Historia de la animación rusa

Historia de la animación rusaLa animación rusa es tan extensa y heterogénea, que es difícil definir en apenas unas líneas. Surge desde comienzos del siglo XX, y desde entonces, se ha convertido en una de las grandes potencias en el género. Sus planteamientos formales van desde el clasicismo más rabioso del realismo socialista hasta el acercamiento particular al estilo Disney, que han escrito las grandes páginas del cine de animación primero soviético y ahora ruso.

Publicar algo sobre la animación rusa era una de las asignaturas que tenía pendientes. Por algún lado estará guardado un borrador de un artículo que preparaba sobre Yuri Norstein y su Erizo en la niebla, pero por falta de tiempo no ha dejado de ser un borrador.

Ahora, gracias a Siberia (nick del foro), podemos aprender un poco más sobre este tema tan interesante, que además ha acompañado de numerosos vídeos con ejemplos de la animación rusa. Gracias de nuevo por tan excelente colaboración.

I – Introducción

La animación rusa es tan extensa y heterogénea, que es difícil definir en apenas unas líneas. Surge desde comienzos del siglo XX, y desde entonces, se ha convertido en una de las grandes potencias en el género. Sus planteamientos formales van desde el clasicismo más rabioso del realismo socialista hasta el acercamiento particular al estilo Disney, que han escrito las grandes páginas del cine de animación primero soviético y ahora ruso. Nombres como Iván Ivanov-Vano, Fiodor Khitruk o Lev Atamanov representan la edad de oro de la animación soviética de postguerra, a los que en décadas posteriores se irán sumando las nuevas generaciones representadas por Nina Shorina animadora de muñecos y creadora de un mundo propio de corte surrealista; Youri Norstein uno de los creadores mas personales del cine de animación mundial, que con su Cuento de los Cuentos lleva a la cima el cine poético; Garri Bardine maestro de la animación con plastilina y autor de la divertida Caperucita Roja y el lobo Gris; o Edouard Nazarov, nombre fundamental de la animación contemporánea. Pero en la actualidad, el número de animadores/as no ha disminuido, y junto al espléndido y barroco trabajo realizado con pintura sobre cristal de Alexandre Petrov, autor de El viejo y el mar, encontramos a autores que se relacionan en los Estudios Pilot (Mikhail Aldashin, Ygor Kovaliov o Alexandre Tatarsky) o como Konstatin Bronzit (Aubout du monde), mucho más minimalistas, pero sagaces analizadores del factor humano


Guena y Cheburashka

Soyuzmultfilm
Una empresa perteneciente a Usmánov, un magnate ruso, Swinstar Holding Limited, compró el 3 de septiembre de 2007 los respectivos derechos de uso, restauración, difusión, licencia, copia y demás derechos comerciales que desde principios de la década del 90 pertenecían a Films by Jove, una compañía estadounidense establecida por el emigrado Oleg Vídov y su esposa de una colección de antiguos animados soviéticos.

547 dibujos animados producidos en los estudios Soyuzmultfilm, los más importantes estudios de dibujos animados de la Unión Soviética, fundados en 10 de junio, 1936 el nombre de Soyuztemultfilm y renombrados a su denominación definitiva en 20 de agosto, 1937. Tras su restauración se cederán a un canal de televisión para niños, Bibigón.

Trabajaron en Soyuzmultfilm muchos de los más conocidos directores y artistas de la Unión Soviética, como:

– Fjodor Khitruk
– Ivan Ivanov-Vano
– Yuri Norstein
– Aleksandr Ptushko
– Klara Rumyanova

http://es.wikipedia.org/wiki/Soyuzmultfilm


Ball of Wool, de Nikolai Serebryakov (1968)

Muñequitos rusos
Como muñequitos rusos se conoce en Cuba a los dibujos animados procedentes de la Unión Soviética y el resto de los países socialistas de Europa del Este. Durante muchos años la programación infantil de la Televisión Cubana estuvo limitada sólo a programas procedentes de estos países, algunos de los cuales eran de una idiosincrasia muy distinta a la cubana. Generalmente se caracterizaban por hacer referencia a cuestiones didácticas o éticas.

