no las armas nucleares - ha cambiado la naturaleza de la guerra.


Después de una discusión técnica detallada, Martyanov muestra cómo “Estados Unidos simplemente no tiene buenas opciones actualmente. Ninguna. Sin embargo, la opción menos mala es hablar con los rusos y no en términos de tonterías geopolíticas y sueños húmedos de que Estados Unidos, de alguna manera, puede convencer a Rusia de que "abandone" a China; Estados Unidos no tiene nada, cero, que ofrecerle a Rusia para hacerlo. Pero al menos los rusos y los estadounidenses pueden finalmente resolver pacíficamente esta "hegemonía" BS entre ellos y luego convencer a China para que finalmente se siente como los Tres Grandes en la mesa y finalmente decida cómo gobernar el mundo. Esta es la única oportunidad para que Estados Unidos siga siendo relevante en el nuevo mundo".


La huella de la Horda Dorada


Por más insignificantes que sean las posibilidades de que la UE controle la “situación malsana” con Rusia, no hay evidencia de que lo que Martyanov describió sea contemplado por el Estado Profundo de EE. UU.

El camino por delante parece ineludible: sanciones perpetuas; expansión perpetua de la OTAN a lo largo de las fronteras de Rusia; la formación de un anillo de estados hostiles alrededor de Rusia; interferencia perpetua de Estados Unidos en los asuntos internos de Rusia, con un ejército de quintos columnistas; guerra de información de espectro completo y perpetua.

Lavrov deja cada vez más claro que Moscú no espera nada más. Sin embargo, los hechos sobre el terreno seguirán acumulándose.

Nordstream 2 estará terminado, con sanciones o sin sanciones, y suministrará gas natural muy necesario a Alemania y la UE. El estafador condenado Navalny, el 1% de la "popularidad" real en Rusia, permanecerá en la cárcel. Los ciudadanos de toda la UE recibirán el Sputnik V. La asociación estratégica entre Rusia y China seguirá solidificándose.

Para comprender cómo hemos llegado a este impío lío ruso, el conservadurismo ruso proporciona una hoja de ruta esencial , un nuevo y emocionante estudio de filosofía política realizado por Glenn Diesen, profesor asociado de la Universidad del Sureste de Noruega, profesor de la Escuela Superior de Economía de Moscú, y uno de mis distinguidos interlocutores en Moscú.

Diesen comienza a centrarse en lo esencial: geografía, topografía e historia. Rusia es una gran potencia terrestre sin suficiente acceso a los mares. La geografía, argumenta, condiciona los cimientos de “políticas conservadoras definidas por la autocracia, un concepto ambiguo y complejo de nacionalismo y el papel perdurable de la Iglesia Ortodoxa”, algo que implica resistencia al “secularismo radical”.

Siempre es fundamental recordar que Rusia no tiene fronteras naturales defendibles; ha sido invadida u ocupada por suecos, polacos, lituanos, la Horda de Oro mongola, los tártaros de Crimea y Napoleón. Sin mencionar la inmensamente sangrienta invasión nazi.

¿Qué hay en una palabra? Todo: "seguridad", en ruso, es byezopasnost . Eso resulta ser negativo, ya que byez significa "sin" y opasnost significa "peligro".

La compleja y singular estructura histórica de Rusia siempre presentó serios problemas. Sí, hubo una estrecha afinidad con el imperio bizantino. Pero si Rusia "reclamaba la transferencia de la autoridad imperial de Constantinopla, se vería obligada a conquistarla". Y reclamar el sucesor, el papel y la herencia de la Horda Dorada relegaría a Rusia al estado de una potencia asiática únicamente.

En el camino ruso hacia la modernización, la invasión mongola provocó no solo un cisma geográfico, sino que dejó su huella en la política: “La autocracia se convirtió en una necesidad tras el legado mongol y el establecimiento de Rusia como un imperio euroasiático con una vasta extensión geográfica mal conectada”.

"Un colosal East West"

Rusia tiene que ver con Oriente y Occidente. Diesen nos recuerda cómo Nikolai Berdyaev, uno de los principales conservadores del siglo XX, ya lo clavó en 1947: “La inconsistencia y la complejidad del alma rusa pueden deberse al hecho de que en Rusia dos corrientes de la historia mundial - Oriente y Occidente - chocan e influir unos en otros (...) Rusia es una sección completa del mundo, un este-oeste colosal ".

El ferrocarril Transiberiano, construido para solidificar la cohesión interna del imperio ruso y para proyectar poder en Asia, fue un gran cambio de juego: “Con la expansión de los asentamientos agrícolas rusos hacia el este, Rusia reemplazó cada vez más las antiguas carreteras que antes Eurasia controlada y conectada".

Es fascinante ver cómo el desarrollo de la economía rusa terminó en la teoría de Heartland de Mackinder, según la cual el control del mundo requería el control del supercontinente euroasiático. Lo que aterrorizó a Mackinder es que los ferrocarriles rusos que conectan Eurasia socavarían toda la estructura de poder de Gran Bretaña como imperio marítimo.

Diesen también muestra cómo el eurasianismo, que surgió en la década de 1920 entre los emigrados en respuesta a 1917, fue de hecho una evolución del conservadurismo ruso.

El eurasianismo, por varias razones, nunca se convirtió en un movimiento político unificado. El núcleo del eurasianismo es la noción de que Rusia no era un mero estado de Europa del Este. Después de la invasión mongola del siglo XIII y la conquista de los reinos tártaros en el siglo XVI, la historia y la geografía de Rusia no podían ser solo europeas. El futuro requeriría un enfoque más equilibrado y un compromiso con Asia.

Dostoyevsky lo había enmarcado brillantemente antes que nadie, en 1881:


Los rusos son tanto asiáticos como europeos. El error de nuestra política durante los dos últimos siglos ha sido hacer creer a los europeos que somos verdaderos europeos. Hemos servido demasiado a Europa, hemos participado demasiado en sus querellas domésticas (…) Nos hemos postrado como esclavos ante los europeos y sólo nos hemos ganado su odio y su desprecio. Es hora de dar la espalda a la ingrata Europa. Nuestro futuro está en Asia.


Lev Gumilev fue posiblemente la superestrella entre una nueva generación de euroasiáticos. Argumentó que Rusia se había fundado en una coalición natural entre eslavos, mongoles y turcos. The Ancient Rus and the Great Steppe, publicado en 1989, tuvo un inmenso impacto en Rusia después de la caída de la URSS, como supe de primera mano por mis anfitriones rusos cuando llegué a Moscú a través del Transiberiano en el invierno de 1992.

Como lo enmarca Diesen, Gumilev estaba ofreciendo una especie de tercera vía, más allá del nacionalismo europeo y el internacionalismo utópico. Se ha establecido una Universidad Lev Gumilev en Kazajstán. Putin se ha referido a Gumilev como "el gran euroasiático de nuestro tiempo".

Diesen nos recuerda que incluso George Kennan, en 1994, reconoció la lucha conservadora por “este país trágicamente herido y espiritualmente disminuido”. Putin, en 2005, fue mucho más agudo. (...) el colapso de la Unión Soviética fue la mayor catástrofe geopolítica del siglo. Y para el pueblo ruso, fue un verdadero drama (…) Los viejos ideales fueron destruidos. Muchas instituciones fueron disueltas o simplemente reformadas apresuradamente ... Con un control irrestricto sobre los flujos de información, los grupos de oligarcas servían exclusivamente a sus propios intereses corporativos. La pobreza masiva comenzó a aceptarse como la norma. Todo esto evolucionó en un contexto de recesión económica más severa, finanzas inestables y parálisis en el ámbito social.


Aplicar la "democracia soberana"


Y así llegamos a la cuestión europea crucial.

En la década de 1990, liderada por atlantistas, la política exterior rusa se centró en la Gran Europa, un concepto basado en la Casa Común Europea de Gorbachov.

Y, sin embargo, la Europa de la posguerra fría, en la práctica, terminó configurada como la expansión ininterrumpida de la OTAN y el nacimiento - y expansión - de la UE. Se desplegaron todo tipo de contorsionismos liberales para incluir a toda Europa y excluir a Rusia.

Diesen tiene el mérito de resumir todo el proceso en una sola frase: “La nueva Europa liberal representó una continuidad británico-estadounidense en términos del dominio de las potencias marítimas, y el objetivo de Mackinder de organizar la relación germano-rusa en un formato de suma cero para evitar la alineación de intereses ”.

No es de extrañar que Putin, posteriormente, tuviera que ser erigido como el Espantapájaros Supremo, o "el nuevo Hitler". Putin rechazó de plano el papel de Rusia de mero aprendiz de la civilización occidental, y su corolario, la hegemonía (neo) liberal.


Aún así, se mantuvo bastante complaciente. En 2005, destacó Putin, "sobre todo, Rusia fue, es y será, por supuesto, una gran potencia europea". Lo que quería era desacoplar el liberalismo de la política de poder, rechazando los fundamentos de la hegemonía liberal.

Putin decía que no hay un modelo democrático único. Eso finalmente se conceptualizó como "democracia soberana". La democracia no puede existir sin soberanía; de modo que descarta la "supervisión" occidental para que funcione.

Diesen observa claramente que si la URSS fuera un "eurasianismo radical de izquierda, algunas de sus características euroasiáticas podrían transferirse al eurasianismo conservador". Diesen señala cómo Sergey Karaganov, a veces conocido como el "Kissinger ruso", ha demostrado "que la Unión Soviética fue fundamental para la descolonización y se casó con el surgimiento de Asia al privar a Occidente de la capacidad de imponer su voluntad en el mundo". a través de la fuerza militar, lo que Occidente había hecho desde el siglo XVI hasta la década de los cuarenta ”.

Esto se reconoce en gran medida en vastas extensiones del Sur global, desde América Latina y África hasta el sudeste asiático.

Península occidental de Eurasia

Entonces, después del final de la Guerra Fría y el fracaso de la Gran Europa, el giro de Moscú hacia Asia para construir la Gran Eurasia no podía dejar de tener un aire de inevitabilidad histórica.

La lógica es impecable. Los dos centros geoeconómicos de Eurasia son Europa y Asia Oriental. Moscú quiere conectarlos económicamente en un supercontinente: ahí es donde la Gran Eurasia se une a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China (BRI). Pero luego está la dimensión extra rusa, como señala Diesen: la “transición desde la periferia habitual de estos centros de poder hacia el centro de una nueva construcción regional”.

Desde una perspectiva conservadora, enfatiza Diesen, “la economía política de la Gran Eurasia permite a Rusia superar su obsesión histórica con Occidente y establecer un camino ruso orgánico hacia la modernización”.

Eso implica el desarrollo de industrias estratégicas; corredores de conectividad; instrumentos financieros; proyectos de infraestructura para conectar la Rusia europea con Siberia y la Rusia del Pacífico. Todo eso bajo un nuevo concepto: una economía política industrializada y conservadora.

La asociación estratégica Rusia-China está activa en estos tres sectores geoeconómicos: industrias estratégicas / plataformas tecnológicas, corredores de conectividad e instrumentos financieros.

Eso impulsa la discusión, una vez más, al imperativo categórico supremo: el enfrentamiento entre el Heartland y una potencia marítima.

Las tres grandes potencias euroasiáticas, históricamente, fueron los escitas, los hunos y los mongoles. La razón clave de su fragmentación y decadencia es que no pudieron alcanzar, ni controlar, las fronteras marítimas de Eurasia.

La cuarta gran potencia euroasiática fue el imperio ruso, y su sucesor, la URSS. Una razón clave por la que la URSS colapsó es porque, una vez ganada, no pudo alcanzar, ni controlar, las fronteras marítimas de Eurasia.

Estados Unidos lo impidió aplicando un compuesto de Mackinder, Mahan y Spykman. La estrategia de Estados Unidos llegó incluso a conocerse como el mecanismo de contención de Spykman-Kennan: todos estos "despliegues avanzados" en la periferia marítima de Eurasia, Europa Occidental, Asia Oriental y Oriente Medio.

Todos sabemos a estas alturas cómo la estrategia general de EE. UU. en alta mar, así como la razón principal por la que EE. UU. Ingresó tanto a la Primera Guerra Mundial como a la Segunda Guerra Mundial, fue prevenir el surgimiento de una hegemonía euroasiática por todos los medios necesarios.

En cuanto a los Estados Unidos como hegemonía, eso sería conceptualizado de forma cruda - con la arrogancia imperial requerida - por el Dr. Zbig "Grand Chessboard" Brzezinski en 1997: "Para prevenir la colusión y mantener la dependencia de seguridad entre los vasallos, para mantener los afluentes flexibles y protegidos, y evitar que los bárbaros se unan ”. El viejo Divide and Rule, aplicado a través del "dominio del sistema".

Es este sistema el que ahora se está derrumbando, para desesperación de los sospechosos habituales. Diesen señala cómo, "en el pasado, empujar a Rusia hacia Asia relegaría a Rusia a la oscuridad económica y eliminaría su estatus como potencia europea". Pero ahora, con el centro de gravedad geoeconómica desplazándose a China y Asia Oriental, es un juego de pelota completamente nuevo.

La demonización de Rusia-China por parte de Estados Unidos 24 horas al día, 7 días a la semana, junto con la mentalidad de "situación insalubre" de los esbirros de la UE, solo ayuda a acercar a Rusia cada vez más a China, exactamente en la coyuntura en la que Occidente solo domina el mundo durante dos siglos, como Andre Gunder Frank demostró de manera concluyente que está llegando a su fin.

Diesen, quizás con demasiada diplomacia, espera que “las relaciones entre Rusia y Occidente también cambien en última instancia con el surgimiento de Eurasia. La estrategia hostil de Occidente hacia Rusia está condicionada a la idea de que Rusia no tiene a dónde ir y debe aceptar todo lo que Occidente ofrece en términos de “asociación”. El ascenso de Oriente altera fundamentalmente la relación de Moscú con Occidente al permitir que Rusia diversifique sus asociaciones ”.

Es posible que nos estemos acercando rápidamente al punto en el que la Rusia de la Gran Eurasia presentará a Alemania una oferta de tómalo o déjalo. O construimos el Heartland juntos o lo construiremos con China, y usted será solo un espectador histórico. Por supuesto, siempre existe la posibilidad distante entre galaxias de un eje Berlín-Moscú-Beijing. Han pasado cosas más extrañas.

