Analicemos un poco lo que dice este insigne periodistaPutin, ni un gramo de honor
Por Darío Valcárcel
NO entramos en las anécdotas. No nos interesan el machismo de Vladimir Putin, su aplauso al presidente de Israel ni sus desplantes a los jefes de gobierno europeos. Vamos al fondo de la cuestión: un jefe de Estado que no garantiza la vida de sus ciudadanos ha incumplido su primera función. Los 261 periodistas y 132 banqueros asesinados en estos ocho años muestran el fracaso. No menos de 5.000 asesinatos por encargo se llevan a cabo cada año en Rusia.
Putin llegó al poder en 2000. En seis años, Rusia ha reafirmado su posición en algunos frentes. Crecimiento anual de 6 por ciento desde 2002, sobre todo por el alza de los hidrocarburos. Negociación para ingresar en la OMC. Pago de casi todas las deudas del Estado. Rublo convertible. Pero antes, mucho antes, un Estado ha de mantener el imperio de la ley y la seguridad básica dentro de su territorio. El control del territorio es esencial. Putin ha trivializado los últimos asesinatos, el de la periodista Anna Politkóvskaya o el del vicegobernador del Banco emisor, Andrei Kozlov. Insinuó que formaban parte de una campaña de desprestigio de Rusia. Pero no dijo cómo iba a hacer frente al peligro.
O bien Putin no tiene interés en defender las vidas de sus conciudadanos, y en ese caso Rusia evolucionará hacia una nueva dictadura, o bien el desbordamiento de la Policía es tal que no puede controlar los asesinatos. Esto último es dudoso. Los asesinatos por encargo, un hábito establecido, han roto en Rusia el contrato social. Repetimos: todo gobernante obtiene la raíz de su legitimidad de la capacidad para defender la vida de los gobernados. La transición rusa se salda hoy con ese fracaso.
En 1991, Boris Yeltsin, un tipo mercurial, mutó su personalidad a poco de ocupar la presidencia para convertirse en un borracho y un ladrón. Aceleró el paso desde la total centralización del sistema soviético al capitalismo más descontrolado y salvaje. Como resultado, el desorden reina hoy en Rusia. No intentaremos resumirlo en un artículo de periódico, pero el principio básico de igualdad ante la ley o el derecho al habeas corpus han dejado de existir. Al llegar al poder, Putin encontró instalada la desagregación, la entropía. Ha nacionalizado o regulado tres frentes, los hidrocarburos, los canales de financiación exterior -para extraer más petróleo y gas- y los grandes recursos minerales. En lo demás, el desorden reina, como prueban los continuos asesinatos. Daniel Vernet, un analista moderado, emite en Le Monde un severo balance: Putin es un gobernante anterior a la Ilustración. Su concepto del Estado es contrario al que Gorbachov quiso instaurar con la perestroïka. Putin gobierna en provecho de un clan, no de 140 millones de rusos. Para él, el Estado es un instrumento de amenaza, al que los rusos deben sumisión. El racismo oficial se ha instalado.
En último término, la canciller Angela Merkel, el presidente Jacques Chirac, el primer ministro británico Tony Blair o el jefe del Gobierno italiano Romano Prodi son líderes controvertidos, pero su trabajo de gobernantes no es ajeno a un cierto sentido del honor. Por mucho que dudemos de la capacidad del presidente Bush, ¿cómo negar que América tiene a su espalda 230 años de vida democrática? ¿Cómo desconocer la fuerza de la rule of law y las libertades constitucionales? La situación de Rusia es otra. Putin es de una especie distinta, no humana: un antiguo agente del KGB sin un gramo de honor.
El presidente ruso cree disponer de una creciente capacidad de presión sobre Europa, necesitada de petróleo y gas. Pero los mercados son poderosos, flexibles. Canadá, Qatar, Irán, Argelia o Noruega podrán resolver las necesidades europeas durante 20 años. La biomasa, la energía nuclear, eólica o solar y los futuros desarrollos -quizá el reactor termonuclear ITER- dan esperanza a los europeos: les permiten mirar hacia adelante con mayor firmeza, siempre que permanezcan unidos en sus negociaciones energéticas.
Entonces en los EEUU ningun presidente esta legitimado para dirigir el pais ya que se producen un minimo de 15000 muertes violentas al año.un jefe de Estado que no garantiza la vida de sus ciudadanos ha incumplido su primera función. Los 261 periodistas y 132 banqueros asesinados en estos ocho años muestran el fracaso. No menos de 5.000 asesinatos por encargo se llevan a cabo cada año en Rusia.
No parecen creerlo asi lo0s mismos rusos a tenor de lo que expresan con frecuencia, es mas Clinton dix:" Es la economia idiota" pues el ruso medio puede decirnos "Es la economia idiotas" y es que a nua mayoria de los rusos no les ha ido mal con Putin, por mucho que les pese a los de siemprePutin gobierna en provecho de un clan, no de 140 millones de rusos. Para él, el Estado es un instrumento de amenaza, al que los rusos deben sumisión. El racismo oficial se ha instalado.
O sea que ser agente del KGB le priva de condición humana y ademas del honor, supongo que si eso fuese asi por analogia ser agente de la CIA causara los mismos efectos o sea que el padre de Bush, el primer presidente Bush era un tipo no humano y sin honorLa situación de Rusia es otra. Putin es de una especie distinta, no humana: un antiguo agente del KGB sin un gramo de honor.

Gran ejemplo de democracia el segundo pais , y el tercero, y el cuarto, lastima que el quinto este en fase de declinación sus pozosCanadá, Qatar, Irán, Argelia o Noruega podrán resolver las necesidades europeas durante 20 años

basado en un proyecto ruso.quizá el reactor termonuclear ITER-