Toda una generación de cubanos creció viendo estos muñequitos que hoy algunos recuerdan con nostalgia, y otros con desdén.
En la actualidad, la televisión en Cuba transmite dibujos animados norteamericanos y de otras partes del mundo, priorizando los de producción nacional.

http://es.wikipedia.org/wiki/Mu%C3%B1equitos_rusos

El siguiente blog contiene una extensa recopilación de dibujos rusos emitidos en Cuba:
http://munequitosrusos.blogspot.com

Algunos ejemplos de los vídeos recopilados en este blog, la mayoría de Soyuzmultfilm:


El soldadito de plomo, de Soyuzmultfilm


La sirenita, de Soyuzmultfilm

No todos los vídeos recopilados son de origen ruso, también los hay de países socialistas de Europa del Este, como éste del perro Reksio Spiewa de origen polaco:


El perrito Reksio Spiewa

II – Historia de la animación rusa

La primera película de ficción fue realizada en Rusia en 1907. Los primeros dibujos animados aparecieron cinco años más tarde, en 1912. El pionero y precursor de los dibujos animados rusos fue Vladislav Starevich (1882-1965), que estrenó el 26 de marzo de 1912 su primer filme de marionetas Lucanida, la bella, un melodrama donde todos los papeles estaban a cargo de los insectos. Producía, según la crítica de la época, un efecto cómico y a menudo tierno como en la escena final donde los enamorados volaban por los aires junto con el castillo destruido y aterrizaban en una rosa que les abría sus pétalos.

Del 1912 a 1914, Starevich, director, dibujante, titiritero y camarógrafo, logró hacer siete dibujos animados. La mayoría representan parodias del cine de gran taquilla como Lucanida, la bella, La venganza del camarógrafo, La semana de aviación de los insectos y Cuatro diablos (1913). En 1912, Starevich hace los primeros filmes para niños: Escenas alegres de la vida de los animales y La navidad para los habitantes del bosque. En este último, Santa Claus invita a los habitantes más pequeños del bosque, ranas, escarabajos, saltamontes a jugar con las bolas de nieve, patinar y esquiar. En la madrugada, Santa Claus regresa a su lugar al lado del Árbol de Navidad. Al hacer sus muñecos, Starevich no imitaba ciegamente a la naturaleza y proveía a sus personajes de una gran individualidad.

En 1913 Starevich estrena La libélula y la hormiga, que ganó una admiración unánime. Se hicieron 140 copias del filme, un récord para el cine de la época. Starevich fabricaba sus muñecos con tanto detalle y su dirección impecable era tal que los espectadores creían firmemente que en la pantalla actuaban los insectos vivos amaestrados. El mismo año, y por primera vez en el mundo, Starevich unió en el mismo plano los dibujos animados con el famoso actor ruso del cine silente Iván Moszhujin (1889-1939) en la película educativa El alcoholismo y sus consecuencias.


Vladislav Starevich, La venganza del camarógrafo

En 1919, Starevich emigra a Francia, donde continua su labor. Una gran divulgación obtuvieron sus dibujos animados Las ranas que exigen al rey (1922) y La voz del ruiseñor (1923). Esta última es una leyenda poética: el ruiseñor encerrado en la jaula de una niña pierde la voz paulatinamente. La niña le tiene lástima y lo deja libre. El ruiseñor, agradecido, le regala su voz, y ahora los ruiseñores cantan solamente por la noche, cuando todos los niños duermen. En el festival de cortometrajes en los Estados Unidos, en 1925, esta cinta recibió la Medalla de Oro.

En 1939, Starevich hace un largometraje que se llamó Reineke, el zorro de mucho éxito, pero luego siguen largos años sin trabajo cuando muchos proyectos del genial director no pueden realizarse por falta de recursos y en condiciones de la II Guerra Mundial. Años más tarde, Starevich siguió trabajando y cosechando éxitos: sus filmes recibieron premios en Venecia en 1947 y 1949, en los festivales del cine infantil. Nadie nunca pudo descubrir el gran secreto del maestro: el material con que fabricaba sus muñecos tan perfectos sigue siendo un enigma. Le ayudaba en todo su hija Irina, lo que permitía conservar la unidad del estilo y ahorrar salarios. Algunos biógrafos afirman que Starevich murió solo y pobre.