Mientras tanto, Diesen confía en que “las potencias terrestres de Eurasia eventualmente incorporarán a Europa y otros estados en la periferia interior de Eurasia. Las lealtades políticas cambiarán gradualmente a medida que los intereses económicos se vuelvan hacia el Este y Europa se esté convirtiendo gradualmente en la península occidental de la Gran Eurasia”.
https://www.nos-comunicamos.com.ar/node/7857

Una parte de la oligarquía europea está moviendo ficha hacia Asia (la italiana aceptando su incorporación a la Ruta, la alemana con el Nord Stream, comprometida en una difícil transición energética...) mientras que otra opta abiertamente por la confrontación con Rusia y China (en especial los británicos, que tras su marcha de la UE ya han anunciado un incremento de su presupuesto militar)

La división entre aislacionistas e intervencionistas en EEUU sigue abierta, aunque tras la victoria de Biden la balanza caiga del lado de los segundos, y su alianza con el bloque tradicional sigue debilitada. Las medidas adoptadas por los demócratas permitirán una recuperación tan rápida como inestable de su economía, aquejada ya por problemas inlfacionarios y los sempiternos de déficit y deuda. Bielorrusia se ha acercado a Moscú con ciertos recelos, pero la sintonía entre rusos y chinos es la mayor desde la época de Mao y Stalin; en el extremo opuesto, los europeos siguen en sus cuitas internas, la sociedad estadounidense se mantiene atomizada, y hasta Japón parece dubitativo. La reciente reunión del G7 y las medidas anunciadas sobre monedas digitales evidencian algo que no se veía en décadas: el bloque occidental va a remolque. Y no creo que remonte salvo error catastrófico de la alternativa.

En otras palabras, ha perdido la iniciativa y sólo puede esperar a aprovechar un fallo de su contrincante.

Saludos.
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Kozhedub
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Re: ¿Volvemos a la Guerra Fría?

Mensaje por Kozhedub »

La Guerra Fría terminó poco después de la retirada soviética de Afganistán. Hoy le toca al enemigo número uno de la URSS y de Rusia (con permiso el Reino Unido), los EEUU, acompañados de todos sus lacayos y tras haberse gastado cerca de un billón de dólares en las montañas del Asia Central para dejar el país en manos de los mismos que lo dominaban en 2001. El ejército más caro del mundo es también el más inútil: no ha conseguido dejar una infraestructura consolidada, ni un gobierno sólido, ni una sociedad civil cohesionada y funcional. El avance taliban es fulgurante por algo tan sencillo como que la inmensa mayoría de la población no apoya al invasor porque éste no se ha ganado su confianza en 20 años.

Los de siempre se escudan en excusas de derrotado sin capacidad autocrítica: que la misión estaba cumplida con la muerte de Osama. Dejando a un lado que nunca creí ese cuento (Osama ya estaba muerto), esto sucedió en 2011. Y justo después aparecía el DAESH y tanto Siria como Irak se veían arrastrados a una espiral que sólo comenzó a menguar con la intervención rusa en 2015. Un billón de dólares y veinte años para matar a un barbudo en la frontera con Pakistán. Y para que los que se marcharon entonces vuelvan paseando en los vehículos abandonados por Los Vengadores.

Patético.

Entiendo que con o sin retirada los EEUU ya son historia en esa región. Mientras redacto se publican rumores de que anuncian la evacuación de su embajada y dudo que ni siquiera los contratistas privados queden sobre el terreno, al menos en los números que anunciaba la administración de Biden, el Yeltsin yanqui. Pensaba que el gobierno caeria antes de Navidad, pero esto va mucho más rápido.

¿Victoria para China? Eso es prematuro. ¿Papel de Rusia? Mirando de reojo a Chechenia y tomando cartas en el asunto. Sabe que su peor enemigo hará lo imposible para que el caos marca de la casa también salpique a Moscú.
MAPA: ¿Cómo ha sido el arrollador avance de los talibanes que obligó a EE.UU. y Alemania a pedir a sus ciudadanos abandonar el país?
Publicado:
13 ago 2021 12:17 GMT

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Pese a la rápida expansión alcanzada por los insurgentes, desde Washington aseguraron que EE.UU. "continúa firme en la seguridad y estabilidad de Afganistán". :lol: :lol:

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MAPA: ¿Cómo ha sido el arrollador avance de los talibanes que obligó a EE.UU. y Alemania a pedir a sus ciudadanos abandonar el país?
Combatientes talibanes en Herat, Afganistán, el 13 de agosto de 2021. AFP


Tras una ofensiva generalizada contra las ciudades, el movimiento talibán —que ha estado aumentando progresivamente sus territorios desde la retirada de las tropas internacionales en mayo— ha capturado desde el pasado viernes las capitales de 18 de las 34 provincias de Afganistán.

El primer centro administrativo en caer en manos de los insurgentes fue Zaranj, en la provincia sudoccidental de Nimroz, conquistado el viernes 6 de agosto. Un día más tarde se confirmó que se habían apoderado de Sheberghan, la capital de la provincia de Jauzján, en el norte del país. El domingo conquistaron otras tres capitales provinciales: Sar-e Pul, Taloqan y Kunduz. Y este lunes capturaron Aibak, centro de la provincia de Samangán.

Este martes, en manos del grupo cayeron la ciudad de Farah, capital de la provincia homónima, así como la de la provincia de Baghlan, Puli Khumri, ubicada a solo 200 kilómetros de Kabul, la capital del país.

El miércoles, los talibanes también se hicieron con el control de Faizabad, en la provincia norteña de Badakhshan.

Al día siguiente, el jueves, los talibanes anunciaron después de varios días de combates la ocupación total de la segunda ciudad más importante del país, Kandahar, capital de la provincia homónima. La misma jornada también se produjo la captura de la estratégica Ghazni y de Herat, la tercera ciudad más grande del país. Asimismo, tomaron Qal'eh-ye Now, capital de la provincia de Bagdis.

Alemania y EE.UU. piden a todos sus ciudadanos que abandonen Afganistán de inmediato

Este viernes 13 de agosto, desde el movimiento se anunció la toma de las ciudades de Lashkar Gah, Tarin Kowt, Chagcharán, Pul-i-Alam y Kalat, capitales de las provincias de Helmand, Uruzgán, Gaur, Laugar y Zabul.

En este contexto de rápido avance de los insurgentes, Alemania y EE.UU. pidieron este jueves a sus ciudadanos que abandonen Afganistán de inmediato. Sin embargo, Washington informó que no evacuará su embajada de Kabul.
El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, y el secretario de Defensa, Lloyd Austin, aseguraron al presidente afgano, Ashraf Ghani, que el país norteamericano "continúa firme en la seguridad y estabilidad de Afganistán ante la violencia de los talibanes"
https://actualidad.rt.com/actualidad/40 ... banes-mapa

Veremos cómo planifican su salida de Irak. Y en Siria, un puñado de unidades arrinconadas con más valor simbólico que real.

Y todavía estamos en Agosto.

¡Saludos!
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Kozhedub
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Re: ¿Volvemos a la Guerra Fría?

Mensaje por Kozhedub »

Hace veinte años guardé este artículo en una carpeta que pensaba dedicar a los iluminados de nuestra prensa. Desistí de recopilar porque en menos de un mes había engordado tanto que me veia con dos estanterías suplementarias en la habitación para recopilar las tonterías de un solo año. No merecía la pena.

El recorte desapareció en la basura, haciendo juego, pero el texto quedó en la memoria. Lo recordaba como un alarde de chulería y seguidismo hacia un imperio que entonces todavia se creía invencible, y como un alarde de ineptitud profética a la altura de su autor. Tras redactar esta colección de soflamas triunfalistas llegarían la sucesión de atentados, las masacres de civiles y de prisioneros de guerra, el bombardeo de un hospital de Médicos sin Fronteras, la ruina de los sucesivos gobiernos títeres y, al final, la constatación de la derrota y la retirada más humillantes que recuerdo de una potencia, superando a las de los propios EEUU del Líbano en los 80 o a la de Rusia tras la primera Guerra de Chechenia.

Los agoreros, señor Tertsch, tenemos muy buena memoria. Y todavía más paciencia. Los soviéticos se retiraron, no huyeron, y su satélite les sobrevivió durante unos años. Lo de la OTAN habría sido un sainete de no ser (como siempre) por los muertos.
El silencio de los agoreros vocacionales
Hermann Tertsch
22 nov 2001 - 0:00 CET

Eclipsadas por el fulgor de la guerra de Afganistán, el pasado sábado se celebraron elecciones legislativas en Kosovo. Las ha ganado la Liga Democrática (LDK), el partido del moderado Ibrahim Rugova. La participación ha sido alta, incluida la de la minoría serbia. No se produjeron irregularidades ni incidente alguno. En Macedonia, la mayoría eslava en el Parlamento ha aprobado la reforma constitucional que da amplios derechos a la minoría albanesa. Buenas noticias inadvertidas se suceden en los Balcanes, donde hace poco morían a miles sus pobladores.

En Afganistán, el español Francesc Vendrell, comisionado de la ONU para aquel país, ha logrado convencer a un amplio espectro de representantes de todas las fuerzas y etnias a una conferencia en Bonn el próximo lunes para negociar la creación de un Gobierno de unidad nacional. Las mujeres urbanas se van liberando lentamente del burka, suena la música, abren los cines y emite la televisión. Pese al caos lógico en un país tribal que ha pasado casi un cuarto de siglo en guerra permanente y la cultura de la violencia está profundamente arraigada, los convoyes de ayuda humanitaria ya pueden llegar a casi todo el país, salvo a los frentes en torno a los últimos dos bastiones de los talibanes.

Todo indica que el cerco en torno a Osama Bin Laden se estrecha día a día y decenas de campos de entrenamiento e instalaciones de su organización Al Qaeda han sido destruidos y jamás volverán a servir para la formación terrorista de decenas de miles de hombres como ha sucedido durante años, generando inmensas redes aún ignotas de gentes capaces y dispuestas a generalizar el terror en el mundo democrático.

Los caudillos afganos ven la necesidad del diálogo, probablemente por primera vez en muchas décadas. El salvajismo con que en Afganistán se ha tratado siempre al vencido ha sido menor que en anteriores derrotas y victorias. No son, por supuesto, ni la Alianza del Norte ni los líderes pastunes, ni ninguna de las fuerzas presentes, afganas o invitadas árabes o chechenas a esta terrible tragedia, comparables a unos oficiales británicos con acento Oxbridge, expertos en Adam Smith, el Derecho internacional y la Convención de Ginebra, impecables gentlemen de la guerra, que hablan de usted al cautivo que minutos antes disparaba contra ellos. Los que tratan a los prisioneros de guerra son combatientes encanallados desde la infancia. Pero nadie ha enterrado en esta guerra, como en otras anteriores en Afganistán, a batallones enteros de enemigos, encerrados en contenedores, bajo las arenas del desierto, para que murieran de sed, angustia o terror. La barbarie es mínima comparada con anteriores y los muertos civiles pocos, aunque bien promocionados por aquellos que elevan la anécdota a regla.

Balcanes y Afganistán. Dos escenarios diferentes, dos intervenciones exteriores lideradas por Estados Unidos o la OTAN, dos evoluciones positivas ante alternativas terroríficas y dos casos de silencio culpable por parte de quienes tanto han gritado y augurado la catástrofe en el caso de que las sociedades occidentales asumieran su derecho y obligación de autodefensa y de protección de las víctimas. Anunciaban la revuelta musulmana global contra el Gran Satán. Las manifestaciones contra la intervención se han desinflado en el mundo islámico como las antiglobalizadoras en el mundo de los niños bienpensantes del bienestar.

La cohesión y la voluntad de autodefensa de las sociedades libres ha aumentado. Su determinación queda clara para disuasión de potenciales caudillos como Milosevic y Bin Laden.
Los peligros siguen siendo ingentes, desde fuera y dentro de las sociedades libres. Pero las buenas noticias son ciertas, por mucho que frustren a quienes las ignoran porque rebaten sus interesadas advertencias. Armageddon no ha llegado, por mucho que disguste a nuestros agoreros.
https://elpais.com/diario/2001/11/22/in ... 50215.html

No legaría un Amageddon, llegarían varios: a Irak, en 2003, en grado de tentativa a Líbano en 2006, a Libia y Siria en 2011, algo más tarde a Yemen, y por el camino iría salpicando de pequeños infiernos en Atocha (2004), Londres (2005), París, Bruselas, Barcelona, etc. Al Qaeda, de hecho, en coalición con el Daesh llegaría a controlar regiones enteras de dos países en Irak y Siria. La barbarie, en todos los casos, fue máxima por ambas partes, especialmente por el lado estadounidense en Irak, pero también en ese Afganistán de "gentlemen" que sólo existen en las fantasías del periodista, aunque no dudo que hayan leído a Adam Smith. El capitalismo es lo que tiene, y los anglosajones saben venderse muy bien. Aunque cada vez cuela menos. 1000 prisioneros taliban morirían de sed encerrados en contenedores, negando la descirpción entre idílica y estúpida que nos daban los propagandistas del régimen...
https://elpais.com/diario/2002/08/20/in ... 50215.html
...y llegarían las vergüenzas de Guantánamo, Abu Graib, los invasores orinando sobre cadáveres, las cárceles secretas, Fallujah, los 300.000-1.000.000 de iraquíes muertos, y unas cuantas cosas más. Demasiadas para enumerarlas. Como la carpeta, este mensaje correría el riesgo de ocupar demasiado.

Los Milosevic ahora deben ser los rusos (siempre los rusos, son villanos con mucho empaque) y los chinos. Pero no les veo muy disuadidos, más bien al contrario. :macarra:

Ahora les toca a ellos intentar limpiar el enésimo desastre organizado por las sociedades libres, y no va a ser fácil. Porque esas mismas sociedades estarán ya moviendo a sus peones para desencadenar una guerra civil a cualquier precio en el erial reseco que dejan atrás.

De su twitter, 20 años más tarde:
Ya son diez los marines muertos en Kabul. La catástrofe provocada por el presidente Joe Biden en la retirada de Afganistán pasará a la historia. Un desastre colosal que muchos ya califican de alta traición y conspiración.
:mrgreen: :mrgreen: :mrgreen:

De parte de un agorero: que aproveche. Y los sapos que le quedan por tragar en los próximos años al pobre Voxemita...

Saludos
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Re: ¿Volvemos a la Guerra Fría?

Mensaje por Kozhedub »

Biden parece cada vez más la versión estadounidense de Boris Yeltsin. Alguien al que el cargo le queda grande; está totalmente desbordado.

https://www.youtube.com/watch?v=G49pRHPEkQ4

https://www.youtube.com/watch?v=V1A9nHuSPSg

Queda por ver cómo puede aprovechar Rusia esta debilidad cada vez mayor de su enemigo habitual. No olvidemos que en una situación como ésta la elite estadounidense puede perder los nervios y hacer algo precipitado. Parafraseando a Mao, el tigre es de papel, pero mata.

Un saludo
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Re: ¿Volvemos a la Guerra Fría?

Mensaje por Kozhedub »

Por variar la dieta oficial:
Comprender el pensamiento estratégico ruso
El mundo visto desde Moscú
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Por Richard Sakwa | 13/12/2021 | Mundo
Fuentes: Le Monde Diplomatique

De ambos lados del Atlántico cuestionan a Rusia con el argumento de que socava el derecho internacional. Pero Moscú, favorable a un mundo multipolar, replica que Washington debe compartir el poder y respetar el principio de soberanía de los Estados. Y con la guía de Vladimir Putin, recupera posiciones de liderazgo.

