¿Vivir y estudiar en Rusia? Pues claro que si

Un usuario dejaba un mensaje en el apartado Deja tu mensaje diciendo que había escuchado que no se puede vivir ni estudiar allá (en Rusia) porque la situación está muy mal.

Bueno, lo que ha escuchado es totalmente falso. En Rusia se puede vivir y se puede estudiar perfectamente. Muchos extranjeros lo hacen, por trabajo, por formación o por placer (el que se lo puede permitir por tiempo y dinero).

Es cierto que uno puede observar desigualdades muy fuertes en lo que poder adquisitivo se refiere, pero en Rusia se vive relativamente bien, no hay desabastecimientos de nada y en las grandes capitales (Moscú y San Petersburgo) puede llevarse un tren de vida similar o idéntico al de cualquier gran capital europea.

Estas diferencias ricos-pobres existen en toda Europa, pero con más variedad entre un extremo y otro, motivo por el que las desigualdades pasan más desapercibidas. Pero son prácticamente las mismas.

Aunque existe una Rusia más allá del glamour de Moscú o San Petersburgo. Una Rusia con ciudades en las que a veces se prescinde del alumbrado en las calles por las noches, o se sufren cortes de gas o electricidad. Pero esto no sucede por un problema de abastecimiento, por una carencia de estos recursos… En la mayoría de los casos son las empresas proveedoras las que cortan el suministro en prevención o como medida contra los impagos. Pero este tema merecería mención especial, que no ha lugar en este artículo.

Verano tras verano, en España hay docenas de municipios y ciudades (grandes) que sufren problema de abastecimiento de agua. Y quien dice agua, dice otras cosas, como sitios a los que no llega la electricidad, o el teléfono, o el ferrocarril, o una carretera asfaltada… Y no por eso se nos incluye en el tercer mundo.

En cuanto a lo de estudiar, y no solo estudiar el idioma, en Rusia la gente, por norma general, tiene una formación mucho más alta y sólida que en cualquier país de la Unión Europea. Ya no digamos Estados Unidos. Y de esto uno se da cuenta inmediatamente. Hasta ahora, según mi punto de vista, esta es una de las mejores herencias que ha dejado la Unión Soviética. Por otra parte, en las generaciones de la Nueva Rusia, la de Yeltsin y su ejército de oligarcas, se observa una caída en picado de la educación y la formación, y no solo la académica. Las universidades y centros de formación en Rusia gozan de un gran prestigio y una gran calidad de enseñanza, sobre todo por el profesorado. Es de suponer que según se vayan relevando las generaciones en este profesorado, esta calidad menguará.

Muchas universidades y centros de investigación de todo el mundo tienen rusos en su plantilla. Rusos que, como los investigadores españoles, por ejemplo, casi todos emigran a otros países porque en su tierra no se les conceden los medios necesarios para su trabajo. Y nadie dice que en España no se puede vivir ni se le cuelga una leyenda negra.

Las leyendas, fábulas y demás rumores sobre una Rusia decadente en la que no hay medios, no hay recursos y uno malvive o sobrevive, no son más que eso: leyendas. En todas partes hay pobres y ricos, en Rusia no lo es menos, pero los medios occidentales se empeñan en mostrar siempre la parte negativa de la realidad rusa.

Sin engañarnos, a Rusia le queda mucho camino por recorrer. Aunque personajes que todos conocemos, sucesores de Gorbachev al timón de este país, hayan hecho que Rusia retroceda y zozobre, pero nunca ha naufragado. Y si no lo ha hecho, no ha sido por obra y gracia de sus dirigentes.

Otra muestra de que en Rusia se puede vivir son los deportistas de élite que viven y entrenan en su país (Alina Kabaeva, Evgeny Plushenko, Elena Isinbaeva entre otros cientos), que lejos de emigrar y «saltar el charco» buscando una nacionalidad mejor, permanecen en su tierra.

Al margen de estas apreciaciones personales, ahí va algún dato estadístico, como el Indice de Desarrollo Humano (IDH), que desde hace más de una década elabora el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y que sitúa a Rusia en el puesto 57, por encima de países como Brasil (72), Arabia Saudí (77), Turquía (88) o China (94), por citar algunos de los que están en los 100 primeros de esta lista, según los datos del informe del año 2002.

Si quieres ampliar la información sobre el IDH o el organismo que lo desarrolla, puedes consultar su sitio web: http://www.undp.org/spanish/