Después de la revolución bolchevique de 1917, el nuevo poder nacionaliza el cine en 1919, al comprender perfectamente su poder sobre las masas, y lo pone al servicio de la nueva ideología y política. El primer dibujo animado de los nuevos tiempos se hizo en 1924 y se llamaba Los juguetes soviéticos. Este título inocente no debe confundirnos: era una película de eficaz propaganda política realizada por un grupo de dibujantes jóvenes, encabezado por el famoso documentalista Dziga Vertov (1896-1954). Armas del nuevo poder, los dibujos animados sirvieron lealmente a su época y sus títulos hablan claramente de su contenido y utilidad: Como Avdotia aprendió a leer, China en llamas, La revolución planetaria, etc. Su estilo estaba muy cercano al cartel político y la caricatura. Los jóvenes realizadores buscaban con insistencia un nuevo lenguaje asequible a las grandes masas de espectadores analfabetos, y al mismo tiempo aprendían un oficio nuevo lleno, al parecer, de esperanzas y perspectivas inauditas.

Los Estudios Soyuzmultfilm agruparon a todos los realizadores de Rusia en 1936. Estos estudios, ubicados en Moscú, produjeron en casi 70 años más de 1100 películas de dibujos animados, entre ellas muchos largometrajes. Hasta en las difíciles condiciones de la Gran Guerra Patria (así se llamó en Rusia la II Guerra Mundial) seguían haciéndose los dibujos animados infantiles y dedicados al tema bélico. Por ejemplo, en 1941 se estrenaron cuatro dibujos animados: Siempre los derrotaremos, Revista de sátira política, La bota fascista no hollará nuestra patria y Los predadores.


Lo que quiere Hitler, propaganda soviética de los Estudios Soyuzmultfilm

En los dibujos animados soviéticos se perciben dos vertientes bien perfiladas:

Dibujos animados para niños:
Se basan en obras populares de la literatura infantil mundial. También aquí vemos filmes satíricos y caricaturas, cintas de carácter didáctico e ilustrativo.

Uno de los grandes representantes del cine infantil fue Viacheslav Kotionochkin (1927-2000), que trabajó en más de 60 películas como dibujante y dirigió más de 30. Es famoso su serial Deja que te coja, de 18 episodios, realizados durante 25 años (1969-1994). Aquí se produjo un cambio semántico simpático: la liebre en ruso es de género masculino, y así el lobo perseguía a otro macho, mientras que en la película doblada al español el lobo perseguía a una hembra.

Dibujos animados para adultos:
Se dirige a otro tipo de público y plantea problemas filosóficos y existenciales.

Varios directores, como Andrei Jrzhanovski (n.1939), Fiodor Jitruk, Alexandr Tatarski (n.1950), Garry Bardin (n.1941) y, sobre todo, Yuri Norstein, trataron de convertir los dibujos animados en un arte elevado, de grandes propósitos, y muy elaborado con el lenguaje y estilo propios.

Yuri Norstein trabaja en el cine desde 1971. Empezó a hacer filmes para niños y siempre se acordaba de León Tolstoi, que dividía la vida de un hombre en dos etapas: una, desde el nacimiento hasta cinco años de edad; y la otra, desde los cinco años hasta la muerte, porque la infancia concentra los acontecimientos y sentimientos más fuertes y aterradores. De este modo, la animación para niños adquiere una gran importancia. En 1975, Norstein estrenó su Erizo en la niebla, algo novedoso por su estilo y la técnica, y en 1979 el famoso Cuento de los cuentos para el público adulto. Siempre afirmó que expuso allí su propia alma y planteaba problemas filosóficos y morales. Era difícil para los críticos definir a qué género pertenecía, porque era un ensayo y un recuerdo de la guerra con sus sacrificios y privaciones. Constituyó un nuevo tipo de dibujos animados que exigía del espectador una gran atención y un esfuerzo para comprenderlo.