¿Qué quiere Rusia? Si les creemos a numerosos analistas occidentales, Rusia se aferra a un orden internacional ya acabado: el sistema de Yalta de los años de la Guerra Fría, durante los cuales el Kremlin disponía de una esfera de influencia en Europa del Este. La anexión de Crimea en 2014 demostraría que no piensa permitir que Ucrania se le escape. El informe sobre la estrategia de seguridad nacional (National Security Strategy) de Estados Unidos, publicado el 18 de diciembre de 2017, calificaba a Rusia de “potencia revisionista”, insinuando su voluntad de destruir el sistema nacional existente (1). Se trataría de un régimen autoritario que pretende desviar la atención de sus problemas internos gracias a una temeridad exterior. Peor aun: de aquí en más, Moscú pretendería exportar su modelo político, creando una alianza de autocracias con China.

Los desafíos que Moscú lanza a Occidente refuerzan la cohesión política del país. No obstante, sería un error explicar su comportamiento en función de esa única consideración. ¿Qué quiere el Kremlin realmente, y qué papel juega el acercamiento con China en la persecución de sus objetivos?

La exigencia fundamental del poder ruso es convertirse en cogestor de los asuntos internacionales y ser reconocido como tal. Ambición amargamente frustrada. Al final de la Guerra Fría, la Unión Soviética, y luego Rusia, intentó transformar lo que se complacía en llamar el “Oeste histórico” en un “Gran Oeste” que incorporara a Rusia (2). Moscú esperaba que esa configuración liberase a Europa Occidental del marco institucional e ideológico atlantista de la Guerra Fría; que permitiese desarrollar una cultura del diálogo político y de la interacción mutuamente provechosa. Pero Occidente solo concedió una extensión del sistema establecido. Liberado de la amenaza ideológica y militar de la Unión Soviética, el orden liberal tomó la forma de una doctrina Monroe (3) universal bajo el liderazgo de Estados Unidos: la esfera de influencia estadounidense se ampliaba al mundo entero, sin dejar lugar a subconjuntos independientes del centro hegemónico.

Rusia termina oponiéndose a ese universalismo, que consideraba utilizado para otros fines. Como ministro de Relaciones Exteriores (1996-1998), luego como Primer Ministro (1998-1999), Evgueni Primakov fue el primer dirigente que dio a su país el estatuto de potencia resistente. Cuando se hizo evidente que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) continuaría incorporando nuevos miembros y preparando su intervención en Kosovo sin tomar en cuenta los intereses de Rusia, Primakov volvió a poner en circulación el concepto de multipolaridad. Durante una visita a India, en diciembre de 1998, formuló la idea de hacer contrapeso al unilateralismo estadounidense. Sobre esa base, sugirió una alianza entre potencias no atlánticas, un “triángulo estratégico” Rusia-India-China, que más adelante se convertiría en el núcleo de la asociación de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Su política estaba inspirada en la doctrina de la “coexistencia pacífica” de Nikita Kruschev, el ex secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, según la cual ciertos sistemas sociales y políticos pueden ser antagonistas sin entrar necesariamente en conflicto (4).

Cuando llega al poder, en el año 2000, Vladimir Putin se esfuerza por combinar el atlantismo del primer período poscomunista con la estrategia de Primakov. En 2001 se crea la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), compuesta en ese momento por China, Kazajistán, Kirguistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán –India y Pakistán se incorporarían en 2017–. Su nacimiento marca un paso suplementario en la creación de un sistema de alianzas no occidental. Paralelamente, Putin procura estrechar vínculos con la Unión Europea. Se analiza incluso la adhesión de Rusia a la OTAN. Pero con el paso de los años, con las intervenciones de Estados Unidos en Irak, la decisión de George W. Bush en 2002 de derogar el tratado ABM (Anti-Ballistic Missile) de 1972 –que limitaba el despliegue de esas armas–, así como las “revoluciones de color” apoyadas por fundaciones cercanas al Departamento de Estado, Putin pierde sus ilusiones. Condena sin ambages a Estados Unidos en la Conferencia de Seguridad de Munich, en febrero de 2007. Advierte contra los peligros de un “mundo unipolar […] en el que hay un solo amo, un soberano”, y termina haciendo notar que Rusia, “con sus mil años de historia”, no necesita que nadie le enseñe cómo debe comportarse en los asuntos internacionales.

En esa época, el Kremlin todavía veía posible trabajar con las potencias atlánticas sobre asuntos de interés común concretos, en particular en la lucha contra el terrorismo. Todo eso se desploma por la intervención de la OTAN en Libia en 2011. Y en 2014, la vigorosa reacción contra lo que en Moscú se percibe como una tentativa no negociada de la Unión Europea de integrar a Ucrania a la esfera de influencia atlántica provoca la más grave crisis de la pos Guerra Fría.

Hacia una “gran Eurasia”

Sinónimo de rechazo a la hegemonía de Estados Unidos, omnipresente en el discurso de los dirigentes rusos, la multipolaridad sigue siendo un concepto vago. ¿Es un objetivo a alcanzar, como componente de una estrategia activa –dar más peso a potencias de segundo rango, como Rusia–, o se trata de una realidad tangible, resultante de un reequilibrio en la escena mundial? El 19 de septiembre de 2013, durante una sesión del Club Valdai (un think tank que reúne a decisores y expertos rusos y occidentales, creado en 2004), Putin condenó “las tentativas orientadas de uno u otro modo a restaurar el modelo estándar del mundo unipolar”, sugiriendo que este último pertenecía objetivamente al pasado. “Un mundo así –añadió– no necesita Estados soberanos, sino vasallos. Históricamente, equivale a rechazar la propia identidad y la diversidad del mundo que Dios nos ha dado.” En otra reunión, el 27 de octubre de 2016, expresó su esperanza de que “el mundo [se vuelva] más multipolar”, viendo en ello la condición necesaria para que un día “unas reglas comunes universalmente aceptadas […] garanticen la soberanía y los intereses de los pueblos”, principalmente a través de Naciones Unidas.

Cuando se trata de describir la ambición de Rusia, el término “neorrevisionismo” parece más apropiado (5). También aplicable a China, refleja un descontento hacia el modo en que actualmente se conducen los asuntos internacionales. Para esos países, no se trata tanto de delinear sus propias esferas de influencia, sino de reafirmar el principio –típicamente formulado en términos de soberanía– según el cual los Estados deben forjar las relaciones con sus respectivos vecinos (lo cual no siempre asume la forma tradicional de pertenencia a un bloque).

¿Simple retorno al modelo de Westfalia del siglo XVII, en el que los Estados interactúan como si fueran bolas de billar, haciendo alianza con unos para contrarrestar a los otros? Moscú y Pekín conciben la multipolaridad con mayor sutileza. Si bien la soberanía sigue siendo a su entender el valor central, proponen moderarla con un compromiso a favor de las instituciones multilaterales, sea creando nuevas a nivel regional, sea defendiendo aquellas de vocación universal emanadas de los Acuerdos de Bretton Woods de 1944. La cuestión es liberar a las segundas de su subordinación al sistema atlántico dirigido por Estados Unidos, creando un sistema internacional pluralista.

Rusia y China son el corazón de un alineamiento antihegemónico naciente (6). Mientras Rusia enfrenta las sanciones económicas y China enfrenta la presión militar estadounidense en el Pacífico, los dirigentes de ambos países se reunieron cinco veces en 2017 y cuatro en 2018. En distintos grados, todos los dirigentes rusos buscaron una integración económica eurasiática, pero Putin la inscribió en una lógica geopolítica más profunda. Con la Unión Económica Eurasiática (UEE), oficialmente creada el 1º de enero de 2015, expresó claramente su voluntad de construir sus propias redes de integración regional
. Lo cual se confirmó en mayo de 2015, cuando firmó con el presidente chino Xi Jinping un acuerdo de armonización (sopryazhenie) entre la UEE y la iniciativa de las “nuevas Rutas de la Seda” (Belt and Road Initiative, BRI). Rusia también anuncia el proyecto de “gran Eurasia”, en reemplazo del proyecto muerto al nacer de “gran Europa” (de Lisboa a Vladivostok), soñado por el último líder soviético, Mijail Gorbachov. Este englobaría a la mayor parte de la región dentro de un conjunto de geometría variable de circuitos interconectados que incluyen entidades ya existentes, como la Asociación de las Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).

Ese dispositivo representa lo que podemos llamar la estrategia de la “tierra del medio” (heartland), concepto clásico de geopolítica –teorizado por Halford John Mackinder (1861-1947) y reformulado por el politólogo estadounidense Zbigniew Brzezinski–, que convierte a Eurasia en el pivote geográfico del mundo, y por lo tanto, en el objeto de una lucha entre grandes potencias. El 9 de julio de 2015, en la apertura de un encuentro conjunto entre los BRICS y la OCS, en presencia de otros dirigentes de la UEE en Ufá, Rusia, Putin declaró: “Para nosotros, este bloque continental eurasiático no es un tablero de ajedrez, no es un campo de juego geopolítico; es nuestro hogar. Todos queremos que sea pacífico, próspero y que no esté a merced del extremismo o de intentos de protección de los intereses de unos a expensas de los de los otros” (7).


Objetivo fundamental: velar por que Eurasia no se transforme en una extensa zona de fractura en el enfrentamiento entre un sistema atlántico ampliado y las potencias ascendentes de Asia, en particular China. En 2018, Pekín aumentó por vigésimo cuarto año consecutivo su gasto militar, que así y todo no representa más que el 40% del de Washington (649.000 millones de dólares). El presupuesto militar de Rusia empezó a bajar en 2016, pero sigue siendo el sexto del mundo (8). Eurasia se encuentra entrampada entre un Occidente todavía muy poderoso y un frente oriental en pleno ascenso. Entre ambos, Rusia ocupa una posición ideal pero peligrosa.

Sigue habiendo diferencias relevantes entre las posiciones de Moscú y Pekín. Rusia reconoce la primacía de Estados Unidos en los ámbitos militar y económico. En el Foro Económico Internacional de San Petersburgo, el 17 de junio de 2016, Putin declaró: “Estados Unidos es una gran potencia, tal vez hoy la única superpotencia. Nosotros aceptamos esa realidad”. A la inversa, China, más confiada en su poderío económico, empieza a formular un proyecto político global. Pekín anticipa una serie de ideas tales como la “comunidad de destino”, basada en relaciones “ganador-ganador”. Los escépticos ironizan, pero el hecho de que estos conceptos se apoyen concretamente en las grandiosas inversiones de las nuevas “Rutas de la Seda” y la creación de un banco multilateral invita a pestarles cierta atención.

El acuerdo chino-ruso no se extiende necesariamente a la cuestión fundamental de la identidad cultural. Aunque Rusia se ha ido alejando cada vez más del sistema atlántico, especialmente tras los setenta y ocho días de bombardeos de la OTAN contra Serbia en 1999, jamás renunció a su identidad occidental. Putin lo decía implícitamente incluso cuando castigaba la decadencia de Occidente en la reunión del Club de Valdai en septiembre de 2013: “Vemos cómo muchos países euroatlánticos niegan realmente sus raíces, incluidos los valores cristianos que constituyen la base de la civilización occidental”. Pekín sospecha, probablemente con razón, que Rusia sigue soñando con tomar la iniciativa en la reinvención de Occidente si las circunstancias lo permiten. ¿Qué quedaría entonces del proyecto de la Gran Eurasia?
https://rebelion.org/el-mundo-visto-desde-moscu/

El dilema tiene una resolución muy sencilla: los rusos deben repasar su historia y considerar de dónde han venido las peores invasiones y las más destructivas. Un detalle: incluso las procedentes de Asia han estado protagonziadas por mongoles y tártaros, mientras que tradicionalmente China ha sido un vecino bastante pacífico.

Occidente, a día de hoy, se está desgajando en un bloque anglosajón muy claramente definido (AUKUS) y un rebaño de estados que aún no saben a qué carta jugar en esta partida. Pero en los años 90 ya dejaron bien claro que para ellos Rusia debía ser colonia, pero nunca metrópoli. Y creo que el Kremlin ha tomado nota.

Saludos
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Re: ¿Volvemos a la Guerra Fría?

Mensaje por Kozhedub »

Ucrania, un lugar común estas semanas...
Estrategia
Ucrania: la sangre no va a llegar al río
Redacción11 de diciembre de 2021

En Occidente discuten la conversación entre Putin y Biden. El clamor de la prensa occidental sobre una supuesta «invasión rusa» de Ucrania y las amenazas de bloquear el Nord Stream 2 no son en realidad más que palabrería. Pues resulta que Moscú no está muy interesado en Ucrania.

El debate entre ambos presidentes fue productivo y abarcó cuestiones de política internacional tan importantes que no se llegó a hablar del Nord Stream 2. Al menos eso es lo que dijo Yuri Ushakov, asesor del Jefe del Estado ruso.

Es interesante observar que inmediatamente después de la discusión en línea de los presidentes, se informó que el Congreso de Estados Unidos eliminó las sanciones contra Rusia y el Nord Stream 2 del presupuesto de defensa.

Es la posición conjunta de las cámaras alta y baja del Parlamento estadounidense. La decisión no se podía tomar después de la discusión entre los presidentes ruso y estadounidense, sino que se había preparado con antelación. Pero se retuvo hasta después de las negociaciones.

Esto demuestra que el gobierno de Biden comprendió la inestabilidad de su posición negociadora y trató de aumentar la presión sobre el Kremlin, diciendo que podría imponer sanciones si fuera necesario. Sin embargo, en lugar de sanciones reales, los congresistas y senadores incluyeron una “condena” bastante desdentada de las “actividades perjudiciales” de Rusia en el proyecto de presupuesto de defensa, donde hablan de “cualquier esfuerzo por utilizar los suministros de gas como arma para avanzar en su agenda geopolítica e influir negativamente en los aliados y socios europeos”.

Suena a intento de “salvar la cara”. Washington recurrió a una maniobra por la puerta trasera para evitar esa impresión ante el electorado estadounidense, que cada vez ve más a Biden como un pelele, especialmente en comparación con Putin.

El Nord Stream 2 como palanca antirrusa


Según la prensa estadounidense, la Casa Blanca ha decidido competir con Putin en “judo geopolítico”. El intento de utilizar el ambicioso proyecto Nord Stream 2 contra Moscú está provocando precisamente ese tipo de asociaciones.

Victoria Nuland, animadora del Maidan y actual subsecretaria de Estado, fue la primera en intervenir. “Creo que si el presidente Putin invade Ucrania, esperamos que el gasoducto se cierre”, dijo en una audiencia del Senado estadounidense.

El asistente del presidente estadounidense para la seguridad nacional, Jake Sullivan, se apresuró a salir al paso. “Occidente puede utilizarlo para presionar: si Vladimir Putin quiere que suministrar gas a través de ese gasoducto, entonces tal vez no debería arriesgarse a invadir Ucrania”, declaró en una rueda de prensa en Washington.

El diario estadounidense Financial Times, citando una fuente diplomática, informó de que Alemania también ha estado a punto de acordar la paralización de Nord Stream 2 en caso de una invasión de Ucrania. “Se podría llegar a un consenso de que si se produce una invasión de Ucrania, el Nord Stream 2 será inaceptable”.


Lo de la invasión sólo parecen saberlo los políticos y los medios de comunicación estadounidenses. La especulación masiva sobre la intervención rusa se parece en realidad a los preparativos para una provocación en el Donbass.

¿A quién le interesa una guerra en Ucrania?