Yuri Norstein, Estaciones


Yuri Norstein, Erizo en la niebla


Yuri Norstein, El Cuento de los cuentos


Otra secuencia de El Cuento de los cuentos

En los últimos años, Norstein trabajó arduamente en la adaptación del cuento El abrigo, de Nikolai Gogol, una historia acerca de la venganza de un ser humillado y maltratado. Yuri Norstein dijo una vez: «Al parecer, los dibujos animados no constituyen un gran logro de la humanidad, porque casi no se habla de ellos. No son ni literatura, ni cine de ficción, que forman realmente la conciencia del hombre. Los dibujos animados aún no se han convertido en el lenguaje que todo el mundo necesita. Aún nadie aprendió a verlos como resultado de las búsquedas espirituales de un artista». En los años 90, la prensa especializada habló varias veces de la falta del financiamiento de este trabajo de Norstein y las dificultades para producir los dibujos animados en las nuevas circunstancias del mercado libre y la ausencia del presupuesto estatal.

Otro exponente del cine para adultos, entre otros, es Andrei Jrzhanovski. Su primera película, Vivía una vez Koziavin (1966), era una sátira social, y en los trabajos posteriores el autor planteó problemas de la cultura y la moral. En 1977, el director empezó su famoso ciclo dedicado a los manuscritos y la vida de Alexander Pushkin (1799-1837), gran poeta ruso. Los manuscritos de Pushkin están llenos de sus dibujos originales y atrevidos, y Jrzhanovski los llevó a la pantalla con gran imaginación. La trilogía terminada en 1982 fue editada en 1988 como una sola película y recibió el título Mi época más preferida. Fue premiada y alabada en numerosos festivales internacionales.

La vida de un director de dibujos animados igual que la de otros creadores no fue un lecho de rosas en la era soviética. Jrzhanovski se acuerda de los esfuerzos y la persistencia para oponerse a la decisión de un burócrata que consideró que el tema de Pushkin no era apropiado para los dibujos animados. También habló de las dificultades con su película El acordeón de cristal (1968), acerca de la cultura moderna. A pesar de aceptar el rótulo inventado por la dirección de los estudios que rezaba: Este filme refleja la alienación y el caos de la sociedad burguesa, la película fue prohibida. El director recuerda cómo una copia de trabajo fue sacada al patio trasero de los estudios y cortada en pedazos con un hacha. Solamente en 1988 esta película, junto con otros filmes de dibujos animados prohibidos, fue sacada de los archivos y estrenada para el gran público.

En una extensa entrevista de 1989, Jrzhanosvki dijo que hacer dibujos animados era un oficio duro que se agradecía poco. Los trabajos de él siempre tenían una carga social y moral, pero no siempre el público quería entenderla. En los filmes sobre Pushkin, el autor habló de la eterna colisión rusa entre el Poeta y el Poder, y no solamente se daba movimiento a los dibujos del poeta, sino que se investigaba el fenómeno mismo y las repercusiones sociales de la poesía del genial poeta. A la pregunta de por qué toda su vida trabajó en la animación después de graduarse como director normal, Jrzhanovski contestó: Cada artista posee una forma definida y orgánica de autoexpresión. Para mí, la encontré en el gran arte de dibujos animados y es una gran felicidad. También me gusta la ausencia del naturalismo. Me repelen los esfuerzos desesperados para crear una factura, una situación o una emoción naturales. Es más gratificante hacer lo que nadie más hace, en lo que nadie piensa o cree que es imposible.

Es muy probable que la mayoría de los animadores rusos esté de acuerdo con estas palabras del gran maestro. Algún día podremos investigar lo que hace la nueva generación de los directores en Rusia en las condiciones duras de la empresa privada y el capitalismo primitivo de la época presente.