Evidentemente, una escalada de las hostilidades en el Donbass en la que participen las tropas rusas beneficiará a Estados Unidos, ya que, en su opinión, proporcionará una razón de peso para que los europeos abandonen el Nord Stream 2. El actual régimen ucraniano también se beneficiará de la escalada.

El presidente Volodymyr Zelensky ya no parece un actor inseguro a la cabeza del Estado, sino un auténtico funcionario ucraniano. Ha perdido el apoyo de al menos dos tercios de su electorado. Su índice de popularidad se ha desplomado del 75 por cien en la segunda vuelta de las elecciones de 2019 al 25 por cien. Tiene que subir si quiere presentarse a un segundo mandato, y no hay nada mejor para él que una pequeña guerra victoriosa.

Declaraciones contundentes como la de declarar la guerra al oligarca Rinat Ajmetov o la de introducir un pasaporte económico ucraniano no funcionan: la primera entra en la categoría de miel para las abejas y la segunda es tan descabellada que muchos votantes simplemente no la verán venir.

Sin embargo, un ataque a gran escala contra las posiciones de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk y, como mínimo, el establecimiento del control de Kiev sobre la frontera con Rusia, e idealmente la captura de Donetsk y Lugansk, podría dar resultados reales. Sin embargo, para que eso ocurra, hay que sacar a Rusia del proceso. Todos los expertos y políticos, incluso en Occidente, admiten que el ejército ucraniano es incapaz de lograr incluso una victoria local sobre Rusia.

Washington trata de dejar claro que la amenaza de desconectar el Nord Stream 2 haría que a Rusia le resultara demasiado costoso obligar a Ucrania a hacer las paces, como atestiguan las frases utilizadas constantemente por los políticos estadounidenses, como “Moscú pagará un precio inaceptable”. Sin embargo, para cualquiera que sepa hacer cuentas está claro que, incluso dejando de lado las catastróficas consecuencias políticas del abandono del Donbas, el daño causado por la eliminación del Nord Stream-2 será insignificante para Gazprom: el proyecto está totalmente amortizado incluso antes de empezar.

¿Quién necesita el Nord Stream 2?


En el caso del sensacional gasoducto, que se ha convertido en la más poderosa derrota geopolítica de Estados Unidos junto con Afganistán, la clave es entender que no se trata de un proyecto ruso, como gritan sus opositores, sino europeo. De hecho, Rusia es sólo el ejecutor, aunque ha asumido los riesgos de la propiedad del oleoducto. El proyecto es principalmente necesario para que los europeos obtengan recursos energéticos baratos.

Gazprom ha señalado que la construcción del Nord Stream 2 costó 9.500 millones de dólares, la mitad de los cuales fueron pagados por los inversores europeos en el proyecto. Así, la empresa rusa gastó menos de 5.000 millones de dólares de su propio dinero en el oleoducto. Pero los beneficios de Gazprom en 2021 compensan con creces esos costes. El coste medio anual de las exportaciones de gas a Europa este año será de unos 550 dólares por 1.000 metros cúbicos.

Esa cifra es más de tres veces superior a la de 2020, cuando la cifra era de 143 dólares por mil metros cúbicos, y más del doble que en 2019 y 2018, cuando los precios eran de 221 y 224 dólares respectivamente.

Los volúmenes de venta de gas ruso, por su parte, se mantuvieron más o menos igual. Esto significa que los beneficios de las ventas de gas de Gazprom, que fueron de 41.630 millones de dólares en 2019, se duplicarán al menos en 2021. Se trata de 40.000 millones de dólares adicionales o más, que se consiguen sin aumentar los costes de producción de gas. Si recordamos que el frenesí del mercado del gas en la Unión Europea fue causado en gran parte por la obstrucción de Estados Unidos al Nord Stream 2, es justo decir que el proyecto se ha amortizado al menos cuatro veces sólo en este año.

Moscú ha demostrado que puede prescindir del Nord Stream 2, pero también del sistema de transporte de gas ucraniano, al reducir el bombeo a través de él a casi cero. Así que el Donbas no debe preocuparse: Rusia no tendrá que pagar un precio inaceptable, Europa ya lo ha pagado todo. Y si, Dios no lo quiera, las tropas rusas tienen que interferir en el conflicto ucraniano para proteger a la población rusoparlante del Donbas, incluso una cancelación completa del Nord Stream 2 no será una pérdida sustancial para Moscú.
https://mpr21.info/ucrania-la-sangre-no ... ar-al-rio/

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Re: ¿Volvemos a la Guerra Fría?

Mensaje por Kozhedub »

Tras los recientes sucesos en Kazajistan, tratados en el hilo correspondiente, se empiezan a despejar dudas.

Con cierto optimismo, Pepe Escobar (que pese a su tono sensacionalsta suele dar en el clavo) da por finiquitadas las Revoluciones de Colores occidentales. Enlace al artículo en inglés:
https://thecradle.co/Article/columns/5668

Y extracto el de Lince, muy ilustrativo ante lo que es un punto de inflexión casi tan relevante como la entrada de Rusia en la Guerra de Siria en 2015, o la huida de la OTAN de Afganistán en 2021:
El mal interno y el de los vecinos

A medida que se van aclarando las cosas en Kazajistán, lo interesante es intentar responder a las preguntas que me hice el otro día: a quién beneficiaba la revuelta (a nivel interno, el externo es evidente) y si Rusia consultó con China el movimiento de envío de las tropas de la OTSC.

1.- A nivel interno la revuelta favorecía a los clanes oligárquicos vinculados a Occidente y ahora hay un claro reposicionamiento.

Como en todas las ex repúblicas de la ex URSS, incluida Rusia, se produjo una privatización a gran escala en la que los antiguos dirigentes comunistas se convirtieron en oligarcas. Es el caso de Nazarbayev, que se convirtió en el dueño y señor del país tras la independencia. Los vencedores acusan ahora a una de sus hijas de haber sacado del país 300 millones de dólares durante la revuelta. Este es Nazarbayev durante su etapa como "comunista".

En su discurso tras la revuelta, el presidente Tokayev acusó formalmente al clan de Nazarbayev de haber formado "un club de super ricos, incluso según los estándares internacionales". Sin mencionar expresamente a Nazarbayev, todo su "séquito" (palabra utilizada, es decir, a todos los que lo rodean pero no él) ha quedado marcado. Es decir, se reconoce -y esto es una victoria para los trabajadores, aunque pírrica- que los grupos oligárquicos se han convertido en los principales beneficiarios de la desaparición de la URSS y de la economía capitalista seguida desde entonces. Por lo tanto, todos estos clanes "deben rendir homenaje al pueblo de Kazajistán". ¿De qué forma? Pues el gobierno kazajo dice que va a aprobar unos fondos económicos que estarán surtidos, básicamente, de entregas de capital "voluntarias" que estos clanes deben hacer a la nación "para hacer frente a las necesidades de los ciudadanos" y que esas cantidades tendrán caracter anual. Se está siguiendo el modelo chino de forma clara, el de "recomendar" a las grandes empresas que donen una parte de sus beneficios para mejoras sociales. Esto, en sí, ya da una pista de cuáles son los clanes ganadores y los perdedores.

Un dato: el clan Nazarbayev y quienes han medrado bajo su sombra, se han enriquecido gracias a las empresas extranjeras occidentales. Eso no quiere decir que el gobierno, el vencedor, vaya a arremeter contra estas empresas sino que va a vigilar su funcionamiento y, al mismo tiempo, va a contrarrestar su presencia e influencia otorgado concesiones a empresas rusas y chinas. Anuncia, también, que "se fortalecerán los cuadros técnicos nacionales", es decir, que se prescindirá a medio plazo de los técnicos extranjeros que ahora están presentes en el país y que en su gran mayoría son occidentales. Para ello hay que crear infraestructuras, y ya se ha dado un primer paso: se anuncia la apertura de sucursales de la principales universidades técnicas de Rusia en Kazasjistán. Esto también da otra pista de hacia dónde mira el gobierno, el clan (o clanes) vencedor.

Al mismo tiempo, se anuncia una congelación de los sueldos de los altos cargos del gobierno (ministros, viceministros, gobernadores, etc.) durante 5 años, la cancelación definitiva del aumento de las tarifas de combustible y la presentación antes de septiembre de una serie de medidas económicas que "ayuden a reducir la desigualdad social".

Uno de los datos que está publicando el gobierno es que durante la revuelta se atacaron edificios y empresas de propiedad rusa y china, pero no turca u occidental. Por supuesto, hay imágenes de ello y los propios turcos están alarmados por la visibilización de este hecho, que da pie al discurso oficial de que ha habido presencia islámica. Si durante la revuelta Turquía reprochó la "represión antiislámica" ahora está viendo las orejas al lobo. "Los estados turcos bajo amenaza", se dice en Turquía. Y es que Nazarbayev una de las cosas que hizo fue aliarse con Turquía no solo por una cuestión económica, sino para lanzar el Consejo de Cooperación de los Estados de Habla Túrquica u Organización de Estados Turcos. Como primera medida, en 2017, se aprobó una ley que cambia el alfabeto ruso al latino basado en el alfabeto turco en un proceso gradual que tendría que terminar el 2025.

Turquía teme ahora que este proceso se revierta o se haga mucho más lentamente. Incluso que quede estancado. Si Turquía dio un paso importante en la guerra de Nagorno-Karabaj al apoyar a Azerbaiyán, ahora ha retrocedido exponencialmente mucho más. Sobre todo porque dentro de la OTSC está Armenia, que ha enviado también sus soldados a Kazajistán. Algo más que una ironía y un aviso.

2.- Al contrario de lo que se piensa, si bien Kazajistán es un estado clave en la Nueva Ruta de la Seda, la presencia de empresas chinas en el país no es tan importante como la de las empresas occidentales. Por eso es sorprendente que las grandes huelgas obreras, con sindicatos prohibidos, se hayan dado en empresas chinas preferentemente. Porque las empresas chinas no pagan ni mejor ni peor, pagan igual y se comportan igual que las occidentales. Pero eso no es relevante.

Hay algo que sí lo es: la frontera. Siempre que se habla de una situación concreta, y sobre todo en Asia, hay que tener a mano un mapa. Mirad este.
Imagen

La práctica totalidad de la frontera china con Kazajistán tiene que ver con Xinjiang. Justo el quid de la cuestión para entender la campaña occidental contra China y las formas de debilitar a este país. En toda la zona sur de Kazajistán, de forma especial en Almaty, es donde han sido más violentas las protestas y donde más presencia islámica ha habido. La propia Turquía reconoce que es aquí donde más presentes están sus empresas. Y es aquí donde el gobierno kazajo dice que ha habido "campos de entrenamiento para extremistas islámicos" provenientes tanto de Oriente Próximo (especialmente Siria) como de Afganistán en cifras que oscilan entre los 20.000 y los 8.000 que estarán exageradas pero que indican que cuando el río suena, agua lleva. Con independencia de que el cauce sea grande o pequeño.

Por lo tanto, no sería sorprendente que Rusia hubiese si no consultado sí comunicado a China la presencia de la OTSC en Kazajistán. Lo que están publicando los medios chinos va en esa dirección, sin ser tan explícitos. Se sabe que desde hace días, la última el día 10, los ministros de Exteriores de los dos países han estado en contacto estrecho y la postura de China, oficial, es que "China y Rusia, como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y países vecinos y amigos de Asia Central, deben evitar que estalle el caos o la guerra en la región".

Fijaos en dos cosas: primero, se recoge de forma clara su poder de veto en el Consejo de Seguridad e la ONU, o sea, está avisando a los países occidentales (EEUU, Francia y Gran Bretaña) de que no vayan por ahí porque nada de lo que propongan saldrá. Segundo, cuando habla de "países vecinos y amigos" está hablando de fronteras y dice cuál es el mínimo común que tienen, evitar el caos o la guerra en la región. China está enviando claras señales a los sospechosos habituales, léase Occidente.

China es el país que más fronteras tiene con otros, hasta con 14 países. Por lo tanto, todo lo que pasa en los países vecinos es importante para ella. Por eso China siempre dice que con sus vecinos habla de evitar "los tres males: terrorismo, extremismo y separatismo". Esto está directamente relacionado con la seguridad nacional de China o lo que es lo mismo: China no se va a cruzar de brazos en nada de lo que suceda en ellos.

Occidente es sordo, por eso no escuchará que cuando China habla tras la revuelta de Kazajistán de "evitar que estalle el caos o la guerra en la región" es que está marcando sus líneas rojas, como Rusia las suyas, que no deben cruzarse ni acercarse a ellas. Y hay algo que debería hacer recapacitar a mucha gente: China ha propuesto que si se dan otras revueltas de este tipo en la zona no sea la OTSC la que intervenga, sino la Organización de Cooperación de Shanghai. En la OTSC no está China, en la OCS sí.

Estamos entrando en un nivel mucho más alto. Y decisivo.

El Lince
http://elterritoriodellince.blogspot.com/

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Re: ¿Volvemos a la Guerra Fría?

Mensaje por Kozhedub »

Si seguimos así, habrá que renombrar el hilo como "¿Volvemos a la Guerra Caliente?"

La retirada de las medidas de estímulo, la anunciada subida de tipos de interés y una reactivación económica que no lkega están emoujando a la OTAN y sus lacayos a una huida hacia adelante que puede chocar con el muro ruso. Ucrania, un estado casi fallido, puede ejercer el papel de comparsa y carne de cañón en este intento de disimular una realidad económica demasiado tozuda.

Después de huir de Afganistán en el mayor bochorno, apuntan directamente hacia un estado mucho más desarrollado y mejor equipado. De su falta de ética nunca hemos dudado. Ahora hay que empezar a dudar de su cordura:
La invasión de Ucrania


Por Rafael Poch de Feliu | 22/01/2022 | Mundo
Fuentes: Ctxt

Desde el punto de vista de los intereses europeos, nada sería más sencillo que establecer estatutos de neutralidad y renunciar al despliegue de armas nucleares.

Que Rusia vaya a “invadir Ucrania”, ocupando todo el país, está completamente descartado. En las calles de Budapest todavía se ven los rastros de la ocupación soviética de 1956. Lo de entonces en Hungría sería de risa al lado de lo que pasaría en Ucrania en tal caso. Eso es algo evidente para cualquiera mínimamente informado, así que no merece la pena extenderse.

Otra cosa es que, ante la falta total de resultados de la reclamación de Rusia a Estados Unidos y la OTAN, exigiendo garantías de seguridad, debería haber una respuesta “fuerte” de Moscú. Rusia anunció “medidas militares”. ¿Cuáles? Como mínimo colocar misiles nucleares “tácticos” en Bielorrusia, Kaliningrado y demás. Como máximo, una anexión del Donbass con el beneplácito de la población local. Los actuales precios del petróleo al alza y la previsión de que se mantendrán permiten con creces al Kremlin sufragar los costes económicos de tales operaciones.

Podrían hacerse también militarmente con la zona al sur del Donbass (Mariupol) para organizar un cinturón de seguridad en dirección sur-oeste y empalmar las dos zonas rebeldes con Crimea, pero esto último me parece extremadamente arriesgado. La población de los distritos ucranianos de Zaporozhia y Jersón, mayoritariamente rusoparlantes como la de Odessa, no lleva su rusofilia hasta el extremo de desear ingresar en Rusia y romper con Ucrania, como fue claramente el caso de la población de Crimea en 2014. En esa hipótesis extrema, habría mucha violencia y la ocupación rusa se convertiría en un infierno…

Lo que está claro es que Moscú hará algo. De lo contrario, todo parecería un farol. El oso ruso, que después de veinticinco años sin hacerle ni caso ha proclamado “línea roja” y tanto gruñe, perdería la cara. Toda la movida que ha iniciado Moscú con la exigencia de “garantías de seguridad” no es teatro. Va en serio. Estaría bien que nuestros medios de comunicación, nuestros expertos y nuestros políticos informaran sobre (y se leyeran) los documentos propuestos por Moscú.

El proyecto de acuerdo propuesto a Estados Unidos para disminuir la tensión señala en su artículo 1 que las dos partes, “no deben emprender acciones que afecten a la seguridad del otro”, y en el artículo 2 propone que las organizaciones internacionales y alianzas militares de las que forman parte, “se adhieran a los principios contenidos en la Carta de las Naciones Unidas”. Hay muchos otros aspectos interesantes, por ejemplo en el artículo 7 se dice que “las partes deben abstenerse de desplegar armas nucleares fuera de sus territorios nacionales y repatriar a su territorio las que ya tengan desplegadas”. El mismo artículo apunta que las partes “no deben entrenar al personal civil y militar de los países no nucleares para usar armas nucleares”, ni “realizar maniobras que contemplen el uso de armas nucleares”. Es la OTAN quien hace todo eso: mantiene armas nucleares en países como Bélgica, Alemania, Holanda, Turquía e Italia, y sus militares son entrenados en el manejo de bombarderos con capacidad nuclear.

Rusia pide que la OTAN cese todo empeño en ampliarse hacia el Este, particularmente hacia Ucrania y Georgia. Que garantice que no estacionará baterías de misiles en países fronterizos con ella. Que se restablezca el acuerdo INF que Estados Unidos abandonó unilateralmente en agosto de 2019 y que se abra un diálogo Este/Oeste en materia de seguridad. Todo esto es manifiestamente razonable y merece una discusión pública a todos los efectos.

Es obvio que Estados Unidos no quiere saber nada del asunto y las razones son claras: aunque el verdadero adversario de Washington está en Asia, la gran potencia imperial americana dejaría de serlo en cuanto dejase de dominar Europa. Ese es, precisamente, el cometido de la OTAN. Henry Kissinger lo expresa así: “Sin Europa, América se convertiría en una isla distante de las costas de Eurasia, se vería en la soledad de un estatuto menor”. Así que es imperativo mantener la tensión en Europa y para ello hay que continuar metiéndole el dedo en el ojo al oso ruso. Pero, ¿tiene eso algo que ver con “intereses europeos”?

Salvo raras excepciones, los periodistas y expertos europeos contribuyen a esa insensata y ajena cruzada. Explican la cronología de la agresividad rusa comenzando con la invasión rusa de Georgia de 2008, siguiendo con la anexión de Crimea de 2014 y concluyendo con el fomento de la rebelión separatista en la región del Donbass pocos meses después.

No explican que la entrada de los rusos en Georgia tuvo lugar después de que el ejército georgiano penetrara en Osetia del Sur –una de las regiones étnicas de Georgia peleadas con el gobierno de esa república– donde el ejército ruso tenía el estatus de fuerza de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas, en lo que fue un episodio de guerra relámpago del presidente georgiano Mijaíl Sakashvili bendecido por el Presidente George W. Bush y aprovechando que Putin viajaba a China para la olimpiada de Pekín.

No explican que Rusia se anexionó Crimea solo después de que Estados Unidos y la Unión Europea promovieran un cambio de régimen sobre la ola de una gran protesta popular que derribó al gobierno legítimo de Ucrania, y cuyo momento determinante fue el oscuro y mortal tiroteo de civiles en Kíev, probablemente a cargo de los golpistas y sus padrinos occidentales.

Occidente, que nunca ha movido un dedo por la anexión de Jerusalén Este y los Altos del Golán por parte de Israel, por la ocupación del Sahara occidental a cargo de Marruecos, o por la ocupación de la mitad de Chipre por Turquía, operaciones todas ellas realizadas contra la voluntad de la mayoría de la población, impuestas mediante la represión y la limpieza étnica, monta un gran escándalo por la anexión rusa de Crimea, incruenta y que contó con el aplastante apoyo de su población.


Nuestros periodistas y expertos tampoco quieren situar la actual crisis en su perspectiva de treinta años y prefieren omitir las escenas en las que Putin lo explica con meridiana claridad. A cambio, nos ofrecen diariamente la pormenorizada crónica de los desmanes y fechorías del régimen de Putin, o de Xi Jinping, la mayoría de ellas completamente reales, sin cotejarla con los mucho peores crímenes y fechorías de las potencias occidentales. La eliminación de adversarios con polonio en Londres, la infame negación de responsabilidad en el derribo del vuelo de Malaysia Airlines del 17 de julio de 2014, con sus 300 muertos y las demás flores de Moscú coincidieron mas o menos con el tiempo en que un presidente de Estados Unidos galardonado con el Premio Nobel de la Paz se desayunaba cada día en la Casa Blanca firmando las listas de la gente que su ejército eliminaba con drones por doquier en el mundo. Centenares de asesinatos extrajudiciales.

Brutal está siendo la ilegalización de la organización rusa “Memorial”, dedicada a la memoria de los crímenes del estalinismo en los terribles años treinta soviéticos. El escándalo por el trato a esta organización de furibundos liberales anticomunistas, cuyos promotores siempre han considerado las masacres de Stalin y su régimen como una consecuencia lógica de la Revolución de Octubre, está más que justificado, pero siempre será un escándalo ambiguo e incompleto sin atender al holocausto de las guerras de Washington posteriores al 11-S de 2001. ¿A qué memoria tendrán derecho en Occidente los 38 millones de desplazados que esas guerras han producido desde Afganistán a Libia, pasando por Yemen, Pakistán, Irak, Somalia, Siria o Filipinas?

Es posible que a causa de su estupidez estratégica y de la mano de Estados Unidos, Europa se meta en una fase peligrosa y turbulenta con Rusia. Desde el punto de vista de los intereses europeos, nada sería más sencillo que renunciar a armas nucleares en la parte oriental del continente y establecer un estatuto de neutralidad para los países del Este de Europa, o como mínimo para Georgia, Ucrania y los países bálticos. La histeria con la que se replica a ese tipo de escenarios, diciendo que cualquier concesión en esa dirección supondría un “nuevo Yalta” (Borrell) o hacer de esos países, “satélites de Rusia”, es absurda. No fueron satélites Austria (cuyo Staatsvertrag de 1955 le dio la plena soberanía, sin militares extranjeros a cambio de un estatus de neutralidad), ni Finlandia, en una época en la que el poder de Moscú era infinitamente superior, y no lo serán ahora. No es el sometimiento a Moscú de ningún país lo que está en juego. Es la seguridad de Rusia, país frágil que no conviene agitar por su alto potencial de inestabilidad interna. Es la paz y la soberanía bien entendida, en Europa.
https://rebelion.org/la-invasion-de-ucrania/

Discrepo con Poch en la fragilidad rusa. De los tres grandes es el más débil, pero creo que el que padece una mayor fragmentación interna y mayor riesgo de una guerra civil es, con mucho, EEUU

Saludos
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Kozhedub
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Re: ¿Volvemos a la Guerra Fría?

Mensaje por Kozhedub »

¿Croacia desmarcándose de EEUU?

Vivir para ver...
El presidente de Croacia asegura que "no solo no enviará soldados sino que retirará hasta el último" en caso de escalada entre Rusia y Ucrania

25 ene 2022 18:13 GMT


Zoran Milanovic opinó que Kiev "no tiene lugar" en la Alianza Atlántica.



El presidente de Croacia, Zoran Milanovic, declaró este martes que la OTAN no es lugar para Ucrania, agregando que en caso de un conflicto entre Moscú y Kiev, Zagreb se distanciaría lo más posible de los acontecimientos.

"Estoy seguro de que hay una manera de complacer a Ucrania para que esté segura, como Austria, Suecia, Finlandia, que no están en la OTAN. Seamos claros, Ucrania no tiene lugar en la OTAN", afirmó durante una conferencia de prensa, recogen medios locales.


El mandatario señaló que ocho años después del derrocamiento del entonces presidente ucraniano, Víktor Yanukovich, el país "sigue siendo uno de los más corruptos del mundo, estancado económicamente y sin recibir nada de la Unión Europea". "El cuento era así: Ucrania se va a Occidente, sin pedir nada a Rusia, [...] con la miel y la leche esperándola en la UE", añadió.

Milanovic señaló que se trata de una situación "sin un verdadero culpable" pero con "una imagen muy clara de quién podría verse perjudicado". "Esta es una situación en la que Croacia no participará", agregó.
"En caso de escalada, Croacia retirará hasta el último soldado"
(...)

El presidente declaró que su país retirará de la región su contingente militar de la OTAN en caso de un conflicto entre Rusia y Ucrania.

"Estoy observando las declaraciones según las cuales la OTAN está aumentando su presencia y enviando algunos barcos de reconocimiento. No tenemos nada que ver con eso y no tendremos nada que ver, se lo garantizo", dijo el mandatario, citado por el canal RTL. "Croacia no solo no enviará, sino que, en caso de escalada, retirará hasta el último soldado croata", subrayó
.

Asimismo, declaró que la actual crisis, "no tiene nada que ver con Ucrania o Rusia, tiene que ver con la dinámica de la política interna estadounidense de Joe Biden y su administración". Milanovic enfatizó que "ve una inconsistencia y un comportamiento peligroso en el gobierno de EE.UU. en cuestiones de seguridad internacional".
Rechazo del primer ministro

El primer ministro de Croacia, Andrej Plenkovic, ha refutado las declaraciones de Milanovic.

"Pensé que era una sesión informativa y que era un funcionario ruso. No tenemos soldados en Ucrania, así que no sé a qué soldados se refiere", comentó Plenkovic durante una rueda de prensa, según el portal Index.hr.

"En nombre del Gobierno, pido disculpas a los ucranianos, actualmente están ocupados. [Milanovic] dice que son corruptos, esa afirmación no tiene nada que ver con el Gobierno", aseguró el primer ministro, agregando que la "posición fundamental" de Zagreb consiste en "reducir las tensiones, prevenir conflictos y apoyar la integridad de Ucrania".

Rechazo de Ucrania

Horas después, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania ha anunciado que convocó a la embajadora croata en Kiev, Anica Djamic. La Cancillería ucraniana rechazó las declaraciones de Milanovic.

"Se expresó una profunda decepción por las declaraciones del presidente croata sobre el ingreso de Ucrania en la OTAN y la inadecuación de la asistencia a nuestro país en el contexto de una agresión rusa. Se enfatizó que esto está especialmente reñido con los valores universales, dada la amarga experiencia de guerra del pueblo croata", señala la Cancillería ucraniana, aseverando que las palabras de Milanovic "transmiten las narrativas de la propaganda rusa".

"El Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania exige la refutación pública de estas declaraciones insultantes del presidente de Croacia y que no se repitan en el futuro", enfatiza el comunicado.

También el martes, Milanovic apareció nombrado en el sitio web Mirotvórets, que enumera a las personas consideradas una amenaza para la seguridad nacional de Ucrania.


En el web se afirma que Milanovic está implicado en "actos de agresión humanitaria contra Ucrania" y que es "cómplice de los invasores rusos".
Otras de las actividades que el sitio le atribuye al presidente croata son "difusión de propaganda del Kremlin, participación en operaciones especiales de información del Kremlin" y "apoyo y justificación de la agresión rusa contra Ucrania".

Fundado en 2014 por Antón Gueráschenko, entonces asesor del presidente ucraniano y viceministro del Interior entre 2019 y 2021, Mirotvórets ha sido ampliamente criticado por publicar datos personales en detrimento de las propias leyes ucranianas. Pese a que en mayo de 2016 se anunció su cierre, actualmente el sitio aún está activo.
https://actualidad.rt.com/actualidad/41 ... te-militar

Va a acabar como cierto almirante aleman.

Saludos
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Kozhedub
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Re: ¿Volvemos a la Guerra Fría?

Mensaje por Kozhedub »

Otra más. Se están metiendo con estados que en términos de capacidad real (que no de números,los números mienten mucho) les pueden devolver una por una. Esta huida hacia adelante sólo agravará la situación de penuria económiica que padecen los restos de las clases medias occidentales, enfrentadas a una infllación que no cesa y a una precarización del mercado laboral que convive con una nueva burbuja inmobiliaria. Por suerte, sólo queda un mes frío por delante, dos meses antes esta escalada ya tendría varias capitales europeas o incluso de EEUU en pie de guerra

.
jueves, 3 de febrero de 2022

Los duques de York

Hay una ciudad en Gran Bretaña que se llama York. Hay una ciudad en EEUU que se llama Nueva York. También hay una carne medio de cerdo que se llama jamón de York porque fue en la ciudad británica donde se comenzó a hacer hace más de un siglo y medio. Si tenemos en cuenta que Gran Bretaña y EEUU se están comportando en la cosa de Ucrania como cerdos, ya tenemos toda la etimología completa.

También hay un duque de York inglés que es un pedófilo y abusador de menores y un nuevo duque de York, estadounidense, que dice tonterías, una tras otra cuando habla, y que lo mismo no come jamón en cuaresma porque es católico. Y, como está gagá, ni siquiera se le ocurre tirar el cerdo al río y luego pescarlo y así no pecaría porque sería equivalente a pescado.

Aunque ya tenemos filtrada la respuesta de la OTAN y de EEUU a Rusia, esa que ellos mismos dijeron que habían pedido a Rusia que se mantuviese en secreto -por lo que ya está claro quién lo ha filtrado- y que no acepta nada de lo que proponía Rusia, hay que esperar a lo que diga y haga Rusia. Cualquier otra cosa es tontería. Así que viene bien empezar con una tontería para sacar alguna sonrisa antes de entrar un poco en harina (expresión castellana para decir que se entra en el asunto).

Si os tomáis la molestia de recordar lo que pasó cuando la invasión neocolonial de Irak en 2003, vemos la misma pauta de comportamiento de los medios de propaganda, pero no solo: también políticos, del régimen o pretendidamente "progres", sumándose al carro de la estulticia y de la manipulación. Es lo suyo, a fin de cuentas. Ahora no hay armas de destrucción masiva, ahora lo que hay es una invasión. "Inminente", además y según EEUU. Y, en consecuencia, hay que hacerla frente con armas, barcos, soldados y sanciones. Sobre todo sanciones, porque ya me diréis el susto que llevan encima los rusos cuando oyen que EEUU despliega 3.000, 8.000 o tropecientos mil soldaditos, aunque sean expertos en matar niños como demostraron en Afganistán o en Irak. O Siria. O...