Bibliografía:
Artículo Notas acerca de los dibujos animados en Rusia escrito por Zoia Barash, traductora e investigadora asociada a la Cinemateca de Cuba.

III – La animación rusa en la actualidad

Tras la caída de la URSS, se produjo una situación de empobrecimiento cinematográfico, que se hizo especialmente difícil en el campo de la animación. Muchos especialistas habían emigrado a Occidente, tras haber dependido de subsidios gubernamentales y patrocinadores particulares. Después de superar la pobreza y el caos artístico que caracterizaron a los años 90, la industria fílmica rusa entra en la nueva era con un programa a largo plazo apoyado por el gobierno. Con ese estímulo, los estudios de animación se esfuerzan por competir con las producciones norteamericanas y sobrepasarlas comercialmente, al tiempo que los nuevos talentos se sumergen activamente en la animación aplicada.

La primera muestra de películas rusas de animación que marcó una nueva era tras el colapso de la URSS ocurrió en febrero de 1996, seis años después del último seminario de Bolshevo. En aquel momento, la industria fílmica independiente rusa estaba en peligro de desaparición y todo logro en este campo contrastaba con las difíciles condiciones de vida. Es todavía causa de admiración que durante ese período de empobrecimiento de la producción cinematográfica haya sido específicamente la animación la que, más que sobrevivir, mantuviera su posición ventajosa como escuela fílmica nacional en los festivales de ese género en el mundo.
No obstante, a pesar de una pausa de largos años, esta primera muestra doméstica de animación, de modo inesperado, reunió un digno programa de películas realizadas por directores talentosos y demostró potencial para reanimar las fuerzas creativas. El talento de los animadores post-perestroika se hizo evidente como testimonio de la formación en Rusia de una nueva generación con un potencial creativo muy promisorio.


El viejo y el mar, extraordinario trabajo de Alexander Petrov

En la actualidad, el número de animadores/as no ha disminuido, y junto al espléndido y barroco trabajo realizado con pintura sobre cristal de Alexander Petrov, ganador de un Oscar en el año 2000 por El viejo y el mar, encontramos a autores que se relacionan en el Estudio Piloto (Mikhail Aldashin, Ygor Kovaliov o Alexandre Tatarsky) o como Konstatin Bronzit (Aubout du monde), mucho más minimalistas, pero sagaces analizadores del factor humano. Otros autores de importancia son Andrei Zolotukhin, Irina Evteeva, Valentin Olshvang, Mikhail Lisovoi, , Vladislav Bairamgulov, Sergei Ainutdinov, Andrei Ushakov, Dmitrii Geller, o Stepan Biriukov.

La animación rusa sigue obteniendo prestigiosos galardones en afamados festivales de animación como los de Annecy, Hiroshima, Zagreb, Stuttgart, el Fantosh de Suiza o el KROK de la propia Rusia. Igor Kovalev, estrella de la animación nacional y mundial y uno de los fundadores de Studio Piloto, recibió en 2005 el premio a la mejor película con Leche, una historia de autor acerca de la vida familiar, permeada de fuertes pasiones de la madurez y de tímidas sensaciones de la infancia.

Todas las obras premiadas y las finalistas en el festival de Tarusa han sido notables películas de autor que han marcado alguna ruptura creativa en la carrera de sus directores. Esto es cierto para Dmitri Geller y su Confesión de amor (2006), Alexander Bubnov y su Sherlock Holmes y el doctor Watson (2005), Ekaterina Mikhailova y su original puppet-mation sobre La hija del Capitán, de Pushkin (2005), Aleksei Demin y su elegante versión animada de la novela Buatel, de Guy de Maupassant (2006), el debutante Petr Bronfin y su expresivo estudio lírico Ciudad (2005), Elizaveta Skvortsova y su colección de miniaturas musicales Canciones de cuna del mundo (2005), y también cierto, naturalmente, para el último cuento de la serie La montaña de las gemas, creada por el Studio Piloto bajo el liderazgo de Tatarsky. La cantidad misma de estas sobresalientes películas de animación, tan notablemente distintas de las producciones masivas de consumo en la industria del video, da testimonio del vigor y la independencia del arte ruso contemporáneo de la animación.