Prácticamente no hay medio de propaganda, los de siempre del régimen y los nuevos del régimen (antes llamados alternativos) en donde no haya tres o cuatro artículos sesudos con estas tonterías cada día. Solo con trabajar un poquito, lo que se dice un poquito, podrían dejar de hacer el ridículo. Pero claro, eso no vende (en publicidad y apoyos del régimen). Una de las cosas que estos días han repetido como loros -y ya se sabe que los loros repiten algunas palabras, pero no saben lo que dicen- es que no hubo ninguna promesa de EEUU a la difunta URSS sobre la expansión de la OTAN al Este, como dice Rusia. Hurgando por ahí, he podido encontrar el registro de la conversación entre Gorbachov y Baker en 1990 sobre ello. Hasta ahora se daba como bueno, pero resulta que ya no porque no conviene. Pues así todo lo que leáis, veáis u oigáis.

Es lo del "orden basado en reglas" que quiere imponer EEUU y que, de repente, desaparece en el documento filtrado cuando se dice que "Estados Unidos no se desviará de sus valores, obligaciones bajo el derecho internacional o normas internacionalmente aceptadas". Mira tú, ahora aparece algo que vienen rechazando desde hace veinte años, sobre todo los últimos cinco, aunque mete de matute lo de "normas internacionalmente aceptadas". Pero si eso es así, lo del derecho inernacional, digo, no tienen lugar las sanciones, que son ilegales si no las impone el Consejo de Seguridad de la ONU (art. 39 y 41 del Capítulo VII de la Carta de la ONU).

Si embargo, eso se lo vienen pasando por el forro tanto EEUU como sus vasallos. Para más recochineo, el caso de EEUU es conocido pero no el de sus vasallos. La UE, por aquello de los "valores democráticos", dice que las impone de tres tipos: las que impone la ONU, las complementarias a la ONU y que, también, son decididas por el CSONU, y las "autónomas". Estas las impone porque sí, "para la defensa de sus intereses estratégicos y la protección de sus objetivos fundamentales en el exterior" (art. 21 del Tratado de la UE). ¿Valores? y una mierda.

Es aquí donde nos encontramos ahora y donde todo hace agua. EEUU sigue insistiendo, y los bocazas repitiendo, las sanciones del infierno, catastróficamente dolorosas, madres de todas las sanciones, que si Rusia no va a poder vender deuda (desconociendo u ocultando que Rusia la vende desde 2014, cuando empezó todo, en el mercado interno y no externo) y así. Cada vez que alguien de estos abre la boca, gruñe como un cerdo diciendo tonterías. Son como los duques de York.

A ver, a finales de diciembre la UE se lamía las heridas por las contra-sanciones que recibe de Rusia por las sanciones que impone a Rusia presentando una denuncia en la OMC por valor de 256.000 millones de euros porque, dice, es lo que ha dejado de ingresar desde 2014 por las contra-sanciones. Y eso que en EEUU ya se llevaba un mes hablando de la "invasión" y que Rusia había enviado sus documentos con sus demandas y propuestas. Ahora imaginaos lo que va a perder Europa si la cosa va a más, y quién perderá más, si los vasallos o Rusia. ¿Sabéis a cuánto está el barril de petróleo? Casi a 100 dólares. ¿Y el metro cúbico de gas? Buscadlo por ahí y luego mirad si las pomposas sanciones van a hacer mella o no a Rusia cuando con dos países muy cercanos, grandes compradores de petróleo y gas, ya comercia en su propia moneda. Y, además, tiene su propio sistema de pagos y el chino.

Como buenos duques de York, EEUU y Gran Bretaña están estirando la cuerda por la misma razón: el uno ve cómo se deshace su imperio y el otro sueña con el viejo imperio. Nueva York y York. El uno habla de enviar soldaditos, el otro habla de golpe prorruso en Ucrania y dice que está dispuesto a una alianza militar con Ucrania y Polonia. Los dos, y algún otro como Polonia, envían armas y más armas a Ucrania, que tendrá que pagar. Los dos sacan a su gente de sus embajadas para sembrar bien el pánico. Pero nadie los ha seguido. Por el contrario, algunos se han movido por su cuenta: Macron, Orban, Draghi, Stolz... ¿Destino? Moscú. Dejando aparte a Croacia, que fue la primera en desmarcarse de todo.


Todos saben que Ucrania es un inmenso montón de mierda, que está en bancarrota, que no tiene gas y en la UE el recibo que estamos pagando todos es porque una parte importante del gas de reserva europeo va a Ucrania porque este país no tiene reservas desde hace dos meses, dilapidadas, y porque no tiene dinero para pagar más. Es lo que se llama "flujo inverso" y que no es otra cosa que el gas ruso que llega a Europa por otros gasoductos (no por Ucrania) y que luego la UE revierte a otros países. Y no es solo Ucrania, sino también Polonia quien recibe el gas ruso por esta vía y así dicen tan ufanos, los polacos, que ellos no reciben gas ruso. Buen negocio para la UE, sin duda. Por eso EEUU está tan preocupado intentando el suministro alternativo al ruso, que no le es fácil en absoluto (y, en cualquier caso, no para mañana ni pasado mañana).


Rusia tiene las cartas en su mano, pero está pensando la jugada porque lo que estoy leyendo por ahí es que el tiempo (y la paciencia) para la negociación se ha terminado. A esperar, aunque los locos nazis ucranianos (y los occidentales) siempre hacen locuras y ayer el secretario del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional de Ucrania anunció que este país no cumplirá con los acuerdos de Minsk de 2015 y que son los que están en el origen de todo porque los nazis siempre se negaron a aplicarlos.


Por cierto, mañana Putin y Xi se ven personalmente. Seguro que Rusia adelanta algo a China de lo que hará.


(...)

¡Ah!, y otra cosa sobre las sanciones: Bielorrusia acaba de contraatacar a las sanciones que se le imponen cerrando el tránsito de mercancías hacia Lituania. ¿Qué significa eso? Pues que el mayor exportador del mundo de potasa, que es Bielorrusia, dejará de hacerlo o lo reduce significativamente y que el precio de los fertilizantes en Europa va a aumentar.

Bielorrusia ha dado el paso cuando se ha visto que tenía razón desde siempre: las sanciones occidentales comenzaron no tanto cuando la historia de Juanita Calamidad y el supuesto fraude electoral, sino cuando el pretendido aterrizaje forzoso de un avión para sacar a un chiquito de Juanita. La Organización Internacional de la Aviación Civil ha publicado un informe dando la razón a Bielorrusia al afirmar que nunca se obligó al avión a aterrizar y que fue el propio piloto quien lo hizo ante una amenaza de bomba que no se sabe de dónde llegó porque, curiosamente, el servidor de correo ha desaparecido. Se dice en él que el operador de la torre de control que supuestamente habló con el avión huyó a Polonia, donde no se le puede encontrar. ¿Habéis visto algo en Occidente, después de toda la parafernalia que se montó sobre el tema y que dio origen a la mayoría de sanciones, que todavía siguen pese a que se sustentan en algo falso?

En Lituania, fiel vasallo de EEUU, ya se calculan las pérdidas en cerca de 1.000 millones de euros como no se renueve pronto el tránsito ferroviario, con la consiguiente pérdida de empleos. Habrá que ver si los afectados se levantan o siguen callados como ovejas, "dispuestos a morir hasta el último lituano por EEUU", el faro de la democracia.

El Lince
http://elterritoriodellince.blogspot.com/

Enlace a la conversación Baker-Gorbachov dando garantías de no expansión de la OTAN; fuente, los archivos de la NSA:
https://nsarchive.gwu.edu/document/1611 ... on-between

Sobre Lituania, un pequeño apunte: más del 20% de la población lituana ha emigrado del país, siendo Rusia uno de sus destinos favoritos (supongo que allí iran los rusófonos) Es una forma bastante eficaz de reducir la tasa de paro e incrementar el PIB con remesas del extranjero, así como mejorar los datos de PIB per cápita: o subes el PIB (y repartes más) o echas gente (y repartes entre menos). Su población se ha reducido en casi un millón de habitantes desde la caida de la URSS, y eso, en un país que no llega a tres millones, es una sangría. El capitalismo está logrando lo que se supone que había hecho Stalin, despoblarlo todo. Y ahora, en esa situación, exponen lo poco que les queda (lo poco que son) por ayudar a un imperio en declive que les dejará en la estacada en cuanto vengan mal dadas.

Señores, que lo de Kabul fue en agosto pasado. Memoria de pez, tienen algunos.

¡Saludos!
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Kozhedub
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Re: ¿Volvemos a la Guerra Fría?

Mensaje por Kozhedub »

¿Fuck the European Union?

En 2014 la embajadora estadounidense para asuntos europeos Victoria Nuland, hablando en privado sobre la necesidad de cambiar el Gobierno de Ucrania, dijo “que le den a la Unión Europea” ("fuck the EU"). El embajador de EEUU en Kiev contestó: “Exactamente”.

Olga Rodríguez
(...)
1 de febrero de 2022 22:37h

Actualizado el 02/02/2022 18:52h


Para entender qué pasa con Ucrania hay que seguir el rastro del dinero, analizar la situación de las potencias en liza y echar un vistazo a lo ocurrido en los últimos años en la exrepública soviética, el país más pobre de Europa que sufre una corrupción sistémica, con un grupo de oligarcas (algunos prorrusos, otros prooccidentales) dominando los principales poderes, una sanidad pública saqueada -una operación de peritonitis, en la pública, puede costar unos mil quinientos euros-, un salario medio de 250 euros y una pensiones de 175 euros.


EEUU en Ucrania

En 2013, cuando estallaron las protestas en la capital ucraniana en contra de la corrupción y la precariedad, Estados Unidos entró en juego posicionándose en favor de la oposición al Gobierno de entonces. Varios integrantes de la Administración estadounidense visitaron a los manifestantes en la plaza Maidan -también acudió el republicano McCain- y Washington operó entre bambalinas para contribuir al golpe contra el presidente prorruso Yanukovich, quien terminó huyendo del país.

Antes de que eso ocurriera se filtró un vídeo por Internet que mostraba una conversación telefónica entre dos altos diplomáticos estadounidenses. En ella, la secretaria de Estado estadounidense adjunta para asuntos europeos, Victoria Nuland, debatía con el embajador de EEUU en Ucrania, Geoffrey Pyatt, sobre cómo facilitar el éxito de la protesta contra el Gobierno ucraniano y a quién colocar como sucesor del presidente que deseaban ver derrocado.

Ese diálogo desveló que Washington tenía una implicación mucho mayor en Ucrania de la que mostraba públicamente. Nuland y Pyatt hablaban en esa conversación sobre los líderes que debían estar en el futuro gobierno, apostaban claramente por uno en concreto, Arseni Yatseniuk, y descartaban a otro, Vitaly Klitschko, quien contaba entonces con el apoyo explícito de Alemania. Ambos embajadores celebraron durante su conversación que la ONU fuera a nombrar un nuevo enviado especial para Ucrania y que esto ayudaría a “soldar” su plan ante la presunta inacción de la Unión Europea. En un momento dado, se escucha decir a Nuland:

“Sería estupendo, creo, para ayudar a soldar esto y tener a la ONU ayudando a soldarlo, y ya sabes, que le den a la Unión Europea”. (Algunos medios lo tradujeron como “que se joda la Unión Europea” o “a la mierda la Unión Europea”. La versión original era: “Fuck the EU”)

“Exactamente”, contestó el embajador estadouniense.


El “fuck the European Union” de 2014 desveló diferencias entre Washington y Berlín ante Ucrania y Moscú. De esto también va lo que está pasando estos días

Imagen
Victoria Nuland hace unos años con los tres líderes de la oposición de entonces (de dcha a izq): Yatseniuk, Klitsko y Tiagnibok

Más de 5.000 millones de dólares

El “fuck the EU” de Nuland en esa conversación -EEUU acusó a Rusia de filtrarla- planteó una fricción entre Washington y Alemania y desveló públicamente lo que el mundo de la diplomacia ya sabía: las diferencias entre EEUU y Berlín a la hora de abordar las relaciones con Moscú. De esto también va lo que está pasando estos días.

Titulares de prensa, analistas y políticos insisten en señalar la obsesión de Putin con Ucrania. Pero si repasamos los hechos es posible afirmar que no solo Rusia está obsesionada con Ucrania. En una conferencia ofrecida en diciembre de 2013 la embajadora Nuland resaltó la importancia de la inversión estadounidense en Ucrania en los últimos años: más de 5.000 millones de dólares. Desde 2014 Washington ha destinado más de 2.700 millones de dólares en asistencia y desarrollo de las fuerzas de seguridad ucranianas, en las que está integrado el batallón Azov, nacido como una fuerza paramilitar de ultranacionalistas que emplean símbolos nazis y que en la actualidad dependen del ministerio de Interior.

Victoria Nuland es actualmente Subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos en la Administración Biden y está muy presente en los pasos que se están tomando en torno a la crisis de Ucrania. Fue asesora del vicepresidente Dick Cheney entre 2003 y 2005 durante la ocupación de Irak y embajadora de EEUU ante la OTAN durante el segundo mandato de George W Bush, cuando ya apoyó la expansión de la Alianza Atlántica hasta la frontera rusa, defendiendo "bases permanentes a lo largo de la frontera oriental de la OTAN”. Su marido es el neoconservador Robert Kagan, quien fuera asesor de George W Bush y cofundador del think-tank Project for the New American Century cuyo objetivo es “promover el liderazgo global estadounidense” y fomentar “una política reaganiana de fuerza militar y claridad moral”.


La importancia del gas

Recientemente se completó la construcción del gasoducto Nord Stream 2, que garantiza la llegada del gas ruso a Europa a través de conductos bajo el mar. El proyecto, operado por la empresa rusa estatal Gazprom y construido con dinero de cinco compañías energéticas europeas, no ha sido nunca acogido con buenos ojos por Estados Unidos, que ve en él una herramienta para que Putin pueda ampliar su influencia en Europa a través del gas.

Europa depende en gran parte del gas ruso, que actualmente llega a través de Ucrania. El Nord Stream 2 evitaría ese trayecto, privando a Ucrania de lucrativas tarifas de tránsito. Con su construcción ya lista, las miradas estaban ahora depositadas en su certificación antes del verano para ponerlo en marcha, pero las últimas escenificaciones han enfriado las cosas. Este pasado lunes la Comisión europea anunciaba la suspensión "sine die" de su entrada en funcionamiento.

Mientras tanto, Estados Unidos ha indicado que podría exportar a Europa gas licuado, en caso de que las sanciones con las que se amenaza a Rusia empujaran a Moscú a limitar su suministro (Rusia exporta a la UE el 38% de sus importaciones de gas natural, más del 50% en el caso de Alemania). Al igual que con su insistencia en una presunta invasión rusa de Ucrania, Washington anticipa así un escenario que le permite reducir la órbita de influencia de Moscú y ampliar la suya, en este caso comercial, ofreciéndose a vender a Europa parte de su gas licuado y a mediar con Qatar y otros proveedores para que hagan lo mismo, como sustitutos del gas ruso.

Las sanciones

Las amenazas de sanciones económicas a Rusia colocan a Europa en una situación arriesgada, en un contexto de crisis energética, con los precios de la energía en alza, una gran inflación y un futuro en el que no estaría asegurada la llegada de todo el gas que la UE necesita, ya que EEUU tiene ya comprometido y cerrado el envío de buena parte de su suministro a Asia. The Wall Street Journal recordaba recientemente que antes de esta crisis de Ucrania, Washington había encontrado pocos proveedores de gas para Europa.
Ahora, en este nuevo contexto, confía en conseguir más.

Estados Unidos, en plena crisis de identidad, se debate entre quienes sueñan con una Guerra Fría y entre quienes son partidarios de asumir el nuevo contexto multipolar y de centrarse en los problemas internos.
De ello -y del papel que puede jugar Nuland esta vez- se habla estos días en los pasillos políticos y periodísticos de Washington, conscientes de cómo la Administración Biden puede verse influida por parte de los halcones del Pentágono y de sectores de sus propias filas que mantienen una cosmovisión militarista, orgullosos de que EEUU sea, con diferencia, la nación con más gasto militar a nivel mundial.

Mientras tanto, la nueva gran potencia de este siglo, China, ha mostrado su apoyo a Rusia y ha pedido que se deje de lado lo que ha llamado la “diplomacia de micrófono” - que puede crear realidades a base de definiciones- para centrarse en la diplomacia silenciosa, a puerta cerrada. En una reciente conversación con su homólogo estadounidense, el ministro de Exteriores chino señaló que las preocupaciones de seguridad de Rusia deben “tomarse en serio” y subrayó que "la seguridad regional no puede garantizarse mediante el fortalecimiento o incluso la ampliación de bloques militares".


Ante el dramatismo impostado de Washington y Londres -que ha incluido la retirada de sus embajadores en Kiev- Ucrania ha insistido en que la situación no es tan grave y ha agradecido a la UE que mantenga a sus embajadores.

Las escenificaciones

Entre las declaraciones públicas de las últimas semanas han destacado las del Gobierno británico asegurando tener pruebas de que Moscú quiere derrocar al actual Gobierno ucraniano para imponer en su lugar un presidente prorruso. Nadie ha visto esas presuntas pruebas y el supuesto 'hombre de Moscú' al que apunta Londres está sancionado en Rusia desde hace años.

Por su parte, Francia ha dicho que no ha encontrado en el material mostrado por los servicios de inteligencia estadounidense pruebas de que Rusia vaya a invadir Ucrania y Alemania ha asegurado que todo indica que Moscú no ha decidido nada aún. Ante la histeria impostada de Washington y Londres -que ha incluido la retirada de sus embajadores en Kiev- el propio Gobierno de Ucrania ha insistido en que la situación no es tan grave, que el riesgo de invasión no es mucho mayor que en meses pasados y ha agradecido a los embajadores de la UE que se mantengan en sus puestos.

No hay que olvidar que en 2017 el Gobierno ruso advirtió de que su relación con la OTAN atravesaba su peor momento desde la Guerra Fría debido al despliegue de tropas de la Alianza Atlántica cerca de las fronteras rusas, en Lituania, Estonia, Letonia y Polonia. Ese despliegue militar fue normalizado en buena parte de la prensa occidental, pero los expertos saben bien que en Moscú solo cabía una lectura ante ese envío. Y aún así, se llevó a cabo. Que cada cual extraiga sus conclusiones.

¿Por qué la Unión Europea debería enemistarse con la misma intensidad que EEUU con un país situado a miles de kilometros de la Casa Blanca pero vecino europeo?

Intereses y presiones

Los intereses de Washington no son los mismos que los de la Unión Europea. En el pasado Estados Unidos ha impulsado y justificado guerras con tergiversaciones o mentiras conocidas a posteriori. Incluso ha incrementado tensiones con acusaciones fabricadas. Irak es buen ejemplo de ello. En todos esos conflictos bélicos Washington ha procurado minimizar sus riesgos: son guerras que se han desarrollado lejos del territorio estadounidense y en las que a menudo EEUU se ha apoyado en ejércitos terceros o en mercenarios para conseguir sus objetivos, a cambio de dinero, armas y promesas. Con este historial acumulado es lógico que surjan preguntas sobre sus objetivos:

¿Por qué le habría de interesar a la Unión Europea un conflicto en su propio territorio? ¿Por qué debería adoptar al cien por cien las estrategias comerciales que más convienen a Washington? ¿Por qué debería enemistarse con la misma intensidad que EEUU con un país situado a miles de kilometros de la Casa Blanca pero vecino europeo?



Estados Unidos está recolocándose fuera de sus fronteras tras el huracán Trump y tiene que decidir cómo hacerlo. Lo mismo le ocurre a Europa, con una Alemania que en 2017 decía sobre EEUU, a través de Angela Merkel, que “los intereses en los que podíamos apoyarnos completamente en los otros han llegado a su fin en cierta medida” y con algunas voces dispuestas a estudiar la ampliación de la autonomía comercial y militar europea, frente al habitual seguidismo de los dictados de Estados Unidos. En este contexto EEUU muestra en público su confianza en Alemania; en privado, presiona para que adopte una línea más dura ante Moscú y enfríe sus relaciones con Rusia. En Washington no ha gustado que Berlín solo haya enviado a Ucrania material para hospitales de campaña.

En medio de todo ello surge aquí el empeño de la profecía autocumplida, el efecto Pigmalión: esa predicción repetida -la de la invasión rusa- que, una vez expuesta, puede ser en sí misma la causa de que se haga realidad. El deber de la diplomacia es evitar que se lance más leña al fuego, buscar cauces de entendimiento y preservar la paz y el respeto a los países afectados, siempre en interés de las poblaciones. Eso implica evitar los "fuck the EU". Los intereses de la Unión Europea también cuentan.
https://www.eldiario.es/opinion/zona-cr ... 08966.html

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Kozhedub
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Re: ¿Volvemos a la Guerra Fría?

Mensaje por Kozhedub »

Con todo lo sucedido esta semana daría para meter diez páginas más al hilo, pero vamos a ser selectivos. Desde los medios de "contrainformación", que han sido los únicos en tratar esta crisis con una mínima seriedad, frente a la basura manipulada con la que la prensa "oficial" ha regado sus titulares, uno de los muchos análisis vertidos sobre el asunto:
Ucrania, «el pato rengo» y Barbarroja
(...)
Por Guadi Calvo | 19/02/2022 | Mundo
Fuentes: Rebelión

El mundo sigue esperando desde hace semanas la invasión rusa de Ucrania, en Europa ya empezó el jueves 17 y, contradiciendo las certezas de Washington, el día miércoles no se produjo el tan anunciado y esperado día D, aunque bien visto el conflicto ucraniano podría parecer una tabla de salvación para muchos náufragos políticos que por salvar sus puestos están dispuestos a incendiar Europa.


Por su parte, Putin se ha obstinado en no seguir la hoja de ruta trazada por el Pentágono y, como suele hacerlo, juega la personal ignorando a Biden, que tan necesitado se encuentra del exabrupto ruso para cubrir de alguna forma su resquebrajado frente interno en el que ha jugado seriamente su trágica decisión de faltar a los acuerdos de Doha con los talibanes postergando su salida del primero de mayo al 11 de septiembre buscando un simbolismo ramplón y casi de mal gusto. Lo que precipitó una ofensiva histórica de los muyahidines, obligando una vez más al ejército de los Estados Unidos a una salida que muy cerca estuvo de ser deshonrosa quedando a un pelín de repetir las imágenes del 1975 en Saigón. Aunque a lo que se vivió por mediados de agosto del 2021 en el aeropuerto de Kabul no le faltó dramatismo, repitiéndose las mismas imágenes de terror y espanto reflejadas en las caras de los colaboracionistas que en esta oportunidad en vez de vietnamitas eran afganos.

Esa imprevisión de Biden, sin duda, será el sino de su presidencia y en este caso sí, único responsable de esa nueva humillación norteamérica. Intentando ocultar ese error Biden ha concentrado toda su política exterior en la frontera occidental de Rusia, pretendiendo involucrar al presidente Vladimir Putin en un conflicto que podría ser definitivo no solo para Moscú, sino para la mayoría de las naciones europeas y más allá también si la guerra alcanzara niveles nucleares.

Es difícil creer que Biden no comprenda la consecuencia de una escalada militar de gran intensidad con Rusia, entonces solo queda preguntarse por qué razón se ha metido en ella comprometiendo no solo la paz mundial, sino la continuación de la vida misma sobre el planeta. Aunque apostamos a que más allá de la decrepitud psíquica del actual inquilino de la Casa Blanca existen infinitos aros de seguridad hacia el interior del Gobierno norteamericano que le impedirán tomar una decisión que podría ser la última. Aunque con Washington nunca se sabe.

La historia está plagada de acciones exteriores de los Estados Unidos con el solo fin de disimular conflictos internos, debilidades políticas o económicas. Y en este caso esas debilidades son muchas, más cuando si bien Biden transita apenas su segundo año de Gobierno, lo hace desde prácticamente el primer día de su asunción con 78 años y con suma debilidad, ya que además de ser el presidente más anciano en la historia de su país, ya en su campaña dijo que era un presidente de transición. Por lo que sin duda, más allá de su voluntad o no, no tendrá un segundo mandato.

Desgastado por los seguidores de Donald Trump, que han puesto al país en un estado inédito de revulsión interna que quizás supere las grandes protestas por los derechos de la comunidad negra y las marchas antibelicistas. Los supremacistas que asaltaron y saquearon el Capitolio pocos días antes de la llegada de Biden (Ver Estados Unidos, el aullido de Pedro Picapiedra), ahora frente a la pasividad de las autoridades locales recorren armados como para ir a una guerra extraplanetaria el interior profundo de los Estados Unidos buscando posicionar su movimiento ultrarreaccionario, mientras esperan que su jefe Donald Trump retorne a la Casa Blanca y saque de los fondillos al actual presidente.

Aunque para Biden hoy los supremacistas no son su gran problema, sino los frutos de la Pandemia, no los muertos, sino la inflación que registra los más altos niveles desde 1982, afectando como siempre los sectores más deprimidos de la sociedad, donde justamente se concentran los votantes de Trump que, de no equivocarse mucho, en enero del 2025 lo veremos entrar nuevamente a la Casa Blanca más arrogante que nunca.

Por lo expuesto entendemos que a lo largo de su presidencia Biden gobernará como pato rengo, como se llama en Estados Unidos a los presidentes sin posibilidad de reelección, dado que la Constitución impide más de dos mandatos seguidos, como fueron los casos de Obama, Bush y tantísimos otros.

Más allá del parloteo arrogante de Biden amenazando a Putin, si el Kremlin se decidiera a invadir Ucrania, lo que hasta ahora es improbable, ningún beneficio interno le producirá al geronte, ya que sus torpezas económicas lo han catapultado al fondo de la consideración pública. Millones de americanos están tan agotados por la escalada inflacionaria y de ver sus impuestos quemados en guerras contra países que en enorme mayoría el americano medio no podría ubicar en un mapa mudo.

El martes 15 Rusia anunció que había iniciado el repliegue de las tropas cercanas a la frontera con Ucrania como un gesto importante de distensión, lo que desde Occidente en vez de corroborarlo se han dedicado a denostar el gesto y asegurar que solo es una trampa más de Rusia, a lo que el Kremlim, en un comunicado oficial contestó con sorna. :macarra:

Si bien la guerra, como hemos dicho resulta improbable, de especular en torno a un conflicto armado que no pasase a niveles nucleares, es difícil creer que las fuerzas armadas de Occidente, que acaban de ser vencidas por los talibanes sin que los guerrilleros recibieran el apoyo de un conglomerado de naciones encabezadas por los Estados Unidos como sucedió con los soviéticos entre 1979-1989, y al tiempo que la OTAN se ve en figurillas para contener a las khatibas fundamentalistas que operan en el Sahel y otros sectores de África, por ejemplo Francia acaba de anunciar su retiro de Malí tras su fracaso de ocho años en esa lucha. Es difícil de creer que les pudiera ir mejor en una guerra abierta y clásica con un ejército altamente sofisticado como son las nuevas fuerzas armadas rusas. Sin contar la reacción de la ciudadanía europea si la guerra llegara a amenazar sus ciudades, lo que sin duda más allá de la jactancia, ningún gobierno europeo, a excepción de los que han pertenecido a la esfera soviética donde el odio a Moscú esta acendrado desde los tiempos de los zares, estará dispuesto a tolerar. Además de que ningún gobierno de la Unión Europea cuenta con las espaldas lo suficientemente anchas para llevar una guerra a su territorio sin caer de manera automática.

A ningún ciudadano europeo le importa la situación de Ucrania ni está dispuesto a sacrificar nada, ni por que se incorpore a la OTAN, ni por que mantenga su integridad territorial, ni por hacer un favor a Biden.

Un convidado de piedra

De manera sorpresiva y sin declaración de guerra, el domingo 22 de junio de 1941 a las 3:15 de la madrugada, bajo el nombre de Operación Barbarroja, Adolf Hitler invadió Rusia. El Führer estaba convencido de manera absoluta de los mil años que le esperaban al Tercer Reich. Sus generales le habían asegurado que en catorce días habría caído Moscú. Hitler, más cauto, consideraba que sus hombres tomarían la capital soviética en cuatro meses. La realidad fue otra, solo la batalla de Stalingrado, en la que fue derrotado de manera palmaria, le llevó 200 días, además de casi un millón de hombres, y la certeza de que Rusia no era un bocado sencillo. En eso no se equivocó, tres años después de la derrota en Stalingrado, Hitler se pegaba un tiro en su búnker berlinés sabiendo que los soviéticos estaban a sólo 500 [metros] de él. Aquella victoria para la Unión Soviética fue casi pírrica, 27 millones de muertos, el territorio y su economía devastados, que traerían hambrunas que iban a dejar tantos muertos como la misma guerra [la cifra no estuvo lejos del millón de muertos de hambre en Japón, aquí el gazapo es serio porque el país no hubiera aguantado la pérdida de casi 60 millones de personas; con la URSS toda exageración es poca] pero el sacrificio valió la pena, la primera versión del nazismo había sido derrotada.

Desde hace meses, como si todo aquello no hubiera sucedido, una nueva Operación Barbarroja fue puesta en marcha, ya no contra la Unión Soviética sino contra la Federación de Rusia, a la que quieren retrotraer a junio del 1941 y hacerla reaccionar iniciando una guerra que ya ha quedado claro el presidente ruso Vladimir Putin no tiene ningún interés en comenzar, aunque tampoco está dispuesto a renunciar a los reclamos que iniciaron la actual escalada, la incorporación de Ucrania a la OTAN, hecho que para Moscú sería la concreción de un cerco de corte netamente hostil, ya que Estonia, Letonia, Lituania y Polonia, naciones manifiestamente antirrusas, gobernadas por partidos de la ultraderecha y son miembros de la organización atlantista, al igual que Turquía por el sur, lo que significaría una constante amenaza a la seguridad de toda Rusia, violando los acuerdos entre Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov de 1986 y faltando al compromiso verbal del exsecretario de estado del presidente George Bush padre, James Baker, que dijo en 1990 que la OTAN no se expandiría “ni una pulgada” hacia el este.