Alexander Bubnov, Sherlock Holmes y Dr. Watson

Si el destino de la animación rusa contemporánea estuviese determinado por la calidad de ese festival, entonces no habría nube alguna para estos animadores. Las leyes crueles del mercado fílmico y del video, sin embargo, imponen un poderoso correctivo en sus vidas fuera de los festivales. No asombra que las conversaciones acerca de dinero y popularidad, tan inusuales en esta comunidad creativa, se hayan convertido en algo principal en muchos debates profesionales. Aun con el apoyo estable del gobierno, la forma en que opera el mundo del espectáculo deja a los animadores rusos progresivamente menos y menos oportunidades de conservar su independencia creativa dentro de la profesión, porque los productores y la televisión, orientados hacia las producciones comercialmente provechosas, restringen, a propósito o no, el desarrollo del cine de autor. Así, son específicamente las películas taquilleras las que son consideradas por el mundo del espectáculo como logros de la animación contemporánea, mientras las joyas verdaderas que son adecuadas para las muestras de los festivales permanecen desconocidas para el público general.

Naturalmente, es muy difícil hoy reparar las grandes pérdidas profesionales sufridas por lo que una vez fuera la imperialmente poderosa industria soviética de la animación industrial, que era capaz de reunir y definir el destino de los estudios y de los animadores individuales, de los maestros reconocidos y de los jóvenes principiantes. Pero la práctica demuestra que, a pesar de todas las dificultades de la vida bajo las condiciones del mercado, es muy poco probable que los animadores rusos vuelvan la espalda a la independencia creativa y económica.

Un ejemplo de esta independencia es el trabajo de los animadores y directores en el Studio Piloto y en Animos, que han emprendido proyectos educativos basados en clásicos literarios infantiles. Sus películas realmente no caben dentro de la categoría de las producciones comerciales por su alto nivel de profesionalismo y la individualidad de sus realizadores, que tantos premios han recibido en Suzdal y en prestigiosos festivales internacionales. Es reconfortante saber que estos estudios conservan la continuidad generacional y la disciplina creativa interna, tan importante para la industria rusa de la animación, y que no ceden calidad estética por el beneficio comercial. Pero todavía estos famosos estudios y los realizadores reconocidos que trabajan en proyectos independientes, así como también los jóvenes talentos que comienzan su carrera profesional, deben competir por el apoyo gubernamental, por los patrocinadores influyentes y por la popularidad con cualquiera que aspire a realizar los seriales y los grandes éxitos que demanda el mercado. Ésta es la severa ley social que gobierna la vida ordinaria de los animadores rusos.

Quien haya escogido la animación como la profesión de su vida debe continuar haciendo su honesta labor, creyendo en su propia fuerza y en sus ideas. Así es que vale esperar que ninguno de los cambios socio-económicos de la nueva época volverá a poner a prueba la determinación de los herederos de la rama más mágica de la industria fílmica rusa. Su laboriosidad, su tenacidad y su optimismo son precisamente los atributos que les ayudan a sobrevivir -con mérito profesional, sentido del humor y fantasía enriquecedora- las temporadas de poco dinero y escasa atención del público. De otra manera, al final de cada año, en la preparación para una nueva ronda en Suzdal, los animadores rusos sólo verían lo negativo de las pérdidas en lugar de apreciar el valor de los nuevos premios y las nuevas ideas creativas.

Bibliografía:
Artículo Días ordinarios y días festivos de la animación rusa, aparecido originalmente en la revista KinoKultura, escrito por Natalia Lukinykh, crítico de cine moscovita y programadora principal del Festival Internacional de Animación Rusa KROK, en Suzdal.

Soy el artífice de que este sitio web funcione. Me fascina la historia de la Unión Soviética y Rusia, su cultura, sus tradiciones, su idioma (aunque con este último mantenga una relación de amor-odio). Me quedo con momentos históricos: todo lo que sucedió en el Frente Oriental de la Segunda Guerra Mundial y la Perestroika.