La torpe jugada de Biden sin duda pretendía que los rusos tomen Kiev, una operación que no llevaría más de 48 horas pero con un altísimo costo de vidas civiles, lo que Putin no se permitiría de no ser que la situación escalara al punto de no retorno.

Mientras la crisis de Ucrania está tan lejos de la guerra como de la solución diplomática, algunos la están utilizando para salvar su ropa, como es el caso de Boris Johnson, que apuesta a la profundización del conflicto enviando tropas a los países del Báltico, tomando con sorna el anuncio ruso de la retirada de tropas de la frontera ucraniana y anunciando una gira por Bélgica y Polonia intentado imprimir dinamismo a su gestión en el momento en que peligra su continuidad en el cargo tras los escándalos de las fiestas privadas.


Por su parte Emmanuel Macron, con un ojo puesto en las presidenciales de abril, viaja a Moscú, se encuentra con Putin y se muestra cauto y reflexivo, intentando atraer el voto de centro y centro izquierda, ya que a la derecha francesa le sobran candidatos.

Al tiempo que el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, en las últimas horas ha decidido reactivar en frente de guerra bombardeando las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, las dos regiones prorrusas del este de Ucrania que desde 2014 luchan a un costo de más de 12.000 muertos por independizarse de Kiev, para de alguna manera hacer un gesto que lo ponga en el centro de la escena, ya que hasta ahora ha sido un convidado de piedra en el conflicto que se dirime entre Washington y Moscú dejando a Kiev lejos de las discusiones, incluso detrás de actores secundarios como Londres o París.
https://rebelion.org/ucrania-el-pato-re ... arbarroja/

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Re: ¿Volvemos a la Guerra Fría?

Mensaje por Kozhedub »

Y otro, muy certero.

Recordemos que la industria del fracking tuvo que ser rescatada por Trump en 2020. Ergo, tienen que sacar dinero de algún sitio, y aunque la subida del gas y el petróleo les beneficia, beneficia más aún a los rusos, que extraen a precios más bajos. Así que hay que sacar del negocio a la competencia.
Washington considera el oleoducto NordStream2 una amenaza a su primacía en Europa y ha tratado continuamente de sabotear el proyecto


La crisis de Ucrania no tiene que ver con Ucrania, sino con Alemania



Por Mike Whitney | 16/02/2022 | Mundo
Imagen
Fuentes: The Unz Review [Imagen: Nord Stream 1 y 2 (Ara)]

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

“El interés primordial de Estados Unidos, por el que hemos luchado en guerras durante un siglo (la Primera y la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría), han sido las relaciones entre Alemania y Rusia, porque unidas son la única fuerza que nos puede suponer una amenaza. Y para asegurarnos de que eso no ocurre” [George Friedman, presidente de STRATFOR en el Chicago Council on Foreign Affairs [Consejo de Chicago para Asuntos Mundiales].

La crisis de Ucrania no tiene nada que ver con Ucrania, sino con Alemania y, en particular, con un oleoducto que une Alemania con Rusia llamado Nord Stream 2. Washington lo considera una amenaza a su primacía en Europa y ha tratado continuamente de sabotear el proyecto. Con todo, el proyecto Nord Stream ha seguido adelante y ahora está totalmente operativo y listo para funcionar. En cuando las instituciones alemanas concedan la certificación final empezará el suministro de gas. Los propietarios de viviendas y las empresas alemanas tendrán de una fuente fiable de energía limpia y barata, mientras que Rusia verá aumentar considerablemente sus ingresos provenientes del gas. Es una situación en que ambas partes salen beneficiadas.

Los altos cargos de la política exterior estadounidense no está contentos con esta situación. No quieren que Alemania dependa más del gas ruso porque el comercio genera confianza y la confianza lleva a expandir el comercio. A medida que las relaciones se vuelven más cálidas, se levantan más barreras aduaneras, se flexibilizan las regulaciones, aumentan los viajes y el turismo y se crea una nueva estructura de seguridad. En un mundo en el que Alemania y Rusia son amigos y socios comerciales no hay necesidad de bases militares estadounidenses, no se necesitan caros armamentos y sistemas de misiles fabricados en Estados Unidos ni tampoco se necesita la OTAN. Tampoco hay necesidad de negociar en dólares estadounidenses un acuerdo de energía ni de acumular títulos del Tesoro de Estados Unidos para equilibrar las cuentas. Las transacciones entre socios comerciales se pueden llevar a cabo en las propias divisas, lo que provocará un fuerte descenso del valor del dólar y un cambio drástico en el poder económico. Estos son los motivos por los que el gobierno Biden se opone a Nord Stream. No es un simple oleoducto, es una ventana hacia el futuro, un futuro en el que Europa y Asia se acercan en una inmensa zona de libre comercio que aumenta su poder y prosperidad mutuos al tiempo que deja fuera a Estados Unidos. Unas relaciones más cálidas entre Alemania y Rusia señalan el fin de un orden mundial “unipolar” que Estados Unidos ha supervisado durante 75 años. Una alianza germano-rusa amenaza con precipitar el declive de la superpotencia que actualmente se acerca lentamente al abismo. Esa es la razón por la que Washington está decidido a hacer cuanto pueda para sabotear Nord Stream y mantener a Alemania dentro de su órbita. Es una cuestión de supervivencia.

Aquí es donde Ucrania entra en escena. Ucrania es el “arma elegida” por Washington para torpedear Nord Stream y abrir una brecha entre Alemania y Rusia. La estrategia está tomada de la primera página del Manual de Política Exterior de Estados Unidos bajo el epígrafe “Divide y vencerás”. Washington necesita crear la sensación de que Rusia supone una amenaza para la seguridad de Europa, ese es lo objetivo. Necesita mostrar que Putin es un agresor sediento de sangre y con un carácter muy irritable en el que no se puede confiar. Para lograrlo se ha encargado a los medios de comunicación la misión de repetir una y otra vez “Rusia planea invadir Ucrania”. Lo que no se dice es que Rusia no ha invadido ningún país desde que disolvió la Unión Soviética, mientras que en ese mismo periodo de tiempo Estados Unidos ha invadido países o ha derrocado sus regímenes en más de 50 países y que Estados Unidos mantiene más de 800 bases militares en países de todo el mundo. Los medios de comunicación no informan de nada de esto, sino que ponen el foco de atención en el “malvado Putin”, que ha concentrado a unos 100.000 soldados a lo largo de la frontera ucraniana, lo que amenaza con sumir a toda Europa en otra guerra sangrienta.

Toda la histérica propaganda de guerra se crea con la intención de fabricar una crisis que se puede utilizar para aislar, criminalizar y, en última instancia, dividir Rusia en unidades más pequeñas. Sin embargo, el verdadero objetivo no es Rusia, sino Alemania. Vean este extracto de un artículo de Michael Hudson publicado en The Unz Review: “La única manera que les queda a los diplomáticos estadounidenses de bloquear las compras europeas es incitar a Rusia a una respuesta militar y afirmar después que vengar esta respuesta es mucho más importante que cualquier interés económico puramente nacional. Como explicó la perteneciente a la línea dura subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos, Victoria Nuland, en una rueda de prensa del Departamento de Estado el 27 de enero: «Si de una manera u otra Rusia invade Ucrania, Nord Stream 2 no avanzará»”. (“America’s Real Adversaries Are Its European and Other Allies”, The Unz Review)

Está muy claro: el equipo de Biden quiere “incitar a Rusia a una respuesta militar” para sabotear NordStream, lo que implica que habrá algún tipo de provocación destinada a inducir a Putin a enviar sus tropas a través de la frontera para defender a las personas de origen étnico ruso en la parte oriental del país. Si Putin cae en la trampa, la respuesta será rápida y contundente. Los medios de comunicación vilipendiarán la acción como una amenaza para toda Europa, mientras que los líderes de todo el mundo denunciarán que Putin es el “nuevo Hitler”. Esta es, en pocas palabras, la estrategia de Washington y todo ello con un objetivo en mente: conseguir que para el canciller alemán Olaf Scholz sea políticamente imposible dar el aprobado final a NordStream.

Dado que conocemos la oposición de Washington a Nord Stream, los lectores se pueden preguntar por qué a principios de año el gobierno Biden presionó al Congreso estadounidense para que NO impusiera más sanciones al proyecto. La respuesta es sencilla: la política interna. En estos momentos Alemania está desmantelando sus centrales nucleares y necesita gas natural para compensar el déficit energético.
Además, la amenaza de sanciones económicas desagrada a los alemanes, que las consideran una señal de intromisión extranjera. “¿Por qué se entromete Estados Unidos en nuestras decisiones sobre cuestiones de energía?”, se pregunta el alemán medio. “Washington se debería ocupar de sus propios asuntos y no meterse en los nuestros”: esta es precisamente la respuesta que cabría esperar de cualquier persona razonable.

Y entonces, tenemos esta cita de Al Jazeera: “La mayoría de la población alemana apoya el proyecto, solo parte de la élite y de los medios está en contra del oleoducto […]. «Cuanto más habla Estados Unidos de sanciones o critica el proyecto, más popular se vuelve entre la sociedad alemana», afirmó Stefan Meister, experto en Rusia y Europa del Este del Consejo Alemán de Relaciones Exteriores” (“Nord Stream 2: Why Russia’s pipeline to Europe divides the West”, Al Jazeera).

De modo que la opinión pública respalda firmemente Nord Stream, lo que ayuda a explicar por qué Washington se ha decidido por una nueva estrategia. Las sanciones no van a funcionar, así que el Tío Sam ha pasado al Plan B: crear una amenaza exterior lo suficientemente grande como para que Alemania se vea obligada a bloquear la inauguración del oleoducto. Francamente, la estrategia huele a desesperación, pero la perseverancia de Washington es impresionante. Puede que vayan perdiendo por 5 carreras en la parte baja de la novena, pero todavía no han tirado la toalla. Van a hacer un último intento y ver si pueden avanzar.

El lunes el presidente Biden celebró su primera rueda de prensa conjunta con el canciller alemán Olaf Scholz en la Casa Blanca. El evento estuvo rodeado de un bombo sin precedentes. Se había organizado todo para fabricar un “ambiente de crisis” que Biden utilizó para presionar al canciller en dirección a la política estadounidense. A principios de esta semana la portavoz de la Casa Blanca Jen Psaki afirmó repetidamente que “era inminente una invasión rusa”. A sus comentarios siguieron los del portavoz del Departamento de Estado, Nick Price, que afirmó que las agencias de inteligencia le habían proporcionado detalles de una supuesta operación de “falsa bandera” respaldada por Rusia que esperaban tuviera lugar en un futuro cercano al este de Ucrania. A la advertencia de Price siguió el domingo por la mañana la afirmación del asesor de seguridad nacional Jake Sullivan de que se podía producir una invasión rusa en cualquier momento, tal vez “incluso mañana”. Esto ocurría solo unos días después de que la agencia Bloomberg News publicara su titular sensacionalista y completamente falso de que “Rusia invade Ucrania”.

¿Pueden ver el modelo que se sigue aquí? ¿Pueden ver cómo se utilizaron todas estas afirmaciones sin fundamento para presionar al desprevenido canciller alemán, que parecía ajeno a la campaña que se dirigía contra él?

Como era de esperar, el golpe final lo asestó el propio presidente estadounidense. Durante la rueda de prensa, Biden afirmó rotundamente que “si Rusia invade […] ya no habrá un Nord Stream 2. Acabaremos con él”.

Así pues, ¿Estados Unidos dicta ahora la política que debe seguir Alemania?


¡Qué arrogancia insoportable!

Al canciller alemán le sorprendieron los comentarios de Biden, que claramente no estaban en el guion original. Con todo, en ningún momento Scholz aceptó cancelar Nord Stream y se negó incluso a mencionar el gaseoducto por su nombre. Si Biden pensaba que podría forzar al líder de la tercera economía del mundo acorralándolo en un foro público, se equivocaba. Alemania sigue dispuesta a poner en marcha Nord Stream, independientemente de los posibles conflictos en la lejana Ucrania. Pero esto podría cambiar en cualquier momento. A fin de cuentas, ¿quién sabe qué provocaciones podría estar planeando Washington en un futuro próximo?¿Quién sabe cuántas vidas están dispuestos a sacrificar para abrir una brecha entre Alemania y Rusia? ¿Quién sabe qué riesgos está dispuesto a asumir Biden para ralentizar el declive de Estados Unidos y evitar que emerja un nuevo orden mundial “policéntrico”? Cualquier cosa podría ocurrir en las próximas semanas. Cualquier cosa.

Por ahora Alemania está en una posición de ventaja. Corresponde a Scholz decidir cómo solucionar el asunto. ¿Implementará la política que mejor sirva a los intereses del pueblo alemán o cederá al implacable pulso de Biden? ¿Trazará un nuevo rumbo que fortalezca nuevas alianzas en el agitado corredor euroasiático o apoyará las enloquecidas ambiciones geopolíticas de Washington? ¿Aceptará el papel fundamental de Alemania en un nuevo orden mundial en el que muchos centros de poder emergentes comparten en pie de igualdad la gobernanza global y en el que los dirigentes siguen comprometidos sin fisuras con el multilateralismo, el desarrollo pacífico y la seguridad para todos o tratará de apoyar el maltrecho sistema de la posguerra que ha superado a todas luces su vida útil?

Una cosa es segura: decida lo que decida Alemania, nos afectará a todos nosotros.
https://rebelion.org/la-crisis-de-ucran ... -alemania/

Saludos
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Re: ¿Volvemos a la Guerra Fría?

Mensaje por Kozhedub »

Santiago Armesilla presenta una peculiar amalgama de elementos marxistas, nacionalistas (hispanos) y buenistas (de la escuela de Gustavo Bueno)

Coincidencias y discrepancias aparte, lo más destacable de su labor divulgativa son sus análisis geopolíticos, y éste presenta un excelente fresco a gran escala de los por qués de las maniobras del mundo anglosajón para contener a las dos grandes potencias continentales de Eurasia: Rusia y China. Ambas tienen en común el hecho de que su territorio es virtualmente inconquistable, de tal modo que la estrategia de Inglaterra y EEUU pasa por desestabilizar las regiones periféricas, dificultando además su salida al mar y la posibilidad de disputar su talasocracia.

Exposición larga, de más de una hora, pero bien fundamentada y que explica no sólo el conflicto ucraniano, sino también el sirio, el libio, el afgano, las revueltas en Asia Central, etc Y sobre todo, ilustra el temor a un acercamiento entre Alemania y Rusia que llevaría a liquidar la hegemonía anglosajona en Occidente (y a escala mundial si China sigue sumando en la ecuación)

https://www.youtube.com/watch?v=ak_uJcaMphE&t=392s

Un saludo
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Re: ¿Volvemos a la Guerra Fría?

Mensaje por Kozhedub »

Del año 2013, por qué se está jugando con fuego de manera cada vez más descaradamente. Casi diez años más tarde, conserva su vigencia en muchos aspectos, aunque la OTAN haya perdido pie en muchos escenarios

https://rebelion.org/el-cinturon-de-fuego/

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